¿Cómo lograr que la educación se vuelva una tarea más humanizadora?
En primer lugar habría que dejar en claro qué se entiende por tarea humanizadora; para esto cabe citar un pasaje del epílogo en el cual el director de una escuela se dirige a los maestros: “Ayuden a sus alumnos a volverse seres humanos”. Para poder lograr este objetivo, Ginott hace especial énfasis en la calidad de la relación Maestro- Alumno, y en la manera en que ésta relación incide en el ambiente emocional para el aprendizaje.
Puede considerarse al libro en su totalidad como una respuesta a la pregunta planteada. A lo largo del libro se proporcionan elementos para el desempeño de la labor educativa basados en la sicología; comienza con una serie de prácticas aconsejables seguido de un capítulo en donde se establecen las prácticas que deberían dejarse de lado. Se dedica un capítulo entero a lo que Ginnot denomina “Comunicación congruente” poniéndose de manifiesto la importancia que tiene la manera en que se lleve a cabo la comunicación entre el maestro y el alumno.
Ante una misma situación, la forma en la cual el maestro reacciona puede resultar en aprendizaje para el alumno, así como también puede resultar en un resultado traumático de consecuencias dañinas para éste. En éste sentido se dan una serie de ejemplos mediante los cuales se establecen las siguientes premisas:
No predicar ni dar sermones moralizantes: ante una situación problemática se debe adoptar una postura comprensiva. El maestro se debe enfocar más en la solución de un problema, que en el problema en sí mismo. No se debe resaltar las carencias del alumno para encontrar la solución a un problema, sino de facilitarle el camino hacia dicha solución. Deben evitarse las críticas que puedan resultar ofensivas para el alumno, por el contrario es preferible demostrar comprensión. Se deben de tener en cuenta los sentimientos del alumno, no negarlos.
No adjudicar culpabilidad ni exigir promesas: ante una situación de conflicto es conveniente evitar amonestaciones, en lugar de ello es preferible enfocarse en una alternativa al problema.
No tratar de averiguar el origen de pequeños incidentes de mal comportamiento: En general hacer demasiadas preguntas acerca de por qué sucedió tal o cual cosa no solo no contribuye a la solución de un problema sino que lo agrava.
No mostrarse preocupados por los antecedentes ni por el futuro de los alumnos: El maestro debe enfocarse en las necesidades presentes, o sea en el momento que el alumno necesita ayuda.
ACTITUDES QUE CONDUCEN AL FRACASO DE LA ACTIVIDAD EDUCATIVA:
a) Señalar un problema mediante el empleo de comentarios sarcásticos o hirientes: de ésta manera no solo no se logra corregir el problema, si no que además se agrega uno nuevo: se interrumpe la comunicación necesaria para el proceso de aprendizaje.
b) Propiciar la burla. Si el alumno teme al ridículo va a preferir callar ante el riesgo de que sus compañeros se rían a costa de él.
c) Utilizar insultos. Crean resentimiento, disminuyen la autoestima e inhiben la iniciativa, además provocan que el alumno replique en la misma manera.
Estos son ejemplos de actitudes claramente antipedagógicas, sin embargo no basta con evitarlas; es necesario propiciar además un ambiente estimulante que promueva una respuesta positiva en los alumnos, esto sólo se logra si el maestro muestra gusto por su trabajo y sensibilidad y afecto en el trato con los alumnos.
Para generar un ambiente adecuado, es necesario que se procesen cambios en el maestro, estos cambios no son espontáneos si no que sólo se logran mediante esfuerzos deliberados.
A menudo, será necesario dejar prejuicios de lado y adoptar actitudes que tiendan a disminuir la distancia entre el maestro y el alumno.
COMUNICACIÓN CONGRUENTE
Ginott pone especial atención al empleo de una comunicación adecuada y consciente. En este sentido se refiere a la comunicación congruente, o lo que equivale a decir: comunicación oportuna. Oportuna tanto en tiempo como en forma, teniendo especial cuidado en el efecto que dicha comunicación tenga en el alumno. Este efecto puede ser el de lograr que el alumno se sienta bien, y que de esa manera aprenda, o por el contrario puede ocurrir que una respuesta inadecuada cause rechazo e inhiba el aprendizaje.
“Con el objeto de llegar a la mente de un niño, un maestro primero debe conquistar su corazón. Solamente cuando un niño se siente bien podrá pensar bien.”
