LOS NUEVE MONSTRUOS

(CÉSAR VALLEJO)

Y, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.

Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tanta cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal

TRILCE: XXXIV

(CÉSAR VALLEJO)

Se acabó el extraño, con quien, tarde la noche, regresabas parla y parla. 

Ya no habrá quien me aguarde,  dispuesto mi lugar, bueno lo malo.

          Se acabó la calurosa tarde;          tu gran bahía y tu clamor; la charla con tu madre acabada que nos brindaba un té lleno de tarde.

    Se acabó todo al fin: las vacaciones,   tu obediencia de pechos, tu manera de pedirme que no me vaya fuera.

     Y se acabó el diminutivo, para mi           mayoría  en el dolor sin fin, y nuestro haber nacido así sin causa.