quechistedequiste
Que chiste de quiste
En el verano el agua escasea, las fiebres se desatan y terminas frito.
Todo comenzo un verano, viviamos ya en El Escorial, Berta aún no habia nacido correría el año de 1996 o 1997.
Desde la ventana de nuestra habitación del Paseo del Alamo 17, entra el sol y una luz de verano calienta las sabanas, contemplo mis recuerdos de estos últimos días.
Los tres nos acercamos a los caballos del "cercado del arroyo", el placer que produce acercarse a estos imponentes animales se contrapone a veces con las agujetas que te funden, el culo, los lomos, las rodillas, los muslos.
Dar la bienvenida a nuevos musculos es un contrapunto curiosillo, pasamos del cercado al circuito, el paso que te cruje, el torte que te muele, y por fin el galope exultante y salvaje.
Saliamos, de vez en cuando, al campo, 2 o 3 horas de montar, y llegar a casa AGOTADOS pero contentos.
El dolor de lomos, le recuerda a uno que los años pasan y la juventud indomita es un mero recuerdo. Escondidos, mis riñones opinan, que puede haber más de una causa para este dolor.
Despues de pasar varios dias con tiritonas de a 40, termino en el hospital con una pironefritis de caballo.