Equidad y ética en salud.  Desigualdades e inequidades

Equidad y ética en salud.

Desigualdades e inequidades

 

 1- Introducción a la Bioética

El hombre como afirma Aristóteles, es un ser social, porque tiende a vivir en sociedad, únicamente en la cual puede desarrollar su humanidad. Como ser social traspasa los límites preordenados por la naturaleza, y a través de su acción crea y genera cultura. La cultura abarca todos los modos de pensamiento y conducta transmitidos por la interacción comunicativa entre los seres humanos.

La cultura de cada sociedad contiene en general un sistema de valores, que es siempre normativo, por el cual sus miembros asumen como parte de su herencia cultural la noción de lo que deben hacer o no hacer; que algunas acciones son correctas o buenas y otras son incorrectas o malas. Cuando el hombre eligen entre lo correcto y lo equivocado toma una decisión moral. En toda sociedad los individuos internalizan normas necesarias para la convivencia, incorporándolas como parte de su ser. Las normas son pautas o reglas de conducta que deben en general ajustarse a la realidad y que sirven para modelar las relaciones sociales.

Los orígenes fundamentales de los sistemas normativos en las sociedades han sido la filosofía y la religión, aunque también lo son los usos sociales las costumbres, los valores y las leyes, que determinan para cada sociedad un sistema de valores vigentes en cada momento histórico.

El pensamiento ético de la mayoría de las naciones ha sido conformado por las grandes religiones del mundo, y si bien existen amplias áreas de acuerdo entre las diversas sociedades, también hay marcadas diferencias en las actitudes y las ideas como ocurre por ejemplo entre los pueblos de oriente y occidente.

El sistema ético del mundo occidental se ha construido en gran parte sobre un fundamento judeocristiano aunque el pensamiento griego y romano ha ejercido una influencia considerable.

La medicina según Laín Entralgo, es al mismo tiempo un conjunto de saberes, una profesión, y una institución social, y representa la respuesta cultural de la sociedad ante el problema de la salud y la enfermedad. Por lo tanto posee el marco del sistema de valores que la sociedad le otorga y que son aplicables en distintas circunstancias a la medicina como ciencia, como profesión y como institución social.

1-1-. Ética y Moral

La palabra moral  (del latín mor o moris: costumbre), describe un tipo particular de comportamiento humano, referido a las costumbres o hábitos característicos de una sociedad. Aunque moral es una palabra básicamente neutra, su significado se amplia de forma que conducta moral se considera igual a correcto  e inmoral equivale a equivocado con referencia a los valores aceptados en una determinada sociedad.

Por otra parte la palabra ética (del griego ethios: costumbres, hábitos) que como puede apreciarse significa lo mismo en sentido etimológico, ha pasado a tener un sentido más teórico en un uso moderno.  Se refiere a los preceptos que deben controlar el comportamiento moral, por lo que se trata de una verdadera ciencia que estudia la naturaleza  y las bases de las obligaciones morales, ocupándose de distinguir entre lo correcto y lo equivocado.

En la cultura occidental la primera concepción ética está basada en el orden natural, se basa en la filosofía grecorromana para la cual vivir moralmente es vivir de acuerdo con la naturaleza. Esta concepción está representada en la ética médica por el principio máximo de la medicina hipocrática : “primun non nocere” (primero no dañar).

La religiosidad monoteísta de la edad media en particular del cristianismo da origen a otra concepción ética basada en el orden sobrenatural que aunque sigue siendo en esencia naturalista, sobrepone un orden trascendente metafísico al orden de la naturaleza que es producto de la creación y de las leyes de Dios. La ética de la medicina de la edad media está basada en la caridad y en el respeto a la dignidad del enfermo como sujeto doliente, prevaleciendo en esta concepción el principio de “beneficencia” desde una óptica paternalista.

