Jorge Manrique (1440-1479) fue, como Garcilaso, el paradigma de caballero literato medieval, a la vez aguerrido militar y delicado poeta. Fue Jorge(1) el cuarto hijo de Rodrigo Manrique, conde de Paredes de Nava y maestre de la orden de Santiago, y de doña Mencía de Figueroa, prima del marqués de Santillana. En los enfrentamientos dinasticos e intrigas de entonces, los Manrique se declararon firmes partidarios del infante Alfonso el Inocente y en contra del rey legítimo, su hermanastro Enrique IV de Castilla. Poco antes de la insurrección de una parte de la nobleza a favor del infante Alfonso, la conocida Farsa de Ávila de junio de 1465, el rey Enrique IV concedió a Jorge Manrique una buena cantidad de dinero, 22.500 maravedíes, en calidad de juro de heredad por los servicios militares que le había prestado, esperando con ello contar con su apoyo en la cada vez más inminente sublevación. Sin embargo, apenas un mes más tarde los Manrique, y con ellos Jorge, se aliaban con el infante insurrecto, que le confirmó esa misma cantidad de dinero a cambio de que le prestase sus servicios militares. Y así fue: Manrique participó al lado de Alfonso de Ávila en la bicefalia castellana de la época, recibiendo en merced ese año el dinero prometido, pero fue más allá: en la brillante aunque efímera corte literaria creada alrededor del llamado Alfonso XII, Jorge Manrique fue uno de los más destacados miembros, junto con su tío, Gómez Manrique. Y así, en 1466 El Rey Alfonso otorga a Jorge Manrique una nueva merced: las tercias reales de ciertos territorios que hoy constituyen casi exactamente el municipio de Perales, en la Tierra de Campos palentina, junto al de Paredes de Nava, lugar natal del poeta. En 1470, Jorge Manrique contrajo matrimonio con doña Guiomar de Castañeda, y sabemos que lo hizo enamorado porque le dedicó varios galantes y apasionados versos que incluían el acróstico de su nombre. Ella entra también, casi con más derecho, en la secuela que cinco siglos después tuvo esta historia.