Había una vez una hermosa familia que tenían tres hermosos hijos, vivían lejos de la ciudad en el campo, tenían gallinas, caballos y cabras

José que era el hijo mayor, pastoreaba las cabras, mientras que sus otros dos hermanos se quedaban en la casa porque eran pequeños. Su mamá hacía las cosas de bogas y su papá trabajaba en el campo.

Un día sus padres le dijeron a José que tenía que ir a estudiar, pero José le dio mucho miedo; la escuela quedaba muy lejos y le tocaba que ir a quedarse, y eso le daba mucho más miedo, el nunca se había separado de sus padres y menos de su cabecita lucero que era la más consentida

Su mamá con tanta tristeza le ayudo a empacar la ropa y le dio dos besos largos para que le duraran todos esos días

Su papá apenas hablo durante el viaje mientras la carretera descendía la montaña. José tampoco decía nada. Por el miedo, se le fueron las palabras, un nudo se le hizo en la garganta, su papá le acariaba la cabeza. Por fin llegaron a la escuela y su papá le dijo “José esta es la escuela”

José se sorprendió y dijo “¿esta es la escuela?”, el había imaginado una cueva de brujas, no una casita como la suya

Un señor rubio y sonriente sali a recibirlos ¿ese era el maestro? José se había imaginado un monstruo peludo con colmillos

Al entrar al salón de clase el maestro presentó a José con sus compañeros. Después sus compañeros le presentaron una hoja y lápices de filetes, su familia y sus cabritas las dibujos con muchos colores, y se le pasó el muerdo, no mucho pero seguía con el nudo en la garganta

Más tarde los chicos lo invitaron a jugar fútbol y hasta el maestro jugó con ellos y ahí si se le fue el miedo a José

Ellos le decían a José que no se preocupe que ellos o van a querer mucho y que sus padres vendrán cada vez que puedan ir a visitarlo, pero cuando sea vacaciones se puede ir para la casa y José se puso muy contesto

Un día llegaron los padres de José a la escuela y el se puso muy contesto y le dieron una buena noticia y era que los padres de José se iban a pasar a vivir cerca al colegio, cuando José escucho eso se puso muy feliz.