El 18 de mayo pasado ha lamentablemente fallecido, después de una larga enfermedad, nuestro querido amigo y colega Peter Gow (Edimburgo, 1958). Peter fue uno de los etnólogos más importantes de su generación; sus trabajos sobre el pueblo Yine (Piro) de la Amazonía peruana fueron y aún continúan siendo una referencia fundamental para toda la antropología amazónica posterior, tanto por sus contribuciones etnográficas y teóricas así como por su elegancia estilística.

Peter Gow enseñó antropología en las universidades de East Anglia, Manchester, London School of Economics, y finalmente St. Andrews, donde fue nominado Professor en el 2003. Aunque Peter solo fue profesor visitante en el PPGAS del Museo Nacional en 1996-97, prácticamente estaba con nosotros todos los años desde por lo menos 1992, a través de visitas más cortas, cuando era siempre invitado a dar conferencias que convocaban muchos colegas y estudiantes. Su última visita a Río de Janeiro se dio en setiembre del 2018, para participar de un seminario internacional sobre pueblos indígenas en aislamiento voluntario, realizado en el campus de Praia Vermelha de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Peter contaba con innumerables amigos y admiradores en Brasil, país del que se prendó, entre ellos diversos profesores, alumnos y exalumnos del PPGAS e instituciones congéneres con quienes mantuvo una interlocución constante, como se puede constatar en la cantidad de referencias recíprocas entre sus trabajos y los de investigadores brasileños.

Peter obtuvo su doctorado en la London School of Economics (1988), bajo la supervisión de Joanna Overing, con una tesis sobre los pueblos indígenas del Bajo Urubamba. La tesis se transformó en su primera monografía publicada, Of Mixed Blood: Kinship and History in Western Amazonia (1991), seguida, diez años más tarde, por su segundo libro, An Amazonian Myth and its History. Estos dos estudios, acompañados de una buena decena de artículos seminales, — sobre economía, organización social, cultura material, estética, escritura, conversión religiosa —, cambiaron los términos de descripción y análisis de temas, como el parentesco, la mitología y la historia de la región, que Peter Gow supo entrelazar de un modo radicalmente original, en el que la historia se declina en el idioma del parentesco, la narrativa mítica se desdobla en interpretación de la historia, y el parentesco se torna contexto pragmático y condición de posibilidad de la narración mítica. Acreciéntese, además, que Peter era un maestro de la prosa antropológica de lengua inglesa, un ejemplo de sutileza y originalidad argumentativa.

Combinando los registros del acontecimiento y de la estructura, el detalle etnográfico y la generalización audaz, una disciplina etnográfica “malinowskiana” y una sensibilidad intelectual “lévi-straussiana”, Peter nos legó una descripción fenomenológica memorable del mundo vivido de las comunidades piro contemporáneas, mostrando al mismo tiempo una profunda inserción de este mundo en las grandes matrices mitocosmológicas amerindias. Al reconstruir minuciosamente la historia del colonialismo blanco en aquella parte de la Amazonía occidental, Gow reveló toda una dinámica de reinvención de las formas de socialidad nativas, identificando, de un lado, una sofisticada teoría indígena del cambio histórico (tornando así obsoletos el contenido y la forma de las teorías de aculturación y sus avatares sociológicos) y, de otro lado, una no menos sofisticada práctica del cambio, esto es, la capacidad de los pueblos nativos de innovar y renovar su forma de vida. Al mismo tiempo, Gow demostró la continuidad inmanente entre esa forma de vida y aquella de los pueblos indígenas ostensiblemente más distantes de los dispositivos de captura existencial empleados por los Estados-nación de origen europeo.

Peter Gow era un conversador fascinante, con una memoria prodigiosa y una enorme erudición en diversos campos. Era dueño de un brío infatigable, de un anecdotario estructurado como las Mitológicas, en el que múltiples versiones de la “misma” historia se iban transformando constantemente, entreteniendo a sus oyentes por horas y horas. Era un gran compañero de charlas y de chelas. Un gran intelectual, un hombre gentil, un amigo generoso. Su pérdida es irreparable.


Eduardo Viveiros de Castro

(Traducción: Luis Reyes Escate)