La trayectoria del halcón

Hay una anécdota que me gustaría compartir con los lectores de La trayectoria del halcón. A lo largo de la novela, en numerosas ocasiones se hace referencia a los dibujos que realiza Javier, el protagonista, y que complementan ciertos aspectos del argumento.

Bien, pues dichos dibujos existen. Los hice durante la redacción de la novela, y les añadí los detalles necesarios para darles una pátina de realidad.

Cuando decidí publicar la novela en amazon, una de las decisiones que más me costó tomar fue si los incluía o no. Finalmente opté por la segunda opción, para dejar que la imaginación de cada cual fluyese e imaginase a los personajes de la forma que más le satisfaciera. Pero, por si a alguien la da curiosidad saber cómo los representaba yo en mi cabeza, he pensado que sería un bonito detalle colgar aquí esos dibujos, como una suerte de bonus o contenido adicional.

Cuando Javier habla con Domínguez, descuidadamente, va rallando la hoja de papel que tiene delante, hasta dibujar una caricatura de García. Así es como yo me lo representé.

Luego, mientras habla con Lorena, Javier esboza un retrato de Lucía, o de lo que él recuerda de Lucía, sobre una servilleta del bar en el que están. Eso mismo hice yo, con este resultado:

En gran parte de la trama tiene importancia una ilustración que Javier hizo para Lucía poco después del verano que pasaron juntos, y que le envió en una carta. En el texto, el propio Javier la describe así: "Una vez le mandé un dibujo con un mensaje secreto. Una especie de demonio con alas y cuernos que abrazaba a una tía buena medio desnuda. Entonces yo era muy aficionado a ese tipo de cosas. El caso es que, medio ocultas en el fondo, podían verse las letras de te quiero."

Bien, pues ahí va el dibujo, con mensaje oculto y todo. Dejo al lector interesado la tarea de encontrarlo.

Y, para terminar, la última de las confesiones. He trasplantado a Javier mi propio problema a la hora de dibujar manos. Me falta práctica, lo reconozco. Añado un pequeño estudio que intenté hacer y que, de manera natural, correspondería con la escena final, en la que Lorena ve a Javier a la distancia pero prefiere no decirle nada.