En contraposición al orden natural y al sobrenatural, surge a partir del Renacimiento una nueva concepción ética basada en el orden social, que reniega de la falacia naturalista y considera al hombre como agente natural autónomo poseedor de una subjetividad trascendental capaz de definir por si mismo las normas morales. El bien moral es lo conveniente a la naturaleza racional del hombre y a su posición respecto a los demás seres. El orden natural es sustituido por el orden moral o de la libertad producto de la construcción social del hombre.

1-2-. Bioética o Ética biomédica

La medicina en su triple dimensión científica, profesional y asistencial, se ha transformado en una gran institución social que juega un rol importante en nuestra cultura.   Esto dio orígenes en los finales del siglo XX a una rama de la ética denominada Bioética o ética biomédica.

El diccionario de la Real Academia Española define bioética como la disciplina científica que estudia los aspectos éticos de la medicina y la biología en general, así como las relaciones del hombre con los restantes seres vivos. En un sentido más restringido se la define como el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias biológicas y la atención de la salud, en la medida que esta conducta se examine a la luz de valores y los principios morales.

El término fue empleado por primera vez en EEUU y pronto se extendió a otros países. La bioética surge en el campo de las ciencias biológicas en forma similar al cuestionamiento moral luego de la segunda guerra mundial respecto a la posibilidad de las armas nucleares de destruir la humanidad. Desde que se descifró el código genético y se plantean nuevas posibilidades de manipulación científica de la naturaleza el interés por la bioética se ha intensificado y los tópicos que abarca son cada vez mayores.

 

2- Teorías éticas actuales:

 

Alguna son:

·  Teleología, de fines o consecuencialista: pone énfasis en el efecto, ya que sostiene que una acción es buena o mala solo por sus resultados (tele = distancia)

·  Deontológicas:  (del griego déon, -ontos, "lo conveniente", "lo debido", "lo que es necesario", y -logía, "conocimiento", "estudio"),​ también conocida como la "teoría del deber", es el estudio o la ciencia de los deberes u obligaciones morales. El objeto de estudio de la deontología son los fundamentos del deber y las normas morales. El concepto de deontología fue acuñado por Jeremías Bentham, en su obra Deontología o ciencia de la moral.  El calificativo moral corresponde al acto mismo, por lo que sostiene que una acción es correcta o incorrecta independientemente de sus consecuencias. La fundamentación principal de esta teoría es la ética Kantiana expresada en la forma del deber como imperativo categórico: este establece que es lo que debemos hacer independientemente de nuestros deseos, y para ello debemos actuar siempre de tal forma que podríamos definir tal conducta como una máxima universal.

·     La ética del carácter o ética de la virtud. Una virtud moral es la disposición o la costumbre de actuar de acuerdo con los principios, las obligaciones o los ideales morales. Es decir, que no es suficiente actuar siempre de modo correcto, si no estar motivado para actuar siempre de forma correcta.

La ética de virtud es una teoría que se remonta a Platón y, de modo más articulado, a Aristóteles, según la cual una acción es éticamente correcta si hacerla fuera propio de una persona virtuosa.​ Por ejemplo, si para el utilitarismo (teleología) hay que ayudar a los necesitados porque eso aumenta el bienestar general, y para la deontología hay que hacerlo porque es nuestro deber, para la ética de virtudes, hay que ayudar a los necesitados porque hacerlo sería caritativo y benevolente

Las éticas de la virtud niegan que la moral se reduzca a un conjunto de principios o reglas morales que hay que seguir y afirman que la moral se manifiesta a través de rasgos internos de la persona, las virtudes, que son disposiciones de carácter moral u orientación de la voluntad a vivir de una forma admirable. 

·     Individualismo Liberal: pone acento en la defensa de los derechos individuales. El individualismo hace del individuo su centro​ y en tanto comienza con la premisa fundamental de que el individuo humano es de importancia primaria en la lucha por la liberación. Los derechos humanos y la libertad son la substancia de estas teorías. 

