De los caminos andados

Blog: "De los caminos andados"

 

 La ciudad (14/2/2005)

La ciudad es perfecta para encontrar lo que buscas

porque tiene de todo lo que siempre has soñado:

centros comerciales, grandes monumentos,

museos de todas clases, la cultura enlatada

en modernos panteones, la moda, los inventos

tecnológicos más impresionantes y prácticos...

También puedes encontrarte por sus calles

a cualquier escritor o al famoso político sentado

en la cafetería leyendo su periódico habitual.

En lugares más céntricos están los rascacielos,

rascaleches que decía no se quien (quizás fue Krahe),

apuntando hacia el éxito en todas sus variedades.

Son bastante seguros, durarían muchos años

si no hubiera algunas causas externas, impensables

según el constructor, como el fuego o el rayo

aniquilador de los dioses fanáticos y siempre

son todo un espectáculo.

No suele haber gran variedad de pájaros

pero cuando defecan eligen cuidadosamente

la ropa que se estrena, las calvas... siempre lo más limpio.

Hay árboles también. Cuando tarda en caer la lluvia

toman un feo color grisáceo de polvo y humo:

el color de la civilización. Y el olor no es a hierba

sino a profusos derivados del petróleo y siempre un agrio

como a sudor de vida. Pero entre todo

hay personas. No suelen hablar mucho

pero con todo, eso es lo imprescindiblemente interesante.

Hoy es jueves luego caminamos (18/02/2005)

Hoy es jueves y esto es un dato.

Importa saber cosas de este día

para fijar su tiempo en la memoria.

Anotemos su ambiente, su clima,

sus sonoros avisos, la llamada

de teléfono por ejemplo, aunque

solo era publicidad. Mas, si queremos

diferenciar su herencia de la del día

de ayer pongamos el acento

sobre algo personal. Un sentimiento

que se da raramente, al menos en mi caso:

Hoy, jueves, me odié. Me sentí necio

cuando me vi. reflejado en un diario

autor de un accidente, ciego de ira

maltratando a una chica, en una cárcel

torturando a unos presos o al estallar

fanático en el coche lanzado a una mezquita.

Pero eso no era todo. También me vi insultando

a mi rival político y en él vi mi mentira,

mi cínica retórica, promesas y codicia.

Me vi en el periodista "imparcial" cuando se calla

lo que sus dueños roban y actúa como vocero

encauzando calumnias e insultos a la carta.

Y me vi en aquel pobre que alargaba la mano,

para pedir, abierta a la piedad de los impíos.

Y ya no pude más. Cerré por él mi puño

y me odié, me odié por ser humano

y por no suicidarme entre la gente.

Es un dato. Quedará reflejado.

Y hoy es jueves.


Un amigo puntual (10/08/2005)

El camión de la basura con su rugido

su tos, su asma entrecortada, sus chasquidos

de huesos, a las tres, mas o menos,

porque a veces se retrasa, distrae

por un momento el afanoso recitar

del nocturno silencio. Aún poniendo

un poco de atención es distinguible

su quejoso monólogo lleno de ayes

suspiros e invectivas hacia sus cuidadores:

¡Nunca cambian mi aceite! Un día de estos

me quedo en el camino y... ¡Allá ellos!

¡Ay de mi pobre tripa! La llenan demasiado.

Esos olores van a acabar conmigo...

Y así pasa renqueando este gigante

con corazón de viejo. Yo le tengo cariño

por eso le hablo sin saber si me escucha

y le saludo, como a un lejano amigo. Anoche

me asomé, incluso, a verle a la ventana.

Rodeado por la prisa, resoplando y tragando

incansable montones de desechos,

pareció que miraba a mi ventana

y le oí claramente: ¡Amigo, hasta mañana!


Tiempo de piedra (23/12/2005)

Este tiempo que parece piedra, que en el pie lo siento

pesado como un pensamiento triste. Desarmado y

sin más cemento que un hoy de aire y humo

prohibido, también, dentro de poco... Poco.

Este tiempo, calle sin salida de piedra, que acorrala

los sentidos con un olor a usado y parafina,

con un sabor a vino avinagrado y mirada miope

que dibuja extrañas contraseñas, una cuarta

más allá de donde el sol, de donde la risa... La

risa. Que se ha quedado dentro de mi piedra

víscera, piedra rota-víscera, risa rota-piedra dentro

de este tiempo parado, desarmado... Como pensar en ti.

O en nada. Un decorado que parece cartón. Que es

espeso y dulce como un muro de esperas en la tarde.

Desorientado tiempo en un cruce de inmóviles

otoños. Cantos que ya no ruedan en el pantano seco

del recuerdo. En el frío regazo de la ausencia.

Enterrados los pies entre las piedras. Sembrado

tiempo que ya no sueña puertas, Desmoronándose

en un desierto de corazón, en un montoncito

de arena, polvo y besos sin memoria. Sin casi,

sin apenas, sin acaso. Sin... Como pensar en ti.


Petitoria (01/02/2006)

Devuélveme el viejo itinerario,

las copas de los árboles violetas y aquella sahariana

que se quedó una tarde al borde del pretil.

A cambio te daré un baile de salón donde la música,

detenida en el aire, nos llueva, nos empape.

Devuélveme el envés de mis cartas de amor,

lleno de garabatos, el jilguero que en verano volvía

a meterse en su jaula, el reloj de mi padre,

del que nadie -sin cuerda - ya se acuerda.

A cambio te daré un estudio del sol que ambos hicimos

desde el borde del mar y algas de espuma.

Devuélveme mi antigua soledad, la que ensayaba

perdiendo la esperanza, un libro azul sin título

y anónimo cuyo turbio secreto solo yo conocía,

mis acciones perversas en aquel cuarto oscuro.

Yo a cambio te daré el nombre que te daba

salado e impalpable a través de los párpados.

Devuélveme la escarcha de tu seno,

la reunión de las horas debajo de las sábanas,

la inapelable decisión del viento

que se llevó un pañuelo con tus dos iniciales.

Yo te daré la vida que he guardado a diario,

la que escribí después de imaginarte,

el fin que no has tenido en mi memoria.

Devuélveme la voz y te daré una rosa

Y no me ames.


Por los tejados de la tarde (30/03/2006)

Te veré en los tejados de largas somnolencias

en los recodos grises de cada cumpleaños

y en cualquier escalera y en cualquier azotea.

Y aunque presientas sombras aunque hayas visto algo

en esas tardes tuyas tan llenas de sorpresas

tan llenas de misterios, tan llenas de presagios

no estarás descubriendo lo que de mi en ti queda.

Ni sabrás que pudiste tocarme con las manos.

Nunca adivinarías que haya estado tan cerca.

Y algún día ya muy tarde cruzando los tejados

oirás alguien llamándote, cuando de nuevo muera.


Desierto (21/05/2006)

Tlemcen estaba allí y era un desierto.

No hacía falta mirar porque los ojos

solo eran, una más, la circunstancia

con la arena girando entre las jaimas.

rebotando en la piel y era comida

y era fe, y era hostia consumada,

tragada al respirar. Yo la recuerdo

con cierto amor, luego, posada, leve

recubriendo la geoda multiforme

hasta que el viento de nuevo la elevaba.

Aún siento aquel simún y siempre aflora

de entre mis recovecos ese polvo

entre lágrimas sucias y resecas.

Tlemcen era el desierto y sigue estando

aquí en mi corazón pues oigo ahora

el crepitar profundo de sus noches,

la inmensa soledad de sus espacios

en un claro vacío sin esperanza.


Foto de colegial (07/07/2006)

La foto me descubre en el colegio.

Hay un mapa detrás, el de una España

dividida en provincias con sus pueblos

y asomando del marco, más arriba,

clavados unos pies, en el madero

recamado en marfil de un crucifijo.

Mi atención sin embargo es hacia el frente,

a la voz del fotógrafo. En la mano

finge la pluma, libre, ir escribiendo.

El gesto es apacible aunque en los ojos

duerme oscuro el tumor de una tristeza.

La explicación quizás es una mancha

que la fiebre venial tizna en el labio.

Se adivina en la foto alguna historia

sobre un primer amor no confesado

que mellara cruel, roto, aquel diente

y es por eso que falta una sonrisa


Dama de noche (18/07/2006)

De cómo era la Luna y sus recuerdos

tengo nociones pero, a quien le importa.

Lo más probable es que hayan sido falsos

o peor aún: que no hayan sido míos.

Tendría que preguntarte pero ¿dónde

estás? ¿en que blog o foro habitas?

Sé que estaba tu sombra recortada

contra el cuarto creciente de mi angustia

y era de noche y olía a esas guirnaldas

de corolas nocturnas almizcladas.

Alguien me hablaba, o quizás yo mismo

recitaba un conjuro, o, tú cantando

una canción de despedida, o sola-

mente el viento sin ti me la cantaba.

Seguro no lo sé, pero hay noticias,

huellas de pies junto al balcón,

rosados labios en la copa usada

y aquel olor... quizás no fueran flores,

pero la Luna sí... Tendría que preguntarte

pero... ¿cómo te encuentro? Dime... ¿cómo?

...Y si resulta que tampoco existes.


Para que tú la nombres (08/09/2006)

Filosofía no es.

Es una palabra nueva

al filo de la poesía

que llena toda la boca

de... no se qué.

Como un olorcillo antiguo

o, una luz

o, una especie de alegría

a punto de pronunciarse.

No sé

como definirla.

Ponle el nombre tú

y que llegue

masticado de tus labios,

como un traje nuevo y breve

Como estrenándolo.

Porque así, clara, teniendo

el nombre que tú le has dado,

ya es

puesto que ya tiene dueña.

Filosofía no es

y exactamente poesía

tampoco

y se le parece.

Será: cuando tú la nombres

y luego... vuele


Copla de la Carmelita (15/09/2006)

Tirita,

las manos se frota

se agita,

las piernas menea

tararea

la copla maldita

con ronca voz rota

Carmelita,

Carmen ¡Ay, Carmen!

¡ Ay!, ¡Ay!, ¡Ay! mi Carmelita.

“Se ha puesto la luz del día

como un relámpago ronco

amarillo de lejía.

Y en los pinares llorando

el viento recita rezos

fúnebres de Camposanto.

Nadie daría una moneda

por la caja que te busca

Carmela Márquez Maqueda.

Hasta en tus labios sin dueño

el color que lo habitaba

se te ha quedado pequeño”.

Y Carmelita

con su rosa en el pelo

marchita

sola se jalea

y pelea

cantándole al cielo

su cuita

¡Ay Carmen, mi Carmen!

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay, Carmelita!


Poema para debajo de la almohada (17/09/2006)

Guárdate este poema debajo de la almohada

y que nadie lo sepa, apenas ni tú misma

para que sean distintos tus días de tus noches

y lo recuerdes solo al rozar con tus dedos

en el papel doblado mi nombre, el que imagines,

el que sienta tu pecho.

Guárdalo y no lo toques hasta que sientas ganas

de apretarlo muy fuerte, de revelar a voces

tu secreto más dulce sin que nadie te oiga

hasta que por los labios te acaricie este pulso

de sed que voy sembrando, hasta que no te importen

las horas anteriores.

Guárdame y no lo digas. Yo no puedo enterarme.

Tiene que ser robado -yo no te lo daría-

como un pecado leve solitario y hermoso

que en el calor del seno te despierta la sangre.

preso de ti tan solo, clandestino, desnudo,

esclavo de tus sueño.

Pero nunca reveles que has soñado con alguien

que a través de tu mano alguien te acariciaba

que otro cuerpo en tu cuerpo de fiebre se abría paso

como un beso gigante muriendo de deseo.

A nadie se lo digas. Ni a mí, ni a ti, ni al hombre

que te ama. Ni a Dios. ¡Que no se escape!


Perdido (06/11/2006)

Aquel hijo que se pensaba serlo

toda una vida, supo

por un informe de su cama a altas horas

que hacía ya muchos años

nadie le respondía.

Fue entonces cuando pensó llevar

unas flores de huérfano a sus padres.

Crisantemos sobre todo.

Y al volver, conversando

como consigo mismo, dijo:

No tenemos a nadie encima de nosotros

ni miran hacia arriba los de abajo.

Los cines son cada vez más escasos

y ya no conseguimos aprendernos

los nombres de tantos poetas de memoria.

Eso dijo. Notó después que le dolía

un músculo con frecuencia discreta.

Paró de andar para observar mejor

la ciudad que creía conocer

mirando a algunos transeúntes.

Sobre todo mujeres.

Jóvenes sobre todo.

Cuando le respondían siempre eran

marcas de coche,

cristal de escaparate,

utensilios urbanos,

lo que sobra del humo cuando ya ha sido usado.

También dijo: Tenemos que entregarnos.

(Era una frase hecha. Aparentemente sin relación

con su estado social. Irrelevante)

Tenemos que entregarnos.

(Lo repitió dos veces).

Yo lo vi. calle abajo, perderse.

Ya perdido.


Haciendo religión (23/11/2006)

Conviene alzar un Dios, cuya naturaleza

no tienda a cotidiana.

Otra virtud se exige: que ocupe poco espacio

Hay agencias de marketing

que a precios razonables ya se ocupan

del resto de detalles:

Templos, signos de identidad, profetas,

un árbol genealógico, algún mito, milagros...

No serán necesarias muchas leyes,

ahora bien, perdonar tendrá su protocolo

que oficiarán piadosos sacerdotes

aplicando la justa penitencia.

A este respecto es bueno suponerle

ciertas fechas de culto regulares

que tendrán que acatar todos los fieles

a fin de adoctrinarles la conciencia.

Finalmente (y esto sí es importante):

Es nuestro Dios, por tanto su existencia

obliga a los demás, nunca a nosotros

que podremos seguir vendiendo armas

sojuzgando países miserables

quebrando voluntades, rebeldías

y puesto que somos, en fin, los poderosos

haciendo todo aquello que se nos venga en gana.


Romancillo testamentario (15/12/2006)

Siendo dueño de mis actos

y en previsión de que acierte

la muerte a hacerme cadáver

cuando menos me lo espere

redacto este testamento

breve (pues si bueno, es breve),

concreto y claro; que nadie

a reclamarme se acerque

hasta mi tumba a quejarse

y grite y se desespere

porque puede –no es seguro-

que allí nadie le conteste.

En primer lugar: mi hacienda

que por desgracia o por suerte

nunca salió de mi sueño

en sueños quiero que quede

dividida a parte igual

entre todos.

Igualmente

divido los dividendos

que un futuro libro rente

(si alguien consigue editarlo

con poemas como este

-cosa que dudo, por cierto-)

como quiera que se tercie.

Y hablando de libros. Pido

que, si lo veis conveniente,

los libros que me prestaron

por favor se los devuelven

a sus dueños respectivos

puesto que yo estaré ausente.

Eso si, si alguno os gusta

pues se lo quedan si quieren.

Y si el dueño me protesta,

¡Que proteste... Que proteste!

La colección de monedas

igual que la de billetes

no creo merezca la pena

cambiar por Euros vigentes.

Lo que más vale es la caja:

madera muy resistente

pues viajó en el maletero

hasta fechas muy recientes

y está como si tal cosa.

Nuevecita. Reluciente.

Si acaso dénsela a un pobre

y ya está. ¡Que le aproveche!

El coche... Llamarlo coche

es burla bastante fuerte,

lo mejor es: sin matrícula

abandonarlo a su suerte

pues resultaría más caro

pagar por que se lo lleven.

Y ahora lo de más valor

que lego a mis descendientes:

Deudas. Muchas. Demasiadas.

Pues perder es lo que tiene

y yo he perdido bastante

y debo hasta de... los dientes

¿Me las pagáis? ¡Muchas gracias!

¡Vaya si sois buena gente!

Finalmente otra cosita:

Como no soy muy creyente

no quiero esquelas ni lápidas

ni misas, ni que me recen.

Todo el dinero que ahorréis

lo gastáis en que me cremen.

Luego... ¡Al aire las cenizas!

...para joder a la gente

ensuciándoles el traje:

¡Mi último “polvo” decente!

Y esto es todo. Lo cual firmo

con testigos –los presentes-

en el año Dos mil seis-

a Dieciséis de Diciembre.


Los límites del juego (18/04/2007)

Tras la mano que traza, el nombre que la línea

recibe de tu mente. Convergiendo, el instante,

el punto, la mirada insensible de ambos,

todo el espacio incólume entre un cuerpo y el otro.

Y sin embargo roba la vida luz, desgasta

los límites extremos de lo que era posible,

de lo que no será fuera de la memoria.

Lo sabes bien, se muere, se va muriendo a chorros

con cada fuego fatuo, cuando juega con fuego

la palabra no dicha. Pero eso ya no importa.


Wirutas (05/05/2007)

Frescos aún tus zarpazos de hielo

tengo aquí. Mira los labios de la herida

y oscuros restos de alma coagulada.

Tócame. Te dolerán las yemas de los dedos.

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Contra la tela que huye, el asta enhiesta,

la blanda sombra embiste noblemente,

cuerno contra clepsidra, sangre ingente

desorientada de furia y de impotencia.

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Se sentó la golondrina

sobre el hilo del teléfono.

Pensativa.

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Este poema largo, largo, que antes fue perfume

y humedad de jardín

muere, poco

a poco

sin

ti.

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Igual que un robot metálico,

el escarabajo insiste

torpemente en el obstáculo

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El inefable elefante, dulcemente,

pendulea con su trompa al vástago travieso

que dócil se acomoda a su costado

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El pez picó.

Y el sabroso gusano transformose

en garfio de dolor.

El pez quería gritar, mas no podía

porque no tenía voz.

Como el hombre, que grita cuando sufre

para un ausente Dios.

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Los centinelas

de negros correajes

y bayonetas caladas

vigilan

para que nadie entre

o salga nadie

del olvidado cementerio

o del mundo de los vivos.

Una única puerta.

Solitaria.

Ambivalente.

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Bendito el que pan requiere.

Bendito el que se lo da.

Y la que lo trajo al mundo

por pura necesidad.

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Rotarias con tabardo

Lánguidas góndolas

Diástole en babuchas

Te cazarán Orión

Y puede que Artemisa evanescente

te alcance por sorpresa.

Orondo y apegado

no llegarás a Ofir con tu riqueza.

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Digamos todavía “mañana…”

Como si mañana fuese

a abrirse de par en par

Nueva. Como la mañana

que fue una vez… Sí; ya sé

donde duerme y como era

aquella mañana clara

que no será. Mas, digamos

“mañana…” aun por si fuese

como era...

Como si fuera a llegar.


África negra (09/06/2007)

Me gusta la voz del viento

ululando en la ventana

mientras dentro... de la choza

sin muebles, mesa ni cama

se hacinan niños desnudos

esposa, suegra, una vaca

y la cazuela vacía

sin comida ni esperanza.

Me gusta la voz del viento

ululando en la ventana.

y las flores de la selva

y amanecer en... la charca

de lodo que alguna noche

la lluvia a la choza arrastra.

Amo la luz de la selva

que desde la flor se irradia

y la lluvia y... los mosquitos

que en la piel me dejan ascuas.

Y eternos días sin futuro

y largas noches de ansia.

Me gusta la flor y el viento

y la lluvia en la ventana

y los pájaros que vuelan

hacia el norte y en las ramas

se posan... y no hay un norte

para mí, ni hay un mañana.

Me gusta la voz del viento

que desde el Norte me llama.


No me vas a querer (22/06/2007)

No me vas a querer

Se lo escuché a la e muda hablando con la hache

Los mudos, ya lo sabes, no pueden ocultarse

de los ojos, ni decirse al oído, lo que sienten.

