Las constelaciones del cielo

Las constelaciones

Las constelaciones no son otra cosa que agrupaciones de estrellas arbitrariamente relacionada entre sí. El origen de las constelaciones es muy antiguo, en algunos casos podemos remontarnos varios miles de años para encontrar las primeras referencias de algunos de estos asterismos, y las personas que agruparon a las estrellas formando figuras lo hicieron más bien por motivos religiosos que científicos, además ninguna de las personas que pudiese contribuir en la invención de ninguna constelación, podía imaginar ni remotamente cual era la verdadera naturaleza de las estrellas, la de la bóveda celeste y las distancias a las que se encuentran estas.

Puesto que en el cielo lo único que vemos es una proyección de todos los astros, generalmente nos encontramos que las estrellas que se encuentran próximas en la bóveda del cielo formando una constelación, en realidad se encuentran separadas entre sí distancias que pueden ser enormes (Figura 1).

Figura 1.

Que las estrellas estén próximas en el cielo formando una constelación no quiere decir que lo estén realmente en el espacio. Por ejemplo, en el caso de la Osa Mayor, la relación de distancias entre la más cercana a la más alejada de la Tierra puede ser superior a tres.

El zodíaco

Uno de los grupos de constelaciones más famosos es el zodíaco y es también uno de los más antiguos. Actualmente está formado por doce constelaciones, y posee una importancia especial por que es el grupo de constelaciones por donde discurre la eclíptica, es decir, por donde se va desplazando el Sol a lo largo del año. Como la Luna y los planetas poseen órbitas que además se encuentran prácticamente en el mismo plano que la órbita terrestre, estos también se mueven en el cielo cerca de la eclíptica, cruzando también todas las constelaciones del zodíaco.

La visibilidad de las constelaciones

Excepto las estrellas, y por tanto las constelaciones circumpolares que son visibles en cualquier noche del año, el resto de las constelaciones que son ocultadas temporalmente por el horizonte, sólo son visibles en determinadas épocas del año. Así es frecuente oír que Orión es una "constelación de invierno", mientras que el Cisne o Sagitario son "constelaciones de verano", mientras que la constelación de Andrómeda posee su mejor época de visibilidad en otoño. Cada año son visibles las mismas constelaciones en las mismas regiones del cielo en las mismas épocas del año, y veremos que es fácil entender por qué sucede así. Según la Figura 2, cuando la Tierra se encuentra en el punto de su órbita señalado como 1, durante la noche son visibles las constelaciones señaladas como "a", pero las señaladas como "b" no lo son, ya que por efecto de perspectiva se encuentran próximas al Sol y como únicamente serían visibles durante el día, la luz solar diurna nos impide su visión. La situación cambia cuando la Tierra se encuentra en 2. En ese punto de su órbita, el grupo de estrellas señalado como "b" si que es visible durante la noche sin ningún impedimento, pero el que antes era visible, el "a", ahora se encuentra nuevamente cercano al Sol, por lo que ahora son invisibles. El resultado de todo esto es que durante un año completo, mientras la Tierra va girando alrededor del Sol, unas constelaciones se van haciendo progresivamente visibles mientras que otras se van acercando al Sol y por tanto haciéndose invisibles. Este ciclo se repite cada año igual, y es la razón por la cual Orión sólo se ve en óptimas condiciones en invierno, el Cisne y Sagitario en verano, etc.

Figura 2.