Las primeras ideas del individualismo surgieron de la escuela cínica, escuela que abogaba por la total libertad del individuo mediante el desprendimiento de bienes materiales, la toma de decisiones según el propio ser. En la Edad Media se desarrolla el concepto del alma individual humana y de la salvación individual. Estas fueron la base para el concepto más elaborado de individualismo que conocemos hoy. Estas ideas fueron drásticamente modificadas durante la revolución industrial. Cuando pasó de ser una salvación individual a ser todo un sistema de trabajo individual y de ganancia individual con el surgimiento del capitalismo. Ese nuevo concepto se acerca más al de la actualidad pero tuvo que sufrir una gran serie de cambios para llegar a su forma actual.

·     El Comunitarismo: que da primacía a los intereses de la comunidad. Para los comunitaritas, la vida de las personas no puede entenderse al margen de su comunidad, cultura y tradiciones. La primacía del bien común es la base de las reglas y procedimientos políticos y jurídicos. El sujeto político ante todo pertenece a una comunidad. Una comunidad de memoria y creencias que le precede y a la que debe lealtad y compromiso. Como consecuencia, el bien comunitario se encuentra por encima de los derechos individuales.

El Estado debe promocionar una política del bien común, adecuada a la forma de vida de la comunidad. La vida comunitaria es precisamente el espacio para la autorrealización individual. Se centra en señalar los efectos negativos de las sociedades modernas liberales: atomismo, desintegración social, quiebra del espíritu público, pérdida de los valores comunitarios, desarraigo de los individuos respecto a sus tradiciones

·  Ética de la moral común basada en principios: La teoría de los principios, desarrollada por Beauchamp y Childress (1979), surge, de algún modo, como respuesta a las teorías éticas tradicionales, en un intento de dar un marco teórico más específico para la reflexión ética biomédica; en tanto proporciona herramientas y elementos para la elucidación de los problemas prácticos que se generan en dicho ámbito. Si bien resulta muy polémica, esta teoría se ha convertido, en los últimos tiempos, en un referente ineludible del ámbito de la bioética. 

Obtiene sus premisas básicas directamente de la moral compartida por los miembros de una sociedad, basada en ciertos principios y reglas que derivan de la moral común y tienen indiscutible consenso social. Esta teoría se basa en tres grandes principios  normativos, que por otra parte son aceptados por todas las otras teorías éticas.

   A) Principio de justicia: Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.). En nuestra sociedad, aunque en el ámbito sanitario la igualdad entre todos los hombres es sólo una aspiración, se pretende que todos sean menos desiguales, por lo que se impone la obligación de tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales para disminuir las situaciones de desigualdad.

   B) Principio de beneficencia y no maleficencia:  no debe confundirse con el concepto habitual de beneficencia como acción caritativa . En este análisis consideramos como principio complementario a éste el de no maleficencia (no hacer el mal)  representada en la ética médica por la mencionada máxima hipocrática “primun non nócere” (primero no dañar). Beauchamp y Childress reconocen que no todos los filósofos consideran a la no-maleficencia como diferente de la beneficencia. Estos principios no son fácilmente separables, porque en muchas cuestiones, especialmente en la ética biomédica, se requiere del balance de ambos conceptos para tomar una decisión. Por ejemplo, la obligación de no empujar a alguien que no sabe nadar en el mar (no maleficencia) parece más fuerte que aquella de rescatar a alguien que accidentalmente se cayó en el mar (beneficencia).

  C) Principio de autonomía: considera que toda persona tiene derecho a la autodeterminación, es decir a gobernarse a si misma., por lo que proclama el respeto a la voluntad de las personas como agente moral y libre.

 En la ética médica estos tres principios están representados por la triada sociedad, médico, paciente. La sociedad vela por el principio de justicia, el médico trata de ejercer el de beneficencia, y el paciente debe hacer lo posible para defender su autonomía.

 

3-  Ética de la moral común basada en principios

A) principio de justicia

A.1- Universalidad.

Todas las personas y grupos humanos, independientemente de su condición social, económica, política, étnica religiosa o de enfermedad tienen derecho a la atención de su salud.

