El Hospital Psiquiátrico de Maracaibo:Una historia de 114 años

El Hospital Psiquiátrico de Maracaibo, 2004:

Una historia de 114 años.

Dr. Eligio Nucette Ríos

Discurso de Orden pronunciado en el Hotel del Lago, el 14

de Abril de 2004, en el Acto de Instalación de las Jornadas

Científicas del Centenario del Hospital Psiquiátrico de Maracaibo.

“Los países parecen ómnibus manejados por

irresponsables que eligen el itinerario y el destino (o meta). Los

demás habitantes viajamos como pasajeros: mejor dicho, como

hacienda que va en camiones-jaula al mercado“... “el grado de

ineptitud de quienes manejan nuestro ómnibus me asombra un

poco”. Adolfo Bioy Casares (2001). Descanso de Caminantes,

Editorial Sudamericana Señales, Buenos Aires (Arg.). Pág. 282.

Es bueno que nos reunamos para celebrar el centenario

de una institución que, como el Hospital Psiquiátrico de

Maracaibo, ha prestado sin interrupciones un necesario servicio

a la comunidad. Es importante, porque la reflexión sobre la

situación que vivió la generación predecesora, las dificultades

que encararon y los logros que obtuvieron, nos permitirá a los

protagonistas de los años recientes y especialmente a la

numerosa generación de jóvenes que debe desplazarnos, a

entender mejor la situación actual y arbitrar soluciones mas

adecuadas. Es justo que la memoria nostálgica se detenga en

los hechos, para precisar y valorar la labor de los hombres que

hicieron, con aciertos y errores, esta historia de la Psiquiatría

regional, de la cual la arquitectura que hoy conocemos como

Hospital Psiquiátrico de Maracaibo, ha sido el escenario durante

cien años.

I. Minlos Breuer: 1890 y El Asilo Provisional de Dementes: 1895-

1904.

La Psiquiatría formal comienza en la región en el año

1890, con la iniciativa de la firma comercial Minlos Breuer y C.

A., sobre la necesidad de construir en Maracaibo un Asilo de

Enajenados, el intento de construcción en el Hato El Quemado

de la Señora Mercedes Urrutia y el Decreto del Presidente del

Estado Zulia Dr. Jesús Muñoz Tébar, el 30 de Abril de 1895,

que crea el Asilo Provisional de Dementes en la Quinta Belén,

en el sitio denominado El Mosquito del Barrio El Empedrado,

que comenzó a funcionar el 1 de Mayo del mismo año. El 6 de

Febrero del siguiente año fue nombrado el Dr. Pármenas Rosales,

Médico de ese Asilo Provisional. Es el primer Médico Psiquiatra

de la región.

Deben destacarse el carácter provisional de esa institución

y la intención de los promotores de construir un Hospital que

permitiera brindar a los enfermos mentales una atención

humanitaria y de calidad, por lo cual el Dr. Helímenas Finol,

Médico de la localidad, quien se encontraba en París, es

comisionado para visitar establecimientos con similares

objetivos, para incorporar al

(*) Discurso de Orden pronunciado en el Hotel del Lago, el 14

de Abril de 2004, en el Acto de Instalación de las Jornadas

Científicas del Centenario del Hospital Psiquiátrico de Maracaibo.

(**) Profesor Titular Jubilado de la Universidad del Zulia. Médico

Especialista II, Jefe del Servicio de Salud Mental del Hospital

de Chiquinquiará de Maracaibo.

proyecto los adelantos arquitectónicos, funcionales y de

tratamiento de la época. En efecto, el 2 de Septiembre de 1895,

el Dr. Finol envía a las autoridades un informe que comprende

datos de los Hospitales de Charenton (París) y Westminster y

Bethlem (Londres).

El Hospital Real o Casa Real de Charenton, junto con La

Bicetre y La Salpetriere, es uno de los íconos de la Psiquiatría

Clásica Francesa. Fue reconstruido con la supervisión de

Esquirol, para ser un “asilo de insanos” y su arquitectura era un

ejemplo de lo óptimo en el tratamiento de los enfermos mentales.

Esquirol, alumno favorito de Pinel, fue Médico Jefe de la División

de Mujeres de La Salpetriere y luego Director de Charenton

desde 1825 hasta su muerte en 1840; es considerado como

el mas alto representante de la escuela clínica psiquiátrica

francesa del siglo XIX. El Real Hospital de Bethlem es una

institución fundamental en la Psiquiatría del Reino Unido y junto

con el Hospital Maudsley constituyen el Instituto de Psiquiatría

de la Universidad de Londres.

II. 1904-1945: el Manicomio de Maracaibo y el Dr. Venancio J.

Hernández.

El Asilo Provisional de Dementes funcionó hasta 1904.

El 11 de Abril de ese año, el General Régulo Olivares, Presidente

Encargado del Estado Zulia, nombró una Junta para administrar

y organizar debidamente el Instituto de Enajenados, que se

juramentó el 14 de Abril en el despacho del Jefe Civil del Distrito

y eligió una Junta Directiva para el primer año de su

funcionamiento, formada por los Sres. Andrés Espina, José

Ramón Campos, Dr. José Encarnación Serrano y Sr. Manuel

Acosta Añez, para los cargos de Presidente, Vice-Presidente,

Secretario e Inspector. Los Dres. José Encarnación Serrano y

Alcibíades Flores fueron comisionados para elaborar el

Reglamento Interno. En esa misma fecha se trasladaron los 23

enfermos que estaban recluidos en el Asilo Provisional: había

comenzado la vida institucional del Manicomio. Tres años

después, el General Régulo Olivares sería nombrado Protector

del Manicomio del Estado Zulia.

El nombramiento de los Dres. Serrano y Flores no fue

improvisado. El Dr. José Encarnación Serrano fue un prestigioso

Médico marabino. Se doctoró en la Universidad del Zulia el 13

de Diciembre de 1897. Su Tesis Doctoral: “Estudio médico

sobre el aborto”, fue la primera que se presentó en Venezuela.

Fue Presidente del Estado Zulia y Senador por su región. Falleció

en 1952. El Dr. Alcibíades Flores, obtuvo el título de Bachiller

en Medicina el 29 de Marzo de 1884, en el Colegio Federal del

Estado Falcón-Zulia. Fue destacado Cirujano, Médico Jefe del

Lazareto y Profesor de la Universidad del Zulia desde 1891.

Falleció en 1922.

En ese día comenzó esta historia: el 14 de Abril de 1904.

Muchas cosas han pasado desde entonces hasta este 14 de

Abril de 2004. Por fortuna 100 años no es demasiado tiempo

y todavía existen testimonios directos, narradores de la historia

que vivieron, de los primeros cincuenta años. De los últimos

cincuenta muchos de nosotros podemos recrearla con

propiedad.