Para lograr una comunicación congruente se deben considerar los siguientes aspectos en la relación maestro alumno:
a) Erradicar del lenguaje del maestro lo que Ginott denomina “aspectos de locura” implícitos o explícitos en su forma de expresarse hacia el alumno. Con esto se refiere a “los mensajes que le dicen a un niño que desconfíe de su percepción, que no tenga en cuenta sus sentimientos, y que dude de su palabra. Este tipo de lenguaje prevaleciente y al que se ha llamado “normal” enloquece a los niños al achacar culpas y crear vergüenza, dirigir sermones moralizantes, dar órdenes y mandatos, insistir en advertencias y acusaciones, en la ridiculización y el menosprecio, las amenazas y los sobornos. Todas estas técnicas brutalizan, vulgarizan y deshumanizan a los niños. La cordura depende de la confianza que uno tenga por su realidad interna.”
b) Como alternativa, deben emplearse métodos de comunicación que generen en los alumnos confianza en sí mismos, para ayudarlos a formarse como personas cuerdas y desenajenadas.
c) “Hay que dirigirse a la situación, no a la personalidad o al carácter.” De esta manera se transmite aceptación, no rechazo. “Si se sigue este principio en los procedimientos del aula, servirá para cambiar la forma básica de la relación entre los maestros y los alumnos; modificando las expresiones de enojo, el tono de los mandatos, su método de críticas y estilo de alabanzas, su sistema de evaluación y calificación, las formas que usa para consolar y tranquilizar, sus rutinas de exámenes y su forma de hablar.”
d) El maestro debe aprender a manejar su enojo, no ocultándolo ni fingiendo ser paciente.
Debe ser capaz de expresar su ira sin recurrir a los improperios, nunca ataca cuando es atacado; sin embargo no debe reprimir sus sentimientos. (Personalmente pienso que éste es un equilibrio difícil de lograr).
e) El maestro debe ser consciente que los alumnos son dependientes de los maestros, y
ésta relación de dependencia genera hostilidad. Para reducir la hostilidad se puede dar la posibilidad de elegir sobre ciertos asuntos, otra manera consiste en evitar impartir órdenes.
f) Reemplazar los mensajes críticos por los no críticos, de ésta manera de logra transmitir
comprensión y aceptación.
g) Evitar catalogar al alumno. No hacer pronósticos negativos, ya que éstos pueden
incidir de manera que se cumpla el pronóstico. “Los niños con frecuencia se convierten en lo que los padres esperan de ellos, y en lo que los maestros les dicen que son.”
h) Corregir evitando hacer juicios hirientes; en su lugar se debe dar una guía que muestre
el camino correcto para la solución de los problemas.
i) Evitar el sarcasmo. “Un maestro con una lengua hiriente puede resultar muy peligroso.
Sus comentarios cáusticos van en perjuicio de la imagen que los niños tienen de sí mismos y bloquean el proceso de aprendizaje”
j) No ofrecer ayuda precipitadamente, ya que se le quita al alumno la oportunidad de
hallar la solución a los problemas por ellos mismos, y de esa manera consolidar la confianza en sí mismos.
k) Autenticidad: todos los conceptos anteriormente mencionados tendientes a lograr una
comunicación congruente serán eficaces en la medida que el maestro actúe con sinceridad. “Si la destreza no va unida a la autenticidad, será desenmascarada en poco tiempo.”
CONSIDERACIONES ACERCA DE LOS ELOGIOS
Se deben tener en cuenta una serie de elementos a la hora de hacer valoraciones respecto al desempeño del alumno.
Básicamente, al hacer un comentario que implique un elogio al alumno, se puede hacer de dos maneras: elogio de valoración y elogio de aprecio.
En ambos casos el alumno arriba a conclusiones sobre sí mismo, pero dependiendo de la manera en que se haga el elogio, éstas conclusiones tendrán connotaciones positivas o negativas.
Elogio de valoración:
Todo elogio que implique un juicio, “no sirve para ayudar, sino que crea angustia, produce una relación de dependencia, y causa una actitud defensiva.”
Cuando se emite un juicio que valora la personalidad del niño, lo pone en una situación de compromiso, en la que se siente obligado a cumplir con lo que se dice de él. De ésta manera se genera en el alumno un temor al fracaso que dificulta el aprendizaje.