Esto fue declarado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) al terminar la segunda guerra mundial, en 1948, con la “Declaración  Universal de los Derechos Humanos”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) que constituye el organismo especializado de la ONU en cuestión de salud creada en 1946 establece en su Declaración de Principios que “el goce del más alto grado de salud que se puede lograr es uno de los derechos fundamentales de cada ser humano sin distinción de raza, religión, credo político o condición económica y social”. Así mismo agrega que “Los gobiernos tienen la responsabilidad de la salud de sus pueblos la cual puede ser cumplida por la provisión de medidas sociales y sanitarias adecuadas”.

En la tercera reunión de ministros de salud de las Américas, Santiago de Chile 1972 se declara que “la salud no es un atributo del hombre aislado, por el contrario la comunidad está influida total o parcialmente por el estado de salud de sus componentes…La salud es un derecho universal que distingue una sociedad civilizada de la que no lo es”. En esta declaración se destaca el concepto de la salud como un derecho  social, mas allá del derecho individual proclamado por la Declaración de derechos Humanos. En efecto sin la posibilidad real de un grupo social  o una comunidad de acceder a los beneficios y recursos necesarios para lograr el bienestar y la atención de la salud el derecho a la salud no pasa de ser un enunciado formal.

A.2- Solidaridad.

Las personas y los grupos sociales con mayores recursos deben contribuir a la atención de aquellos de menores recursos. Y quienes gozan de un buen estado de salud deben colaborar para la atención de quienes padecen enfermedad o invalidez.

La solidaridad es la expresión implícita de un pacto social fundado en el reconocimiento por parte de cada uno de los integrantes de una sociedad de la necesidad mutua de ayuda para satisfacer las necesidades básicas individuales y familiares. Representa una forma superior de relación humana que trasciende el individualismo, por que reconoce la voluntad del individuo para brindarse a favor de los demás.

Un sistema de atención de salud basado en la solidaridad, ya sea con cobertura universal o cuando está destinado a un grupo determinado de población, es aquel en el cual cada uno de los beneficiarios aporta para el sostenimiento del sistema una contribución, en general de acuerdo con sus posibilidades, y espera recibir a cambio los servicios solo en la medida de sus necesidades, independientemente de la magnitud de su contribución. Ello supone que otros beneficiarios con mayor necesidad podrán eventualmente recibir una cantidad mayor de servicios que los que hubiera podido recibir en virtud del monto de su contribución.

A.3- Equidad.

La atención de la salud debe dar prioridad a las personas, los grupos y las comunidades con mayor necesidad de atención , independientemente de la contribución que hayan efectuado al sostenimiento financiero del sistema.

En los últimos 50 años del siglo XX, muchos países lograron que las condiciones de salud mejoraran más que en cualquier otro período de su historia. Incluso en algunos de los países más pobres del mundo se alcanzaron progresos notables, con aumentos de la esperanza de vida y mejorías de la supervivencia infantil sin precedentes. Aunque estos éxitos generales podrían mover a la complacencia, cuando se profundiza en el problema aparece un cuadro muy distinto.

Al desagregar los datos nacionales para conocer el destino de los distintos grupos que constituyen las sociedades aparecen disparidades igualmente inquietantes.

En los países más ricos del mundo pueden observarse cuadros similares. Así ocurre en los Estados Unidos, pues, cuando se comparan los condados con las tasas de mortalidad más altas y más bajas, aparece una diferencia de 13 años entre las esperanza de vida de las mujeres y de 16 años en la de los varones, patrones que siguen estrechamente los perfiles de la pobreza y de las minorías étnicas de la nación (Murray et al. 1998).

Incluso en algunos de los países más saludables de Europa Occidental, tales como Holanda, Finlandia y Gran Bretaña, se encuentran gradientes de salud a lo largo del espectro social, de manera que los más pobres mueren entre 5 y 10 años antes que los más ricos (Whithead y Diderichsen 1997), con diferencias de hasta 13 años en la esperanza de vida sin discapacidad entre los ricos y los pobres de un mismo país (van de Water et al. 1996; Valkonen et al. 1997).