Ya en el mes de Septiembre del mismo año, la Junta

Administradora informa que los “38 recluidos, gozan todos de

perfecta salud, fuera de su enfermedad ordinaria, pues debido

al buen régimen que hoy se observa en los ramos de la

alimentación y limpieza, han desaparecido todas aquellas

enfermedades intercurrentes que aquejaban antes a los infelices

recluidos”, y así lo publica la Gaceta Oficial del Estado.

En 1906, la misma Junta dicta un Reglamento de

Reclusión, en el cual los pacientes se dividen en tres clases.

Los de la primera y segunda clases pagarían 60 y 40 Bolívares

mensuales respectivamente por servicio especial y los de la

tercera serían atendidos gratuitamente. También se establecían

condiciones especiales discriminatorias para la reclusión de

pacientes de tercera clase.

La primera edificación, probablemente finalizada para el

año 1910, se debe al Ingeniero Aurelio Beroes. Posteriormente,

en 1929, el Ingeniero León J. Hoet realiza y diseña una nueva

fachada. Alrededor de 1939, el Ingeniero José G. Belloso diseña

la fachada que, con leves modificaciones, tiene actualmente

el Hospital.

¿Qué pasaba en esos tiempos y en otros ámbitos? En

1903 se sintetizó el ácido barbitúrico, compuesto original de

los barbituratos. En 1904 Sigmund Freud publica en Viena su

segunda obra: “Psicopatología de la Vida Cotidiana”, cinco

años antes había publicado “La Interpretación de los Sueños”.

Comenzó así el Psicoanálisis, una de las corrientes psicológicas

mas importantes de la historia.

En Venezuela, desde 1899 comenzó la zaga de caudillos

andinos en el poder con el General Cipriano Castro, quién

gobierna hasta 1908. En ese período, en el año de la fundación

del Hospital Psiquiátrico, se crea la Academia Nacional de

Medicina y paradójicamente, se clausura la Universidad del

Zulia.

El Dr. Venancio de Jesús Hernández fue el primer Médico

del Manicomio, nombrado desde el 22 de Octubre de 1903.

Nació en Maracaibo, el 18 de marzo de 1876. Se graduó de

Bachiller en Medicina el 18 de Septiembre de 1890 y de Doctor

el 5 de Agosto de 1891. Muere en Maracaibo, el 15 de Agosto

de 1945, a los 69 años. Académico, Profesor Universitario,

autor de 21 trabajos, varios de los cuales sobre Psiquiatría y

Medicina Forense, se le recuerda mas por su larga labor al

frente del Manicomio del Estado Zulia. El 2 de Noviembre de

1930, al cumplir 25 años al frente de la institución, la Honorable

Junta del Manicomio del Estado Zulia lo nombra su “Benefactor

Benemérito”.

Otro “Benemérito” gobernaba el país desde 1908: el

General Juan Vicente Gómez, quién se mantuvo en el poder

directa o indirectamente hasta su muerte en 1935. Lo sucede

su Ministro de Guerra y Marina, el General Eleazar López

Contreras, primero como Presidente Provisional y desde el 19

de Abril de 1936 hasta 1941 como Presidente Constitucional

nombrado por el Congreso. En ese último año el Congreso

Nacional nombra al también Ministro de Guerra y Marina General

Isaías Medina Angarita, Presidente Constitucional para el periodo

1941-1946. Se intenta una transición pacífica de la autocracia

gomecista hacia una democracia.

III. Hospital Psiquiátrico de Maracaibo. Dr. Tibaldo Fuenmayor

Nava: 1945-1956,

Luego del fallecimiento del Dr. Venancio J. Hernández,

se encargó del Manicomio al Dr. Tibaldo Fuenmayor Nava,

nombrado definitivamente el 25 de Diciembre de 1945 y quien

desde Mayo de ese año era responsable del Servicio de Admisión.

El Dr. Tibaldo Fuenmayor Nava nació en Maracaibo el

14 de Enero de 1915. Fue Doctor en Ciencias Médicas por la

Universidad Central de Venezuela el 18 de Octubre de 1938

con la Tésis: “Tratamiento de las Esquizofrenias por el método

de Klaesi”. Este método que consiste en el uso de barbituratos

para producir un estado de sueño prolongado y profundo, fue

reportado por Jacob Klaesi en 1922 y luego ampliamente

difundido. Trabajó en el Hospital Psiquiátrico de Caracas desde

1934 a 1942 como Estudiante Interno, Residente, Adjunto y

Jefe de Servicio Psiquiátrico. Del 30 de Noviembre de 1939

El Hospital Psiquiátrico de Maracaibo, 2004: Una historia de 114 años. (*)

A R C H I V O S V E N E Z O L A N O S D E P S I Q U I A T R I A Y N E U R O L O G I A • 3 8

V O L . 5 1 / N º 1 0 4 E N E R O / J U N I O 2 0 0 5

hasta 1940 fue Médico Residente del Hospital Psiquiátrico de

Maracaibo.

Es importante señalar que el Dr. Tibaldo Fuenmayor Nava

presentó en 1944, en la “Convención Asistencial Estadal”

realizada en Maracaibo del 28 al 31 de Mayo de ese año, una

ponencia llamada “Asistencia Psiquiátrica”, con la finalidad de

transformar el Manicomio en Hospital Psiquiátrico de la zona

occidental del país, para lo cual se formularon importantes

recomendaciones, entre las cuales destacan: la definición de

atribuciones para el cargo de Médico Director, prohibición de

utilizar medios de contención mecánica sin autorización médica,

creación de servicios especializados (de admisión, pacientes

agitados, semiagitados y tranquilos) a cargo de especialistas;

aumento del personal de enfermería y auxiliares en la proporción

de 1 para cada 50 enfermos y fomento de las actividades de

Ludoterapia y Laborterapia.

En 1945, el edificio con capacidad de 360 camas albergaba

a 511 pacientes, quienes se recibían en el Servicio de Admisión,

donde eran observados entre 15 y 30 días y luego trasladados

a los Servicios Psiquiátricos. Se realizaban tratamientos con

choques insulínicos (mas frecuentemente) y electrochoques, y

con menos frecuencia choques cardiazólicos y piretoterapia;

además de Laborterapia. Eran los tratamientos que se utilizaban

en esa época en los centros psiquiátricos mas adelantados del

mundo, y sustituyeron a los Bromuros que hasta ese momento

constituían la única forma de tratamiento de las enfermedades

mentales y habían sido introducidos en 1867 por el Dr. Joaquín

Esteva Parra, fundador de los estudios médicos en este Estado.

El tratamiento de la parálisis general por la inducción

artificial de fiebre fue el primer tratamiento biológico eficaz en

Psiquiatría. En 1917, Wagner von Jauregg inyectó a un paciente

paralítico general con sangre de un paciente que padecía

malaria, enfermedad controlable con quinina. Este fue el primer

tratamiento con éxito de la primera causa de trastornos mentales

en ese momento, la neurosífilis. Sus experiencias le merecieron

el Premio Nóbel en 1927. En 1930, el tratamiento por fiebre

malárica se había convertido en la forma mas eficaz de

tratamiento psiquiátrico.

