El constructivismo es una corriente pedagógica basada en la teoría del conocimiento constructivista, que postula la necesidad de entregar al estudiante las herramientas necesarias (generar andamiajes) que le permitan construir sus propios procedimientos para resolver una situación problemática, lo que implica que sus ideas puedan verse modificadas y siga aprendiendo. El constructivismo sostiene que el individuo es una construcción propia, que se va produciendo día a día.
Los objetivos que plantea la teoría construccionista
El constructivismo propone un paradigma donde el proceso de enseñanza se percibe y se lleva a cabo como un proceso dinámico, participativo e interactivo del sujeto, de modo que el conocimiento sea una auténtica construcción operada por la persona que aprende (por el «sujeto cognoscente»).
El aprendizaje es un proceso constructivo interno, auto-estructurante.
El grado de aprendizaje depende del nivel de desarrollo cognitivo.
Los conocimientos previos son el punto de partida de todo aprendizaje.
El aprendizaje es un proceso de re-construcción de saberes culturales.
El aprendizaje se facilita gracias a la mediación o interacción con los demás.
El aprendizaje implica un proceso de reorganización interna de esquemas.
El aprendizaje se produce cuando entra en conflicto lo que el alumno ya sabe con lo que debería saber.