La quemadura es un tipo de traumatismo (térmico, químico, mecánico) que daña fundamentalmente la piel, nuestra principal barrera de defensa. Puede suponer un compromiso vital por su gravedad y/o extensión.
Cuando la extensión de la quemadura es superior al 20% la cantidad de líquido que se pierde a través de las quemaduras requiere administrar muchos líquidos y la repercusión sobre el resto de los órganos es muy importante debido a la gran respuesta inflamatoria que se desencadena. Puede afectarse la tensión arterial y ritmo cardiaco, la función de hígado y riñones, la función de los pulmones… el riesgo vital es altísimo, de forma que debe tratarse con mucha precisión.
Además, una quemadura puede ir acompañada de inhalación de humos calientes o de gases tóxicos (monóxido de carbono, cianidrico) que pueden complicar aún más la situación
Se clasifican en función de la profundidad en; primer grado, epidérmicas o superficiales (quemadura solar típica); segundo grado, dérmicas o de espesor parcial (ampollas, muy dolorosas); y tercer grado, subdérmicas o de espesor total (blanquecinas, no dolorosas) en las que la piel ya está muerta, estas últimas son las más graves.
Las quemaduras de espesor total y algunas de espesor parcial NO curan solas y precisan tratamiento quirúrgico o médico inicial sobre la quemadura y, cuando el paciente esté en condiciones, tratamiento quirúrgico definitivo para su cobertura que será proporcionado por Cirujanos Plástico expertos en Quemados. Por ese motivo deben ser asistidas en un centro con Unidad de Quemados de referencia, como el nuestro.
El tratamiento de un gran quemado es un reto terapéutico que requiere de la participación y coordinación de diversas especialidades. Cirugía Plástica, Otorrinolaringología, Anestesia, Microbiología, Rehabilitación – Fisioterapia – Terapia Ocupacional, Psicosomática … y en el caso de su familiar, debido a la gravedad de las quemaduras, Medicina Intensiva (UCI).
Así, aunque el momento más crítico suele ser la primera semana de tratamiento, pueden aparecer complicaciones a lo largo de toda la estancia en UCI, que suele ser muy prolongada.
De entrada sometemos al paciente a una intensa rehidratación para evitar que la deshidratación sufrida por la quemadura deteriore otros órganos o lo haga lo menos posible. En ocasiones tenemos que ayudarnos de máquinas (respirador, hemofiltro) o medicaciones de manejo exclusivo en UCI para mantener unas funciones orgánicas adecuadas.
En esta fase inicial el paciente va a ser sometido a un tratamiento por parte de Cirugía Plástica para eliminar la mayor cantidad de quemadura posible. Puede realizarse en quirófano, a pie de cama con un producto químico o en combinación de ambos métodos. Este proceso en MUY doloroso y puede requerir de sedación profunda.
Es fácil entender que un paciente al que le faltan extensas zonas de piel puede infectarse con gran facilidad a pesar de las medidas extremas de asepsia que se emplean. Por ese motivo tendrán que entras con medidas especiales de prevención en las visitas y verá que el personal mantiene medidas extraordinarias de protección.
Una vez superada esta fase inicial y siempre que las condiciones del paciente lo permitan, empieza un largo proceso de curas y cobertura de las quemaduras mediante numerosas cirugías (según la extensión) a cargo de Cirugía Plástica. Durante ese periodo el paciente puede permanecer ingresado en UCI si así lo precisa médicamente.
Esta necesidad de ingreso en UCI en ocasiones se prolonga en el tiempo, por lo que explicaremos brevemente aspectos que afectan a cualquier enfermo crítico de larga evolución con las particularidades de un gran quemado
Una gran quemadura supone un estrés y un gasto energético brutal para un paciente. Aunque hacia fuera esté encamado y en reposo, el gasto calórico diario se acerca a las 4000 kcal, por lo que es imprescindible una correcta nutrición. Por ese motivo es posible que puede recibir incluso nutrición por la vena (Nutrición Parenteral)
El gran número de intervenciones hace que las pérdidas de sangre acaben siendo importantes y por ello es fácil que a lo largo del ingreso el paciente precise transfusiones de sangre.
El hecho de estar conectado a bombas de perfusión a través de un catéter, de llevar sonda para la orina o un tubo orotraqueal / traqueotomía para conectar a un respirador, puede facilitar la aparición de infecciones nosocomiales (Asociadas a los cuidados hospitalarios), por lo que es muy probable que deban emplearse antibióticos.
Después de su estancia en la UCI el paciente es habitualmente trasladado para continuar su tratamiento en la Unidad de Quemados.
Debe plantearse el ingreso como una carrera de fondo , pues puede prolongarse MESES.
A pesar de todos los avances de las últimas décadas, la mortalidad del paciente gran quemado, en especial si asocia lesiones por inhalación de humos u otros traumatismos, es muy alta.