El tratamiento de la esquizofrenia mediante la producción

de comas insulínicos, fue reportado por Manfred Sakel en el

año 1933, ante la Sociedad Médica de Viena. Al mismo tiempo

el psiquiatra húngaro Laszlo von Meduna, con la hipótesis de

un antagonismo biológico entre epilepsia y esquizofrenia, concibió

inducir convulsiones en esquizofrénicos para mejorar sus

síntomas mentales. En 1935 reportó resultados favorables en

pacientes tratados con inyecciones intramusculares de alcanfor

en solución oleosa. Problemas técnicos lo llevaron a sustituir

el alcanfor oleoso por el Cardiazol.

Los tratamientos de Sackel y von Meduna se diseminaron

rapidamente y en los años siguientes se consideraron como

los mas modernos tratamientos para la esquizofrenia. En el

Hospital Psiquiátrico de Maracaibo se utilizaron desde 1938.

La terapia electroconvulsiva, sobre la misma hipótesis

de von Meduna, fue aplicada por primera vez por Ugo Cerletti

y Luigi Bini en 1938, en el Hospital de la Universidad de Roma.

El espectacular resultado obtenido en un paciente esquizofrénico,

los hizo reportar ese mismo año a la Academia de Medicina,

este nuevo método de terapia de choque. La facilidad de su

aplicación permitió que el electrochoque desplazara al choque

por cardiazol. En 1944 el Dr. Tibaldo Fuenmayor Nava trajo el

equipo de los Estados Unidos para comenzar su aplicación.

Ya en ese momento se presenta una realidad que después

atentaría severamente contra la funcionalidad del Hospital. La

utilización de recursos terapéuticos actuales, incluso el fomento

de la actividad ergoterapéutica contra la ociosidad, cuya eficacia

fue probada desde principios del Siglo XX, no lograrán detener

el hacinamiento de la población hospitalizada.

Al finalizar el año 1945, la situación política del país es

la siguiente: un golpe de estado cívico-militar derroca al Presidente

General Isaías Medina Angarita y el Señor Rómulo Betancourt

del Partido Acción Democrática, preside una Junta Revolucionaria

de Gobierno. Al siguiente año se decreta la reapertura de la

Universidad del Zulia. El 17 de Diciembre de 1947 es elegido

Presidente de la República el escritor Rómulo Gallegos, en las

primeras elecciones directas de la historia del país. Gallegos

gobernó desde el 15 de Febrero hasta el 24 de Noviembre de

1948, fecha en la cual es derrocado. Una Junta Militar presidida

por el Teniente Coronel Carlos Delgado Chalbaud y formada

además por los Tenientes Coroneles Marcos Pérez Jiménez y

Luis Felipe Llovera Páez, gobierna el país hasta el asesinato de

Delgado Chalbaud, el 13 de Noviembre de 1950. El Dr. Germán

Suárez Flamerich, lo sustituye como Presidente de la Junta de

Gobierno hasta el 2 de Diciembre de 1952, fecha en la cual se

proclamó a Marcos Pérez Jiménez Presidente Constitucional

y se desconocieron los resultados de las elecciones del 30 de

Noviembre.

Debe señalarse que el Dr. Tibaldo Fuenmayor Nava fue

uno de los Profesores fundadores de la Universidad del Zulia

en su reapertura. Se desempeñó como Profesor adjunto a la

Cátedra de Patología Médica en 1950. Aparece en la nómina

de Profesores del año 1951, como Profesor de Clínica Psiquiátrica

del Sexto Año de Medicina, en la primera promoción de Médicos

Cirujanos después de la reapertura, que egresó en 1952.

Desempeñó esa Cátedra hasta 1957.

El Dr. Tibaldo Fuenmayor Nava se separó del cargo

hospitalario desde el 21 de Julio de 1946 hasta el 16 de

Septiembre de 1947, fecha en la cual se reincorporó como

Médico Director. En su ausencia fue sustituido por el Dr. Humberto

Fernández Morán, quién practicó en varios pacientes el

procedimiento quirúrgico ya reportado en 1936 por los

neurólogos portugueses Egas Moniz y Almeida Lima, en la

Academia de Medicina de París, denominado leucotomia

prefrontal. Esta breve práctica de la Psicocirugia en el Hospital

Psiquiátrico suscitó la opinión adversa de uno de los Psiquiatras

del Hospital, el Dr. Reyes Augusto Hernández, hijo del Dr.

Venancio J. Hernández.

El Dr. Reyes Augusto Hernández es uno de los personajes

mas interesantes y menos recordados de la historia del Hospital

Psiquiátrico. Nació en Maracaibo en 1896, se graduó de Doctor

en Ciencias Médicas en la Universidad Central de Venezuela

en 1924 y trabajó en el Hospital desde 1926 como Segundo

Médico o Adjunto del Dr. Venancio J. Hernández, y siguió allí

hasta su muerte en 1952.

Un hito fundamental constituye el advenimiento de los

psicofármacos. Su uso permitiría aquietar el agitado ambiente

de los hacinados hospitales psiquiátricos. Comienza con el uso

de la Cloropromazina por Delay y Deniker en París, en 1952,

aunque ya Cade en 1949, había utilizado por primera vez las

sales de litio para tratar las crisis de manía. En 1954, Weber en

Zurich y Kline en Nueva York, reportan la Reserpina como

psicofármaco. En 1955 se sintetiza la primera benzodiazepina:

el clordiazepóxido. En 1957, Kuhn constata el efecto

antidepresivo de un compuesto triciclico: la imipramina y Kline

reporta el mismo efecto de un tuberculostático: la iproniazida.

Por fin, en ese mismo año de 1957, en el II Congreso Internacional

de Psiquiatría en Zurich, se acuerdan los términos neurolépticos,

timolépticos y timeréticos, para clasificar los psicofármacos

según el efecto. Ya estamos definitivamente instalados en la

era de la psicofarmacología, cuya influencia es cada vez mayor.

La Cloropromazina fue indicada en el Hospital Psiquiátrico

desde Noviembre de 1953, junto con el Fenobarbital y la

Prometazina, por los Dres. Tibaldo Fuenmayor Nava, Jaime

Sauret y Carlos Gil Rincón, en una sala especialmente

acondicionada y climatizada (“el cuarto frío”), para lograr efectos

terapéuticos muy similares a los reportados con el método de

Klaesi ya mencionado. Los resultados de la utilización de los

primeros psicofármacos fueron reportados por la División de

Higiene Mental, en un coloquio realizado en París en 1955 y

mas tarde por los Dres. Tibaldo Fuenmayor Nava y Ramón Avila

Girón, en las Terceras Jornadas Nacionales de Psiquiatría

realizadas en esta ciudad el año 1961.