Por eso, (y creo que fue en francés) en las finales

que nunca pronunciaba, lo descubrí, lo supe:

No me vas a querer. Si hubo un motivo

(bien por consejo médico, rutina partidaria,

infundada atracción, raíces comunes,

o un impulso, que como todo impulso

solo avanza unos pasos, luego para)

pues bien, si hubo un motivo y si algo queda

como un rastro brillante y espontáneo,

en esa brasa que llamas corazón,

me temo que no arde. Ya no arde.

Pero, ¿verdad que es dulce... ( a ver como lo digo)

haber querido un poco; pero tanto

que podríamos habernos tocado con las manos

-lo mismo que la e muda que no grita

y todos la oyen al decir je t’aime-

sintiendo su hormigueo, sin conocernos?.

¿Verdad que es dulce haberse casi amado

y sentir en los ojos aún ese desconsuelo?

Cuando te arropen las sombras de la noche

hoy, sin embargo, sentirás un beso.


Entre amigos (05/07/2007)

Entre amigos, no vamos a engañarnos,

arden días antiguos

en imponente pira

con el oscuro alcohol de los silencios.

Yo me guardo la mueca, tú te guardas

algún disfraz y hablamos.

Se hace de día el pan que nunca hubo

y el oro que era bronce y la muchacha.

La sombra es una discreta mancha roja:

Borrón y cuenta nueva.

Es bonito y es falso y ambos los sabemos.

Entre amigos, no vamos a engañarnos,

lo inventado es aún tejido vivo.

Lo vivido es, para siempre, tiempo muerto.


Datos para un encuentro casual (01/08/2007)

Pero aunque no es probable

un encuentro promulgado

por las leyes insensatas del azar

y nadie te ha de dar las referencias.

Y en el caso, nuevamente improbable,

de que cumplas un tiempo sin poemas

y vengas a leerme

igual que el elefante vuelve al charco

donde bebió una vez.

Suponiendo (y es mucho suponer)

que algo de afecto

te mantenga pendiente

de huellas, fechas/fichas

con que encajar en hueco

teselas de mi foto.

O, porqué no, que te encuentres

proclive a los extraños:

al des-catalogado, al intangible

al tácito, al enólogo de los dos pies izquierdos

(veo que sonríes), al que le dijo "azul"

al cielo encapotado.

Y puesto que ni el Google

ni otros buscadores menos inteligentes sabrán nada,

he preparado un verso

de mi base de datos más secreta

para que reconozcas,

un día de Abril que llueva

y haga un poco de frío para los peces

y salga de una puerta mucho humo

y un señor con ceniza

en la barba y el pelo y una sonrisa inútil,

a aquel ídolo gris con pies de barro

que nos dio tanta guerra.


Tú por tu playa, yo por tus afluentes (03/09/2007)

¡Qué ventura, dormida luz,

tu piel, esa otra playa!

Tú, sonriendo

un sueño incandescente.

Entre los dedos,

la arena dulce y cálida

hecha un mar de deseos.

¡Que azul ventura

desemboca en tu cabello!

Enredándose

la mar, su espuma,

guirnalda blanca

ciñéndolo.

¡Que transparente ventura

la brisa que se refresca

en tu mirada sin dueño

y que luego se acurruca

como una paloma herida

entre tus senos!

¡Que loca ventura!

Sal curiosa,

sal desnudando tu voz,

sal caramelo,

sal traviesa,

sal de lienzo,

salada sombra pensándote,

vela y sal,

sal y la tarde en silencio.

¡Que ventura, reflejada

sobre el cuenco de tu huella

cuando se llena de agua!

La playa toda, una fuente

para tu cuerpo de estatua.

Te vas y las olas huérfanas

rezan su adiós.

Bajamar.

Huele a soledad el aire

¡Que triste ventura ausente!

Tu silueta lejana

y alejándose, la mar.


Fuentefrida (26/10/2007)

Horada la gota el mármol

desierto y frío

de la fuente. Crece un árbol

nace un río.

Invade el musgo sombrío

la base del pedestal.

Trepa la hiedra

a un Eros de oscura piedra,

por su aljaba,

se desliza un animal.

Nada permanece igual

que cuando el hombre reinaba.

Han callado los tambores de la guerra.

No hay hombres sobre la Tierra.


Luego quiero tu boca (13/12/2007)

Detrás queda una casa, detrás otra ciudad,

detrás días y noches, después, contigo, el alba

y ahora delante tú, melancolía

como un jarrón de flores disecadas.

Luego quiero tu boca.

Luego quiero tu boca respirándome. Que arda

mi voz igual que el cielo de Otoño de mi Otoño

como en mis ojos arden los olvidos

para nacer recuerdos en tus ojos.

Huele a tu piel la mar.

Huele a tu piel la mar. Para mis peces tristes

es tu saliva dulce, sal. Tu lengua, playa

de cálidas arenas movedizas,

la mía es una barca extraviada.

Toma mi edad y dómala

Toma mi edad y dómala con despiadadas risas

y con caricias crueles, ponme bridas de oro

que me aten a tus años de por vida.

Solo soy libre si me tienes todo.

Luego quiero tu boca.


Resistencia (03/01/2008)

Resistencia es la gota y yo, sosteniéndonos con la punta de los dedos

a una hoja, a un cabello, a la resbaladiza superficie de la vida,

a la quebradiza ilusión de los espejos, a un tal vez inexpugnable.

Resistencia es la roca y yo, sostenidos por el carcomido “Dedo de Dios”

frente a los vientos, por una frase delgada, suspirada entre chillidos

por un ayer cosido con el hilo finísimo de hoy, botón de ojal impar.

Resistencia es el ala y yo, sostenidos por el aire sutil entre dos fuegos,

por el impredecible oscilar meteorológico que atrae y que separa

con su ley de dolor, por la pluma que escribe, por la que traza la derrota.

Resistencia es el pecio y yo, carcomidos, roídos de corales, fijados

por la quilla a los limos huidizos e inestables de otros restos informes,

unidos por las desteñidas letras de una dedicatoria a una foto velada

Quillas y letras, el ala que me aguanta, la palma de la pluma de la mano,

el pecio persistente, la inagotable gota que se mece, la piedra testaruda

contra el tiempo. Inútil resistencia en la batalla final ante el olvido.

Tu olvido, el olvido nuestro.


Por la ruta del Jerte (03/03/2008)

Viajábamos por la delgada ruta,

puente entre dos montañas

que cruza el Jerte en flor.

Como a un duelo, en volandas

y urgencia de suicida

iba arañando curvas y encogiendo

tu sonrisa de estampa.

“Ve más despacio- te escuché-

no caben dos vehículos de frente

por esta carretera”. Yo callaba

fingiendo concentrarme.

Un largo sol oscuro sombreaba

de ocaso los cerezos.

Yo no hubiera elegido un panorama

mejor para acabar: aquel arrebatado,

nevado paraíso. Esa palabra,

acabar... acabar... martilleándome,

su cobarde desdén balanceaba

delante del cristal del parabrisas.

“Es mejor que paremos”

Dijiste. Y en la alarma

terrosa de tu voz ronca de angustia

se fundió mi arriesgada confianza.

Paré confuso. Yo creo que presentiste

nuestro final amargo de Berlanga.


El extraño (12/03/2008)

Lo sé todo de ti.

Sé por ejemplo tu hojear del diario

buscando la noticia de tu muerte

Y sé como te encuentras

cara a cara con todos los recuerdos

que dejaste dormidos una tarde de otoño

porque dolían, dolían...

Duelen por todas partes.

Sé también que haces noche

en el desnudo andén de tu pantalla,

vibrando con los trenes, con los ojos

de viajeros sonámbulos

y fugaces saludos que nunca se detienen.

Te oigo llamar tocando

con nudillos de espuma la ventana cerrada

sin que conteste nadie o no contestes

al susurro descalzo de los pies que se alejan.

Conozco la medida de los sueños que lloras

y los que huyeron vírgenes

porque apenas se posan en el barro, los pájaros,

si no ha llovido antes. Si no llueve. No llueve.

Sé que te vas cansando

de los nombres virtuales e imposibles,

también del tuyo propio y del sonido

de las voces cercanas

también de los callados altavoces

con su callada música, sus membranas inútiles

su inerte ojo pasivo.

Considero tus dudas en la niebla

y el tiempo que transcurre y no suceden

aquellos vaticinios luminosos

aquel “tal vez” vencido y sin memoria.

Lo sé todo de ti, pero aún me queda

saber quien eres tú, porqué no pasas.


A conciencia (16/05/2008)

Tu y yo y otros tantos- no muchos

pero más o menos los de siempre-

decidimos jugar a arreglar cosas

que ya se caen por propio peso

de los años o de los pesos pesados

que eligen transformarlas. Esas

cosas que un día como lo hacen

siempre, de pronto se aparecen.

y nosotros; tú, yo y otros tantos

entramos en el juego.

Y eso nos lleva años…

Luego, un día después de esos

años que no arreglamos nada

vemos que aquel camino

que empezamos a andar no era

más que el piso primero, el mismo

al que hemos acudido tercamente

a barnizar las siglas con la ronca

precisión de las palabras aprendidas

prendidas, car-dinadas cor-dinadas

fundidas remendadas sobadas

y sobradas del catecismo hostil

de la verdad-verdad que nos contaron.

Pero que aquellas cosas siguen

cayéndose de viejas y de rotas

después de que entre todos

transformando los muros

apuntalando techos arruinados

las dejamos tal cual están ahora:

ni erectas, ni seguras ni derruidas.

Y vamos a buscar aquel camino

que empezamos a andar y no era este.

Tu y yo y otros tantos – no muchos

ni pocos, más o menos los de siempre-

solemos tropezar con tantas cosas

que no tienen arreglo y que nos llaman

nos turban a conciencia la conciencia

y se quedan, a cambio, nuestro tiempo.


Todavía (31/05/2008)

¡Te quiero tanto todavía...!

que no quisiera volver

sino para despedirme

y no olvidarte después.

Pero regresar... ¿Adónde?

¿A qué dirección perdida?

¿A qué teléfono hueco?

¿A qué rincón de cenizas?

Entre el silencio y la espera

está la muerte sin sangre

de la fría indiferencia.

Porque ya no nos queremos

más que en el veneno agrio

de alguna noche sin sueño

o, en la huella de un ocaso

que se nos muere por dentro

o, en un momento de rabia

o, en un mal punto del juego

o, en soledad, como ahora.

Ya no nos queremos, pero

¡Te quiero tanto todavía!


Sin Orden ni Concierto (25/06/2008)

Tarda la tarde parda. Tarda...

Está llegando tarde. Aun verde

la tierra y ya su entraña aguarda

esa garra de piedra que la muerde.

Pierde la piedra verde. Pierde

la guarda de la hierba y se acobarda

Muerde la brisa amarga. Muerde,

con su frialdad, la vida que resguarda

--------------------------------------------------

¿Y esto es todo?

¿Vivir?

¿Darle a la sombra un cuerpo?

¿Una sombra a las sombras?

¿Es eso todo para todos?

¿Nada?

¿Todo para las sombras de la nada?

¿Todo?

---------------------------------------------------

Debería recordarte porque te quise mucho

Tú mi primera novia a quien nunca besé

Y sin embargo busco tu rostro en mi memoria

Y solo encuentro el hueco de lo que nunca fue.

Pero tengo papeles escritos con tu nombre

Versos que no recuerdo, citas que no busqué

Debería recordarte porque te quise mucho

¡Tanto…! Pero hace mucho tiempo que te olvidé

-----------------------------------------------------------

He perdido tu voz, aquella que traía

escalofríos nocturnos sueños de madrugada,

perturbaciones lácteas, diminutos calambres

con tu mano de versos, tu sexo de palabras.

Tu voz de piel de tinta, su acariciante pausa

que suspendía el deseo pendiente de la carne,

que con la carne ardía suplente consagrada.

Nada te he dado a cambio de tu oferta de besos.

Liquidé con silencio tu derroche de ganas.

Amargo tu silencio degusto recordándote,

registrando las sombras de fiebres y de fraguas.

Regrésame la curva de tu aliento caliente,

el fugitivo pálpito que enmudece sin llama.

Que solo soy un cuerpo incierto y expectante

cautivo del poema que muerde mi esperanza.

Vuelve, voz de la sangre, a arrebatar mis horas

Que quiero respirarte… No te prometo nada.

----------------------------------------------------------------

Tus hijos, los que nunca tendrás jamás conmigo

te susurran el cuento de la noche,

y tú, candor del cielo, vida en sombras

que todo te lo crees, incluso el beso

de una podrida posibilidad, sueñas con ellos

y con sus bocas y sus ojos y sus cabellos

de rubias variantes del mío propio.

Pero, claro, en secreto, muy secreto

para no despertar a ese fiero ronquido

que se abulta a tu lado entre las sábanas.

A lo peor yo ronco, yo abulto, soy un fardo

durmiente de ese bosque, feo, nocturno

que me aúna a tu sueño en el inquieto

titilar de tu párpado, a tu REM, a tu estado

catártico, a tu sin vivir durmiente.

A lo peor tu sueño es más hermoso aún

que todas las posibles realidades

que ahora sueño que sueñas -por despecho-.

No importa. Me gusta imaginarte

en la burda esperanza del regreso.

Yo, tu héroe, salvándote del odio...

Porque es muy triste pensar en el olvido

cuando realmente fuiste tú quien

--------------------------------------------------

¡Rómpete de una vez!

¡Rómpete, empólvame!

¡Muerde la vena y no

sueltes tu presa! ¡Enfríate!

No esperes a que haga

la suerte tu trabajo,

ó, un ladrón me dispare y te libere,

ó, el hígado te gane por la mano,

ó, una estúpida gripe,

ó, su terapia.

¡Hazlo rápido! : Sabes

cuantos impedimentos

te pondrán si me alcanzan

los médicos en vida.

Te suplirían. Lo sabes.

Te tendrían goteando

con latidos eléctricos

el tiempo que quisieran.

Aprovecha, no hay nadie

cerca, es el momento.

Quiébrate como un puzzle

y mezcla los fragmentos.

Que no nos reconozcan.

Ya sé que no es un día

especialmente aciago

ni brillante tampoco,

pero, es casi imposible

que ahora pise una mina

o que haya un maremoto

y un mástil se me clave.

¡Rómpete! ¡Quiébrate!

No hay razón de alargarnos.

Tú lo has hecho otras veces

por amor, porqué no ahora

por hastío simplemente,

porque no hay más remedio.


Azul (28/06/2008)

Eras azul cuando Sevilla, como siempre, extrema

y en los jardines plateaban sombras

los álamos gigantes de mi adolescencia.

Yo buscaba salidas a los deseos furtivos

del último verano de inocencias y humos.

Y tú volvías inmune del último desastre.

Las calles ¿lo recuerdas? nos llevaban

por un trajín de espejos y sorpresas

y maniquís fugados de sus escaparates

como estatuas de sal. Tienen – dijiste-

la mirada con prisa de los pájaros

que han perdido su brújula y no saben

regresar. Nos reímos. Yo tomé tu mano

para hablarte a través de los latidos

y me salió un poema sin palabras. Eres

Azul, te confesó mi sangre. Y tú, – la tuya dijo-

la noche y el silencio. Y ya no hablamos

hasta la puerta cerrada de tu casa y la ventana

abierta de los labios heridos por los besos.

Eras azul y yo la noche y nos amábamos.

Hace calor. La lágrima es salada, finjo

que escribo con latidos el poema acabado.

Tiempo sin brújula...Los pájaros perdidos...


Un verso dedicado (02/09/2008)

Este verso, es solo para ti.

El siguiente no es tuyo,

ni mío. No sé para quien es

y después hay unos ocho, o, diez, o, quince…mil

(no estoy seguro de su número exacto,

pues, depende en realidad de circunstancias

ajenas por completo a mi albedrío)

pero… bien, quería decir que de entre todos

esos miles de versos que he citado

ninguno es como este: Es el primero

de todos y de todo. Es el que nunca

volverá a ser copiado, porque es tuyo

y, como tiene la forma de un espejo

siempre será citado con tu rostro. O con tu alma.

Y si no fuera cierto que hay un alma,

nadie más ese verso poseería,

porque es tuyo aún después de la muerte.

Nació por ti, para ti, puedes leerlo

arriba; lo dice en el poema.

Y si desaparece (si es eso lo que quieres)

te esperará a las puertas de la nada.

Yo poco he agregado, ni siquiera la tinta de la pluma

pues surgió en mi cabeza con tu nombre

aún antes de escribirlo. Luego, ya sí,

mi mano puso algunos movimientos.


Está bien (14/11/2008)

Todo está bien,

y te veo perdiendo la esperanza

dudando con tu adiós y tu sonrisa

porque no era la primera vez

y porque ojala no fuera la última.

pero la explicación no estaba en mis palabras,

esta bien- seguías diciendo,

que me ibas a esperar

que te hubieras quedado allí toda la tarde

que era la crisis del numero redondo

de alguna edad, de algún complejo

para que contarlo, no significa otra

oportunidad, para qué

pero, todo está bien, decías y decías

cuando por décima vez me estaba repitiendo

no te preocupes porque todo está bien

allí en el parquecito, junto al banco

de piedra que un borracho,

todo está bien, porque pensabas

que no era más que otro fantasma

otro temor al cerco del cariño

y porque hay respuestas que no las quiere nadie

ni yo que la sabía antes que su pregunta

ni aquel olor a vegetal creciendo

que nos humedecía y acercaba los cuerpos

esta bien, pero no nos conviene,

con miedo a poner plazos y besos

pero cansados, muy cansados de andar

muy cansados porque la noche se iba

y nada salía como era preciso

y era el miedo a mañana y a la lluvia

que arrasa lo más hondo, lo más querido

lo más inútil, tonto calendario y palabras

palabras, palabras, palabras, palabras

donde los versos no tenían motivo

donde éramos los de antes, desconociéndonos

poco a poco hacia atrás, todo

está bien, podremos ser amigos

y no tendrás que escribirme y si no quieres

no me escribas en un tiempo

pero como todos los tiempos olvidados

este nuestro, sin fecha, este, sin vuelta

que era pequeño y triste y se iba apagando

como tu sombra en la noche

como tu adiós y tu sonrisa

como –está bien- mi nada más

nada más que apenas ya me duele


Aunque no me crees (08/01/2009)

Pero tú no me crees

cuando digo que todo está perdido

que siempre será igual: el rico sobre el pobre

y las guerras del rico con la sangre del pobre

y el dinero del pobre haciéndose invisible tras el rico.

No me crees porque crees en otras cosas:

En que la vida, a veces, entrega una salida,

que no es tan importante lo que ocurre en lo escrito

sino la piel y el largo caminar de esta tarde

y el presentir que existe un mañana siguiente

y el frío cuando hace frío o cuando lo parece

y la sonrisa cómplice cuando se rompe un vaso

o, un cuadro interminable.

… Y sin embargo asientes, vehemente, a mis protestas,

a todo dices algo, recogiendo mi estado

en el sereno cuenco de tu honda comprensión.

Tal vez percibas que mi razón no encuentra

otra fe, otra justicia, más libertad alzada

que el eco, esponjoso y dulce

cuando regresa de rebotar en tu alma,

de mi voz


Aprendizaje (26/02/2009)

Estrenas mi regalo cuando el año

desde el que tu naciste, parece que se acaba

y algunas novedades hay

que tengo que contar.

Porque, no te das cuenta,

eres aún muy pequeña

y todo va muy rápido, muy rápido

para ti y para mí.

Aprendiste a llorar -esto lo sabes-

y con eso –recordarás- pedías

el calor de tu madre, la comida,

la música para antes de dormir.

el movimiento que sola no podías

y algo de higiene personal.

