La corona negra (Luis Saslavsky 1951, España, 106 min.)
El cine negro español actual contiene ejemplos de personajes femeninos que destacan por su valentía y empoderamiento. Estas características nos parecen usuales ahora pero en los años cincuenta en España eran sinónimo de pecado.
Para entender mejor a los personajes femeninos en el cine negro actual es necesario revisar los primeros ejemplos de femme fatales porque, sin ellos, los roles femeninos no podrían haber evolucionado. La aparición de esta figura en la cinematografía española en los años 50 supone una novedad en cuanto a la psicología de las protagonistas femeninas. Las femmes fatales actuarán de forma más innovadora si lo comparamos con los modelos conservadores que propugnaba el régimen franquista, como Pilar Primo de Rivera, hermana de Juan Antonio Primo de Rivera (creador de la Falange); o Carmen Polo, esposa de Francisco Franco. Ambas mujeres reflejaban perfectamente el ideal femenino español para el franquismo.
Los estereotipos más populares en el cine español representados por mujeres eran los de amas de casa o estudiantes (Caparrós Lera and De España, 2018) aunque también en los años 50 aparecen más ejemplos de mujeres que interpretan otros modelos como, por ejemplo, heroínas del pasado, normalmente religiosas; o estrellas del folclore español. Las protagonistas de esta década debían simbolizar el mito español y, aunque sí existieron ejemplos de femmes fatales como, por ejemplo, el personaje de María José en Muerte de un ciclista (Juan Antonio Bardem, 1955), la censura y la autocensura de guionistas y directores motivó que fuera poco común encontrar este tipo de personajes en el cine español.
La maldad se relacionaba más con los hombres pero existieron dos tipos de “malas” en el cine español de esta década: mujeres que formaban parte de una banda, normalmente como amante de un mafioso; o esposas adúlteras (Medina, 2000). Este último caso era el que representaban la mayor parte de las femmes fatales. Además, las “malas mujeres” solían tener profesiones poco adecuadas para el franquismo, como bailarinas o vedetes que trabajaban en clubes nocturnos. Por lo tanto, si las mujeres salían del ámbito doméstico, tenían su propio salario, se las consideraba demasiado transgresoras y eran demonizadas (Beteta Martín, 2015).
La mayor parte de estos personajes femeninos acaban siendo castigados al final de la película. Normalmente su condena es la muerte, ya que, el franquismo, a través de los censores, quería difundir un mensaje formativo a los espectadores: si te desvías de las normas morales, puedes ser castigado. Pero hay un caso excepcional en el cine español: Mara, la protagonista de La corona negra (Luis Saslasvsky, 1951) no es castigada a pesar de representar los ideales de la femme fatale, formar parte de un triángulo amoroso, trabajar en un club nocturno y, además, matar a su marido. Mara sale impune pero esto es debido a varias razones que tienen que ver con la producción de la película:
La película se rueda en Marruecos, por lo tanto, el crimen no sucede en España. Los censores no están tan preocupados por la mala imagen que se podría dar de la policía española al dejar libre a una mujer que asesina a su marido.
Desde la productora se vende como una película de aventuras y no noir. Este hecho es destacable debido a que la censura eclesiástica apartó de los cines un gran número de películas de cine negro al considerar que mostraban todo tipo de acciones poco morales (Sánchez Barba, 2007).
La actriz que interpreta a la femme fatale es extranjera. María Félix es mexicana y no tiene que representar el ideal de mujer española.
El filme es muy complejo narrativamente y tiene un carácter fantástico y oriental. El escenario no mantiene ninguna similitud con España.
Por lo tanto, los censores consideraron que este personaje no era un peligro para los espectadores españoles. De todos modos, aunque la protagonista no sea castigada por el asesinato de su marido, no queda libre de sufrimiento, ya que, su amante morirá. Esto es debido a que el objetivo moralizante de la película no va dirigido a las mujeres sino a los hombres que se sienten atraídos por una mujer extranjera. En definitiva, la película intenta reafirmar la idea de que la maldad siempre viene del exterior.
El público de la época no acabó de entender la película por diferentes motivos: exhibición de elementos surrealistas, movimiento cinematográfico que no se explotó mucho en España; referencias al psicoanálisis, que tampoco se conocía demasiado en la península ibérica; y una trama cuyas figuras están motivadas por la codicia, la infidelidad y la violencia, elementos calificados por la censura española del franquismo como inmorales. Por todo ello, aunque se estrenó en Madrid en 1951 de la mano de una de las productoras más potentes en España, la película no tuvo el éxito que se esperaba y fue quedando en el olvido a lo largo de las décadas.
Ensayo audiovisual y texto por Tamara Canuto Olivares
Bibliografía
Beteta Martín, Yolanda. “Brujas, femme fatale y mujeres fálica. Un estudio sobre el concepto de monstruosidad femenina en la demonología medieval y su representación iconográfica en la modernidad desde la perspectiva de la antropología de género”. Universidad Complutense de Madrid, 2016. https://eprints.ucm.es/id/eprint/37932/1/T37284.pdf
Caparrós Lera, Jose María and De España, Rafael. Historia del cine español. Madrid: Ed. T&B Editores, 2018. Impreso.
Medina de la Viña, Elena. Cine negro y policíaco español de los años cincuenta. Barcelona: Ed. Laertes, 2000. Impreso.
Sánchez Barba, F. Brumas del franquismo. Barcelona: Ed. Publicacions i Edicions Universitat de Barcelona, 2007. Impreso.