Esa ultima comunicación titulada “Psicofármacos en el

medio hospitalario. Experiencias en el Hospital Psiquiátrico de

Maracaibo”, publicado en la ya desaparecida Revista de La

Universidad del Zulia No. 29 del año 1965, es un documento

fundamental en la historia de nuestra Psiquiatría. Incluye un

resumen de las principales clasificaciones y productos de la

época y de los utilizados en el Hospital: Cloropromazina (Largactil),

Prometazina (Fenergán), Reserpina (Serpasol), Trifluoperazina

(Stelazine) e Imipramina (Tofranil). Plantea la posibilidad de

asociaciones psicofarmacológicas y con otros tipos de

tratamiento, principalmente electrochoques, y menciona la

utilidad para tratamientos ambulatorios, de la asociación

complementaria de Imipramina (antidepresivo) con

clordiazepóxido (ansiolítico), de vigencia actual.

El Dr. Tibaldo Fuenmayor Nava se retiró definitivamente

de la Dirección del Hospital en Diciembre de 1956 y continuará

como Jefe de Servicio hasta 1961. En 1957 funda la “Clínica

Neuropsiquiátrica Dr. Ricardo Alvarez”, primer centro privado

de hospitalización en la región. En 1958, con otros destacados

especialistas, funda el Capítulo Zuliano de la Sociedad Venezolana

de Psiquiatría. En 1961 funda el Dispensario de Higiene Mental

y permanece como Director de este hasta su jubilación del

Ministerio de Sanidad y Asistencia Social en 1973. Muere en

Maracaibo el 7 de Agosto de 1988.

III. Dr. Carlos Gil Rincón: 1957-1958.

En Enero de 1957 se encargó de la Dirección el Dr. Carlos

Gil Rincón, quién nació en Maracaibo el 25 de Abril de 1911

y recibió el título de Doctor en Medicina el 10 de Agosto de

1942 en la Universidad Central de Venezuela. Fue Médico

Residente del Hospital Psiquiátrico de Maracaibo desde

Septiembre de 1942 hasta agosto de 1943, y se reincorporó

en 1946. Participó en las experiencias psico-quirúrgicas del Dr.

Fernández Morán en ese año y del uso inicial de los

psicofármacos con los Dres. Fuenmayor Nava y Sauret, desde

1953. En esa oportunidad informó los resultados satisfactorios

en 18 casos de curas de sueño domiciliarias. El Dr. Gil Rincón

suprimió los servicios que prestaban las Hermanas de la Caridad

de Santa Ana desde el 25 de Febrero de 1906.

Fue Médico del Hospital de Chiquinquirá entre Septiembre

de 1943 a Noviembre de 1945. En el año 1952 publicó en la

Revista de la Sociedad Médico Quirúrgica del Zulia un trabajo

titulado “Síndrome fronto-diencefálico-mesencefálico: estudio

clínico” y en las Memorias del VI Congreso Venezolano de

Ciencias Médicas, en 1955, el trabajo titulado “Autohemoterapia

intracerebral”, en el cual da cuenta de una original forma de

tratamiento psiquiátrico.

El 23 de Enero de 1958, un golpe de estado derroca al

General Marcos Pérez Jiménez y gobierna el país una Junta

presidida por el Contralmirante Wolfgang Larrazabal Ugueto,

quien fue sustituido por el Dr. Edgar Sanabria al retirarse el

Contralmirante para participar en las elecciones del 7 de

Diciembre del mismo año. El Señor Rómulo Betancourt fue

elegido Presidente en esas elecciones. Comenzó en este

momento la época democrática, con sus dones y con sus

miserias.

IV. Dr. Nerio Castellano Rincón: 1958-1991.

En 1958, coincidente con la caída de Pérez Jimenez,

renuncia el Dr. Carlos Gil Rincón y se nombra al Dr. Nerio

Castellano Rincón Director del Hospital Psiquiátrico de Maracaibo.

El Dr. Nerio Castellano Rincón nació en Maracaibo y se graduó

de Médico Cirujano en la Universidad Central de Venezuela el

17 de Septiembre de 1948. El 1 de Febrero de 1951 recibe el

título de Médico Psiquiatra por la Universidad Central de

Venezuela, como integrante del Primer Curso de Postgrado en

Psiquiatría de esa Casa de Estudios, dirigido por el Dr. Raúl

Ramos Calles. Fue Médico del Hospital Psiquiátrico y consultante

del Hospital de Chiquinquirá. Permaneció como Director del

Hospital hasta su jubilación en Abril de 1991.

A pocos días de finalizar la dictadura, el 4 de Febrero

de 1958, los Dres. Tibaldo Fuenmayor Nava, Nerio Castellano

Rincón, Carlos Gil Rincón, Narciso Rincón Sánchez y Romer

Angel Hómez, fundan el Capítulo Zuliano de la Sociedad

Venezolana de Psiquiatría, hoy presidido por la Dra. María

Mercedes Fuenmayor, hija del Dr. Fuenmayor Nava.

Como se dijo, en 1961 el Dr. Tibaldo Fuenmayor Nava

funda el Dispensario de Higiene Mental de Maracaibo, con el

objetivo de llegar a ser “el mas efectivo órgano de asistencia

y profilaxis psiquiátrica”, con prioridad en el tratamiento

ambulatorio y el régimen de hospital-dia. Diez años después,

en un informe que escribió para el IV Congreso Venezolano de

Psiquiatría, reconoce su fracaso, especialmente por la

imposibilidad de estructurar un equipo interdisciplinario suficiente

para atender la demanda: psicólogo, enfermera y trabajador

social formado en la especialidad y psicopedagogo.

Otro hito fundamental en la Historia del Hospital Psiquiátrico

de Maracaibo, es el inicio en su sede del Primer Curso de

Postgrado que se dictó en la Universidad del Zulia. Este Primer

Curso de Postgrado en Psiquiatría comenzó el 10 de Noviembre

de 1961 y el 21 de Abril de 1964 graduó a 11 Médicos

Psiquiatras, la mayoría Médicos Residentes del Hospital. Fue

dirigido por el Dr. Ramón Avila Girón, Médico Jefe de uno de

los Servicios Psiquiátricos.

El Dr. Ramón Avila Girón, nativo de Los Puertos de

Altagracia, obtuvo el grado de Médico Cirujano el 28 de Julio

de 1956 en la Universidad del Zulia. En ese mismo Acto, lo

recibió el Dr. Rubén Rodríguez Colina, de Maracaibo. Ambos

aprobaron el Segundo Curso de Postgrado de la especialidad

que ofreció la Universidad Central de Venezuela en el Hospital

Psiquiátrico de Caracas, bajo la dirección de los Dres. Pedro

Bonifacio Castro y Jesús Mata de Gregorio desde el 26 de

enero de 1957 y el 23 de Enero de 1959 recibieron el titulo de

Médico Psiquiatra y Neurólogo. El Dr. Avila Girón fue Médico

Jefe de Servicio del Hospital hasta su jubilación en Abril de

1991 e igualmente el Dr. Rodríguez Colina, hasta su fallecimiento

el 10 de Junio de 1999.

Al regresar a Maracaibo, los Dres. Avila Girón y Rodríguez

Colina comienzan a desarrollar una importante labor docenteasistencial

en la Universidad del Zulia y el Hospital Psiquiátrico.