Más tarde, aprendiste a imitarnos

en los gestos, en las risas

y arrojabas las cosas, golpeándolas

con el simple pretexto de que era

lo que daba respuestas y palabras

Y esa fue la primera, sí: Tu nombre.

La segunda respuesta que entendiste

fue la palabra “No”.

Otro día, cuando tu mano

tenía claro el trayecto hasta la boca

y el consuelo del chupe,

sin rencor, premeditadamente

te lo quitaron. Hay planes.

Y es lo tercero que aprendiste:

que alrededor hay planes,

que no cuentan contigo y que te afectan

Y ahora lo más reciente

que has descubierto es una ley:

Cuando te elevas demasiado, caes;

la atracción de la tierra

por todo lo que existe.

Y quisiera pedirte que aunque caigas,

si te duele, y no encuentras

ya la mano que ayuda -a veces, pasa-

intentes levantarte. Sigue andando

y elige bien en quién gastas tus lágrimas


Cuadros (08/03/2009)

Pintas flores y frutas y paisajes

y así vuelve a la vida, como era,

el color de las cosas que soñaste,

pero con otro nombre diferente

inventado por ti. No es la manzana

ni la playa en ocaso, ni la orquídea:

Tú les pondrás los nombres de poemas

aún sin escribir, para que nazcan

con su propio destino los colores

en los atentos ojos venideros.

Les llamarás “Palabras encendidas”

o, “Estrellas boreales con luciérnagas”

o, “Miradas transparentes en la copa

después de haber amado”. Porque todo

lo que el pincel derrama de tu mano

brota desde tu luz, desde tu alma.

Nunca existieron antes, nunca han sido

flores, frutas, paisajes en ocaso

ni manzana ni orquídea ni playa.

No son. Serán cuando las nombres

alma viva, despierta luz, la forma

concreta y terrenal de tu palabra.


Preguntas en dos tiempos -¿No era eso? (18/03/2009)

Hemos vivido ¿Verdad?... ¿O, no era eso

la vida? ¿O no era sólo tener? ¿Tenerla

y abandonarla luego? ¿No era la vida eso?

¿No era querer? ¿Quererla a solas, solos,

como si nadie más pudiera hacerlo

y olvidarla después? ¿De verdad no era eso?

¿Tampoco, entonces, escribirla, hablarle

al oído? ¿Cantarla cada día, para luego

enmudecer, matarla?... ¿Qué era entonces

lo que enterró el silencio?

¿No era eso?


Preguntas en dos tiempos -Olvidos

Seguramente, si hay lógica en el mundo,

de los dos, el más viejo, se irá pronto

y quedarán para el otro algunos años

que no conocerá nunca el ausente.

¿Le escribirán las manos tanto tiempo amadas?

¿Lo nombrará su boca? ¿Será su pensamiento

herencia al aire? ¿Qué pasará si un día

tarde, pronto, un instante, la vida que le queda

encuentra un brazo, un beso, ese poema

hecho de pan de nube, un cielo diferente

y el nombre de aquel otro se hace olvido?:

¿Dejarás de quererme? ¿Moriré de tu vida?

¿De tu sueño? ¿Moriré para siempre?


Nada definitivo (13/04/2009)

Lo lamentable es que no voy a escribir.

Es lo único claro: la decisión. Las causas

son estúpidas, todas. Lo es desnudarme.

Un cuerpo como este, con su espíritu,

desnudos pierden mucho. No digamos,

si alguien está mirando lo que pongo

sobre el tapete: Nada. Ved. No hay nada.

Ya lo dije, es estúpido. Es decir: las razones

por las que no haré ni un solo garabato.

Otra razón (se puede comprobar; lleva su tiempo):

Me he repetido mucho. A veces demasiado.

En todo caso, mucho. ¿Tú también? ¿Vos también?

Da igual. En realidad, no importa. Ya lo dije:

son razones estúpidas. No convencen. Y hay otras

aún más tontas, si queréis. Las ganas

que se van apagando, no pondré la metáfora

pero se entiende bien. Que se van apagando.

Veréis que dejo espacios a modo de silencio. Es

mi manera de decir que no hay respuesta a lo

que estáis pensando: Que no es razón bastante, pero

os dije que era así, son motivos espurios. Nada valen.

Y así son todos. El misterio no existe. No se oculta

lo que se va diciendo. No sabría que ocultar, que pareciese

profundo y sólido. ¿Sólido?... Tal vez, la duda… y no

lo tengo claro. Tampoco es racional, como las otras,

esta imbécil razón de que no escriba.

Estos otros espacios son un whisky que me he servido

para matar un ansia de no sé qué, que tengo. El sexo

de Jalima que se escapó corriendo a su oscuro burdel.

Sour El Ghozlane, donde instalé el teléfono automático

sin que nadie llamase porque no se ponía la operadora.

La tarde en Ashgabat sus tejados azules. Amanecer perdido

en la Place d’Espagne, un día de frío de Abril andando por Bruselas.

Calor en Cumaná, humedad y calor. Encuentro con Ilana en Al

Basrah, nuestras Delicias Turcas en la cama. Florencia: el Arte.

Aquel hostal muy cerca de Almaraz bañados en sudor toda la noche.

Esas líneas trenzadas con que he cruzado España polo a polo,

paisajes de personas, bajas de mi recuerdo. Sin embargo…

Ya no voy a escribir. No sé si debo. Ni si es definitivo

Son razones estúpidas. No lo niego. Un ejemplo:

No quiero disfrazar de traje mi palabra, sino de aire.

Del que respiro al sur, frente a la playa.

... Tal vez escriba de eso.


Instrucciones para ser feliz (04/05/2009)

Búsquese la palabra Felicidad

tiéndasela en un papel a nuestro lado

procurando que “Fe” quede a la altura,

bien cerca, de los ojos. Acaríciesela

con un tierno vaivén de arriba abajo

y viceversa, mientras se recita

plácidamente, reiteradamente

su nombre, poniendo énfasis en “Dad”

y siempre con la vista puesta en "Fe".

Se irá notando a ritmo acompasado

un creciente sopor, un progresivo

desinterés del mundo, un paulatino

éxtasis interior, como un letargo

muy próximo al nirvana. En ese punto,

miraos. En ciertos casos basta eso

para una hermosa y excelsa carcajada.


La cosa viene de atrás (12/06/2009)

Dijo Dios: Hágase el hombre

y el hombre, cogió y se hizo.

Pero Dios era un cenizo

(Y se nota hasta en el nombre

de Adán que suena a postizo).

Tal vez por eso al Creador

le salió un ser indignado

con solo dos pies y armado

de un colgajo y lo peor:

inútil y enrevesado.

¿Qué hago con esto, Señor

-dijo aquel extraño ser-

si no hay ninguna mujer?

Haz una, seremos dos

y algo podremos hacer.

Y dijo Dios: Hágase

... Pero allí no aparecía

la mujer ¿dónde estaría?...

Y el pobre Adán: “¡No lo sé!”

(Yo sí: en la peluquería)

Y lo primero que dijo

una vez que apareció

al ver al hombre fue: ¡Jo...!

¡No he visto a un tipo más pijo!

¿No los hay mejores, Dios?

Conclusión: De ser sincero

y echando la vista atrás

os quejáis de vicio. Es más:

Si salió mal el primero

¡que esperáis de los demás!


Experiencias vitales-Tom-Tom (08/07/2009)

Debió ser en Octubre.

Había nubes oscuras en el cielo

así como en la tierra. Bordeábamos

la rotonda final de aquel camino.

El Tom Tom Go insistía

“Tome la segunda salida”

“Tome la segunda salida”

En la primera te desviaste tú.

Yo seguí la orden de la voz electrónica.

Habíamos discutido... No recuerdo la causa

pero en algún momento perdimos nuestra ruta.

Aquella carretera no llevaba a nosotros.

A ninguna otra parte.

Empezaba a llover y se puso a llorar el parabrisas.

O eso me pareció. No era tan joven… creo

y acaso, tú, no fueras tan hermosa.

Me falla la memoria.

El mes, quizás, tampoco fuera Octubre

y solo mi recuerdo avala el frío.

Posiblemente solo llovía en mis ojos.

Juraría que te amaba y que me amabas.

La segunda salida… no lo era:

… ¡Cómo pudo fallar el Tom Tom Go!


Experiencias vitales-La orden que no llegó

Sabíamos todos cuanto había que tener para estar una noche en tu cama

Era crudamente imposible a menos que planease una orden del jefe

cosa que nunca quiso el ganso azar que ocurriese en el tiempo que estuve

en tu alejada civitas. En cambio me ofreciste hospedaje en una casa céntrica

que habitaba tu hija. No diré que ella fuera tan aparente ni tan snob y seria

como lo fuiste tú, pero en cambio sonreía todo el tiempo y se acostaba

con sus otros inquilinos, jóvenes Erasmus, aprendices de lengua.

Por suerte, tu alocada muchacha no tenia los prejuicios de clase que vetaron

mi, programada mil veces, excursión por tu cuerpo. Ella era muy abierta

de mente, muy abierta de otras cosas y sobre todo bastante receptiva.

Con la débil excusa de que arreglara su ordenador me hizo ir a su cuarto

y con las únicas armas de su piel entreabierta me retó a un duelo a muerte

que naturalmente ganamos los dos. Incluso varias veces.

Desconozco si alguna noche, de esas propicias para el juego de verdades

y verdades a medias, se le escapó una frase o disfrutó diciéndotelo

contemplando el escándalo o quizás el despecho de tu rostro hierático.

Si es así, si al final te enteraste, comprenderás el porqué de mi paciencia

a tus muchos rechazos, a tus tatuados reproches, tus viejas negativas

y sospecho que tal vez en un momento oscuro de tus sueños, recordándome

tu mano completó lo que no me consentiste en el fru fru de encajes

de tu ropa interior. Es posible también que lamentases mi falta de renombre

y de solvencia, con las cuales, la “recomendación”, la orden del jefe,

te habría echado en mis brazos. Necesidades –seguro, te diría- de nuestra empresa.


Experiencias vitales-No es nada

Aunque ya apenas nadie te recuerde,

aquí, desde esta hora, con esta letra oscura,

hormigas paralelas, fondo ártico, la voz

te sabe, el dolor me encuentra

hondo de haber crecido, maduro para el verso

que no supiste nunca de mi boca.

No es tan tarde, trae el silencio un eco

de otro silencio joven, cuando eras

sonrisa, luz, remanso de aguas bravas,

desbrozadora de jaras diligente

(mis pasos imprevistos); necesaria.

Y llega ahora que nadie te recuerda,

mi memoria temprana escarbando raíces

hasta tu acento tierno, aquel de “ea, no es nada”

en la primera sangre de juego y travesuras.

Y luego, “ea, no es nada” cuando aquella punzada

(¿era amor?) del primer abandono.

Y mucho más tarde, “ea, no es nada”, el último abandono,

cuando ya nos dejabas para siempre.

Y llega ahora otro dolor de ausencia

otra sangre que vierte sobre mi corazón su picotazo

y siento el “ea, no es nada” y la pomada fresca

con que tu voz, mamá, me consolaba.


Manifiesto Persona (04/10/2009)

No me duelen como antes los parias de la tierra

Ahora me duele un pobre concreto con su nombre.

Ese que empuja el carro de algún supermercado

y en lugar de comida lleva chatarra y ropa

que no se han de poner sus dueños porque han muerto.

Sé que se llama Luiso y que duerme en un coche.

Me duele aquella otra que descubre en su brazo

una estrella morada en medio de la vena,

cuyo centro es un nudo de sangre coagulada.

Responde a cualquier nombre: ¡Oye tú! ¡Vieja! ¡Tía!

pero sonríe al “¡Lola!” de los que la conocen

y los que ponen precio a su carne maltratada.

Me duele aquel que muere, niño de hueso y hueso

con ojos de cobalto, tan parecido al otro

que yace hambriento al lado y también tiene un nombre

Songó y Yebra me duelen y Suad que fue la madre;

del padre heredó el Sida hace ya algunos años.

No me duele el obrero cuando tiene un trabajo

y un sueldo y Sindicato, me duele Akim que baja

diariamente a la mina en busca de diamantes.

Solo tiene diez años pero es delgado y cabe

por rincones recónditos donde no llega el hombre.

Respira polvo y tose, no llegará muy lejos.

Me duele Horacio, el indio de la selva amazónica

que ya no caza o pesca, tan solo se emborracha

porque hallaron petróleo muy cerca del poblado

y le dan aguardiente a cambio de silencio.

Ya es un viejo sin dientes a sus cuarenta años.

Con el tiempo no siento los Grandes Objetivos

Ahora solo me duelen el emigrante Lebko

el desahuciado, Vargas, que lo es por ser gitano,

la niña Yua, vendida a un viejo como esposa,

Bito y Zoido y Manuel y Radek y Jorene

y otros que no son números, ni gente, ni estadística;

son personas con nombre que nacieron sin suerte

Esos pobres me duelen hasta sangrarme el alma.

Todos, sí, pero Esos.


Poemas que inspiran un poema (23/11/2009)

Leer dentro de las palabras lo que en susurros labran,

oír atentamente con los ojos abiertos ritmos, luces, pautas

y seguir con los dedos pasando puerta a puerta, páginas,

lo que el poeta escribe, sin levantar el oído de la alargada

hilera de signos que conversan, suspiran, llueven, callan.

Luego, cerrar el libro y después que se olviden las palabras

tomar la pluma y en cualquier superficie lisa y blanca

con silenciosa tinta anudando en letras la destellante ganga

escribir el poema: La mariposa es una flor posada...


Recortes -"Prima" (17/01/2010)

Gema, yema, llena

suena, sueña, enseña

enciende, aguanta, canta

siente, frente, exalta

alta, oculta, asciende

levanta, risueña

Gema alegre siempre;

rincón azul del alma.


Recortes - Del Sol

De través parte la tarde

como un piñón en el fuego

bullanguera, crepitante

y es el sol un arroyuelo

desangrándose en el cielo

de tu corazón gigante.

Te haré sombra cuando enfermo

de fiebre el sol se recueste

contra tu piel y tus huesos.

Y agua fresca y transparente

sobre tus labios calientes

irán vertiendo mis besos.

Contemplo el largo corredor de luz

que sobre el mar

es camino hacia ti que aprende el sol

cuando se va a acostar.

Atraviesa la luz, traviesa, la traviesa

sobre la que descansa el techo de cristal

bajo la viga un vuelo: tu baile sobre el suelo

Salta el sol a tu lado ¡El sol baila tan mal!


Recortes - Que más da

Entre tú y yo solamente

un amor confidencial.

Mañana será mañana;

hoy… ¡que más da!

Entre la luz y la sombra,

el aire de tus pestañas

y el reloj dando la hora

a campanadas.

¡Que importa que tú le llames

cariño en vez de amistad!

El caso es que no me quieres.

¡Que más me da!


Recortes - Plaza de Góngora

Daba las doce el reloj

donde Góngora y Argote

cuando al darte un beso yo

diste un respingo; yo, un bote.

Por lo que imagino, no

fue cosa del campanero:

mi beso fue el que asustó

tu corazón ¿Fue el primero?


Grandes hombres, pequeñas miserias y algo de sal (06/02/2010)

Tomada así, de una forma aleatoria y en trozos no muy grandes,

no hay biografía que aguante el peso de la púrpura

o, bastante sublime para que torne en mito.

Hace falta el olvido de urgencias cotidianas y de vicios menores.

Cortar lo menos sano si asoma la cabeza.

Apaciguar verdades que no son de recibo

y rendir con equívocos al que suele decirlas.

Aún así, si se hurga, sale lo suficiente de pus y de saliva

para agriar el lomo del más denso curriculum.

Crónicas que se han hecho de grandes gentil-hombres

obviaron sus virtudes veniales en la cama,

o, endiosaron la alcurnia a la que no llegaron

y tomaron prestada de otro que si tenía.

El poeta de turno (¡Oh renombrado vate! ¡Oh insigne laureado!)

que de su firme pluma fijó esplendor la lengua

hoy dora bibliotecas en su estante más alto

de los libros que nunca han de leer sus dueños.

Escondida a la gloria quedó su triste ansia, su gula desmedida,

aquel plagio atribuido que dejó sin respuesta,

o, por qué no mencionarlo, aquel hijo bastardo jamás reconocido.

Algunas cornucopias mienten lo que derraman.

Tras el oro aparente que dádivas desborda

hay un rojo sangriento y un rastro de traiciones

y quien sabe hasta cuando durará su relieve en ese frontispicio

al que el viento y la lluvia desborona en arena.

Detrás de cada hombre caminan sus miserias.

Su error y su fracaso no siempre afloran juntos

ni puede estar atento a todo el Gran Hermano.

Yo mismo, hace un momento, cuando no me miraban

logré extraer un ente, untuoso y molesto,

de las tupidas fosas, el cual dificultaba mi inspiración correcta.


Por ser vos quien sois (04/05/2010)

Cocino para vos. Pongo la mesa

procurando cambiar alguna cosa

y, cuando recogemos los cubiertos usados,

mientras que vos revisas

el correo en Internet,

hago un poco de té, para los dos (Té verde.

Antes solía ponerle unas hojas de menta).

Eres vos quien lo sirve. Después, acomodados,

dedicamos un tiempo a lo de siempre.

Vos a la teleserie que te tiene enganchada.

Yo a un programa de humor de ambiente progre.

Después salimos al paseo de la tarde

-la Nina no perdona ese momento-

y hablamos (vos más que yo, mi amor) de nuestras cosas.

Para cenar, lo hacemos cada cual según gustos:

Vos un menú de dieta, yo unas tapas surtidas

Luego algo de distracción, algo de sueño

y a la cama (aunque siempre vos primero).

Este es un día cualquiera. Mas lo bueno

es que estás vos. Cuando te marchas,

el tiempo que no estás no cuenta, es raro

que se mueva la aguja del reloj

hasta que vuelves.


Adoleciente (03/06/2010)

Aquella noche tiraba piedras a tu ventana. Era una locura.

Lo sé por la rara excitación que siento ahora,

pero me cuesta recordar que pasó luego.

Sé que ya no volví. Que te escribí una carta

que nunca eché al correo. Que te escribí un poema.

Y que de vez en cuando sigo escribiendo el mismo

como si quisiera corregir alguna cosa

que nunca ocurrirá.

Veo en la asombrosa calidad de la luna de Mayo

tus labios invitándome y me veo a mi mismo

prendiendo y comprendiendo del pecado.

Su violencia, su magia y su melancolía.

No nos queríamos mucho.

Tú a ti misma por tus cumplidos pechos

Yo a mí por ser delgado.

Pero a ti si te quise. Recuerdo aquel dolor inesperado,

-era un amor de niño adolesciendo-

cuando supe que ya no me esperabas.


Cuidados preventivos (01/07/2010)

Casi todo se estropea:

Los aparatos se paran,

las cerraduras se oxidan,

las cañerías se atascan,

el ordenador se cuelga,

el motor no nos arranca,

las tuberías se pican,

las zapatillas se gastan,

los botones se descosen,

se vence el muelle en la cama,

la puerta se nos descuelga,

al árbol le salen plagas.

Las cosas tienen desgaste

y hay que aprender a cuidarlas.

Por eso cuando te beso

pongo en ello todo el alma.


Para desfacer entuertos

Para mi amiga Shandy por su inspirado comentario al poema anterior

Vendo pócimas y ungüentos.

Vendo raíz de mandrágora.

Vendo pétalos de asfódelos

y espejos de luna-plata

Vendo pervinca y caléndula.

Vendo cuernos de coral,

espinas de fungitopo

y escapularios de sal.

Vendo pura cera virgen,

circea negra como cisco,

cenizas de olivo verde

y colas de basilisco.

Compro un abrazo sincero.

Compro una mirada limpia.

