INTRODUCCIÓN

Como cada mañana Mary entró en el despacho de D. Miguel. Montones de libros, un ordenador encendido, hojas por el suelo, la papelera repleta… Tuvo la sensación de que el escritor había tenido una noche dura.

Se puso manos a la obra. Lo primero era recoger los papeles del suelo para poder transitar por la habitación. La mesa era intocable como ya le habían advertido.

Puso la trituradora de papel en funcionamiento y comenzó a arrojar todas aquellas hojas. De repente un pensamiento cruzó por su cabeza: “¿Y si aquello también le servía a D. Miguel?” ¡Horror!

Pasó la máquina. La abrió y extrajo los hilos de papel . Afanada, se puso a recomponer lo que ella pensaba que era el texto original. Eligió y pegó. El resultado final este poema:

Reciclaje

Los poetas son puro reciclaje,

con todo hacen poemas:

con un amigo que a la puerta estaba,

con un prado, de flores bien poblado,

con aquella avecilla que cantaba al albor,

con la muerte de un padre, tan valiente,

con polvo, sí, mas polvo enamorado,

con los airados ojos de la amada,

con unos labios, de chupar cansados,

con una baja lira,

con flores de amarillos jaramagos,

con no sé qué que quedan balbuciendo,

con un huerto plantado por su mano,

con tierra y humo y polvo y sombra y nada,

con el tiempo que muere en nuestros brazos,

con un arpa cubierta de polvo

del salón en el ángulo oscuro,

con los ríos y las fuentes y los regatos pequeños,

con una rosa blanca,

con una sola sombra larga,

con una piedra dura, porque ella ya ni siente,

con cosas de poca importancia,

con sudor, polvo, hierro,

con un viejo olmo, hendido por el rayo,

con un tren que pasa por la vía

como aguinaldo de juguetería,

con las claras orejas de su burro,

con una gota de sangre de pato,

con una paloma que se equivocaba,

con sangre de cebolla,

con un río de sueñera y de barro,

con un mirlo debajo de la piel,

con viento del olvido, que cuando sopla mata,

con todo hacen poemas los poetas.