Particularmente el Dr. Ramón Avila Girón, quien desde 1959 se

dedica con especial encomio a organizar y fundar la docencia

de pregrado en Psicología Médica y Psiquiatría como asignaturas

de enseñanza autónoma y marcar el rumbo definitivo que apunta

a la formación psicológica de Médico y a la atención preventiva.

En nuestra opinión esta tarea del Dr. Avila Girón es el esfuerzo

mas significativo que se ha hecho para organizar nuestra

Psiquiatría como un quehacer docente-asistencial.

Mientras, la carencia de políticas adecuadas de Salud

Mental y especialmente de alternativas de atención preventiva

a nivel de la comunidad urbana y rural, y en los hospitales

generales, llevaron al Hospital Psiquiátrico a convertirse en un

reclusorio de enfermos crónicos en condiciones del mas extremo

hacinamiento.

Este es el panorama que percibimos cuando comenzamos

nuestra actividad en el Hospital Psiquiátrico, primero como

alumno de la Escuela de Medicina y luego como Médico

Residente desde 1964: un Hospital hacinado, con mas de 900

pacientes repartidos en cuatro servicios psiquiátricos: dos de

mujeres y dos de hombres, cuyos Jefes eran los Dres. Ramón

Avila Girón, Rubén Rodríguez Colina, Hernán Hernández Vargas

y Narciso Rincón Sánchez. La mayoría de los egresados del

primer curso eran Adjuntos a los servicios psiquiátricos.

El Dr. Hernán Hernández Vargas es un paradigma

actual de dedicación a la asistencia del enfermo mental. Nieto

del Dr. Venancio J. Hernández, nació en Maracaibo y se graduó

de Médico Cirujano el 31 de Julio de 1950 en la Universidad

Central de Venezuela y de Médico Psiquiatra egresado del

Tercer Curso de Postgrado en Psiquiatría de la misma Casa de

Estudios en el año1961. Hizo un entrenamiento especial de

dos años en el Servicio de Neurología del Hospital Vargas de

Caracas. Desde 1957 hasta su jubilación en 1991 fue Jefe de

Servicio Psiquiátrico y desde 1963 hasta este momento dirige

el Servicio de Electroencefalografía, que fue el primero de los

Hospitales de la ciudad.

El Dr. Narciso Rincón Sánchez, ejemplo de voluntad para

el trabajo y la superación, nació en Maracaibo y se graduó de

Médico Cirujano en la Universidad de los Andes (Mérida) el 28

de Julio de 1948 y de Médico Psiquiatra en la promoción del

Primer Curso de Postgrado en Psiquiatría de la Universidad del

Zulia, en 1964. Fue Jefe de Servicio hasta su jubilación en 1991.

En relación con los tratamientos: había dos salas para

tratamientos con Insulina, para mujeres y para hombres, con

aproximadamente 15 camas cada una de ellas y en condiciones

ambientales y de atención notablemente mejores que el resto

de los servicios; se aplicaban aproximadamente 30

electrochoques diarios en la propia cama del paciente, con

cuidados mínimos y generalmente sin premedicación; los

psicofármacos ya citados anteriormente, se indicaban

profusamente y había una buena provisión de ellos en el Hospital.

La alimentación de los pacientes, la misma que la del resto del

personal era de muy buena calidad. Las actividades de

Ergoterapia eran rutinarias y poco vinculadas con el proceso

de resocialización: se proyectaban películas con frecuencia y

había una sesión de baile semanal, estos eventos eran esperados

con entusiasmo por los pacientes como la única posibilidad de

interactuar con pacientes del otro sexo. La practica de la

Psicoterapia sistematizada, tanto individual como familiar,

quedaba sujeta al interés de los Médicos y las posibilidades

reales de practicarla.

La atención de Emergencia se ofrecía las 24 horas del

día, en un solo ambiente: el mismo que se usa actualmente,

por el Médico Residente de guardia. No había Servicio de

Admisión u Observación y los pacientes ingresaban directamente

a los servicios psiquiátricos. La Consulta Externa no estaba

organizada y sólo un Psiquiatra, no adscrito a ningún servicio

de hospitalización hacia Consulta Externa en horas de la tarde,

en el mismo Consultorio de la Emergencia. El seguimiento de

los pacientes después del Alta, con frecuencia lo hacían los

Residentes en sus horas de guardia. En un Servicio de Enfermería,

los trastornos somáticos eran atendidas por un Médico Internista.

El Servicio Social elaboraba una Historia Social y realizaba una

visita domiciliaria a cada uno de los pacientes hospitalizados.

No hubo Servicio de Psicología, hasta 1965 que comenzó a

prestarlos la Psicóloga Ramona Arias de Contreras.

En ese escenario se desarrolló el Segundo Curso de

Postgrado en Psiquiatría, desde el 16 de Febrero de 1966 hasta

el 01 de Diciembre de 1967, dirigido también por el Dr. Ramón

Avila Girón. Se graduaron como Médicos Psiquiatras los 6

Médicos Residentes del Hospital.

En el año 1967 el Dr. Nerio Castellano Rincón elabora y

publica en el Boletín del Hospital (uno de los varios intentos de

consolidar una publicación científica), el “Anteproyecto de un

programa de Higiene Mental para el Estado Zulia y

particularmente para el Distrito Sanitario Maracaibo”. En el se

consiguen los siguientes datos de institutos existentes en

Maracaibo: el Hospital Psiquiátrico con 500 camas (y un promedio

diario de ocupación de 601 pacientes), el Dispensario de Higiene

Mental y una Clínica Privada con 80 camas y en Cabimas: un

Dispensario. El personal del Hospital Psiquiátrico era de 15

Psiquiatras (con un total de 45 horas contratadas), 6 Médicos

Residentes, 1 Psicólogo, 14 Enfermeras (os) graduadas (os)

(sólo uno con Curso de Postgrado en Psiquiatría), 117 Enfermeras

(os) Auxiliares, la mayoría sin curso formales, 1 Trabajadora

Social y 2 Auxiliares de Trabajo Social, 3 Terapistas Ocupacionales

y 10 Médicos de otras especialidades.

En ese “Anteproyecto”, el Director del Hospital señalaba

como problemas claves: la sobrepoblación hospitalaria y la gran

cantidad de enfermos crómicos. Esto que ocasionaba graves

problemas en el funcionamiento de la institución, se debía

especialmente a la carencia en la región de otras alternativas

de atención. Se hacen una serie de recomendaciones entre

las cuales destacan: el funcionamiento de Centros de Salud

Mental para tratamientos ambulatorios, hospitales diurnos y

posibilidades de atención por períodos breves; la creación de

dos Centros de Rehabilitación de enfermos crónicos o Institutos

Psiquiátricos Rurales para 200 hombres y 200 mujeres para

descongestionar el Hospital, de los cuales ya existían varios en

el país y estimular la remodelación del Hospital paralizada desde

1965. Esta remodelación nunca continuó.

Entre 1968 y los primeros años de la década de los 70,

se sucedieron unos importantes cambios. La aplicación de los

tratamientos insulínico y de electrochoque estaba a cargo de

los Residentes, ahora especialistas, quienes objetaron la

racionalidad de la indicación en muchos pacientes. Como

resultado de este desacuerdo entre 1969 y 1971 desaparecieron

las salas de insulina y disminuyó notablemente la aplicación de

electrochoques.

