La congelación de un equipo consiste en mantener el sistema operativo y su configuración exactamente igual, sin importar los cambios que se realicen durante su uso al reiniciar, el equipo vuelve a su estado original, eliminando cualquier cambio no deseado
Evitar cambios accidentales en configuraciones importantes
Probar software o actualizaciones sin riesgo de afectar el sistema
Mantener aulas de informática o equipos públicos siempre en estado correcto
Facilitar la recuperación rápida de errores o fallos de usuario