Compro palabras calladas

y caricias encendidas.

Compro la luz de la fuente,

la música de la aurora,

el vuelo del colibrí

y la danza de las olas.

Cambio tu canción por oro.

Cambio mi sed por tu agua.

Cambio tu amistad por todo

y mi corazón por nada.


Dos poemas para Agosto - Bienvenidos (19/07/2010)

Bienvenidos, niños de todo el mundo

que acabáis de nacer:

Los enfermos aun desde el vientre materno

y los bienaventurados nacidos en el Norte

Los hijos del poder

y los elegidos por la miseria

Los desterrados de su propia tierra

y los registrados con varios apellidos

los que toman de ambos pechos secos

y los que duermen hartos.

Los que apenas durarán un bombardeo

(y los que tendrán tiempo de arrepentirse

de haberlos ordenado)

Sed todos bienvenidos, hijos míos

porque a todos os hice iguales, libres

y me he empleado a fondo.

Perdonad que me ausente;

me encuentro muy cansado.


Dos poemas para Agosto - ¡Ojo!

¡Ojo!: Poema


¡Saludad a los héroes! (22/09/2010)

Hechos incontrovertibles, pactos espiritosos, desolación de mi presentido diario: ¡Saludad a los Héroes!

¡Los que bajan para dar de beber a sus caballos el néctar acíbar de la Victoria!

¡Los Héroes de mirada infalible, gesto fiero y dedos distraídos en la cota de malla!

¡Libidinosos Héroes trucados y escondidos tras azules monitores!

¡Saludad a sus hijos de carne a sus vasallos de sangre, a sus víctimas desesperadas!

Nadie del toro huye. Tan solo del vaho aguardentoso de sus fauces.

Nuestros hijos vengaran la broma temeraria. Nuestros hijos, aún tendrán esperanza

cuando en el rostro de ellos se posen las arrugas de la Historia y el polvo del cáncer de la piedra.

Nuestros hijos traerán como trofeo en sus octavillas la esquela de sus nobles apellidos

Y sembrarán el campo de puños solidarios, de banales canciones y breves “No me importa”.

¡Saludad a los Héroes altivos de lorigas, petos y rostros enguantados!

Vienen tiempos mejores y el cine está muriendo.

Grises administradores enmarañan balances, marcan falsas salidas y puertas imposibles.

Muchos cabos anónimos disimulan los rasgos de los modernos Héroes.

Una cara traslúcida, inaprensible hermosa y blanca, bajo la cual trasladan índices económicos

en tablero de gules, sobre campos de azur, cuadros blancos y negros y torres derribadas.

Llegará la noche del hastío, porque incluso los Dioses se desinteresan

igual que las estrellas hacen con los planetas a los que han dado vida.

La célula se aburre de ser intranscendente y la lágrima fácil anega los viñedos.

¡Saludad a los ansiosos Héroes desconcertados porque están en la cima y aún les queda una puerta,

siempre la última puerta y el último secreto que no habrán alcanzado!

Saludad su albedrío y su destreza, sus manos infinitamente largas, sus dulces jueces,

sus prudentes marmitones, sus elecciones gráficamente certificadas porque ellos ¡Ay!

desconocen que asfaltan caminos virtuales que van a devorarlos, hasta ser como todos:

Un píxel que se extingue en el enorme cuadro multidimensional de la pantalla.

Palabras similares a delgados cometas tacharán sus blasones heliocéntricos y minaran de canales opacos su corona.

Se borrarán los nombres de los huecograbados, al pie de sus estatuas

y de húmedas grietas, saldrá una blanca y perfectamente extraña risita de conejo.

Serán Héroes vencidos, prejubilados, roncos de arengas y de tizne y vagarán estrepitosamente

errantes de ruidos y latones, de yelmos incrustados, de orín y abolladuras.

Héroes desmesuradamente desmemoriados

¡Saludad a los imperceptibles Héroes de plástico modernos!

Porque se acerca el día del murmullo gigantesco sobre las Redes ciegas,

creciendo sin cesar, amenazando comprender, desenterrando grilletes y mazmorras,

vulnerando el silencio del paisaje que contempla el balcón de vuestras gafas disecadas.

Saludad a los Héroes. A todos cuanto han sido, pues tal vez eran ellos, los Héroes, nuestros dioses.

Los aburridos y auténticos y únicos dioses que siempre hemos tenido.


Retrato por retrato (02/10/2010)

Miro la foto. Un niño, manos en los bolsillos

del mono (gris, según recuerdo) me mira a mí y sonríe.

Soy yo sonriéndome. Pero no puede hablar,

contarme en su mirada que pasa al otro lado del retrato.

Quizás están mis tías al lado de la cámara

que se traga la cabeza del fotógrafo,

mientras su mano permanece levantada

cual imposible pájaro.

Una luz potentísima me ciega

congelando la estática sonrisa... Pero:

¿Donde pasó? ¿Como era entonces?

No me contesta. Y si pudiera hablar, preguntaría:

¿Quién eres tú? ¿Desde donde me llamas?

Entonces, yo, con canas, estático, sonrisa congelada,

negativo irreal de su futuro nada contestaría.

Retrato por retrato.


La canción de Lara (17/01/2011)

Para mi amiga Lara Moreno con cariño y admiración

Lara tiene un secreto.

Un secreto difícil de ocultar.

A todas luces es un secreto vivo.

Una luz que se mueve. Una luz.

Canta bajito, casi bisbiseando

como para si misma,

como para después.

Porque cada cosa que hace

es también un regalo o una enseñanza.

Mira, ¿ves? esto es una canción.

Es la canción de Lara.

Cuando la escuches es que todo va bien

y debes sonreír.

Eso dice bajito casi bisbiseando

y espera a cambio sentir ese calambre,

esa palabra, golpecito caliente

que es decirse “de acuerdo”

en el idioma nuevo.

Lara tiene un secreto

en clave de poema y cuando lee

lo hace en voz alta.

Intenta transmitir lo que se siente

en la dorada vibración de las palabras,

el nudo en la garganta de una pausa

y el trino claro del amor que fluye

por las venas del alma.

Y en ese idioma nuevo

de calambres/palabras/golpecitos calientes

siente que no está sola.

Nunca estás sola, dice. Nunca más.

Y sonríe Y sonríen

Lara

y canta.


Elefantes (03/02/2011)

Los elefantes que guardan

las puertas, las tablas, puertas

de la ley, tactan desde su trompa

el líquido, su vista, aspiran

el rojo líquido, los bit-billetes

circulantes, elefantes guardianes

de las tablas, las puertas, las tablas

de la ley. Abarcan lejanos años,

su vista cuelgan en el magro futuro,

beben la sangre, lágrimas del incauto,

desprevenidas, la puerta, guardan

la ley futura, lágrimas, su ley.

No hablan, no tienen deseos. Aspiran,

su larga trompa, nuestros deseos,

sacian los suyos. Husmea

la trompa billetes circulantes

para hacer, transformar, en su alambique

rojo líquido, lágrimas, bit/bytes

instantáneos, billetes circulantes,

las puertas, las tablas de la ley.

Elefantes sin cuernos, herbívoros colmillos,

solitarios guardianes, camaleones

camuflados de hombres sonrientes,

respetables, las tablas, las puertas de su ley.


El viaje interior (05/03/2011)

He regresado de todos los viajes.

Menos de éste último.

De éste último todavía no he vuelto.

Viajé a los lagos del candor bisoño

donde se confundía el aire con el cielo,

y estar enamorado de la amiga de clase

deleitaba, dolía, se consumía, quemaba.

Y todo al mismo tiempo.

Regresé, sin pensarlo, una tarde de otoño

en que encendí los besos en aquel cobertizo

sucio, oscuro, perfecto

y el sueño se hizo lava

y la lava obsesión

y la obsesión, deseo.

Vuelvo a ese sitio, que ya no existe, a veces.

Voy, busco, me busco, no veo a nadie,

de vacío regreso.

Quise alejarme y supe que viajando

no hay meta ni salida.

Siempre estás de camino

a otra estación, a un vuelo de otro vuelo.

Dejas atrás amigos y paisajes,

nombres que evocan sombras.

Tiempo seco.

Alcohol quemado, humo prohibido,

peligrosas pendientes sin misterio,

túneles de miseria y vanidades.

No sé como volví. No lo recuerdo.

Salí a la luz de todos mis amores

al mar de sangre dulce

única herencia que en el mundo dejo.

Peleé por la razón de los que no tenían

la razón de la historia

hecha para el patrón contra el obrero

y perdí un corazón en los vaivenes

del vagón de los sueños.

Cuando volví faltaban

años de amor en mi reloj de arena,

grité su nombre

y los pasillos resonaban huecos.

Ando despacio. Es mi último viaje.

Se pone el sol

y todavía no he vuelto.


Calma chicha (30/03/2011)

Se ha vestido la tarde en la Bahía

de una quietud extraña.

Gaviotas suspendidas

se mecen en la brisa sosegada.

Arrebolado el sol, redondo y gordo

se recuesta en el agua

sembrando con su oro

de escamas de marfil la mar rizada.

En el árbol, los pájaros se asombran

callados en sus ramas

y un suspiro de hojas

pone fin al siseo de la chicharra.

Mi perra y yo también nos detenemos

envueltos por la calma

como si el mundo entero,

mágicamente, de girar cesara.


El Sol detrás de una nube (07/04/2011)

Estoy aprendiendo a olvidar.

Tengo más de lo necesario en la cabeza.

Y debería ser fácil soltar esos recuerdos

que no parecen de uno.

Una camisa de lino, por ejemplo

(la única que tuve) resistente, pesada

que me gustaba mucho.

¡Para qué quiero eso!

Ese recuerdo, digo.

Alguien la desechó porque no me sentaba

bien –o eso me dijo- y no me resistí.

¡Ahora, de que me sirve!

Ese recuerdo, digo.

Hay muchos como este, casi todos

versos sueltos, ocasiones perdidas, dulces,

tristes derrotas, fama casual, efímera.

Incluso mala fama (porque uno no es tan bueno

- y nadie lo es del todo-)

Y hay recuerdos que no son muy pesados.

No más que el silbo con que mi verderón

imitaba al canario. El canario escapó

un mal día de su jaula.

El verderón ya no volvió a cantar.

A mi recuerdo, no le acompaña el canto.

¿Cómo era? ¿De que me vale sólo?

Ese recuerdo digo.

Son como calcetines desparejados,

sueltos en el cajón de la ropa lavada.

De otro pie, de otro amo.

Después hay los recuerdos que ocupan mucho espacio

y dentro solo aire…o, solo humo… o, agua

u, otros líquidos. Vientos. Ruido. Mucho ruido.

Me desharé del viejo fardo de las noches de farra

que me recuerdan más, bastante más

de lo que las recuerdo.

¡Y total…! ¿Para qué? Si las confundo todas.

¿Que gano yo con eso?

Ese recuerdo, digo.

Y pienso ir dejando atrás nombres y fechas.

La del primer Congreso, la del último

la identidad de algunos compañeros.

De los que se encumbraron,

los que tragó el olvido y aún me suenan

o, me resultan de pronto conocidos.

Y algún amigo muerto

que repite su voz en mi memoria.

¡Que recuerdo tan triste y tan estúpido!

¿De qué me sirve entonces?

Ese recuerdo, digo.

Eso por no contar los recuerdos recientes,

los pasword, nick y Pin y contraseñas,

los números de todo, saber cuando caducan

los carnets que acreditan que vives (¡Que bobada!)

que pagas, que conduces, o, que estás jubilado...

(¡Y sin embargo anónimo!)

¿Para qué sostenerlos?

Esos recuerdos, digo

Y debería ser fácil.

Elegir uno a uno, por tramos, por edades.

Ir borrando, tachando los inútiles

y dejar unos pocos, los más imprescindibles:

Quien soy, cuál el sitio de las cosas que habito,

reciclar la basura, la hora del paseo.

Comer (y si se olvida un día, tampoco es importante),

dormir (si no estoy escribiendo),

amar, seguir amando,

seguir, seguir amándote…


A veces, voces - La voz de ellos... (28/04/2011)

El autor concibió

en su momento

una obra digna

de renombre, pero

esta obra a su vez

inspiró

a otros.

Su voz permanece

oculta

intermedia

también aquí.

Entrelineas.

Acercad sin temor

el microscopio

y veréis a Rimbaud

a Luisa Castro

a Brossa

y a mi amigo Quevedo

…algo desfigurados

eso es cierto.


A veces, voces - Cuando las hago mías...

Las palabras tienen dueño.

Las escribes y es como si robaras.

Como si robaras un tiempo que no es tuyo

a alguien que ya no puede retenerlo.

O, una flor de muerto. La voz:

una flor de muerto.

Por eso, cuando escribo, las pronuncio

que apenas roza el labio el aire tibio,

fluyendo, las palabras. Resbalando.

Las despojo de su origen. Dejo

correr en libertad las sílabas.

Luego, de nadie ya, pongo mi acento

sobre ellas. Las cambio de lugar,

alargo su intención, pongo unos puntos.

Las conduzco. Las corto. Las poseo.

Escribo este poema.


A veces, voces. -Nacen para tu voz.

Como la carne, el agua de tu voz. Como la carne.

Con la sabia ignorancia del arpa o de la quena.

Con la alta vibración del bosque por sus árboles

o la brisa quebrada por los montes, tu voz.

De otoño melancólico. De lluvia y miel. De siembra.

Como el agua, tu voz. Como la carne viva

que duele y que se entrega. Tu tierna voz, tu cálida

voz vehemente y armónica, atemperada e intensa.

Voz que inunda, que atrae, que acaricia las notas

más dulces de mi alma, como agua, como carne

y me hace más sonoro y a mi voz más sincera.


Solo palabras (30/05/2011)

Palabras en una página

impotentes para decir otra cosa

que no sea la cosa,

siempre la misma cosa;

pero no la duda, la sospecha,

el terror al vacío,

la inefable sonrisa de la nada.

Palabras en el papel.

Solo en el papel.


Yo no soy un poeta (09/06/2011)

Yo no soy un poeta. Si lo fuera

como iba a perdonar a la mínima flor de la albahaca

que tengo en la maceta, su belleza

sin trasplantarla al papel de la impresora

transformada en un verso. Es imposible.

Los poetas tienen la cualidad, el don, el arte

de hacer ver esos pétalos, blancos (albos

le llamarían, seguro) como finos diamantes

engarzados en el verde gentil del tallo enhiesto.

Y yo les llamo flores, florecillas. Simple y llano.

Y si fuera poeta

al manso hocico tibio de mi perra

que reclama caricias en mi brazo

le haría una silva frágil, temblorosa

que se posara tierna en los sensibles ojos

del lector más severo y le arrancara

de emoción un suspiro. Y yo no puedo

No puedo ser poeta ni explicarlo.

¿Cómo se explica eso?

¿Cómo se explica, por ejemplo, el múltiple

fulgor de las estrellas que contemplan

a un niño* solitario que en silencio

se funde con la noche y es el cielo

ese brillo estrellado en su mirada?

No. No se puede. No puedo explicar eso.

Pero uno es terco, o… cándido:

Yo no soy un poeta.

Lo sé desde hace tiempo. Por si acaso,

he ido hasta el espejo, me he mirado y no.

No he visto allí a un poeta.

Es cierto que en las canas

parece haber vestigios de una rima,

claros de piel que ensayan disfrazarse,

literariamente digo, entre el cabello,

entre las raíces y los brillos/mates

de folículos y extraños adjetivos.

Adherencias quizás, o simplemente

una higiene precaria en los conceptos.

Pero allí no he encontrado

materia suficiente ni ese halo

que desprende el que ha dictado mucho.

“Este no es un poeta -me digo- desde luego”

Pero uno es terco, o… cándido

y he bajado la vista hasta mis ojos

para encontrar una pequeña llama

de inspiración profunda.

Me refiero a esa llama que descansa

en los verbos del iris, las hermosas

tornasoladas vetas de la luz interior,

que las anchas metáforas

del escritor exacto pone de manifiesto.

Y no he visto esa llama. Por lo tanto

tampoco allí hay signos categóricos.

Allí no hay un poeta. Es evidente.

Pero uno es terco, o… cándido:

Lo he buscado en la boca. En ese músculo

que al pronunciar el verso se estremece

cargado de emociones cuando el que habla

afiló sabiamente pausa y ritmo.

En esa bocanada de prestancia

de signos y de voces

que solo en el poeta se revelan

sutiles como un velo.

Pero en aquella boca las palabras

eran solo palabras muy corrientes.

Estaba claro que aquel no era un poeta.

No lo soy. Quedó bien comprobado.

Estad tranquilos; podéis seguir leyendo.


Los planetas (11/06/2011)

Ejercen los planetas su gravedad en medio

de tiempo y de lugares diferentes

Marte empuja el carrito de la compra

o se planta en mitad de un gran incendio.

Júpiter gruñe. Venus canta y

cuando sales del cine, se tropieza

con alguien que resulta ser más tarde

quien te hace compañía. Y si Saturno

(que dicen que es el malo) pasa cerca

de un socavón tremendo, el mal presagio

se cumple inexorable. De Mercurio

llegarán las noticias del regreso.

(El dios alado que habita este planeta

suele ser oportuno como pocos)

Neptuno saca un cero en geografía.

Del mar lo sabe todo. De los montes

ni papa. Suspendido. En cuanto a Urano

nada que comentar. Cuando aparece

es un misterio todo cuanto abarca.

Total: Que nos afecta cuanto hacen

esas enormes moles giratorias

sobre este espacio nuestro de la Tierra.

Incluso el Sol, a veces, por sorpresa

se manifiesta en medio de su Plaza

para gritar consignas, cazar sueños,

dar dolor de cabeza a los políticos

que no comprenden nada.


Todos calvos (14/06/2011)

Yo que pensé que nunca

iría a quedarme calvo

y mírame como se transparenta

a través del cabello

-el escaso cabello que ralea-

la tapa de mi cráneo.

No es que me asuste, no.

Mi vanidad no alcanza para tanto.

Sé bien que con la edad

las células se cansan

y aparecen virtudes

donde antes hubo músculos, belleza

y pelo; mucho pelo.

La mutación la acepto sin tristeza

qué quieres que te diga, pero...-siempre

aparece un pero- me disgusta

un poco que cuando hablan de mí,

el halago común sea solamente:

"¡Y parece tan bueno!"


En ante y en ente... Naturalmente (04/09/2011)

Un instante intranscendente,

un momento inoperante

y aquello que era importante

se nos muestra indiferente.

Huye el deseo de repente,

como un aroma fragante

vuela del papel secante

que dejamos al relente.

Aunque la sed nos aliente

y la fuente esté delante

seguimos la ruta errante

sin reconocer la fuente,

diciendo inmediatamente

con idiotez indignante:

"No tengo sed", "No es bastante"

O: "Era un agua muy corriente".

La mayoría de la gente

se comporta en ese instante

como al soplar el Levante

que aturde y deja demente.

Por eso precisamente,

antes de actuar y ante

una situación cambiante

hay que utilizar la mente.

¡So ignorante!

(Suprimo lo de ignorante)


Necesito un adjetivo (05/09/2011)

Necesito un adjetivo

para tu párpado ingrávido,

moderno, potente, pulcro

exacto.

Sutil cual velo de novia,

pudoroso como un pálpito.

Necesito un adjetivo

que quepa en tu ojo silábico,

que acaricie tus pestañas

con su aleteo fantástico

y cuadre con ese brillo

dulce, irisado, perfecto,

mágico.

Un adjetivo que explique

su horizonte sin obstáculo.

Suspenso como un suspiro

entre dos lirios mojados,

alegre, definitivo,

claro, sincopado, tierno,

cálido.