También desde 1968 se planteó la necesidad de separar

las actividades de Emergencia de las de Consulta Externa,

porque los Residentes acostumbraban evolucionar a sus

pacientes ambulatorios durante las guardias. Se acordó,

conjuntamente con el Departamento de Historias Médicas,

organizar los registros de emergencia para que tuvieran valor

estadístico y se diseñó un formato para el registro de los datos

esenciales en los pacientes atendidos en la Emergencia; además,

se reubicaron las oficinas administrativas y su espacio, a la

entrada del edificio, se acondicionó para Consulta Externa y

para comienzos de 1971 había una distribución cronográfica

de la Consulta Externa que incluía a todos los Médicos del

Hospital.

Para esa fecha se utilizaban en el Hospital todos los

psicofármacos que existían en el mercado: entre los

Neurolépticos: los derivados de la fenotiazina, butirofenona y

reserpina; de los Antidepresivos: impramina, trimeprimina,

amitriptilina y doxepin; una gran variedad de Ansiolíticos derivados

de la benzodiazepina; además de antiepilépticos.

Pero el hecho mas importante fue el traslado de mas de

600 pacientes a 4 Colonias Psiquiátricas Rurales, como parte

de un programa de Salud Mental. Se contemplaba la

transformación del Hospital Psiquiátrico en un gran centro de

Psiquiatría Comunitaria y la apertura de Servicios Psiquiátricos

en los Hospitales Generales y Ambulatorios de la región. Así lo

comunicaron las autoridades oficiales del Ministerio de Sanidad

y Asistencia Social en la ponencia sobre “Salud Mental”

presentada en el Cuarto Congreso Venezolano de Salud Pública,

publicado en la Revista del Ministerio en Diciembre de 1972,

tal vez inspirados en el Plan Decenal de Salud para las Américas,

producto de la Reunión Especial de Ministros de Salud en

Santiago de Chile en el mismo año, que daba prioridad “al

tratamiento ambulatorio y a la hospitalización breve, de preferencia

en hospitales generales”, para lo cual indicaba que “un mínimo

de 5% de las camas de hospitales generales se destinen a

enfermos mentales.”

En efecto, para el año 1974, los Hospitales Universitario,

General del Sur, Central y Chiquinquirá de Maracaibo y el

Hospital General de Cabimas, los Ambulatorios La Victoria y El

Silencio de Maracaibo y El Lucero de Cabimas, contaban con

los servicios de Psiquiatras.

El Servicio de Higiene Mental del Hospital General “Dr.

Adolfo D Empaire” de Cabimas fue el pionero en esta modalidad.

Creado por el Dr. José Pirela Acevedo el 1 de Enero de 1963

en la Unidad Sanitaria, desde el 18 de Abril de 1968 hasta la

actualidad funciona en el edificio del Hospital. El del Hospital

Universitario fue fundado por el Dr. Irene Ney Alliey Castro el 21

de Julio de 1971 y los del General del Sur y Chiquinquirá, por

los Dres. Numa Márquez y Eligio Nucette Ríos respectivamente,

en 1974. El del Hospital Central Dr. Urquinaona fue fundado en

1979 por el Dr. Gustavo París Dorta.

Sin embargo no se conformaron verdaderos Servicios

de Salud Mental y sólo en el Hospital General del Sur y en el

Hospital General de Cabimas se habilitaron camas de

hospitalización, el primero como un anexo con énfasis en el

trabajo comunitario y el segundo como un piso destinado

especialmente al Servicio en la arquitectura del Hospital.

Con respecto a la labor de descongestionamiento del

Hospital, se inició con el traslado de pequeños grupos de

pacientes a institutos psiquiátricos rurales del centro del país,

con la inevitable consecuencia de desarraigo de estos seres

humanos, quienes a pesar del abandono todavía conservaban

algunos vínculos familiares en nuestra región.

La primera Colonia Psiquiátrica que se creó fue la “Zulia”

(conocida como Los Manguitos) en la vía a La Concepción,

fundada por el Dr. Rafael Herrera Ramos el 1 de Abril de 1968,

con 100 pacientes hombres y en Septiembre del mismo año

recibió 50 mujeres, hasta 200 cupos. Es la primera colonia

mixta del país. La de La Sierrita, en la vía a la población de

Carrasquero, fue fundada en 1970 por el Dr. Guillermo Páez

Morales con 250 pacientes masculinos. La San Rafael, en la

carretera hacia El Moján, fue fundada por el Dr. Narciso Rincón

Sánchez en 1973 con 200 pacientes hombres. La Colonia San

Agustín o de La Rinconada fue fundada por los Dres. Nelson

Cárdenas Padrón y José Struve Romero en 1971 con 200

pacientes mujeres y funcionó hasta 1992.

Para 1974 el cuerpo profesional asistencial del Hospital

Psiquiátrico de Maracaibo contaba con 4 Jefes de Servicio y

11 Adjuntos, 6 Médicos Residentes (4 Psiquiatras), 8 Médicos

consultantes de diferentes especialidades, 1 Médico Radiólogo,

1 Odontólogo, 1 Bioanalista, 1 Psicólogo, 14 Enfermeras

Profesionales. Merece citarse la iniciativa de la Dirección del

Hospital para fomentar las actividades ocupacionales en los

pacientes, cuya expresión fue el nombramiento, el 7 de Enero

de 1974, de una “Comisión organizadora de los Talleres

Protegidos”, coordinada por la Psicóloga Nelly Díaz Román.

Esta Comisión programó una serie de Talleres, para ser

desarrollados, según las potencialidades, habilidades e intereses

del trabajador, por el Servicio de Laborterapia.

En relación con la docencia de postgrado, desde la culminación

del Segundo Curso, no hubo docencia de cuarto nivel hasta

1978, cuando la Facultad de Medicina de La Universidad del

Zulia organizó las Residencias Docentes, a través de la Oficina

de Postgrado, hoy División de Estudios para Graduados. Desde

esa fecha se han ofrecido ininterrumpidamente para los

Residentes del Hospital. El Dr. Ramón Avila Girón continuó

como Director hasta su jubilación de La Universidad del Zulia

en 1984, y desde entonces está bajo la dirección de la Dra.

Lilia Meléndez de Nucette. Hasta la fecha ha formado 92 Médicos

en el área, algunos de los cuales lamentablemente no han

recibido su título universitario por no haber presentado el Trabajo

Especial de Grado.

Las Colonias Psiquiátricas ocultaron el verdadero problema

de la asistencia psiquiátrica regional, que no es diferente del

resto del país y de los otros países latinoamericanos: la carencia

de políticas y programas coherentes, sistemáticos, adecuados

y evaluables, referentes a la Salud Mental.

