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La crueldad de la caza de las ballenas

Las ballenas son los animales más grandes del planeta - lo que significa que matarla no es una tarea fácil. La práctica de la caza de ballenas es por lo tanto una de inimaginable crueldad y sufrimiento.

Así es como el Dr. Little, médico de un barco en una expedición ballenera en la Antártica en 1946 describió lo que vio:

"Si somos capaces de imaginar a un caballo que tenga dos o tres lanzas explosivas clavadas en su estómago y este tratando de tirar de un carruaje de carnicero por las calles de Londres mientras se le derrama la sangre en la cuneta, tendremos una idea del actual método de matanza. Los mismos artilleros admiten que si las ballenas pudieran gritar, la industria dejaría de hacerlo, porque nadie sería capaz de soportarlo. "

Hoy en día, los cazadores de ballenas utilizan estos mismos métodos, con arpones explosivos y rifles de alto poder para capturar y transportar a las ballenas y poder para acabar con ellas. Incluso esto, sin embargo, no refleja la violencia de la caza de estos animales. Considere lo siguiente:

Las ballenas son a menudo perseguidas hasta el punto de agotamiento antes de ser arponeada.

Los arpones explosivos a menudo no son fatales y algunas ballenas son arponeadas varias veces antes de morir.

Las ballenas heridas y arponeadas son arrastradas a los buques balleneros, donde se les puede clavar más arpones, dispararlas con rifles de alto poder o electrocutadas con lanzas electrificadas. Algunas ballenas son simplemente atadas al lado de los barcos balleneros con sus orificios nasales cubiertos hasta que se ahogan.

Debido a que las ballenas son capaces de disminuir su frecuencia respiratoria y cardíaca, muchos que aparecen muertas o inconscientes probablemente aún sienten un dolor extremo.

La crueldad misma de los métodos es sólo una razón por la que el IFAW está resueltamente opuesto a la caza de ballenas.

Las pruebas de ADN proporcionan evidencia de la caza de ballenas ilegal

Desde 1995, investigaciones periódicas del IFAW han revelado una fuerte evidencia de que el Japón y Corea han estado involucrados en la matanza y la venta ilegal de carne de ballenas en peligro de extinción.

El análisis del ADN en muestras de la carne de ballena a la venta nos ha permitido identificar las especies y orígenes geográficos de cada una de ellas. Entre nuestras muestras hemos descubierto:

  • Las ballenas jorobadas, que han sido protegidas desde 1966. La carne de la ballena jorobada encontradas en los mercados de hoy no pueden ser de antes de esta fecha.

  • La carne de ballena de aleta fue importada desde Islandia hasta 1991, cuando las importaciones se detuvieron durante varios años. Recientemente una pequeña cantidad de carne de ballena de aleta ha vuelto a ser exportados desde Islandia al Japón en un intento de abrir el comercio nuevamente. Sin embargo, el grueso de la carne de ballenas de aleta muertas en Islandia en los últimos años no ha logrado encontrar un mercado. Un poco de esta carne de ballena de aleta fueron almacenadas por Japón y Corea, pero la cantidad disponible en sus mercados de hoy es mucho mayor de lo esperado.

  • La carne del rorcual o ballena de Bryde y de la orca, a pesar de que las ballenas de Bryde fueron protegidas desde 1987 al 2000 y las orcas han sido continuamente protegidas desde 1997.

  • El rorcual norteño o ballenas Sei, las cuales no han sido cazadas en el hemisferio sur desde 1979.

La creación de una escapatoria por otra escapatoria.

Después de la investigación de la caza de ballenas fuese hecha pública en 1995 por el IFAW, Japón trato de legalizar la venta de la 'captura incidental' o sea cuando una ballena es "accidentalmente" capturada por un pescador japonés en sus redes.

Con la aprobación de esta escapatoria, la CBI esencialmente sanciona la venta de las ballenas protegidas.

La verdad sobre la caza "científica" de ballenas

A pesar de la prohibición mundial de caza de ballenas y la moratoria de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) incluye una importante clausula de escape conocida como "el permiso a la caza de ballenas científica". Estos permisos permiten a los cazadores a matar ballenas en nombre de la investigación científica.