Por tanto, las disparidades en salud parecen extenderse en todo el mundo, sea entre las naciones como dentro de cada nación. Las oportunidades para gozar de buena salud son muy desiguales, tanto en los países más ricos como en los pobres y tanto si el estado sanitario global de cada uno de ellos es alto o bajo.

¿Qué significa equidad en la salud?

 Las desigualdades en salud reflejan las diferencias de salud entre grupos, con independencia de cualquier posible valoración sobre la justicia de éstas. Las inequidades se refieren al conjunto de desigualdades que se consideran injustas. La calificación de injusticia implica una valoración de si las desigualdades son o no evitables, así como la aplicación de conceptos más complejos de justicia distributiva a la salud.

https://www.everywomaneverychild-lac.org/e/press/health-equity-faq/

A.4- Accesibilidad. Geográfica, económica, legal, administrativa, culturales

 

B) principio de beneficencia:

 El principio de beneficencia, entendido como el imperativo moral de hacer el bien y también de no hacer mal (no maleficencia), exige que el sistema de salud se sustente en los siguientes valores:

B.1- calidad: 

La atención de la salud debe garantizar el mejoramiento constante de los servicios sustentados en el conocimiento científico actualizado y en procesos de calidad técnica probada, en base a su eficacia (capacidad para resolver el problema), eficiencia (con uso racional de los recursos) y efectividad (impacto real en la salud de la comunidad). Para ello debe promover la evaluación y acreditación de los servicios, reducir los efectos adversos, y procurar la satisfacción de las necesidades y expectativas de la población sobre la base del trato digno, respetuoso y con sensibilidad humana por parte del equipo de salud.

B.2- integralidad

 Conjunción armónica y efectiva para la satisfacción de las necesidades de la población en términos de promoción, protección, recuperación y rehabilitación de su salud. Esto requiere un modelo de atención integral que asegure el cuidado de la salud con un enfoque holístico y ecológico, que contemple no solo la dimensión biológica, sino también los aspectos psicológicos, sociales y culturales de la condición humana.

B.3- continuidad

 El cuidado de la salud debe brindarse a las personas en forma continua, desde antes del nacimiento hasta la muerte. De esta manera se facilita la intervención oportuna sobre determinantes, factores de riesgo, enfermedades y otros problemas de salud, así como el cuidado permanente frente a enfermedades crónicas e invalidez.

 

C) Principio de autonomía.

El principio ético de autonomía, como expresión del derecho de las personas a que se respete su voluntad en un asunto tan importante como la vida y la salud, impone que el sistema de salud  garantice la vigencia de los siguientes valores:

C.1- Personalización

La atención de la salud debe considerar, comprender y respetar los sentimientos, modos de vida, pautas culturales, valores y creencias de las personas y las comunidades. La personalización en el cuidado de la salud constituye el valor básico de una medicina humanizada, basada en el reconocimiento del paciente como protagonista principal del proceso salud-enfermedad-atención-cuidado.

C.2- participación

Los ciudadanos y los diversos actores sociales que componen el sistema de salud tienen derecho a ser protagonistas en las decisiones sobre planificación y control de los servicios y en el uso de los recursos, mediante espacios de participación social y concertación sectorial en las organizaciones e instituciones públicas de nivel nacional, provincial, municipal o social.

C.3- responsabilidad

Los actores sociales y políticos que componen el sistema de atención de la salud deben asumir su responsabilidad en el cumplimiento de los principios y valores mencionados. La atención de la salud es un bien público, con independencia de la propiedad (estatal o privada) de los proveedores de servicios, y las instituciones y actores del sistema deben rendir cuentas y responder con transparencia ante la población por las acciones que se realizan.

 

 

4- Desigualdades sociales en Argentina:

 

este trabajo  describe la situación del país en términos de inequidades, con la hipótesis de cómo sería el país si en él vivieran 100 personas. Fue realizado por la Consultora Equis y publicado en un Diario Nacional.

(...) “Un trabajo realizado por el sociólogo Artemio López expone una especie de radiografía sociodemográfica del país” para el año 2004.