Los organismos oficiales, gremiales y científicos, han

convocado en varias oportunidades a los especialistas a discutir

este asunto y se han presentado copiosas y documentadas

ponencias, que proponen soluciones a esta situación. Se ha

escrito mucho pero se ha hecho muy poco.

Desde el principio nos opusimos a la apertura de las

Colonias Psiquiátricas y nos negamos a calificarlas como Centros

de Resocialización. Opinamos que una medida así, si bien

descongestionaba el Hospital Psiquiátrico, si no formaba parte

de un plan integral de salud mental que comprendiera una

reforma estructural y funcional del Hospital y formas alternativas

de atención en los Hospitales Generales y Centros Ambulatorios,

con servicios que contaran con personal pluridisciplinario

suficiente, que permitiera desarrollar medidas preventivas en

Salud Mental en la comunidad, dirigidas a grupos especialmente

predispuestos (Higiene Mental Escolar, atención a adolescentes,

etc.), corría el riesgo de crear un circulo de la cronicidad y

tendríamos varios Hospitales de Crónicos, que a la postre

resultarían tan hacinados como el Hospital Psiquiátrico.

Era fácil percibir que las Colonias Psiquiátricas, instituciones

privadas subsidiadas por el Estado a través del Ministerio de

Sanidad y Asistencia Social, eran entes improvisados, con

presupuestos exiguos, sin asistencia técnica y sin supervisión

adecuada por parte de los organismos oficiales.

Lamentablemente el tiempo lo demostró, y los medios

de comunicación impresos de los años siguientes, dan cuenta

de las quejas de la comunidad en tal sentido.

Hay que decir también, que en los últimos años hemos

visto un esfuerzo mas sistemático para asistir a estos Centros,

que ya son una realidad en nuestro medio, gerenciados por el

Dr. Gustavo París Dorta, de la Coordinación Regional de Salud

Mental.

Hubo en ese tiempo, iniciativas que demuestran la

inquietud de las autoridades sanitarias regionales y que

lamentablemente fueron sólo eso. El 18 de Diciembre de 1985

el Director Sub-regional de Salud del Estado, presentó un

“Proyecto de Hospitalización Parcial del Hospital Psiquiátrico

de Maracaibo”. Dicho Proyecto comprendía la hospitalizacióndía,

la hospitalización-noche y cuidados hospitalarios de fin de

semana. Se concretaría en la Unidad de Hospitalización Parcial

del Hospital. En su elaboración estuvieron involucrados el Dr.

Rafael Herrera Ramos, Coordinador Regional de Psiquiatría, el

Dr. Jorge Urbina Zabala, como Coordinador de la Unidad y la

Socióloga Kleyra Sulbarán de Montes, Coordinadora de

Promoción Social del Ministerio. La prensa informó a mediados

de 1986, que el Ministerio de Desarrollo Urbano había comenzado

la construcción de la Unidad.

Sin embargo, para ese año de 1986, el 16 de mayo, el

Diario Critica, titula una entrevista con el Director Dr. Nerio

Castellano Rincón: El Hospital Siquiátrico (sin p) precisa ser

“intervenido”. Se declaraba: “Las siete prensas con que cuenta

el hospital para solventar el servicio de lavandería no están

funcionando y esto impide que se cumplan con las normas de

aseo indispensables que deben regir en cualquier centro

asistencial”. Mas adelante al referirse al Proyecto de

Hospitalización Parcial dice: “el Ministerio de Desarrollo Urbano

prometió un aporte de medio millón de bolívares, aunque hasta

los momentos no se ha llegado a un acuerdo definitivo”. En ese

momento, el Hospital contaba con 236 camas y se ahogaba

en la basura que ni el Ministerio de Sanidad ni el de Obras

Pública, recogía. Aplaudimos el coraje del Dr. Castellano, al

denunciar desde la Dirección, el estado del Hospital.

El período directivo del Dr. Castellano, coincidió casi al

calco, con la era democrática. Luego del derrocamiento de

Marcos Pérez Jiménez en 1958 y de la Junta de Gobierno, se

sucedieron desde 1959 hasta 1984 los gobiernos de Rómulo

Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez

y Luis Herrera Campins, de los partidos Acción Democrática y

Socialcristiano COPEI, que habían constituido antes de la caía

de Pérez Jiménez el Pacto de Punto Fijo. Jaime Lusinchi

gobernó desde 1984 hasta 1989 y de nuevo Carlos Andrés

Pérez fue electo para el período 1989-1994, ambos de Acción

Democrática.

Vale la pena recordar que un día de 1983, en el gobierno

social-cristiano del Dr. Herrera Campins, el país se enteró de

algo que todos ya sabíamos: no somos ricos, en verdad la

mayoría de los venezolanos es muy pobre. Hasta ahora y

especialmente en el quinquenio anterior, los venezolanos y

particularmente los zulianos nos paseábamos por las calles de

Miami divididos en dos tribus: los “ta-baratos” y los “damedos”.

En Diciembre de 1983, la gaita tradicional dejaba oír su

lamento: “que triste un Domingo sin Miami Beach!!!”

Esto hay que decirlo, porque el deterioro de los servicios

de salud y particularmente de los de salud mental,

tradicionalmente preteridos, se acentuó. Comenzó el fantasma

de la privatización, franca o encubierta por una supuesta

autogestión.

La crisis económica y social estalló en Febrero de 1989,

recién asumido en la Presidencia Carlos Andrés Pérez, con la

revuelta popular llamada “El Caracazo”, y después con el intento

de golpe militar del 4 de Febrero de 1992. Al siguiente año el

Presidente Pérez es depuesto por el Congreso y el escritor

Ramón J. Velásquez termina el período constitucional. En las

elecciones siguientes, Rafael Caldera, sin el apoyo de los partidos

tradicionales, cosecha el descontento y gobierna desde 1994

hasta 1999. Ese año, por primera vez por referendo popular,

se aprueba una nueva Constitución: la Bolivariana y comienza

un nuevo gobierno presidido por Hugo Chávez Frías, líder del

alzamiento militar de 1992, cuyas ejecutorias pronto debemos

evaluar.

VI. Dr. Juan Rodríguez Hernández: desde 1991.

En Abril de 1991, el Dr. Nerio Castellano Rincón, que no

solicitó su jubilación, es jubilado y se nombra para el cargo al

Dr. Juan Rodríguez Hernández, quién desde entonces lo

desempeña, con una interrupción en los años 1995 y 1996, en

la cual se nombra a la Dra. Eligia Chirino por un año y luego al

Dr. Nelson Cárdenas Padrón, por tres meses. La salida temporal

del Dr. Rodríguez fue por motivos “políticos”: no militaba en

algunos de los partidos que sustentaban el gobierno. La breve

pasantía del Dr. Cárdenas, fue consensuada por la opinión de

muchos de los Psiquiatras de la localidad.

