Pepe Botella

Las amantes españolas de Pepe Botella

Fue un rey efímero y su carácter de “intruso” ha hecho que su legado no haya sido reivindicado sino hasta fechas muy recientes. La fama que arrastraba de “borracho” no se correspondería, por ejemplo, con la realidad; aunque el hermano de Napoleón Bonaparte sí fue un notorio mujeriego.

La condesa del Vado y de Echauz, María del Pilar Acedo y Sarriá, esposa del marqués de Montehermoso, fue la más famosa de sus amantes. Desde que el rey se instalara en Vitoria, en el palacio de estos, María del Pilar se convirtió en su amante, sin que al marqués, favorecido por su nombramiento como Gentilhombre de Cámara y Grande de España, le importunara el trance. Las relaciones continuaron en Madrid, donde la corte se trasladó en noviembre de 1808. Y las copillas, claro, fueron instantáneas:

“De Montehermoso la dama

tiene un tintero

donde moja la pluma

José Primero”.

Teresa Montalvo fue otra de sus favoritas. Viuda del conde de Junco, la joven cubana, cuyo salón pasaba por ser el más distinguido de la capital, fue también objeto de los amores regios. Según algunos historiadores, el rey le compró un palacete en la calle del Clavel, que el monarca visitaba cada noche. Para Gloria A. Franco Rubio, “eso contradice lo que ha dejado escrito la Condesa de Merlín, que únicamente hace referencia a dos casas, una en la calle de la Luna y otra en la de San Lorenzo”. Según esta especialista, esa supuesta información formaría parte de “las especulaciones que atribuyen a la Montalvo haberse convertido en la amante del rey francés; leyenda alimentada, con bastante probabilidad, por el reconocido gusto de los Bonaparte hacia las caribeñas, ya que Josefina, la esposa de Napoleón, era oriunda de la Martinica.”