Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida de Insausti Vargas Bécquer nació el 17 de febrero de 1836 en el número 26 de la que ahora es la calle Conde de Barajas en Sevilla. Sus padres fueron el pintor de obras costumbristas José Domínguez Insausti Bécquer y Joaquina Bastida Vargas. Eran 8 hermanos, siendo Gustavo el quinto.
El apellido Bécquer era procedente de unos antepasados que eran nobles comerciantes originarios de Flandes y que en el siglo XVI se establecieron en Sevilla.
En 1841 muere su padre, en 1846 entra a dar clases en el colegio de San Telmo donde tendrá como profesor a Francisco Rodríguez Zapata, y donde conoce a su amigo Narciso Campillo.
En 1847 muere también su madre, siendo adoptado por su tía María Bastida. En ese mismo año se clausura el colegio de San Telmo y pasa a vivir con su madrina Manuela Monnehay, que poseía una biblioteca donde Bécquer pudo leer una gran serie de libros que después marcarían su obra.
En 1850 ingresa en el taller de pintura de Cabral Bejarano, y en 1852 en el taller de pintura de su tío Joaquín Domínguez Bécquer junto con su inseparable hermano Valeriano.
En 1853 conoce a su amigo Nombela. Narciso, Gustavo y el propio Nombela piensan en trasladarse a Madrid para conseguir fama literaria. Así, en 1854, Gustavo viaja a Madrid. Es época de las primeras colaboraciones de Gustavo en diferentes periódicos y de penurias económicas.
En 1856 en colaboración con García Luna y con seudónimo Adolfo García estrenan la obra “La novia y el pantalón”.
En 1857 junto con Juan de la Puerta Vizcaíno publica la primera entrega de la “Historia de los templos de España”.
En 1858 cae gravemente enfermo y viene a vivir con él su hermano Valeriano que luego partirá de nuevo a Sevilla.
Ese mismo año conoce a la que sería la inspiradora de gran parte de sus rimas, Julia Espín, a la que ve asomada a un balcón junto con su hermana Josefina. Poco tiempo después acudiría a las tertulias de Joaquín Espín, padre de Julia y Josefina y allí escribirá en el álbum de las dos muchachas varias rimas y una serie de dibujos. A finales de este mismo año nace en Sevilla la hija de Valeriano, su sobrina Julia Bécquer, de la que es padrino y a la que le escoge el nombre de su musa.
Entre 1860 y 1861 es época de la escritura de gran parte de sus rimas, de la publicación de las “Cartas literarias a una mujer” y de varias de sus leyendas.
En 1860 conoce a su amigo Augusto Ferrán y a la que sería su esposa, Casta Esteban.
El 13 de mayo de 1861 contrae matrimonio con Casta y en 1862 nace su primer hijo Gregorio Gustavo Adolfo. Es época de sus colaboraciones en “El Contemporáneo”.
En 1863 pasa una larga temporada en Sevilla y cuando regresan a Madrid, Valeriano va a Madrid también para vivir allí definitivamente.
En 1864 publica en “El Contemporáneo” las “Cartas desde mi celda”.
1865 es el año de su cargo como censor de novela, sus colaboraciones en “El Museo Universal” y en el periódico humorístico “Gil Blas”. En este mismo año nace su hijo Jorge.
En 1866 es nombrado director literario de “El Museo Universal”.
En 1868 se produce la separación de Gustavo y Casta, al conocer la infidelidad de su mujer. En la Revolución de ese mismo año hay un saqueo en la casa del ministro González Bravo que preparaba la publicación de las “Rimas” de Gustavo y desaparece el manuscrito.
En 1869 Gustavo vuelve a reescribir las “Rimas” en “El Libro de los Gorriones”.
En 1870 es nombrado director literario de “La Ilustración de Madrid”.
El día 23 de septiembre de ese mismo año, muere su querido hermano Valeriano, quedándose Gustavo completamente abatido.
A principios de diciembre de ese fatídico año, Gustavo y su amigo Nombela suben a la imperial del tranvía en Madrid, un día de muchísimo frío. Los dos caen enfermos y Gustavo no llegará a reponerse, falleciendo el día 22 de diciembre a las 10 de la mañana en la calle Claudio Coello número 25, tras pedir que cuidaran de sus hijos y tras pronunciar las palabras “todo mortal”. Treinta minutos después se inicia en Sevilla un eclipse total de sol dejando a la ciudad a oscuras.
A los pocos días, sus amigos preparan reunir sus escritos y, costeados por suscripción pública, en 1871 se publican en dos volúmenes los textos que cambiarían el curso de la literatura española, las “Obras” de Gustavo Adolfo Bécquer.