Recientemente se han dicho y escrito muchas cosas

referentes al futuro del Hospital Psiquiátrico. Las opiniones van

desde mudar el Hospital para otro sitio porque el extenso terreno

que ocupa es valioso por su ubicación urbanizable, hasta

transformarlo en un Hospital General. Esta última opinión

sustentada por la declaración del Jefe de la División de Salud

Mental, quien el 3 de Junio de 1994, comenzando el gobierno

minoritario de Caldera, anunció que se eliminarían los

manicomios. Ese día el diario El Nacional señaló en su mancheta:

“Amarre su loco”.

Opinamos que el Hospital Psiquiátrico no debe eliminarse

y no compartimos la idea de transformarlo en un Hospital

General. Esta opinión es también la de otros Psiquiatras de

nuestro medio con quienes hemos discutido.

Permítanme recordarles que la Salud Mental es un

derecho humano fundamental y que su gratuidad tiene rango

constitucional. Que las ofertas privadas aunque válidas, no

pueden desmejorar el derecho que tiene quién no puede pagar,

de acceder a servicios oportunos y de calidad. Que las acciones

autogestionarias no suponen el que los pacientes paguen por

servicios de salud, eso es privatización y no autogestión, porque

hay acciones autogestionarias que pueden proveer recursos a

las instituciones sin privatizarlas.

El derecho a la salud mental obliga al Estado, y al

Gobierno garante del Bien Común y administrador del Estado,

a ofrecerlo, y eso es lo que no ha hecho, ni antes ni ahora. Y

el Estado, es Nacional, Regional y Local. Es, para decirlo en el

lenguaje actual, Ministerio de Salud y Desarrollo Social, Servicio

Regional de Salud del Ejecutivo Estadal y Servicios de Salud

de las Alcaldías. Nosotros, los profesionales de la salud mental,

sólo somos los administradores de los servicios y estamos, por

nuestro saber científico, en condiciones de reclamarle al Estado

el cumplimiento de su deber. Y eso es lo que debemos hacer.

En primer lugar, reclamarle al Estado, en los diferentes

niveles de Gobierno, que supere las diferencias, producto de

la inmadurez política y dirija sus ejecutorias en una sola dirección:

la solución de los problemas de la comunidad, que en este

caso es la Salud Mental. Pero para poder hacerlo, debemos

superar nuestras propias diferencias y estar unidos en la tarea

de defender los intereses de la comunidad.

No quiero hacer un memorial de agravios. Todos nos

conocemos y sabemos que las instituciones tienen muchas

fallas acumuladas en décadas de desidia y desatinos. Hoy sigue

la carencia de decisiones que reviertan el estado de abandono

de la salud mental, ahora justificada por la crisis económica.

No busquemos culpables ni miremos al pasado sino para

buscar inspiración, porque también sabemos que debe hacerse.

Hay una realidad que tenemos: el Hospital Psiquiátrico,

los servicios de los Hospitales Generales y algunos centros

ambulatorios y las Colonias Psiquiátricas para la atención de

enfermos crónicos. Estas instituciones pueden rescatarse.

Evaluar las Colonias, asistirlas financiera y científicamente,

y someterlas a rigurosos controles periódicos, que determinen

su permanencia, para asegurar el trato humano, el tratamiento

idóneo y la eficiencia de los procesos de reinserción social.

Convertirlas al fin en verdaderos Centros de Resocialización.

Completar los servicios de los Hospitales Generales y

Centros Ambulatorios, hasta formar equipos pluridisciplinarios

mínimos de Salud Mental, constituido por Psiquiatras, Psicólogos,

Orientadores, Sociólogos, Trabajadores Sociales y Auxiliares

especializados en Salud Mental, Enfermeros con nivel

universitario y postgrado en Salud Mental. Estos Servicios deben

hacer énfasis en la atención ambulatoria e inmediata y

posibilidades de hospitalización de pacientes de breve estancia.

El Hospital Psiquiátrico tiene algunas características que

nos permite concebirlo como el eje de ese proceso integral de

transformación: una edificación que puede ser rescatada y con

posibilidades de mayor desarrollo arquitectónico; personal

profesional y auxiliar suficiente y preparado; promedio de

ocupación diaria menor de 100 pacientes; es el único Servicio

de Emergencia Psiquiátrica del Estado, que funciona

permanentemente; con una copiosa Consulta Externa de

Psiquiatría y de otras especialidades conexas; una intensa labor

docente de pregrado de las Universidades del Zulia y Rafael

Urdaneta, y de postgrado de la Universidad del Zulia; y desde

hace varios años el Laboratorio de Psiquiatría Biológica del

Instituto de Investigaciones Biológicas de la Universidad del

Zulia.

Es idea del Dr. Nelson Cárdenas Padrón, que me permito

rescatar y proponer, transformar el Hospital Psiquiátrico de

Maracaibo en “Hospital de Salud Mental Venancio J. Hernández”.

Ese nombre hará justicia a su fundador de hace 100 años. El

Hospital, que concebimos como un centro de atención

ambulatoria y de hospitalización por periodos intermedios, hará

énfasis en la prevención, la integración docente-asistencial y la

investigación.

Sin duda, esto no es tarea fácil ni de rápida ejecución.

Supone por lo menos la construcción y dotación de una Unidad

de Intervención en Crisis, que permita atender en optimas

condiciones los casos de Emergencia; la remodelación de la

planta física y la redistribución del personal profesional y auxiliar,

para aumentar la dedicación a la Consulta Externa de Salud

Mental y la hospitalización en condiciones dignas; la suscripción

y ejecución de convenios docente-asistenciales que favorezcan

el cumplimiento de las metas de las instituciones educativas y

del Hospital (especialmente con la Escuela de Medicina, la

División de Estudios para Graduados y los Institutos de

Investigaciones Clínicas y de Investigaciones Biológicas de la

Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia y la Escuela

de Psicología de la Universidad Rafael Urdaneta).

Para emprender esta tarea, el Director, la Comisión

Técnica y el Cuerpo Médico del Hospital y todos aquellos

profesionales vinculados a la institución, debemos trabajar en

armónica unidad. Solo así tendremos éxito.

A nuestros amigos el Director y los Jefes de Servicio del

Hospital, les invito a emprender ese camino. Mediten sobre su

compromiso con el país. Sepan que en estos días del centenario

los espíritus de Venancio de Jesús y de Reyes Augusto caminan

silenciosos y vigilantes por los pasillos del viejo Manicomio.

Observen la mirada bondadosa de Hernán Marcelo, albacea

de tamaña historia e imiten su sencillez y su capacidad de amor

por los pacientes. Contágiense del atrevimiento pionero de

Tibaldo, de Nerio, de Ramón y de Rubén. Que aquí estamos

nosotros, comprometidos para ayudarlos a transformar el

Hospital. Porque en el 3004, cuando los nietos de nuestros

nietos celebren el Segundo Centenario, nos pasarán la cuenta.

Bibliografía: a disposición de los interesados.