Necesito un adjetivo

y no está en el diccionario.


Hablemos, pues de sexo (04/10/2011)

Hablemos pues de sexo

aunque, ya sabes, hay matices

que costará trabajo describir.

Ciertos tonos de labio, moratones

aún sin justificar, efectos, en fin,

no muy colaterales y exigidos…

Todo eso inconfesablemente horrible

que nos pasa después gozosamente.

Hablemos, sí, de sexo agonizante

que necesita espuelas, ligaduras,

artes casi reales, contraluces,

veneno de serpiente. Pero luego…

Pero luego, junto a la mordedura

y el grito y el gemido y el ruido de la carne;

mientras el aroma a sudor hace el trabajo

y levanta la sombra y se dispara.

Algo más tarde, ya casi acabados,

sin luz ni movimiento,

dime esas últimas palabras.

Dime esas dos últimas palabras,

esas palabras últimas, secretas.

Que el oído descubra nuevamente

la íntima razón con la que empieza todo.


¿Qué cosa no es un dios? (09/10/2011)

¿Qué cosa no es un dios?

¿Acaso no lo es el mar piadoso o trágico

donde el hombre escuchó el primer sonido,

se abrió paso la herencia diferida

y copió el corazón el profundo latido de sus aguas?

¿No castiga o perdona y son sus leyes

rigor de la soberbia, fe y consuelo del pobre?

¿No lo es el sol que con su impulso

hace crecer la vida que nos nutre,

nos ofrece la luz como esperanza,

el calor de los cuerpos, la certeza

de los días, el sueño insomne

de unas alas de cera o un carro de oro

que muere en el deseo?

¿No es un dios esta tierra

que escarban nuestras manos;

que nos llama y espera?

¿La piedra de los templos

que escucha las plegarias?

¿La nube cuando anuncia

su don de bendiciones?

¿La lluvia y su sentencia?

¿La montaña o, el bosque?

¡Consultad en los libros!

Preguntad al primero que vio temblar el fuego;

al primer sacerdote que escuchó la palabra

de un dios en las entrañas de la cueva tatuada;

al augur que lo ha visto en las alas de un pájaro

y en los cantos rodados de un oscuro riachuelo;

o, a la que consagró su virtud a un tótem de madera.

Cada cosa es un dios que ha perdurado

encendido en el alma de los hombres.

Y es un dios el Amor. Y tu mirada

revela para mí su profecía.


La seguridad no existe (24/10/2011)

La seguridad no existe,

dijo la experta en trabajo temporal al demandante.

La seguridad no existe,

dijo el banquero en quiebra a sus clientes

La seguridad no existe,

repitió el comisario al timado viandante.

La seguridad no existe,

reconoció a sus amigos el alcalde saliente.

La seguridad no existe,

se lamentó aquel médico al morir su paciente.

La seguridad no existe,

justificó el esposo al dejar a su amante.

La seguridad no existe,

dijo el juez al condenar a muerte a un inocente.

Y el público aplaudió, aplaudió enfervorizado

como suele hacer siempre.


Si no (07/11/2011)

Cuando nadie te llama por teléfono

ni te escriben e-mails ni ese-eme-eses

y hay cero amigos en tu Facebook.

Cuando haces twit y nadie te responde

ni comentan tu blog ni hagas lo que hagas

contestan en tu grupo de Yahoo.

Cuando en chats de formato virtual

tu Nick no consta o nadie le hace caso

y en las compras on-line nunca estás tú

Cuando en los foros donde escriben todos

solo tus temas van quedando viejos

cual si te hicieran magia de vudú.

Cuando al intercambiar con el emule

tú lo das todo y no puedes bajarte

ni el más triste y ridículo e-Book.

Si te pasa todo esto, amigo mío,

olvida el Internet, toca la vida.

Piensa en buen vino si te hablan de Menú.


Acaso ocaso (29/12/2011)

Pues entonces, no diremos nada

que pueda perturbar este ancho rastro

de luz que va dejando el sol mientras se marcha.

No hablaremos de espinas

ni de mareas que suben, ni de rosas tronchadas.

Solo de vaguedades, de esas que rozan suave

la superficie placida del mar

que no salpican de humedad los ojos

ni traspasan más allá de la mirada.

Como esas frases que intercambian dos viajeros

de un tren de corto alcance. Breves citas

que no han de ver jamás una alborada.

Yo diré, por ejemplo“¡Es un bello paisaje!”

Y tú contestarás que estás de acuerdo:

“En estos días de otoño parece que arda el agua”

Y luego callaremos, paladeando

el dulce efecto, en una larga pausa,

de esas palabras leves meciéndose en el aire.

Cayendo, como hojas desprendidas de una rama

en la verde humedad. Luego tal vez haremos

una mención inocua sobre el tiempo:

“Ahora oscurece pronto” “La tarde ya se cansa”

Yo creo que nada más; “adiós” no es necesario

cuando se ha dicho todo aquello que hacía falta

Luego, quizás, te alejará el silencio

y acaso fulja con el último rayo del ocaso

el tiempo entre tú y yo que nos quemaba.


La semana (14/02/2012)

Es lunes. Es gris. Se ha hecho tan largo el día

que apenas queda tiempo para el puro cansancio

que lastra y entorpece. Estorban los sentidos

y el sueño no responde. Hay demasiada luz

y no puedo pensar. Pero en ese momento:

Apareces, apagas y te marchas.

Tu voz, tu abrazo tienen el don de liberarme

de todo el peso muerto acumulado.

Es martes. La batalla se libra en mi guarida.

Los demonios del alma se rebelan.

Solo se me apetece el daño. Lo hago y me lo hago.

La tinta sale negra y por la boca

hay larvas venenosas. Pero entonces

Apareces, apagas y te marchas.

No hay demonio que aguante tu ternura.

Se ahoga la ira en el río de tu sonrisa.

Es miércoles. Ya es miércoles y el mundo

es la manzana que nos debe Eva. La madre

naturaleza pide el mordisco pulposo de la carne.

Todo tiende hacia ti. La lengua de la llama

hace un puente al vacío. En ese instante

Apareces, apagas y te marchas.

Con el mar de tu cuerpo sofocaste el incendio

¡Cuánto amor en tus aguas poderosas!

Es jueves. No hay defensa que aplaque la Rutina

oculta en caladeros de distancia. Porque Ella

es paciente. Insensible. Y te devora

con su pijama a rayas, con su horario de acera.

Sin atascos. Directo al “nunca” y “siempre”. Pero en esas:

Apareces, apagas y te marchas.

Tú me haces diferente cuando cambias el paso.

Si discrepas me arropas de una nueva materia.

Es viernes. Los viernes no son gratos si se aprietan

los minutos en planes que no se van cumpliendo.

En las compras pospuestas mientras que se hace tarde.

En afanes, desvelos, esperanzas pendientes

que acechan y complican. Es justo entonces cuando:

Apareces, apagas y te marchas

Hay más paz en tu pelo que vísperas de fiesta.

Más futuro en tu mano que mañanas y sombras.

Es sábado. Se deshace la luz del mediodía

con un recuerdo triste desleído en aceite.

La nube borda noche al cristal de las gafas.

Hay un arroyo lento y un latido que duele.

Necesito ese sol como dedos calientes. Y de pronto:

Apareces, enciendes y te marchas.

Se hace la luz de nuevo en mi mirada

si emerjo en el remanso tranquilo de tus ojos.

Es domingo. Yo sé cuando es domingo:

Estás, me apagas, me besas y me enciendes.

Ya nunca más te marchas.


Orientación (29/02/2012)

Bastaría con decir: no me conozco

y evitar redes, anclas, oscuras posibilidades

pero detrás de mi, un escuálido filtro

me dicta otras palabras.

Crees ver las arrugas de mi credo

y perdonas obstinadamente cada piedra que tiro

cada puerta que cierro -y me arrepiento-

porque no me conoces.

Aunque, cómo orientarse entre la niebla.

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Siempre me sorprende el repentino fracaso del invierno

De pronto, alguna tarde, aparecen esos patos en uve

con su batir agónico de alas silenciosas

y al día siguiente estorban los abrigos

como si alguien hubiera abierto las puertas del infierno.

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La pereza no es lo peor, aunque nos robe

un pedazo de tiempo que emplearíamos

en plantear el día de forma diferente.

Lo peor es creernos ese sueño

donde siempre ganamos que nos tuerce

la absurda decisión de levantarnos.

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Por el amor de dios, poeta, cuanto misterio

nos vas a desgranar como manteca agria.

Ni estás detrás de un velo ni tan a oscuras

Transparentas el mismo vacío

incoloro y pesado del hueco con que miras.

Todo eso ya se ha dicho.

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Tendría que romper este poema

que hoy quisiera escribir

porque habla de quien soy.

No es muy original, ya lo anticipo.

Siempre acabo escribiéndolo.

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Me gusta soñar tu cuerpo con el de mis quince años

cuando eras aún más que indefinible:

inalcanzable.

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Te callas a pedazos y muerdo tu silencio.

como una flor madura


Versos con retraso - Sin George Clooney (06/03/2012)

Y ahora pretendes, amor, que mi deseo

precipite las aguas del diluvio

en un riachuelo alegre

que te invada de estrofas lujuriosas

para forzar al cíclope

a usar su metadona

Y aún quieres que ponga boca abajo

los secos naipes

que ayer nos destapó la pitonisa,

con un golpe de pelvis

Y quisiera decirte que eso no cambia nada

que George Clooney parece

que hoy tampoco vendrá para habitarme

que siempre he sido yo

incluso aquella vez -sí, aquella-.

Y que si ahora me escuchas jadear

no será la pasión sino el esfuerzo

por llegar hasta ti,

por alcanzarte.


Versos con retraso - Solo te doy palabras

Y son tantas las cosas que ya no puedo darte

que me paso las horas buscando las palabras

más raras o difíciles solo por compensar

todo aquello que está hoy fuera de mi alcance.

Ni un hijo, ni una casa, ni una joya magnífica

ni una noche de amor inolvidable. Nada

de lo que tú quisieras, ni aún este diccionario

que no sabe elegir de ti significados.

Y, así, encuentro "yurumí" (que es un oso hormiguero)

o, esparzo "aguaflorida" (que es colonia en Canarias)

y ato con "tafilete" tu atención momentánea.

Un día, cuando ya tengas completo el repertorio

de todas las palabras que yo puedo ofrendarte;

Un día si me repito, o si mi voz te cansa

-demasiado apacible-, o si te aburre el tono

y quieres otra cosa de esas que no poseo-,

tan solo habrán quedado en este diccionario

las palabras más simples con que explicar que te amo,

que no quiero perderte.


Versos con retraso - Tanto

Todo sería más fácil si no me amaras tanto.

Si no dolieras tanto ni me culpara tanto.

Tengo miedo de ti, de mí, por ti, por tanto.

Miedo de que me pierdas y no me olvides tanto.

Miedo de mi impaciencia, de no desearte tanto.

De no olvidarte nunca, ni que te acuerdes tanto.

Todo sería muy fácil si no sufrieras tanto.

Si al momento siguiente no añorásemos tanto.

Y ese miedo me sangra y me entristece tanto

que el alma se me para de imaginarlo tanto

Si llegara ese día, no esperes mientras tanto.

Ni me vivas en sueños, ni me retengas tanto.

Y si el tiempo me oculta, no me descubras tanto

¡Todo sería tan fácil si no te amara tanto!


Versos con retraso - Mi paraíso

No quiero un Paraíso luminoso

en el que eterna se recree mi alma.

Yo quiero un paraíso con dos puertas:

una para salir y otra de entrada.

Que tenga su reloj y me despierte

con ganas de vivir cada mañana.

Donde pueda escuchar música y donde

pueda escribir de aquello que me atraiga

Un paraíso que tenga luz y sombra,

un perro fiel, una luna de plata,

un sol que se estremezca con las olas

y un mar que se adormezca con la playa

Yo quiero un paraíso con un bosque,

un camino que llegue hasta la casa

bordeado de árboles y flores

y un jilguero que cante en la ventana

Yo quiero un paraíso como éste;

de carne y hueso y risas y palabras,

donde pueda expresar cuanto te quiero

y escucharte decir cuanto me amas.


Obituario para Manolotel (13/04/2012)

Ha muerto y no sabemos como

ni es segura la causa

(se puede suponer que de cansancio),

un poeta de Sevilla cuyo nombre

no nos dirá gran cosa.

El esperaba, parece, durar mucho

a juzgar por su empeño

y eso -también al parecer-

no ha sido suficiente.

“No se entiende -se le escuchó decir-

que los científicos

aún no hayan encontrado

un elixir contra esto”.

Se refería a su ocaso.

Ahora le recordamos,

(cuando ya no hace falta)

con cierta indiferencia- pena apenas-

al no tener constancia

de un hecho relevante

o un momento sublime

en su ordinaria vida literaria.

Es más, hay referencias,

de que vivió, pero esto

está sin confirmar; en el cadáver

no hay muestras convincentes.

Seguramente tuvo

muy poco que decir y no lo dijo,

lo cual agradecemos.

Su abnegada familia de lectores

y un amigo (creemos) solicitan

una oración, un pensamiento, algo

digno de su memoria,

lo cual, teniendo en cuenta

que era más bien descreído

no le será muy útil. Sus deseos

para un momento así, más bien difusos,

no indican otra cosa.

Sea pues leve en su muerte, como en vida

lo fue. Descanse el pobre.


Al tercer día - Aquí y allá (26/01/2013)

Creo que debo poner esto ahí y eso allá

para que el sol que la persiana matiza

penetre en el cajón y los papeles

que sin vigor fondean,

cobren quizás vigencia, persistencia,

quizás aura.

Pero si quito esto y eso y aquello

que me estorba ¿Dónde pongo los clips?

¿Dónde los lápices sin punta,

los bolígrafos y los rotuladores?

¿Dónde pongo la foto de los nietos?

¿Dónde el vaso las llaves, los pañuelos?

¿Y donde yo… que estorbo. Yo que le estorbo al sol?

 

Al tercer día - Tolerancia cero

 No me des la razón

No me digas que si con la cabeza.

No me comprendas como se hace a un viejo

porque ya nos parece inofensivo.

Yo soy justo lo que eliminarías si te ofrecieran

arma, ocasión, impunidad, pretexto

Yo sería además culpable de tu crimen

por pensar como pienso.

No te adaptes a mi estado de ánimo

Dame motivos para juzgar tu credo

igual que yo lo hago, sin ambages.

Discute mis razones con las tuyas,

no te escudes en lo ambiguo del silencio.

No me sufras, rebélate

si crees que te convenzo y no lo admites

o si pongo en peligro tus criterios.

Yo por ti haré lo mismo

Podremos convivir cada uno con su idea

No te entiendo ni quiero que me entiendas,

Pero respétame como yo te respeto.

 

Al tercer día -El último ojal de la camisa no es igual

 Y vio pasar un tren y otro tren y otro tren

y los dejó escapar

pensando: Mejor, esperaré

al último, al final.

Pero el último tren no iba a Jaén

Y es que el último ojal no es vertical.

 

Nocturnos contornos (31/01/2013)

 La noche no es un tiempo, ni un resbalón, ni un sitio.

Es un vacío que llena las arterias,

un ruido rencoroso,

la voz del universo de vuelta de la nada,

un espejo peludo,

un borrón en el alma amargamente alado.

Un sueño, solo sueño. Y siempre es diferente.

En ella no se ingresa. No hay preguntas. Ni entradas.

Es ella quien penetra, quien pone condiciones

Uno solo es materia de su literatura,

palabra tras palabra, carne de tinta sólida,

trémulo extremo ciego de un verso nunca escrito

vibrando entre sus aguas.

Pero es la noche. Es ella

quien transmite su angustia o su esperanza

Es ella la que escribe con su dedo de ébano,

su cuerpo de ebonita, su tremor incesante.

Uno solo es materia de su literatura.

 

Un pez al descubierto (13/03/2013)

 Claro que no estás tú, que, bien recuerdo

lo gordo de tu ausencia. No estás y ya no importa

porque todo el dolor se vuelve frío

cuando el tiempo lo doma. Su jugada

es volver y volver; y tú no vuelves.

Como la gota a punto de caer que mece el viento

no termina de hallar, mi voz, el tallo

de las voces perdidas. La memoria

no ayuda demasiado, siembra espacios

en blanco en sombras grises.

La memoria es un pez al descubierto

que no acaba de ser. No es. No ha sido.

Claro que tú no estás y acaso un verso

no pueda contener, no te contenga

pues no puede contenerse todo el aire

que las palabras llevan que dijiste.

Un verso, un cuenco, aire

de ayer ¡Adónde habrás volado

que ni el perfume de la voz impregna

de ti las horas amarillas!

He mirado hacia atrás,

un frío simún agota los sentidos.

Nada me sigue. Solo ha sido el invierno

Claro que no estás tú y ya no importa.

 

Hubo voces (22/4/2013)

 Hubo voces, pero no se oyeron

Manda la propaganda y su mensaje

atruena torvamente: ¡Miedo! ¡Miedo!

y su secuela: ¡Hacemos lo posible!

Aquello retumbaba en las Cadenas

de Medios Oficiales. Un rumor de cadenas,

de manos a la espalda. “No se puede

hacer más que aquello que nos dejan”

Y el eslogan crecía propagándose:

“Os daremos más Dios a cambio de paciencia”

“Todo fue vuestra culpa a fin de cuentas”

“Venimos a salvaros”… Y esas cosas.

Solo temor y ruidos. Sin embargo,

pese a todo, hubo voces. Muchas voces.

Un clamor impotente y silencioso

de indignación y de hambre. Voces.

Solamente pasó que no se oyeron.

 

Ven (22/7/2013)

El

título del

poema

es

“Ven”

Mira:

una persona

debe

saber

cuando

el poema

es.

Es grande.

Dice

que

el poema

no acaba

aquí

donde

señala

el marca-páginas.

Empieza

cuando

tu voz

tu propia voz

arranca

y sigue

después

de haber

cerrado

el libro,

justo después,

y no

acaba

hasta que

dices

“Ven”

Una

persona

debe saber

cuando

en

su

corazón

el poema

 

Mi perra no tiene Internet (20/9/2013)

 Mi perra está aut, no tiene Interné,

ni feisbu, ni Tuenti, ni Tuitter, ni aifón,

ni un emepecuatro, ni un emepetrés

y no tiene tablet, ni escribe en un bloj

No tiene pleystechon, no tiene equisbóx

ni gugle ni email ni emule ni ebai

ni guasap, ni lain, picasa, o, eskai.

No retoca fotos con el fotochóp

que luego comparte con el instagram,

no sube películas, no tiene yutub,

ni lee novelas pues no tiene ebuk

Mi perrita es una "analfabaistam"

Se tiende en su cama, me ve trajinar.

y nunca se aburre ¡Que envidia me da!


Hojas muertas de Otoño (27/9/2013)

“Me alegró que me leyeras...” (El comienzo

de una posible carta) “...pero luego,

al advertir que tu frecuencia era creciente...”

(Continuaría) “...y eso no era probable,

ya tuve serias dudas”... (Porque nunca

leerás, comprenderás) “...Pero seguía,

con ilusión, creándome y creándote.”

(Uno es ciego para su corazón; lo sabes)

“Así hubiera seguido, ajeno al tiempo,

sin sentir tu ausencia golpear.” (Y te diría)

“Ahora entiendo: Me han dicho que era alguien

en tu lugar quien recibía...” (¿Pongo leer?)

“...el que leía mis mensajes brumosos.

Mis poemas...” (Y aquí, no sé seguir...

Tal vez:...) “Algo se muere."


