PALABRAS DE BIENVENIDA

Contribuir a la sociedad a través de la formación profesional y científica, la investigación y la vinculación con la comunidad, resultan las acciones que definen la misión de las universidades contemporáneas.

En este marco, las distintas áreas del saber que conforman las ciencias humanas y de la sociedad adquieren sentido, cada vez que desde sus especificidades, se muestran efectivas aportando argumentos que nos permiten problematizar, y a partir de ello comprender, los acontecimientos que hoy en día nos tensionan y distancian como región y como país, muchos de ellos imbricados en nuestra historia común, mediada por lecturas y vivencias distintas. 

Como Centro de Estudios Socioculturales de la Universidad Católica de Temuco, nos sentimos más que nunca con la responsabilidad de poner en escena puntos de vistas que nos interpelen y desafíen en la búsqueda de orientaciones para recorrer posibles caminos, pensando Chile como un espacio abierto y plural, habitado por múltiples voces.

En este sentido, nuestro aporte se dirige a proveer conocimiento que permita tensionar visiones autocontenidas y relativizar narrativas totalizantes. A promover, a pesar de todas nuestras diferencias, el respeto mutuo, ya sea como personas o como pueblos, a encontrarnos en la disolución de los esencialismos, base de los nacionalismos, la xenofobia, el racismo, el clasismo. Es pensarnos en nuestra humanidad, donde toda constatación de esas diferencias debiese desafiarnos a conocer más allá del yo o del nosotros, una invitación a trascender las meras apariencias, para comprendernos en la diversidad.

Pensamos que una visión abierta y pluralista, debe ser primero autocrítica y luego dialogante. Todo llamado a contribuir, es al mismo tiempo una renuncia a imponer, donde una actitud de escucha y el reconocimiento que todo punto de vista es parcial, debiese estar a la base de cualquier esfuerzo dirigido al entendimiento. Más que producir cosas, nos vemos en la necesidad de promover valores, y desde estos valores, colaborar en la formación, en la generación de conocimientos y en la articulación de espacios para dialogar, debatir, disentir o coincidir. El co-habitar, impone el pensarnos como co-participes en la producción de nuestro ahora y de nuestro futuro. Esta utopía es la que nos mueve y hace soñar, y es la que nos inspira a seguir avanzando, para diluir las fronteras y encontrarnos como personas.

Dr. Héctor Mora Nawrath

Ex-Director