(...) Para ello, y a los efectos de ponerlo en un plano claramente comprensible, apela a un artificio simple: cómo sería este país si aquí viviesen solamente 100 personas, según los datos obtenidos en varias mediciones realizadas por el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos).

El resultado es el siguiente:

Si en la Argentina vivieran 100 personas...

51 serían mujeres.

49 serían hombres.

2 nacerían cada año.

1 moriría cada año.

30 serían casados y vivirían en pareja heterosexual.

3 serían graduados universitarios. (4 INDEC 2020)

2 serían analfabetos absolutos. (3 INDEC 2020)

27 serían pobres. (45 actualizado a 2024) 

10, serían indigentes

18 habitarían en villas de emergencias o asentamientos precarios.

63 no tendrían cloacas. (30 en 2020 según INDEC)

58 vivirían sin gas natural. (32 en 2020 según INDEC)

33 no dispondrían de agua potable. (11 en 2020 según INDEC)

48 no tendrían cobertura de salud por fuera del hospital público. (35 en 2023)

7 serían discapacitados, de los cuales cinco serían pobres. De los siete habitantes con discapacidad, tres serían jefes de hogar.

30 serían menores de 15 años, de los cuales 18 serían pobres y siete indigentes.

10 tendrían más de 65 años y de ellos 4 no tendrían ninguna pensión o jubilación disponible, ni tampoco cobertura alguna de salud, por fuera del hospital público.

40 serían activos económicamente y 15 de ellos estarían desocupados o subocupados. (44 y 7 respectivamente en 2024)

25 recibirían parte o todo su salario en negro.

De cada 100 pesos existentes, los 20 habitantes más ricos se quedarían con 54 pesos...

... y los 20 más pobres con cuatro pesos.

69 estarían habilitados para votar.

52 votarían efectivamente.

López sostiene que este trabajo expone “un país de fuerte desigualdad en la repartición de los bienes materiales y de los simbólicos”. Respecto de los primeros, ejemplifica que el 20 por ciento se queda con 54 pesos de cada cien y el 20 más pobre, con 4.

“Argentina multiplicó por dos la brecha existente entre el 20 por ciento más rico y el 20 por ciento más pobre en los últimos 30 años, transformándose en uno de los países más inequitativos en el continente más inequitativo del mundo, que es Latinoamérica”.

El estudio muestra otros indicadores que desnudan en otras áreas ese proceso de inequidad. “Que el 63 por ciento viva sin cloacas, el 58 no posea gas natural y el 48 no tenga cobertura sanitaria por fuera del sistema de hospitales públicos muestra que el proceso de inequidad distributiva

en términos de ingreso impacta fuertemente en otros de la vida cotidiana”, dice López.

El sociólogo mencionado resalta algunos de los datos expuestos más arriba. A saber:

- “Argentina es un país que se jactó de poseer un alto nivel educativo, comparándose con los países más desarrollados del hemisferio y estándares similares a los de las potencias mundiales. Ahora llegamos a la circunstancia de que cada 100 habitantes tenemos 3 graduados universitarios

y también dos analfabetos absolutos, casi la misma cantidad de universitarios que de analfabetos.”

 

  

Actividad  2

La actividad que le proponemos aquí tiene un significado en sí misma, en relación con las cuestiones abordadas en esta unidad y, de algún modo, ya anticipa algunas problemáticas a ser analizadas en las unidades siguientes.

En este sentido, le proponemos que analice el siguiente caso de mortalidad materna:

La señora Juana murió durante el trabajo de parto en un pequeño hospital distrital. El médico que la atendió no dudó sobre las causas de la muerte: un típico caso de hemorragia antes del parto debido a una placenta previa. Una mujer en esta condición sangra inevitablemente al final de la gestación o antes del parto. El médico quedó satisfecho con el diagnóstico, buscó el código correspondiente en la Clasificación Internacional de Enfermedades, codificó correctamente el caso y lo archivó.