Se aproxima el invierno (22/11/2013)

Como una montaña, de pronto, desprendida

que se nos viene encima, la oscuridad, la tarde 

tizna de gris la habitación. Las cosas, formas

borrosas, derraman su irrealidad de bruma

y se hace espeso el aire suspendido. En la nariz

la mosca se acicala para morir de invierno.

El cuerpo es esta mano perezosa

que vuela hacia su encuentro. Se rebosa

de tiempo la distancia y el insecto

elige otro destino: el cristal de la ventana

donde anochece el frío. Pace la vista en soledad

la pantalla apagada de la televisión.

Un raro espejismo esboza medio en sombras

la imagen recostada en el sofá; en sus rodillas

ciego, inútil, reposa un libro abierto.

Hay una paz oscura, vieja, como de ayer

preñada de humedad, de humanidad, de siempre

Todo cumplido. Silencio, quietud, cero…

Un instante después, con precisión, el corazón…

bum… bum… bum… vuelve a moverse.


Manos de trapo (02/12/2013)

Nunca han sabido tocar bien un instrumento,

el código secreto, las cifras de la música,

mis manos, las notas que escuchaba en el cerebro

Tenía buen oído para cantar, pero las manos

me discutían los signos, como de un cuerpo ajeno.

Y es que este cuerpo mío ha sido bastante independiente.

No torpe: independiente. Ya sabéis como es eso:

la mente dice “hazlo” pero los dedos sueñan

con alguna otra cosa, son bobos y son lentos.

De nada vale insistir; nunca obedecen.

Aún guardo un poco de rencor contra mis dedos.

No solo por la música: también quise pintar

aquel cuadro ideal que la mirada daba por supuesto,

Hacer color del aire, luz de la vibración, trazos

seguros, imágenes con vida propia... y el pigmento

manchaba de imperfección las líneas. Era desolación

la primavera que la mano trasladaba al lienzo.

¿Para qué cinco dedos -me preguntaba a veces-

si, para escribir a máquina, con dos ya me defiendo?

Porque, sí: la maquina de escribir tenía muy juntas

las teclas. Siempre pulsaba dos al mismo tiempo.

Pero estas manos, maleducadas, han aprendido algo

de posarse en tu piel, de espiar el aleteo

del músculo al moverse, del temblor de la carne

y del firme contorno concreto de tu cuerpo.

Me hablan de ti con tanto amor, te saben tanto 

que he empezado a quererlas por eso, lo confieso


Pura fachada (17/12/2013)

Todo es pura fachada;

por dentro faltan muelas

y la caries socava sus vigas y pilastras.

Ahora en invierno corre

un viento helado por sus articulaciones

y silba en las esquinas

cuando no encuentra sábanas en las que recostarse.

A veces transeúntes se apartan de su lado

con aprensión o miedo;

algo podría surgir inesperadamente:

un aullido, el ruido de un derrumbe,

la punta del zapato acechante en la sombra…

Pero nada es real. Todo es pura fachada

El metálico sonido del bastón

más apagado cada vez y más confuso

y un final inaudible entre cascotes

que se acerca y se aleja.

El abandono


El ratón engatusado (27/12/2013)

Huyendo de Luzbel

-un perro gansteril-

el ratón Zascandil

cruzando la cancel

se metió en el pensil

de un olvidado hotel.

Buscaba en el vergel

su escondido cubil,

mas, con ansia febril

giraba en redondel

en aquella babel

por el mismo carril

sin dar con el redil.

Y era que un mirabel

que había crecido, cruel,

con las lluvias de abril,

le ocultaba el perfil

de la entrada al tonel.

Su carrera en tropel

se tornaba pueril

y no hallaba el barril

que le esperaba fiel,

cuando escuchó al lebrel,

obstinado y cerril,

corriendo a cien por mil

muy cerca ya de él.

Se le erizó la piel

con el ladrido hostil

sintiéndose un reptil

queriendo ser corcel.

Entonces vio un laurel

y como un proyectil

trepó como un mandril

sin rampa ni escabel.

El perro viendo aquel

derroche ratonil

con gesto juvenil

y palabras de miel

le aduló “¡Que nivel!

¡Que salto más sutil!

¡Baja ratón gentil

de ese alto capitel

que te traigo un pastel!”

“'¡Lárgate, perro vil.

No creo en tu vodevil

vuelve con tu oropel

a tu oscuro cuartel

pobre esbirro servil!"

MORALEJA

Ratón: En las siguientes elecciones

si prometen llenarte la alcancía,

¡cuidado si es un perro policía!

pues lo tendrás después tras los talones.


Las cajas precintadas (01/02/2014)

 Se echa de menos eso,

la urgencia de partir, cambiar de trenes,

amanecer en aldeas deshabitadas,

llegar donde nadie nos espera,

aprender de los muros de musgo de un convento,

recoger a un soldado en la autopista

Pensar en el regreso… En el regreso.

Y se sueña con cables y herramientas,

lugares familiares en los que no se ha estado,

con la conversación que terminó en diluvio,

las sabanas mojadas

y un gajo de la luna sin prisa entre dos nubes.

Se echa de menos un cruce de caminos

la elección, el gusto de perderse

en cualquier carretera

el riesgo de las alas y del humo,

el encuentro, el fortuito desenlace,

el otro que uno fue cuando atrapaba

una sonrisa,

el brillo,

el brillo,

el brillo.

Y el borrón de los nombres en la agenda

que ya no tienen rostro ni memoria.

Uno extiende la vista y solo encuentra  

las cajas precintadas.


Frente al mar (09/05/2014)

Aquí estoy frente al mar, a que me hable

Sé que me ve, me siente, paisaje con figura,

los colores, la melancolía, el verde mate

de un árbol a mi espalda que ennoblece

el difuso boceto de edificios, farolas,

el desgarrón de nubes pardas, altas

y mi quietud. Yo quiero que me hable

de su universo azul grisáceo y lato.

Que me diga qué oculta su trajín incansable,

su propósito, o que piensa de mí

con sus furtivas olas, su ligero

respirar, arrastrando suspiros

abisales y oscuros. Que me hable

sin responder, sin preguntar,

sin causa; del modo en que se habla

a un amigo lejano que no sabe

ni recuerda y todo le sorprende.

Le guardaré el secreto de espuma de sus lágrimas.


La poesía del futuro (02/07/2014)

Cuando el hombre no hablaba

los poemas surgían de las manos, del brillo de los ojos

de ciertos gestos como el de acariciar o despiojarse

o el de ofrecer al otro la fruta más madura

y la parte más tierna de la caza.

Salpicar con el agua de un arroyo

era un acto poético supremo

y por supuesto ya existía el abrazo

y los gritos de angustia ante el peligro.

Lo de usar el teclado ha sido muy reciente

Todo va muy deprisa. Aún resulta difícil

ahondar en la poesía de los emoticones.


Matemáticas (19/08/2014) 

Detesto las matemáticas

por lo perfectas que son

justo cuando justamente

no es tanta su perfección.

Fracciones inabarcables

raíces sin conclusión

infinitos y conjuntos

frutos de una construcción

pues quien maneja infinitos

solo podría ser un dios.

Sistemas cerrados, huecos

que no tienen conexión

con lo real de la vida,

signos sin para y con por

cuando el “para” es lo importante

y el resto es pura ilusión.

Detesto las matemáticas

Soy el que las suspendió


 El tiempo a tropezonez (5/09/2014)

Resultó que un domingo

fue igual que el día siguiente

y la gente pensaba

“todo esto lo he vivido”

Un déjà vu perfecto

porque nadie intentaba

cambiar esa secuencia

creyendo ser los únicos

en sufrir el fenómeno.

“Si lo cuento –juzgaban-

pensarán que estoy loco”

Luego, los días siguientes

fueron ya muy distintos,

consecutivos números

en cualquier calendario.

Unos meses más tarde

se repitió el suceso,

aunque esta vez fue un martes

y tampoco los diarios

recogían la noticia.

Afortunadamente

los días continuaron

avanzando sin pausa,

al parecer, salvado

el anómalo escollo

Pero el cinco de Marzo,

llegado el mediodía

amaneció de nuevo

fijando lo ocurrido

con idéntica trama

sin protestas de nadie.

Ese mismo verano,

los “uno” y “dos” de Agosto

de un calor sofocante

suplantaron sin más

a los días “tres” y “cuatro”

que fueron silenciados.

El “cinco” fue más fresco.

Para la Nochebuena

hacía bastante tiempo

que el Universo andaba

trastocado y cayéndose,

reiterando las horas,

obviando incluso fechas.

Me han dado unas pastillas

que regulan en parte

-me explican- estas cosas.

Mis hijos no se atreven

a decírmelo claro

aunque estoy convencido

de que sufren lo mismo

Hay días que me visitan

varias veces seguidas

y meses que no vienen

aquí, a la Residencia.


Arqueología social (9/10/2014)

Sabemos por un trozo de sol hallado en una cueva

junto a un ánfora rota y una nube de playa

que ella existió. Se han datado estos restos

en varios años antes del Diluvio de Promesas

que asoló nuestra tierra de sed, decepcionada

por su lava de espuma y su polvo de estrellas.

Ya es seguro, existió, se han encontrado huellas

aunque aisladas y ocultas bajo dunas de tinta

sembradas por un viento de frías frases huecas.

La Verdad existió, se sabe, aunque es difícil

desentrañar su esencia quebrada. Creer en ella.

Cuando me lees (10/02/2015)

Cuando me lees lo intuyes

traigo trajes de escarcha y en los bordes

arácnidos gigantes me devoran

la voz de enredaderas

tendrás un pensamiento

efímero de penas que espantas con la mano

como quien se sacude

una miga de pan de la camisa

pero vuelves con devoción al punto

que dejaste en suspenso por si hallas

debajo de las letras la caricia

de las bromas de siempre

y esta caricia es triste y es discreta

y no sabe cantar solo camina

por la piel de los años desgastada

tenue como la brisa de verano

sin fuerzas y sin peso

dónde están las palabras dónde dónde

y el pozo huele a húmedo

en silencio sin eco y sin chirridos

déjame atrás no grites y no arañes

la superficie pálida del verso

las horas impotentes

no le pidas al conductor que pare

esta puesta de sol disfruta de ella

y luego márchate

en los recuerdos amanece pronto

y yo soy un recuerdo no lo olvides

si vuelves a estas páginas


Silver Kane está con su Hada Negra (03/03/2015)

Hoy no está Silver Kane. Es una pena

porque yo me bebí sus mil novelas,

del Oeste en pastas blandas, cuando joven

y el tiempo aquel que compartimos

sus novelas y yo, sobre la cama,

sentado en la azotea, en el parque,

en un banco cualquiera, aún hoy

me corre por las venas. Silver Kane,

o sea Francisco González Ledesma;

un escritor de masas, cuando menos

se hablaba de estas cosas: gracias

por escribir. En mí tampoco has muerto.


Buceo (19/04/2015)

Sumergido en el alma de este pecio,

que alguna vez fue un blog,

entre corales y algas de la memoria,

descubro las palabras

que descargué hace tiempo,

su pólvora ya húmeda

de la intención de entonces,

pero la voz intacta.

Busco los comentarios

que corresponden,

enredados de piel,

de abrazos y de olvidos,

mecidos por las olas subterráneas

de la amistad, y evoco

la sal de los viajes compartidos,

las bromas y la salsa

de risas y de encuentros.

Aún me parece oír

esas caritas alegres dibujadas.

Es tiempo de volver.

Es tiempo de subir y respirar

el smog de la calle, los anuncios

y el agresivo ulular  de otras Sirenas

que un día nos llevarán como a cualquiera

donde no vuelve nada.


Después de todo (08/06/2015)

Todo parece inútil

Pero no es un día, ni un año ni un momento

especial

la noche se mece en el viento de levante

como una cometa

y la mirada en la costumbre

de los objetos muertos cotidianos

ella espera

mi cuerpo

la cama tan lejana

la pendiente del tiempo

desliza un cansancio de sombras

y la palabra nada entre el aceite turbio

de los propósitos

y el "horror vacui" del abandono

lo que debió acabar aún no ha empezado

y hace mucho calor

y tengo frío

miedo a desaparecer

después de todo


NANA PARA DORMIR A UN ÁNGEL PELUDO (19/07/2015)

“Nina” murió ayer. Silenciosamente. Tranquilamente. Estaba dormida en brazos de su ama y de pronto dio un suspiro largo y se murió.

¿Dónde van los perros cuando mueren? ¿Se transforman en ángeles peludos y juguetones con el hociquito húmedo? Yo creo que sí. Yo creo que “Nina” es ahora un ángel peludo que pasa todo el tiempo ladrando y saltando aquí y allá en su cielo de perros, incordiando a sus otros hermanos peludos para que jueguen con ella. Sonrío al recordar su inagotable y al mismo tiempo agotadora energía. Siempre provocando, siempre compitiendo, exigente y cariñosa al mismo tiempo. Había que estar pendiente, para no perder el equilibrio cada vez que se cruzaba alguien corriendo, porque se arrancaba a correr tras de él y a ladrarle, sin importarle la correa ni quien la sujetara. Eso por no citar el susto que se llevaba el corredor de marras. Incluso en sus últimos días, cuando consideraba que había llegado la hora de comer o de salir a la calle, que no siempre coincidía con la que marcaban los relojes, se ponía a ladrar y trataba de saltar exigiendo su cotidiana atención. En el cielo de los perros no habrá un tiempo para comer ni un tiempo para pasear o jugar, y “Nina” estará feliz echando carreras con sus hermanos, los otros ángeles peludos y juguetones. Luego cuando esté muy cansada se pondrá a dormir. Yo le he hecho una nana para que cuando sueñe se acuerde de cuando estaba aquí. Se llama “Nana para dormir a un ángel peludo” y dice así:

Duérmete mi angelita

peluda y saltarina

que los perritos buenos

sueñan nubes de harina.

Sueña vuela que vuela

que te espera un jardín

todo lleno de flores

de olores un festín.

Sueña con tus amigos

corriendo junto a ti

en pos de una pelota

y ladrando feliz.

Duérmete peludita

que es hora de dormir.

Luego cuando despiertes, no descanses en paz, “Pichurrilla” bonita. Sigue, sigue jugando con tus nuevos amigos toda la eternidad.


Sobras Obras -Quizás si, quizás no (12/09/2015)

A lo mejor, o a lo peor, no serías

como eres de verdad, o en ciernes,

con música de Bach, o un atardecer,

o si muriera el duende

que vive con nosotros.

Tal vez así yo no, o sí, te habría querido

y tú tampoco, o sí, cómo podría saberlo,

haberme amado a mi.

Mas, como fue un incendio intencionado,

hay que dejarlo arder y que las pruebas

nos digan la verdad íntimamente.

Sobras Obras -La era

 Era la hora en la era,

después de trillar el trigo,

de librarlo de su abrigo.

Las parvas de la garbera,

por el bieldo dispersadas,

eran cual chispas aladas

cuando el viento despiadado

las mueve y las resquebraja.

Iba cayendo, pelado,

el grano de polvo y paja

Sobras Obras -Fin don

Ya eres polvo Botín

polvo en un panteón

polvo al fin campeón

polvo al fin.

Hoy de la bolsa el son

no oyes su tilín

Hoy ya no eres don din

ni eres Don. 

Sobras Obras -Canción infantil para despistados

A las seis de la mañana

cuando el gallo dijo guau

el canario dijo cua cua

y el perro dijo miau miau.

Pues los bichos de mi granja

se han caído en una zanja.

A las doce, mediodia,

el gato dijo cri cri

la rana dijo be bee

y el pato kikirikii.

Pues los bichos de mi granja

se han caído en una zanja.

A las cinco de la tarde

la paloma dijo muu

el cordero dijo pio

y el grillo dijo gru gruu.

Pues los bichos de mi granja

se han caído en una zanja.

A las nueve de la noche

el niño se fue a acostar

y todos los animales

se pusieron a roncar.

Pues los bichos de la zanja

se han dormido en esta granja.

chim pum - chim pun - chim pum.


Tacto (10/02/2015)

Esta silla de aquí la han tocado sus manos

y en esta mesa ha puesto la yema de sus dedos.

Con este arcón su pie se tropezó

este leve arañazo lo refrenda.

Aquí, justo aquí donde ahora toco

empujó con la palma de la mano,

para cerrar la puerta

y aquel vaso de allí tuvo el calor

del labio y de su aliento.

Ese sillón de ahí de la terraza

ha acogido su cuerpo muchas veces

y aquel espejo de allá que la contuvo,

hoy me mira, desnudo y en silencio.

Cualquier objeto que roce o que la sienta

adquiere la virtud de recordarla;

basta tocar  de nuevo y que regrese

con el tacto su nombre, su belleza.


Invocación a la juventud (02/12/2015)

¿Qué era aquello que nos jugábamos, dios mío,

a cara o cruz la tarde? ¿Qué santo y seña y oro

tus cabellos meciéndose en el aire y como,

temblor divino, la juventud mordiendo el labio?

¿Cómo, dímelo tú, Recuerdo, donde? ¿Acaso

un sol mayor? ¿La luna más oscura?¿El beso?

Tráeme, entresácame, fresca otra vez la página,

su dedo de ternura embriagadora. Un trozo

solo un trozo, de aquel cristal curvado. Encuentra

de entre los días, solo uno, el turbio laberinto

que engañó con encajes, relámpagos de carne,

hojas manchadas de carmín, el sueño. Sueños,

por favor, por favor, de ojos que nombran

la vida por delante.

Yo a cambio te diré por qué he caído

y porqué no he podido resignarme.


Los muertos oficiales (25/03/2016)

Son 32 –dijo uno- los muertos oficiales

y la cifra se retorció en el aire,

sin nada a que atenerse. Entre los hierros

todavía humeaba

el documento de identidad de alguien

con su nombre, Jean Charles, aún legible

pero aquel locutor era insistente

32 Han sido 32 los fallecidos,

las fuentes lo confirman:

Son muertos oficiales.

Para nada Jean Charles, Maríe, Maurice

Paul, Sebastián, Adelma… Todos

debían ser 32, llamarse 32 , ser esta cifra.

Lo demás no contaba.

Que era joven y activo.

Que perdía mucho tiempo revisando papeles

Que cambió de opinión con el transporte,

que iba a ir en coche… Que recibió un mensaje

que decía “Ven. Te quiero”

Que lo esperaba un hijo.

Todo eso tendría que haberlo dado un nombre.

No una cifra,

pero, claro, no eran muertos corrientes

Solo eran los muertos oficiales.


Besos de paso (15/04/2016)

Con esos besos de paso

que nos damos,

en exceso,

ambos nos alimentamos.

Ganan peso

alma y cuerpo, y es por eso,

creo yo, por lo que engordamos.


De otra vida (26/04/2016)

Y me acuerdo de ti, y aunque fue breve,

fue una vida completa: aprendizaje

crecimiento feroz de los sentidos,

lucha por retenerlos, la tristeza

que es la cura de amor para el olvido

y nos queda la muerte todavía

para cerrar la herida. Aún herido

no quiere el corazón abrir la puerta,

pero es tiempo de arder en otro fuego

y estas tardes de lluvia…


Entonces (17/06/2016)

Entonces no hacían falta esos discos metálicos de valor indudable

ni papeles fantásticos para viajar al Norte, ni recamadas cruces

para elevar al cielo promesas ingeniosas, quejas, ruegos

que dispersara el aire o las violentas gotas de un otoño brumoso.

No hacían falta oradores que tasaran verdades y virtudes

pues lo bueno era obvio y el daño una evidencia. Las heridas

solo sangre manaban. El dolor no traspasaba el cuerpo

y el único destino consistía en despertarse con la aurora siguiente.

Reproducirse no era una forma de vida ni un lujo momentáneo,

De la breve belleza del color y la forma brotaba el alimento.