Elogio de aprecio:
“Cuando nuestros comentarios describen los acontecimientos y sentimientos en forma realista y apreciativa, las conclusiones a las que llega el niño sobre sí mismo son positivas y productivas…..Los elogios productivos describen los esfuerzos del niño así como sus logros y nuestros sentimientos hacia ellos. No valoran la personalidad ni juzgan el carácter del niño. El principio básico para los comentarios elogiosos debe ser: describir sin evaluar. Informar, sin juzgar. La valoración del niño se le debe dejar a éste.”
CONSIDERACIONES ACERCA DE LA DISCIPLINA
Con respecto a éste tema, debe tenerse siempre presente que no se pueden corregir los problemas disciplinarios con los mismos criterios que llevaron a que la falta de disciplina tuviera lugar; ante una falta no se puede responder de igual manera, intentando erradicar un comportamiento empleando los mismos métodos que se intenta cambiar. “La esencia de la disciplina consiste encontrar alternativas suficientes al castigo. Castigar a un niño lo enfurece y disminuye las posibilidades de que se pueda educar.”
Debe tenerse presente que ante una situación crítica, el maestro hace la diferencia entre la solución o el agravamiento de un problema, la diferencia radica en las alternativas que genere el maestro para hacer de un problema una alternativa de aprendizaje. “Los problemas disciplinarios se convierten en oportunidades para transmitir valor, brindar nuevos puntos de vista, y fortalecer el aprecio de cada persona por sí misma.”
En todo caso, es conveniente enfocarse en la prevención, más que en el manejo de problemas de conducta; en éste sentido se menciona un estudio realizado por Kounin, en el que sugiere un enfoque de grupo como forma de disminuir los incidentes de mala conducta: hacer a los niños tomar parte de la clase en todo momento disminuye las probabilidades de mal comportamiento.
EL ROL DE LOS PADRES
Ante la ocurrencia de problemas entre el maestro y el alumno, los padres deben procurar no tomar partido de manera explícita, sin embargo no deben mantenerse ajenos al problema: deben concentrarse en la solución de la cuestión y el fortalecimiento del aprecio que el niño debe sentir por sí mismo.
ACERCA DE LAS TAREAS
Si bien los padres deben estar atentos a las tareas de sus hijos, no deben tener una participación demasiado activa, ya que esto impide que los niños asuman responsabilidades, a la vez que fomenta la inseguridad.
“El valor principal de la tarea estriba en la oportunidad que le brinda a un niño de trabajar por su cuenta. Con los límites adecuados, le permite libertad de decidir a la hora en que trabajará y la duración de su trabajo. Un padre que recuerda, presiona o fuerza al niño a hacer la tarea impedirá a éste que reciba el beneficio principal del trabajo escolar en casa.”
LA MOTIVACIÓN
El miedo al fracaso suele ser la principal causa de desmotivación. La mejor forma de motivar el aprendizaje consiste en promover en los alumnos actitudes que les permitan asumir el riesgo a fracasar. Para esto debe promoverse la autoestima.
Frecuentemente ocurre que el ambiente de la clase constituye un obstáculo para la motivación: “En las escuelas donde el ambiente conspira contra el aprendizaje, la escala de valores de los alumnos les repite: “No cooperen, no pongan de su parte, no colaboren con el maestro, no participen en sus proyectos, no terminen sus tareas, no hagan trabajos escolares.” En una escuela semejante, el niño tratará de fracasar con tal de impedir la censura de sus compañeros.” Es responsabilidad del maestro cambiar este ambiente adverso por otro motivante.
CONCLUSIONES
Es imprescindible para el docente tener presentes las consideraciones hechas, ya que el éxito de su empresa depende en gran medida del buen criterio que se tenga a la hora de resolver los problemas que se presentan en el aula. Por sobre todo no se puede perder de vista en ningún momento el carácter humanizador de la tarea docente y en tal sentido me refiero al período que va desde los comienzo de nuestras existencia hasta el fin de la misma, en todo los aspectos de la vida y diferentes contextos, ya que se esta formando integrantes de la sociedad que ocuparan ciertos roles, padres, madres, trabajadores, etc. Con respecto ha esto cabe mensionarse la pregunta, ¿Qué educación y que sociedad queremos?
BIBLIOGRAFÍA
El material expuesto es a partir de la investigación del libro: “Maestro Alumno”, de Haim G.Ginott
Víctor Perera