Un comité de obstetras que investigaba las causas de las muertes maternas, se reunió y solicitó el caso completo de la señora Juana y lo examinó, de acuerdo con los modelos desarrollados por la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia. El comité concluyó que la muerte de la señora Juana era evitable. Juzgó que si hubiera habido sangre en cantidades adecuadas y si el servicio hubiera estado equipado para atender emergencias, la vida de la señora Juana se habría salvado.

Más tarde un estudio poblacional financiado por la OMS sobre las necesidades de salud materna en las comunidades, mostró que la señora Juana estaba lejos de ser una mujer saludable. Antes del embarazo ya sufría de anemia crónica, causada por desnutrición y parasitosis crónica. La señora Juana tampoco había tenido acceso a ningún tipo de cuidado prenatal durante el embarazo. También se descubrió que ésta no era la primera vez que la señora Juana sangraba en el embarazo. La investigación concluyó que la muerte de la señora Juana obedecía a necesidades insatisfechas de la comunidad en el área de salud materna. El caso fue nuevamente cerrado. Pero no por mucho tiempo; fue reabierto por una investigación patrocinada por la Family Health International. Allí se descubrió que la señora Juana tenía 39 años y había tenido siete partos. Cinco de sus hijos están vivos. Debido a su edad y al número de partos, la señora Juana ya había expresado su deseo de no tener más hijos. La señora Juana nunca tuvo acceso a información ni a educación sobre planificación familiar. La conclusión de este estudio fue que la señora Juana habría muerto por la falta de acceso a la información adecuada y oportuna.

Más tarde, un grupo de demógrafos que buscaba las diferencias socioeconómicas de la mortalidad en la comunidad, agregó un nuevo elemento. La señora Juana era un ama de casa analfabeta, su marido era un trabajador rural de muy bajos recursos.

Los científicos descubrieron que la señora Juana tenía un riesgo relativo de morir cinco veces superior al de una mujer de nivel socioeconómico más alto de su país y 100 veces superior al de una mujer del país industrializado más cercano. El estudio concluyó que la verdadera causa de la muerte de la señora Juana era su estatus socioeconómico y la poca valoración social de su vida. Es decir, la señora Juana murió por causa de la pobreza y la injusticia social.

Resulta claro que las causas de la mortalidad materna pueden analizarse desde varias perspectivas. De todas formas, es claro que la señora Juana es uno de los casos de muertes maternas evitables. Pero es poco frecuente en estos estudios, agregar las causas culturales.

La causa de que la señora Juana haya tenido siete partos no reside simplemente en su desconocimiento de los métodos anticonceptivos, ya que muchas mujeres que los conocen, incluyendo muchas adolescentes, no los utilizan. ¿Por qué? En gran medida porque para la mayoría de las mujeres pobres tener hijos es la única manera de ser socialmente valoradas, lo que significa que su estatus social como mujer depende de su papel como madre, incluyendo en ello la valoración frente a su compañero.

Una mujer como la señora Juana –ama de casa, analfabeta, responsable del cuidado de una familia numerosa y de bajos recursos– difícilmente puede ejercer su autonomía cuando se trata de decidir sobre el tamaño de su familia o el cuidado de su propio cuerpo. Las inequidades sociales, de las cuales las de género son sólo una parte, se acumularon en la historia de su vida, hasta llegar a la única etapa irreversible de la vida: la muerte prematura. Si en cualquiera de los accesos al camino que la llevaría a la muerte la señora Juana hubiera encontrado una salida, muy probablemente hubiera salvado su vida, y sus hijos hoy contarían con una madre.

 

¿Qué reflexiones le provocan el análisis del caso de la señora Juana?

 

-Identifique en dicho caso cuáles son los determinantes sociales que aumentan la inequidad en salud. Puede recuperar en su análisis las dimensiones del campo de la salud de la Unidad 1

 

-¿Cómo debería haberse obrado desde la perspectiva ética para evitar esta muerte materna?

 

-Explique qué concepción de salud supone tendrían los miembros del equipo de salud y la paciente.

 

-¿Qué podrían haber hecho los profesionales que la atendieron?

 

 

 

       Bibliografía:

¿ que principio se vulnera en el siguiente cortometraje?