Declaración De Fe
Declaración De Fe
Nuestra iglesia tiene como base de su fe a la Biblia, creemos que es la palabra de Dios fiel y completa. De ella obtenemos nuestra "Declaración De Fe" que describe de manera básica en qué cree la Iglesia Metodista Pentecostal Del Perú.
Primero.
Creemos en un Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Existe un solo Dios verdadero, eterno, de infinito poder, sabiduría, bondad. Hacedor y preservador de todas las cosas, visibles e invisibles. En este único Dios, existen tres personas de una misma sustancia, de coexistencia eterna, iguales en santidad, justicia, sabiduría, poder y dignidad.
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. (1 Juan 5: 7)
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. (Mateo 3: 16 - 17)
Segundo.
Creemos en Jesucristo, Hijo de Dios. El verbo hecho carne, concebido por obra del Espíritu Santo, único Salvador de la humanidad, que vivió, murió en la cruz del Calvario , y resucitó al tercer día, ascendió al cielo y está a la diestra del Padre para interceder ante Él por los que le invoquen en espíritu y verdad. El Hijo, el cual es la palabra del Padre, el único y eterno Dios, de una misma sustancia con el Padre, tomó naturaleza de hombre en el seno de una virgen, de modo que las dos naturalezas, la divina y la humana, se juntaron en la persona de Jesucristo, Dios verdadero hecho hombre, que sufrió, fue crucificado, muerto y sepultado para reconciliarnos con el Padre, y para expiar, no sólo nuestra culpa, sino aquella por la cual vino la condenación a la humanidad, el pecado original. Resucitó de la muerte con un cuerpo glorificado y ascendió al cielo para interceder por nosotros y por la humanidad. (Juan 1: 14; Juan 3: 16)
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan 1: 14)
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3: 16)
Tercero.
Creemos en la persona del Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, que es de una misma sustancia que, otorga al creyente, poder regenerador y sustentados de una vida nueva, acompañada de gozo y alegría.
Cree en el bautismo del Espíritu Santo, que se recibe por un acto de apropiación de fe de parte del creyente que consagra su vida a Dios y que está en búsqueda permanente de la santificación. Esta gran bendición, suministra el poder para testificar el nombre de Cristo y está disponible a todos los creyentes cuyo corazón se ha limpiado del pecado por la sangre de nuestro Señor Jesucristo.
El creyente, para que pueda vivir esta nueva vida al servicio de Dios, debe permanentemente consagrar su vida libre de pecado, de contiendas, de palabras vanas y de orgullo, evitando actitudes y acciones que puedan contristar al Espíritu Santo de Dios.
Cuarto.
Creemos en la autoridad de las Santas Escrituras como la Palabra inspirada de Dios. Las Santas Escrituras está constituida por los sesenta y seis libros canónicos del antiguo y nuevo testamento, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Cree que La Biblia es la palabra de Dios, la completa revelación del plan de salvación y la historia de la redención; y única regla de fe y práctica para el creyente.
Quinto.
Reconocemos como sacramentos: La Santa Cena y El Bautismo por Aspersión. La Santa Cena es instituida por el Señor, (el pan y el vino que simbolizan su cuerpo y su sangre derramada por nuestros pecados, que constituyen el nuevo pacto en su sangre, y anuncia la venida del Señor). Y el Bautismo Por Aspersión, de adultos para arrepentimiento y de los niños para consagración.
Sexto.
Creemos en la resurrección de los muertos para vida eterna o condenación perpetua, en el arrebatamiento y venida de Cristo con poder y gran gloria, para llevar consigo a sus redimidos, y antes de la gran tribulación.
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. (Mateo 24: 30)
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. (Juan 11: 25 - 26)
Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia. (2 Tesalonicenses 2: 1 - 12)
Séptimo.
Creemos en la segunda venida de Cristo a la tierra en forma inminente, impredecible, personal, visible, gloriosa, triunfante, y antes del milenio o gobierno mesiánico.
E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. (Mateo 24: 29 - 30)
los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. (Hechos 1: 11)
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. (Apocalipsis 20: 6)
Octavo
Creemos en la justificación por gracia mediante la fe en Jesucristo, y no por las obras de la ley.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de 9, 10 Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2: 8 - 9)
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. (Romanos 5: 1 - 2)
Noveno.
Aceptamos y bendecimos el matrimonio civil sólo entre un hombre y una mujer que lo son desde su nacimiento y por naturaleza, como un pacto indisoluble conforme a lo establecido por Dios en la Sagrada Escritura. (Génesis 1: 27; Génesis 2: 18; Génesis 2: 20 - 24; Mateo 19: 4 - 6; Marcos 10: 6 - 9)
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1: 27)
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. (Génesis 2: 18)
Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne (Génesis 2: 20 - 24)
Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.(Mateo 19: 4 - 6)
Décimo.
Creemos en la sanidad divina, de acuerdo al Evangelio del Señor Jesucristo.
Décimo Primero.
Creemos en la imposición de manos como una manera de bendecir, sanar, y enviar al ministerio pastoral.
No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
(1 Timoteo 4: 14)
Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está
en ti por la imposición de mis manos. (2 Timoteo 1: 6)