Entonces la corona se hallaba disponible en las flores silvestres

que las manos tallaban. La pasión era un río lleno de peces dulces.

El amor se abrigaba mudo alrededor del fuego de unas ramas

del calor de unos cuerpos. Entonces cada vida era propia,

no gratis, pero costaba menos de lo que cuesta un sueño.

Ahora los sueños son a costa de otras vidas, se roban y se venden.

Todo es superficial, la mentira se impone, el mundo boqueando

metano se destruye y yo junto al rebaño a veces soy feliz.

Y no lo entiendo


Después del último poema que escribiste (14/07/2016)

Después del último poema que escribiste

aquel que te acercaba al mundo mío

hubo un silencio largo que la noche

no supo traducir y se escapaba

la luz de aquella grieta y la palabra

de aquella grieta oscura que era un grito

inteligible en la herida del tiempo

Lo he entendido más tarde y no consigo

traspasar el cristal de aquel poema

como una mano líquida traspasa

el filtro de la tierra. ¿Sabes?: Queda

el eco de la música. El idioma

de los antiguos dioses ¿Y que dicen?

No podemos saberlo. Ya no importa

Seguramente, hoy no hablan de nosotros,

pero suena, suena y suena y yo te leo

¡Y es todo tan distinto!


Maldita gripe (11/01/2017)

"Frenadoles", "bisolvones", caramelos.

La cucharada de miel en te caliente.

Bufanda al cuello, dos vueltas, firmemente

anudada. Toneladas de pañuelos.

Mocos, lágrimas causantes de mis duelos,

mientras sigue el estornudo intermitente,

esparciendo su bacteria a cuanta gente

se me acerca a preguntar por mis desvelos.

Sea simple catarro o gripe que, a fe mía,

hasta hubiera preferido pulmonía

antes que verme tan flojo y tan caótico

ya que, de esta forma, al menos estaría

en mi camita, mimado todo el día

mientras hace su trabajo el antibiótico.


Tarde y a tiempo (18/04/2017)

Tarde y a tiempo vino el niño,

la niña llegó después,

a tiempo y tarde.

El tiempo: ¡Que cobarde

para entregar cariño!

En la calle hacía un frío

que pelaba de alegría el corazón

Era aún el tiempo mío

Laura, Daniel, mis nietos

Justo a tiempo los dos


Visita (07/06/2017)

Sé que has estado aquí, que visitaste

este mínimo espacio del poeta

que cierta vez hallaste confortable,

en el que fuiste cómplice, y ahora

apenas reconoces. Has crecido

con voces más cercanas, y a esta mía

le ha nacido maleza, suena a estaño

y tiene un tic nervioso: la nostalgia,

que en boca sabe amarga y hueca. Ignoro

el tiempo que has pasado releyéndome;

seguramente poco. Sí: es incómodo

confrontar el dulzor de la memoria,

al paisaje de un cuadro repetido

que ya no mancha el párpado. Lo siento.

Siento ese leve gesto de fastidio;

la prisa del ratón bajo tu mano

por volver al espacio conocido;

la pereza de otra página más.

Echo de menos un gesto de saludo.

Te habría invitado a algo. A la lectura,

quizás, de un viejo verso, que guardaba

para un momento así, que tú inspiraste

y ahora será ceniza, tiempo, nada…

¡Qué más da! Te agradezco la visita.

Ya no recibo tantas.


Rafael (03/07/2017)

Nunca te recordé y eso no es justo.

Para ti porque viviste poco y no se supo.

Tampoco para mí, de haberlo hecho,

habrías sido mi recuerdo más heroico.

Nadie me comentó las causas de tu muerte.

No me refiero al nombre

de aquella enfermedad tan de su tiempo:

la vulgar pulmonía, letal para los pobres,

sino a la horrible razón, la circunstancia

del frío de los vencidos, la de estar tan a solas

con tu fiebre y tu hambre y la de todos,

como un cristo sin padre ni antibiótico.

Una victima más, colateral, o eso dijeron,

de aquella guerra cruel, tras de la guerra,

con muertos exclusivos de una parte.

La que arrancó la lengua y la memoria

de aquellos que quedaron. Mudos

más de cuarenta años. Llamarte Rafael

lo mismo que tu padre, no bastaba

en un tiempo, de inviernos y hospitales,

que no reconocía a nadie por su nombre.

Por su uniforme verde, o la negra sotana,

o la camisa azul, si: distinguía esos colores.

En cambio el rojo no: El fuego en las mejillas

que consumió tus últimos latidos,

en brazos de mi madre. Nuestra madre.


Estampa con chimenea (10/08/2017)

Digamos que Otoño fuera .

Más bien tarde: anocheciendo.

Imaginemos que ardiendo

haya en la lumbre madera

y que fuera este lloviendo.

Pongamos que en la escalera

se oigan pasos, que el anciano

sentado a la chimenea,

vuelva el rostro, porque crea

que alguien baja, y es en vano.

Admitamos que en la casa,

donde hubo calor humano,

hoy, el del viento solano,

es el único que pasa.

Supongamos que repasa

ahora el anciano su vida

y halla su meta cumplida.

Los pasos se acercan más

Sintamos que por detrás

lo empujan a la salida.

Ahora volvamos atrás

y sigamos suponiendo

que anochece, sigue habiendo

un tronco ardiendo; además

es Otoño y fuera llueve.

Constatando que ni un breve

segundo faltó jamás

calor ni voces hablando

con viento solano o nieve

¡Da igual quién esté bajando!

En verdad nada se mueve

en la estancia que retrata

el cuadro del que se trata,

como no sea un viento leve

llamado "imaginación".

A mi me inspiró un montón:

“Estampa con chimenea”;

las décimas ves aquí.

Considerando mi idea

¿te habré inspirado algo a ti?


Que nunca te falte un sueño (09/09/2017)

Cuando NoDios quiso existir y no sabía

como inventar su vida, extrajo un mito

de algún rincón oscuro que olvidaba

y lo dejó crecer en la criatura

como un sueño sin pulso y sin sentido.

Pero nació. Estaba en una cueva.

El hombre, o la mujer, miraba al techo

y al verle dijo un nombre. Era su nombre.

Luego contó la historia. Le creyeron.

¡Cómo no creer a un sueño que nos habla!.

Que nunca te falte un sueño -


La vida: Manual de Instrucciones

En este manual donde se explica

con total claridad como se llega

al momento actual, hay una hoja

en blanco. Quien lo hizo, considera

que no hacen falta nuevas instrucciones

para seguir. Quizás si se pudiera

regresar al principio, o a una página

donde elegir opciones de destino

o una ruta más larga, o claves

para continuar, ahora estaría

igualmente perdido pero andando.

Da igual; con esto basta.


Un cuento

Era una flor color de caramelo

en un jardín con sabor a jazmín

donde un galán buscando un tulipán

la halló, la olió y ella le hizo tilín,

así que la cortó y se la llevó.

Fin.


Sevillanas imposibles  (06/10/2017)

Tengo un acúfeno,

tengo un acúfeno

Tengo un acúfeno en el oído izquierdo ole ole

tengo un acúfeno

en el oído izquierdo, lo ves

ya mi me acuerdo.

Tengo un acúfeno, por eso no te oigo ole ole

tengo un acúfeno

por eso no te oigo, lo ves

t’o me lo pierdo.

La gracia es,

la gracia es

que lo que oigo es a Mozart

por la BBC.

Me gustan las cataratas

del Iguazú

Del Iguazú, me gustan las cataratas

del Iguazú,

sobre todo si debajo

te pones tú.

Te pones tú,

que parece que estuvieras

en un iglú,

bajo la nube de agua

en un iglú.

La paradoja, la paradoja

es que cae de tan alto

que no te mojas

Deflagración.

se me viene a la boca:

deflagración.

Se me viene a la boca:

deflagración.

Deflagración,

palabra de difícil

pronunciación,

por eso hay que decirla

con precaución.

La hay peor, mucho peor

fijate en esta otra:

procrastinador.

Yo soy el comburente

de tus pasiones

De tus pasiones

Yo soy el comburente

de tus pasiones,

tú eres el combustible:

cuanto me pones

Cuanto me pones,

pero la chispa es Nacho

que se interpone.

La chispa que te enciende

son sus razones

Suena fatal.

Suena fatal

que quien te excite sea

Nacho Vidal


Para morirse - Una boda de muerte  (02/11/2017)

Luego el vals acabó, ya no quedaba

cava en el corazón, rápidamente

el camarero fiel, con la templanza

de quien lo suele hacer asiduamente

tocó una campanilla. Las miradas

bajaron a la escena, el novio muerto

improvisó un discurso sobre el alma,

poco claro al sentir de los presentes,

y dio paso a la novia. Ella portaba

un traje, blanco roto, con pendientes,

diadema, velo corto Rosa Clara

y en la mano un revolver humeante.

Bajo su ojo, una pequeña lágrima,

producto del furor de aquel instante,

que no llegó a caer al apresarla.


 Para morirse - Memoria de pez

Como a vivir del aire un pez se había educado,

pensó que igual podría vivir sin respirar,

y para acostumbrarse, recordando el pasado,

entró al mar y… se ahogó, pues no sabia nadar.


A luna abierta - en voz baja (14/01/2018)

si fuera posible, digo, si el sonido

tuviera el don del tacto,

si pudiera agarrar, si con su forma

abrazara, diera calor, si la palabra,

ahora que estás dormida, te arropara

los sueños de música y ternura,

digo, y mi voz, sin despertarte,

forzara una sonrisa dulce y plácida,

si eso fuera posible, en el silencio

de la noche, cuanto escribo,

lo estaría recitando

hasta la madrugada de los tiempos

de todas nuestras vidas.


A luna abierta - con pies desnudos

con el frío del invierno

al acostarme -tarde, como

sabes-, inicio el rito más que-

rido y solemne y raro

y necesario, que es disfrutar

del hecho de encontrarme

las sabanas, cerca de ti,

calientes y, por unos momentos,

en ese nido oscuro del cuar-

to en sombras, con los ojos abiertos,

notar que no estoy solo, sino

contigo, entonces, con la cer-

teza plena de que me perte-

neces, tocar tus pies desnudos,

y ver que me contestas

en tu sueño profundo y, en-

tonces, saber que el mundo gira

solo para los dos, mientras me duermo.


A luna abierta - señal de alerta

uno no sabe bien donde conduce

esa señal de alerta, que interrumpe

la pluma cuando, quieta,

extrañamente silenciosa, abre

en medio de la noche

un puente hacia el vacío,

y se queda mirando las palabras

del idioma desnudo,

sin poder elegir ninguna de ellas,

por miedo a renunciar a lo concreto,

al rumor conocido, a lo posible

y adentrarse en la selva de lo ignoto;

tiembla en la mano, como si en el gesto

de rasgar el papel, rasgara carne,

y su gota de tinta enrojeciese,

impregnando el papel con los borrones

de un oscuro presagio:

es el miedo a escribir con las entrañas;

el pudor a expresar lo que ha dolido.


Gusanos somos (21/06/2018)

La cifra exacta se sabe

con demasiada certeza:

Se da en la Naturaleza

diez mil gusanos por ave.

En un cálculo suave

debemos interpretar

que si al hombre hay que sumar

como gusano, no cabe

encarar con optimismo

el superpoblado abismo

al que iremos a parar.

Empezando por mí mismo

como gusano vulgar.


El telegrama y otros  (28/09/2018)

Entre el vasto paisaje que puebla el escritorio,

por una esquina asoma un papel, de un azul

claro, característico de un mensaje abreviado

de funeral o fiesta y pausas con stop.

Fácil sería tomarlo, desvelar el misterio

que oculta en su otra cara el viejo telegrama.

Sería como asomarse a un abismo secreto,

a la noticia, al vértigo a punto de saltar,

que la mano cobarde retiene suspendida

entre ansia de leer y miedo a recordar.


¿Qué Dios?

Tu Dios es un guevazos (y lo digo

en plena posesión de mi consciencia).

Teniendo, como tiene, de Su parte

las leyes y los jueces, ¿qué le impide

hacer las cosas bien? Pongo un ejemplo:

El niño que murió junto a su madre

a manos del zopenco vengativo

que, según Su opinión, no merecía

“Orden de alejamiento”. ¿Dónde estaba

Su zarza ardiendo, Su ángel o paloma,

Su espada llameante, sal de Sodoma,

plagas, los putos rayos de Su ira?

Su ley, Su juez no detectaron nada.

El tal maltratador solo era “un hombre

un poco cabreado” (al día siguiente

se cargó a su mujer y a su chiquillo).

Y el guevón de tu Dios, ¿qué se esperaba?

¿qué quinto mandamiento ni qué Cristos?

Espero tu denuncia por ofensas

a esa creencia que llamas religión.

Diré que es un poema, en mi defensa.

Arte. Pero me temo lo peor.


Amasando pan (26/04/2019)

Fue después de la guerra. Yo era aún muy pequeño.

Mis tías amasaban el pan que nos comíamos.

A veces me dejaban que yo hundiera las manos

en esa masa húmeda, ligeramente tibia

como el vientre de una mujer preñada,

Y le iba dando forma: las piernas, la cabeza

los brazos largos, largos, que alcanzaran

el cuerpo tan lejano de mi madre.

Ni madre que al poco de nacer me llevo al pueblo

y me dejó al cuidado de mis tías,

porque allí, en la ciudad, no había alimentos

con que criarnos a mí y a mis hermanos.


Algo importante (01/07/2019)

No digo yo que vaya a ser mañana

esa explosión de luz de mis neuronas

cuando falte el oxígeno en la sangre

y en un perfecto caos, los impulsos

que guardan la memoria, desfallezcan..

Puede tardar quizás aún ese instante,

pero puede que no, por eso ahora

debo hacer o decir alguna cosa

que recordéis de mí, si es que sucede.

Permitidme una pausa, es importante

que lo medite bien. Vuelvo en un rato.

No se me ocurre nada.


Un cielo azul pastel (13/09/2019)

En el cielo tranquilo que habíamos instaurado,

del color de los sueños azules, perdurables,

la brisa acariciaba los nombres cotidianos

con musicales notas brillantes, cristalinas;

la tarde se mecía entre aromas sutiles,

y los gestos hablaban de suave transcendencia,

Nosotros, solo era el pronombre más dulce

con que gustar a tiempo el paso de las horas,

porque todas las horas nos llegaban en punto

para la ardua costumbre del beso recurrente.

No había separación de un hola al otro hola;

la luz se recostaba despacio en nuestros ojos

entre las tibias hojas del árbol de la vida;

la piel por siempre era una flor encendida,

y era constante siempre y lenta y diferente.

Pero no comprendimos que fue lo que olvidamos

pintar en el azul pastel del paraíso.

Era un cielo sin pájaros, sin noches y sin nubes.

¡Cómo entender entonces el aire en desbandada,

o de dónde emergía la oscuridad, la lluvia

que arruinó, de repente, los campos que habitábamos!


Olvidos (23/11/2019)

No es posible olvidar. Cuando se intenta,

acude a la memoria algún detalle

que percute obsesivo: aquella calle;

el beso con sabor a miel y menta;

una caricia lenta, lenta, lenta;

un rio de fuego bajando por el talle;

cientos de peces blancos por un valle

de amapolas; la luna cenicienta…

Entonces el dolor que había dormido,

se despierta de nuevo y nos embarga,

dejándonos el pecho malherido.

Cada recuerdo es una flecha amarga

que vuelca al corazón toda su carga,

pues ya no ha de volver lo que has perdido.

----------------------------------------------------------

Que no se cumpla aquello que deseas

y aceptes lo que venga sin desgana.

Que te deslumbre el sol cada mañana

y no pienses en mi cuando me leas.

Que no recuerdes nada cuando creas

que me has visto cruzar por tu ventana,

y que el tañer, de boda, una campana,

no atraiga al corazón malas ideas.

No te vuelvas atrás de lo que hiciste,

pues nada ha sido en vano, nada triste.

Lo que pasó, pasó. Ya lo has vivido.

Ahora es polvo dormido del pasado

que al moverlo se vuelve aire viciado;

hojas muertas del árbol del olvido.


Somos (22/12/2019)

Todos, de alguna forma,

somos alguien o algo que quisiéramos ser:

Un empresario cuya oportunidad está a la vista,

a un golpe de osadía; un pescador experto

cuyo sedal tensado espera resistencia,

o un actor de reparto cuyo nombre figura

con el tipo de letra de los protagonistas.

Puede, que ese poeta del cual aún los lectores

no han dado testimonio. En nuestro fuero interno

todo está por hacer si la esperanza

renueva ese minuto de gloria que nos toca.

Y tenemos derecho mientras tanto

a imprimir la tarjeta de visita, detallando que somos

lo que queríamos ser; además de otros datos:

Dirección y teléfono (precisos, por si acaso

La suerte no recuerda donde debe buscarnos)


Y estos los últimos versos que ya jamás escribo (13/01/2020)

Me gustó conoceros, versos de la memoria;

bastardos hijos míos que he criado

en ese bosque oscuro, en ese nido alto,

en esa cueva de gárgolas y gnomos

que abría cada noche; en esta casa

que os vio crecer de amigos y de afectos.

Lejos de mi voláis, solo distingo

vuestra sombra fugaz en otros mares,

y otros vientos susurran la voz vuestra,

libres por fin de mí. Y os quise tanto…

Queda un poco de tinta, mancha breve,

con que siento jamás lo que ahora escribo.

Pero esto no es un verso ni un adiós.

También la voz se olvida.


Sin identidad 02/04/2020 

 Tu identidad guardabas bajo un nombre ficticio,

sin rostro, ni un teléfono, ni dirección, ni nada.

Pero escribías muy bien, o muy distinto; un punto

marginal, pero hasta ahí. Justo hasta el borde

donde lo borde es borde… no sé cómo decírtelo.

Un día, tu voz contestando a una entrevista. Eso

que la imaginación transforma en carne, en estatura

y una cara común, como la de los marcos para fotografías.

Uno quiere saber y busca, rebusca con los ojos

por entre las palabras, afianzar esa imagen. Los grises

que marcan los relieves, el volumen, el brillo del cabello.

Destripa uno las frases, las despoja de ritmo y hace piezas

que encajan en un puzle que no tiene sentido. Un niño

detrás de una burbuja de jabón que se le escapa.

Hasta que una oración vestida con arroba y punto com

llenó dos estaciones de mensajes definidos apenas,

pero, eso sí, con multitud de besos por escrito.

Un día quebró la empresa de tu mail y tu blog

Perdí el contacto y aquella fue una relación inacabada.

Yo creo que me hubiera gustado conocerte

Pero no conseguí tu dirección, teléfono, ni nada 


Hectoplasmario 04/07/2020 

Desde hace cuatro días que no fumo.

Ya no es tiempo de dialogar contigo

Estático, con el humo de ayer, las golondrinas

que pasaron de largo, la guitarra

que no aprendí a tocar, la nube detenida

haciendo la figura sospechosa

de un jardín de poemas.

A dos pasos de tiempo, la escopeta

y el humo del cañón y yo tendido

contra el azul espejo de la muerte.

Enciendo la costumbre entre los dedos

y exhalo el corazón y me dibujo

un golpe de saliva y unas toses

pensando que ahora sí, pero no fumo

desde hace cuatro días, solo es aire

y es veneno que llueve y es la vida

que no me sabe a nada, como siempre.

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Si me descubre alguien al pie de la escalera

de una de tantas formas de acabar conocidas

les pido por favor, no me desnuden

voy bien así, no habrá presentaciones

Y de haberlas, perdón, no llevo nada

que merezca la pena sumar al inventario.

Mi diminuta vida no tiene referencias.

