Aquí aprovecho para señalar que hay que aclararle a nuestros hijos que la celebración más importante de nuestra fe no es Navidad, sino la Pascua. Tal vez sea más atractivo para nuestros hijos pensar que la Navidad es lo más importante, pues es cuando Cristo, nuestro Señor, vino al mundo; sin embargo, nosotros necesitamos enseñarles que la Pascua es el centro de la fe católica, “porque si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe” (I Cor 15,14).