El recorrido comenzó con la escritura de un cuento fantástico original en el aula. Cada alumno produjo su propio texto en borrador, que luego fue escrito utilizando el procesador de textos. Este primer escrito se convirtió en la base personal desde la cual contrastar el trabajo posterior con la IA.
El núcleo del proyecto estuvo en aprender el arte de diseñar prompts: comprender que la IA no funciona por “magia”, sino que responde en gran medida a la calidad de las instrucciones humanas.
Analizamos qué es un prompt, por qué resulta esencial y cómo debe estructurarse: claridad, contexto y definición de un rol.
A partir de su propio cuento, cada uno creó tres prompts distintos para pedirle a la IA que re escribiera la historia desde tres perspectivas diferentes. Experimentaron con la interacción iterativa, ajustando y guiando a la IA paso a paso hasta alcanzar los resultados deseados. Comprendieron que obtener una buena respuesta requiere precisión, paciencia y constancia.
La fase más enriquecedora llegó con la reflexión crítica. Al comparar sus textos originales con los generados por la IA, los alumnos descubrieron que, si bien la máquina ofrece rapidez y variedad, suele carecer de la profundidad, la originalidad y la “voz” única que caracteriza al autor humano. Este ejercicio les permitió valorar su propia creatividad, al mismo tiempo que desarrollaron un juicio crítico para identificar fortalezas y debilidades en cada versión.
Para ampliar la experiencia, aplicamos el mismo principio con otro tipo de IA: la generación de imágenes. Cada estudiante tomó la descripción de un talismán presente en su cuento y la transformó en un prompt para un generador visual (Canva). Luego compararon la ilustración producida por la IA con su diseño original, reconociendo tanto las posibilidades como las limitaciones de esta tecnología. Los resultados de este trabajo los encontrarán impresos en la carpeta que reciben.
En síntesis, este proyecto buscó que los estudiantes aprendan no solo a usar la IA, sino a controlarla y dirigirla con criterio, fortaleciendo competencias clave como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la valoración de su voz creativa.
En las próximas etapas seguiremos profundizando en aspectos vinculados con la ética, el plagio y la atribución de fuentes, consolidando así un enfoque responsable y reflexivo sobre el uso de la inteligencia artificial.