Esta clausula de escape fue incluida en el texto de la Convención Internacional sobre la Caza de la Ballena desde 1946, y se mantuvo incluso después de la moratoria sobre la caza de ballenas que entró en vigor en 1986. Pero no hay nada científico al respecto.

• El Permiso de la caza de ballenas científica requiere del uso de carne de ballena. Es decir, para ser vendida o regalada. Esto significa que un permiso científico no es más que una licencia para vender carne de ballena.

• La aprobación de un permiso para la caza científica de las ballenas es otorgado a la nación que lo solicita. En otras palabras, el Japón aprueba sus propios permisos para la caza científica sin ningún tipo de control externo o la necesidad de alguna explicación.

• No es casual que los únicos países que matan a las ballenas con propósitos científicos son los más interesados ​​en tratar de crear mercados para la carne de estas. El programa para la caza científica del Japón llevó a la muerte a cientos de ballenas en el 2009.

• Es difícil imaginar que cualquier otra investigación científica de una especie se organice en torno al principio de la matanza.

Alternativas para la caza científica de ballenas

En una época en la que existe la toma de muestras de ADN y un monitoreo controlado los científicos no necesitan matar a las ballenas para aprender sobre ellas. Se pueden tomar muestras de la piel que las ballenas cambian, de su grasa y de materia fecal. Los científicos pueden incluso tomar muestras de las ballenas cuando exhalan a través de sus orificios nasales, lo que permite la detección de patógenos.

Los científicos del IFAW en su buque de investigación El Canto de la Ballena han sido pioneros en tecnologías y técnicas para estudiarlas sin hacerles daño.

Cinco razones contra la caza de Ballenas

Su carne ya no aparece en los menús de japoneses y noruegos y tampoco es necesaria para la ciencia, según WWF

    • 1.- No es necesario matar ballenas para su estudio

Desde 1986, fecha en que se estableció la moratoria en la caza de ballenas, más de 16.000 ballenas han sido abatidas bajo el amparo de la «caza científica», un permiso especial de la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas (ICRW) que permite la muerte de estos animales para su estudio.

Esta disposición, con más de 60 años de antigüedad, se añadió en una época en la que no existían otras alternativas y la muerte era el único modo de obtener valiosos datos biológicos de estos mamíferos. Sin embargo, ahora existen numerosas técnicas no letales con los que la ciencia puede estudiar a las ballenas. Se evita, así, que ciertos países como Norugea o Japón recurran a esta excusa para llenar de carne los supermercados, explica WWF.

    • 2.- La carne de ballena ya no es parte de la dieta de japoneses y noruegos

En Japón la demanda de carne de ballena ha descendido de 4.000 a 1.500 yenes/kilo en una década. Sin embargo, los altos subsidios a esta industria permiten que se siga capturando el mismo número de ejemplares, según sostienen WWF en «Economics of Whaling».

    • 3.- Las ballenas no compiten con los pescadores por los peces

Varios gobiernos miembros de la CBI han argumentado que la caza de ballenas es necesaria ya que éstas devastan amplias zonas tradicionales de pesca. Sin embargo, los estudios científicos al respecto sugieren que no existen pruebas de que las ballenas y los pescadores persigan las mismas especies ni que sus capturas se produzcan en las mismas zonas marinas. La causa real de la desaparición de los bancos de peces es la sobrepesca, y el único modo de contrarrestar el problema es mediante la restauración de los ecosistemas, sugiere WWF.

    • 4.- Los pequeños cetáceos son los más perjudicados

WWF está preocupado porque las limitaciones a la caza de grandes ballenas a países como Japón puede suponer una mayor presión a las poblaciones de pequeños cetáceos, como delfines, calderones, marsopas. Tras la moratoria de 1986, que prohibía la caza comercial de grandes cetáceos, se cuadruplicó el número de muertes de la Marsopa de Dall, en las aguas costeras de Japón.

    • 5.- El cambio climático impide la reproducción de los cetáceos

El aumento de temperaturas de los océanos plantea una seria amenaza para todos los cetáceos, pero en especial aquéllos en los que el hielo supone una importante parte de su ya de por sí reducido hábitat, como el rorcual boreal, el narval o la beluga, apunta WWF. El cambio climático afecta, en especial, a las ballenas del Antártico.