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Dijo el paciente erizo a la zorra acechante

Sabes de casi todo y buscas atraparme

Yo solo sé una cosa, pero es muy importante

Por eso no te temo, no sigas adelante


Estrella fugaz – Lo que me atrae 11/07/2020 

 

Lo que me atrae de ella

de esa espiga nocturna que cruza el firmamento

es la forma que tiene de encenderse

cuando la miro

hace un guiño profundo

que es como si pellizcara.

Yo entiendo y sonrío

Solo entonces desaparece

Dentro de mí su resplandor ahora

me dice: estoy en casa.

 

Estrella fugaz – Lo mas revolucionario

 

Lo más revolucionario que he hecho en la vida

Ha sido tenderme en el suelo para ver las estrellas

Un día de agosto al norte de una luna menguante.

La lluvia de Perseo, que también eran las lágrimas

Inútiles de todo lo que valió la pena, con su blanco

Pincel me tatuaba flecos de luz sobre los párpados

Una dos quince treinta, mientras iba contando

Las cifras eran fechas, grupos de amigos, pueblos

Y en una de las últimas recordé que eran víctimas

Del último accidente, ciento cuarenta muertos

De una ciudad, Beirut parcialmente arrasada.

Y deje de contar. Nacer, pensé, de algún estúpido

Fue el peor accidente; cada día su peor día

Podría haber sido yo perfectamente


Pura coincidencia 16/09/2020 

 

Perdí tu amor por una coincidencia

que no se suele dar muy fácilmente:

Venus, Marte, la Luna y el agente

que nos paró firmaron la sentencia.

La rara conjunción y la presencia

de aquel guardia civil que amablemente

me requisó el carnet por imprudente

fue el comienzo de nuestra disidencia.

Cuando dijiste que era exnovio tuyo

no pude contenerme y (ya lo siento)

lo menos que le dije fue capullo

Pero al notar que tú lo defendías

sentí la coincidencia del momento

y supe que era a él a quien querías 


Cerca, lejos 26/10/2020

 

Cerca de aquí, o lejos, qué más da

Hay una guerra o alguna rebelión

Y no sabemos el nombre o la razón

Que no tuvieron tiempo de contar

Una hermosa muchacha que murió

Y un valeroso jefe torturado

Que no dirá su nombre ni su grado

Ni por qué su lucha o su pecado

O la mancha de sangre que dejó

Y el café sabrá igual del desayuno

que el nieto con su risa alegrará

El canario en su jaula cantará

Y uno será feliz. Pero habrá uno

Sufriendo lejos cerca, qué más da

Por qué, por quién por cuanto, donde

Cuyo dolor también nos corresponde

Y al que no nos paramos a escuchar 


Nunca finjas en vano 3/2/2021

 

Nunca finjas en vano

Ten la respuesta lista si te desenmascaran

Y una ventana grande donde quepa tu nombre

Y una puerta cerrada y una llave sin rejas.

Detrás de ti no hay nada.

Sonríe, la sonrisa es equívoca

Vale igual contra el déspota o aquel que nos engaña

Porque fingir es fácil, una cuestión de práctica

Pero hay un riesgo: que se le parezca

La careta que llevas, demasiado a tu cara 


Sucede a veces 17/2/2021

 

Escucha. ¿No lo oyes?

Es “entonces” que suena con el viento

A madera tronchada en la almohada

De un ahora soñoliento.

La espera en que te apoyes

Temblará levemente en tu costado

Y el perro vigilante en ese instante

Acudirá a tu lado.

Son cosas de la ausencia

Es un síntoma leve y pasajero

Como un dedo amputado que ha notado

Un malestar ligero

Del anillo presencia

Siempre nos queda el sobresalto mudo

De haber sobrevivido allí escondido

Como un dolor menudo 


Pregunta 26/3/2021

 

Penden años sin número

Desgarrados recuerdos de orfandades

Y algunos nombres sueltos

Pero nada es real, solo es un sueño

De paredes azules disecadas

Y unas difusas fotos en el suelo

Aquel que fui no está representado

La luz y no la sombra es permanente

Y quisiera volver inanimado

Con una voz prestada hasta ese cuarto

Y preguntar ¿por qué? ¿por qué lo hiciste?

A la imagen que falta 


En un vagón 29/4/2021

 

Solíamos escondernos en un viejo vagón

abandonado en vía muerta

seguros en la hermética jaula de madera:

llena de olor a viejo, carbonilla

y extrañas herramientas herrumbrosas

para, yo no sé qué, trabajo de titanes.

Aún perdura ese olor a estación,

solidamente denso, en mi memoria

y recuerdo aquel juego con sabor a peligro

y a mi amigo Palomo, hijo de un guardavía

que pieza a pieza había desarrollado

una auténtica red en miniatura

de trenes, semáforos, intercambio de vías

y zigzagueantes locomotoras con sonido

Todo un despliegue mágico encima de una mesa

que no descarrilaba y llegaba puntual a algún destino

diferente del mío. Mi familia

cambió de domicilio y olvidé la estación

y hubo nuevos amigos también que me enseñaron

a escapar, a correr y a estar oculto

en las estrechas calles de mi barrio,

no importa por qué causa: todo estaba prohibido.

Desde entonces no ha sido posible la inocencia.

y he seguido corriendo y escondiéndome,

no sé por qué motivo 


Mi árbol 23/5/2021

 

Tengo un árbol que llueve diminutas

gotas de sudor y su trabajo

es sostener los pájaros, las abejas

y semillas extrañas, semejantes

a narices retorcidas.

No se cómo se llama

y tampoco le he puesto nombre.

Cuando hablo de él suelo decir “mi árbol”

Aunque no he sido yo quien lo ha plantado.

Hace ya mucho tiempo lo plantaron mis hijos

y después fue creciendo y creciendo

hasta ser el más alto y más frondoso

de los que yo conozco.

Pero tengo miedo

porque no sé su edad ni cuándo va a caer

pues desafía a los rayos las tardes de tormenta.

Tengo otros árboles y muchas cosas más;

unas por necesidad y otras porque sí,

pero de todas, este árbol

es lo que más me hace soñar.

También pensar porque los árboles

son el tiempo dibujado

y el tiempo me preocupa.

Mi árbol canta a través de las aves,

susurra con las chicharras y las abejas

y además tiene el lenguaje de las hojas movidas por la brisa.

Quizás ya debería entenderle

pero solo comprendo cuando

al pararme frente a él, reconociéndome,

en su idioma dice “hola” y yo sonrío

como se hace con un amigo

y le contesto “hola”.

Ese es todo el dialogo que hemos aprendido 


NAN O NANO 14/6/2021

 

Siempre ha habido y habrá, querido Nano

una mirada limpia en tu voz, algo

que nos recuerde la luz hecha sonrisa,

invocación de paz en la armonía

de tu abrazo de masa fermentada.

Vive, vive en nosotros, como viven

las cosas que han dejado una honda huella,

con solo un roce, en nuestros corazones.

Como vive la tierra, y la semilla

la perfección fugaz de una paloma

con el pico dorado, aquella nana

que meció nuestros sueños con poemas,

tu sencilla palabra. Y vive siempre

la suave llama del descubrimiento

de conocerte, de llamarte amigo

y de habernos querido largamente.

¿No es para estar feliz, brindar, que huya,

herida la tristeza al sol de tu recuerdo?

Querido Nano, amigo, compañero 


¿Me permite un momento? 8/10/2021

 

¡Eh! ¡Usted, el del gaban! ¿Me permite un momento?

¡Por favor, no se asuste! ¿Lo ve? No voy armado

Y quizás me conozca si alguna vez ha estado

por el cruce de calle Real con Maria Luisa.

Yo soy el del semáforo. El que está con el trapo

y el cubo de agua sucia limpiando parabrisas.

Pero ahora no estoy bien… Es cosa del invierno.

Por el frio, ¿sabe usted?, que se mete en los huesos.

El cartón no protege del clima demasiado.

¿Le molesto?... Perdone, tan solo es un momento.

Soy negro, bien lo sé, no tenga miedo, entiendo

su prevención. ¡Espere! No voy a hacerle daño

Al principio bebía, pero eso está olvidado,

estoy rehabilitado desde hace ya algún tiempo.

Tampoco tomo drogas; la tos es un recuerdo

del mar. Éramos muchos y a mí me rescataron

Tuve suerte, pero algo debió quedarse dentro.

¿Qué tiene prisa? ¡Vaya! ¡De verdad que lo siento!

No le entretengo más …

¡Está este callejón tan solitario!...

Yo solo quería hablar; guárdese ese dinero.

La vida es una mierda

…y a veces necesita uno contarlo 


Agradecer y no 31/10/2021


Tendríamos que dar gracias por todo, o casi todo.

Incluso por no ceder a la indulgencia

de exonerar otra mañana más, si es que uno llega

a perder un porqué que había brotado

como un color difuso en la memoria.

Incluso haber llegado aquí, tener un dedo

con el que teclear en esta máquina.

Habría que sonreír con la metáfora

que acaba de pasar, dejarla intacta

al pie de la terrible barra de espaciado

que nos vacía la mente o la desborda,

y seguir sonriendo, después, cuando elegante

volando se escapase. Agradecer al aire,

incluso si provoca una tos inesperada;

y al humo que respiro; y a ese dolor pequeño

que me pide perdón por perdonarme

otro minuto más. Y, sin embargo,

envejezco y me duermo en la butaca,

y trastrabillo con cualquier motivo

y con cualquier palabra, y lloro

porque no estás aquí; porque has llegado;

porque estoy cuando te necesitaba.

Envejezco y no sé si debo dar las gracias 


Estás pocho, muchacho 19/11/2021

 

Te encuentro paliducho, oye, muchacho.

Diría que te hacen falta vacaciones,

tomas el sol en pocas ocasiones,

o, has bebido de más y estás borracho.

Un día de estos te viene un arrechucho

y te troncha lo mismo que una caña

si te pilla libando “la guadaña”

pues, la verdad, muchacho, libas mucho.

No consientas que así, noche tras noche

en vano se derrame la frescura

con que la juventud te transfigura,

en copas, humo, juergas y derroche.

Porque fíjate bien, y esto es un hecho:

la vida va pochando rama a rama

y un buen día te encuentras en la cama,

lleno de manchas y charcos en el pecho.

Después, cuando ya estés tieso en el nicho

nada habrá con que puedas consolarte.

Gusanos por la piel de parte a parte

y un bicho y otro bicho y otro bicho 


Divina mentira 5/1/2022

 

Escánciame más vino y dime esa mentira

con la que sufro y gozo y te sonrío mi llanto.

Di que me quieres mucho, di que me quieres tanto

que si no estás conmigo tu pecho no respira,

que solo te emocionan las notas de mi lira,

que mueres si no escuchas los versos de mi canto,

que tu patria es la tierra donde los pies yo planto,

que si no estoy contigo el mundo ya no gira.

Verás en mi sonrisa lo feliz que me siento.

Y si notas mis lágrimas diré que es de contento

o del vino que tiene más grados de la cuenta.

Pero, cuando te vayas, no digas “Hasta pronto”,

solo sal en silencio, no me tomes por tonto.

Esa vez no permitas que tu boca me mienta 


Echo de menos 11/2/2022

 

Echo de menos, en realidad, la vida.

El abierto manojo de posibilidades

del minuto siguiente. La locura,

que nunca estará a mano, de otra mano

extraña, diferente que me aúpe

de nuevo a un tren en marcha.

No importa cuánto tiempo

ni para qué, ni a dónde, pero lejos

de esta estación sin tráfico 


BOMBARDEO 3/3/2022


Estoy deletreando la palabra bombardeo.

El silencioso número de muertos

que enfrían los periódicos diariamente

junto a los nombres y detalles monstruosos de las armas.

Sigo deletreando bombardeo.

Un clamor de fulgores y estallidos

El repetido zumbar hacia su cráter

de gritos hacinados y de sangre

Y esta otra sangre de papel, en blanco y negro

imparcial, justifica que es debida

a la ausencia de boca de los muertos

opacos a la imagen, al sonido

apagados, resueltos, asépticos y humanos

Recuento según lista de rectos organismos

que la televisión ofrece en diez segundos.

Deletreo bombardeo

La tragedia que atraviesa derramándose

retumbando en la exánime corteza

que del ojo me baja hacia el estómago,

subiendo a la garganta amarga y acre,

repercutiendo sorda y poderosamente.

En la fugaz pantalla

niños sin brazos ensayan torpemente la sorpresa

Lava fluyendo de los tristes ojos

Llanto desesperado de impotencia,

Pero a continuación, viene un anuncio

de refrescante brisa de una playa,

otro de una colonia de hombre que enamora

y el coche de mis sueños

elevándose hacia el olvido cotidiano

de nosotros los muertos anteriores.

Los siempre-muertos ciudadanos de este mundo


Casi a punto 22/04/2022

 

Adolescentemente paseábamos

entre trivialidades que no correspondían con los sentimientos

y al final de un comentario dije: enséñame un pecho

Me contempló esperando una risa, otra pavada,

pero yo seguía serio.

El eco se deshizo, se desprendió. Volvimos.

con pasos perseguidos, oscuros y en silencio.

Yo detrás alcanzándola y ella casi corriendo.

Cuando cruzó el portal volvió la cara. Fatal, la última.

Casi a punto estuve de decir: te quiero 

Con la vida calada


En la madera misma donde cuelga la tarde

su "hasta luego" apurado.

En los ojos diminutamente asombrados

de una mariposa

En los impares calcetines cotidianos.

Allí también, donde con tal premura

han levantado estructuras grises de cemento

que ni el recuerdo de la antigua casa

es habitable ahora.

Y aquí mismo, justo donde la hormiga

desafía el destino del zapato, la lluvia o las escobas

hay que vivir también.

¡Tiempo de insecticidas!

Aun junto al dolor,

junto a la obscena mancha de la muerte,

hay que vivir. Después, antes, ahora,

con dudas, con la pereza del amor y de la noche,

con la camisa sucia, con la mano en la llave

de la luz y despeinado.

Pagar para vivir, con la moneda de los sueños,

con la moneda de la espera

y con la propia vida calada hasta los huesos. 

DIFICIL DE OLVIDAR


Lo más difícil de olvidar es la tristeza

Uno cambia pañales, va al cine, escucha esa canción

que fue música de fondo de lo tierno

o se enfunda colores de la fiesta

que es vivir y de pronto, una nota,

el reflejo de un gris, un libro abierto

por la página veinte o una promesa

que debimos cumplir y, tonto, aflora

ese recuerdo que creíamos ido

metamorfosis cruel de lo enterrado.

La tristeza no muere para siempre;

Se oculta, se cambia de color, se pone gafas,

Te sigue sin que notes su presencia

Se disfraza de ti y entra en tu cama.

Nada puedes hacer para escaparte

De su líquido abrazo de nostalgia

Nada, hasta dejarla satisfecha

Una bala

No suele pasar mucho, pero a veces

Si se extravía una bala

Una entre muchas balas

que dan a una pared

la corteza de un árbol

un cristal, o caen inofensivas,

después de recorrer

el camino hasta el cielo,

a un charco en el camino

si esa, precisamente,

cuyo rumbo era incierto

encontrase una válvula

caliente

que no tendría que estar

donde se hallaba

no ese día, esa hora

sin protección

latiendo

despreocupadamente

si esa bala

resbalara en la carne

atravesándola

mordiendo sin esfuerzo

llegando hasta esa válvula

sangrante, detenída

y alguien… tú 


HOLA CABECERA

Cabecera de mi cama

que curiosamente observas

mi manera de dormir

si pensaras, si estas horas

fueran segundos de otra

existencia diferente de la mía;

si de manera consciente

me observaras

los sueños por los complejos

movimientos de los párpados

y si pudieras oler

el miedo por la postura

y los sudores que exhalo;

si a la mañana siguiente

pudieras hablarme tú

en el lenguaje común

que se expresan los humanos;

si me pudieras hablar

cabecera ¿que dirías?

Aventuro una respuesta

posible, la que me gusta

escuchar cuando despierto:

¡Buenos días! ...Y presiento

que igual te contestaría,

con ese extraño cariño

que se le tiene a las cosas

que están con nosotros siempre:

¡Buenos días, cabecera

de mi cama, buenos días! 

Extraño en mi paraíso

Cuando necesito serenarme leo a Manolotel.

Voy a su blog y elijo cualquier página al azar.

Su voz no es agresiva, raramente exaltada.

Su adjetivo es paciente pero nunca imparcial.

Juega con los sonidos para hacer sus metáforas

que siempre son sensibles a la sombra y la paz.

Pero también se deja llevar por la fragancia

de una leve sonrisa que huele a libertad.

No duele ni se queja, pero tiene detalles

de una cierta nostalgia, de una rara amistad

y la sencilla claridad de lo corriente.

Yo le dejo creer que lo que dice

pudiera ser verdad. 

Petición constructiva

Basta ya de esta guerra, Presidente.

Dile a quién te presiona que no quieres

matar... no sé, diles que habrá mujeres,

niños que morirán; gente inocente.

Que económicamente es deficiente

el negocio... Que Dios... que sus deberes...

Que cuando a hierro matas por él mueres.

Que el pueblo pide paz. Que no hay ambiente.

Aparta tu cañón. Probablemente

nos matarán un cáncer o un infarto

o el estrés o un estúpido accidente.

¿Cuántos muertos por muerto? Basta. Harto

duelo y espanto hubo. Es suficiente.

Lucha en tu ordenador. Juega en tu cuarto. 


Pedazos

Yo tengo un cenicero

que uso para las cáscaras de pipa,

o, si algún fumador viene a la casa.

Una vez se rompió. Como es de porcelana,

recogí los pedazos

y, con mucha paciencia y pegamento,

logré reconstruirlo.

Después del accidente, no pongo más cuidado

al llevarlo o traerlo a cualquier parte.

Como murió una vez,

es de regalo la vida que le resta.

También tuve un amor

del cual no sé muy bien lo que esperaba.

Un día se rompió, pero no pude

pegarlo o componerlo.

Aún lo llevo y lo traigo a todas partes

dentro del corazón… hecho pedazos. 


Volver

Volver es arrancarse una a una,

capa a capa, los fríos vestigios

la cera y los dormidos amuletos;

aire, olores, anillos del viaje.

Es darse una palmada en el recuerdo.

Es dejarnos atrás, dejarnos atrás.

Volver es tantearnos los bolsillos

buscando los objetos familiares

que ya no están, la calle, los deseos,

el mar tan cerca de la noche, ruidos...

Y en su lugar las llaves, el tabaco,

el contacto ritual de las monedas,

un peine, inútiles pastillas del hastío...

Volver es andar hacia atrás, rebobinarse

los ojos sin ternura, hallar cenizas

de lo que fueron brasas inflamadas,

desordenar paisajes y palmeras,

llenar de picaportes la sorpresa,

hacernos a la idea de lo vacío.

Volver es ya no estar, ya no sentirse

la sangre ni el dolor de las heridas

ya no participar de las palabras

ya no morir ni amar, irse cayendo

de uno mismo a la nada silenciosa

y no saber, no pensar, indiferente.

Olvidar lo que fue y estar sentado. 

El poema de la vida

¿Recuerdas aquella frase que pronunció la abuela?

¿Aquel sol entrelazado con las azules flores del árbol del paraíso?

¿El omnipresente monte junto al que contemplabas las estrellas?

¿Recuerdas aquella primera lágrima de amor adolescente?

¿El ingrato poder de hacernos daño?

¿Recuerdas el jubiloso hallazgo de una piedra en el rio?

¿La risa en compañía? ¿La lengua de la cobra? ¿Los abetos dormidos?

Todo eso está en el poema de la vida,

Solo es cuestión de llevarlo al papel. De transmutarlo.