Introducción
En el presente informe vamos a analizar las calles de Palencia capital desde la perspectiva de género.
El género, como categoría social, es una de las contribuciones teóricas más significativas del feminismo contemporáneo. Esta categoría analítica surgió para explicar las desigualdades entre hombres y mujeres, poniendo el énfasis en la noción de multiplicidad de identidades.
El género es una construcción social y supone un proceso por el que se determinan las características, roles, estereotipos que, en nuestra sociedad, tienen que asumir los hombres y las mujeres. A las mujeres y a los hombres, se les han determinado unos comportamientos y responsabilidades distintas en función de su sexo, como si de un determinismo biológico se tratase.
Análisis del callejero palentino
Para realizar este análisis hemos recopilado información sobre las calles de nuestra ciudad dedicadas a hombres y mujeres. Estos datos los hemos volcado en una serie de gráficas que nos han revelado datos muy interesantes.
Existen 261 calles dedicadas a personas, pero solo 45 están dedicadas a personajes femeninos. Nuestro estudio revela que solo un 17% de las calles palentinas tienen nombre de mujer, frente a un 83% que lo tienen de hombres. Es un dato que nos llama bastante la atención, debido a la gran diferencia existente entre el número de calles dedicadas a hombres y a mujeres.
Es evidente el predominio de las calles dedicadas al sexo masculino. Basta con salir de casa y observar las placas de las calles por la que caminamos. Podemos hablar, sin lugar a duda, de una desigualdad de género simplemente al mirar el escenario de nuestra vida cotidiana, la ciudad donde vivimos, nuestras calles, que debería ser un espacio para vivir en igualdad. Esta desigualdad lo es respecto a la figura de la mujer, lo que da a entender que las mujeres has sido un “objeto invisible”, quedando en un segundo plano, siendo excluidas de la vida y del protagonismo social.
Creemos que una de las circunstancias que explican la preponderancia del sexo masculino frente al femenino puede tener una justificación histórica y social pues, en la época en la que las calles comenzaron a recibir nombres de personas, (políticos, militares y profesionales liberales), el protagonismo social estaba sólo permitido a los varones. Las mujeres no podían desempeñar puestos relevantes en la vida social porque su ámbito estaba reducido a la vida familiar. La función de la mujer a lo largo de la historia se ha visto siempre supeditada a la figura masculina, relegada a la realización de actividades consideradas propias de su rol (coser, lavar, cuidado de hijos…) quedando recluidas en el hogar y, salvo contadas excepciones, sin derecho a acceder a la educación. Además de esto, aquellos logros que las mujeres hayan podido obtener y que las harían dignas de méritos como el tener una calle, a menudo no se han visto reconocidos por el mero hecho de pertenecer al sexo femenino.
Esta explicación histórica de la desigualdad de género se ve reforzada por el hecho de que la mayoría de calles con género masculino se encuentran ubicadas en el centro de Palencia, es decir, en el casco histórico de la ciudad, a excepción de la zona de la Catedral de San Antolín, donde podemos observar, alguna calle y plaza con género femenino, como es el caso de la Plaza Inmaculada Concepción y la Calle Santa Teresa de Jesús.
Por el contrario las calles con género femenino aparecen en la periferia de la ciudad, por ejemplo (las zonas nuevas de la capital) donde algunas calles aún están sin edificar, como puede ser un claro ejemplo, la Calle Carmen Trapote, ubicada en el Paseo de la Julia y carecen hasta de rotulación. Este dato, además de mostrar la desigualdad, es a la vez un elemento alentador, ya que parece indicar que el androcentrismo poco a poco va desapareciendo de nuestra sociedad y que en las nuevas calles de la ciudad, el género femenino empieza a ser tenido en cuenta y reconocido públicamente.
Otro aspecto que se puede observar es que la mayoría de las mujeres que salen en el callejero, están relacionadas con la religión, lo que nos lleva a un claro estereotipo de mujer sumisa, reservada y callada. Esto nos lleva a sospechar que se prefiere exaltar un modelo de mujer frente a otro y solo destacar a las relacionadas con la religión y con la sumisión al modelo androcéntrico de sociedad. Muchas de estas calles están dedicadas a la Virgen bajo diferentes advocaciones, por lo que no deja de ser una misma persona que da nombre a varias calles, por lo que el número de mujeres reconocidas es aún menor.
Otro elemento que llama la atención es el hecho de que algunos nombres de personas tienen puesta su profesión delante del nombre. No son muchos, tan sólo el 12% del total de personas. Lo llamativo es que todas corresponden al género masculino y ninguna al femenino. En esta línea, podemos comprobar que las calles con género masculino, solo hacen mención a dos profesiones específicas, como es el caso de los doctores como por ejemplo, Calle Doctor Cajal, ubicada en el centro de la ciudad. La otra profesión es la de pintor, como son la Calle Pintor Oliva (Eugenio Oliva) y la Plaza Pintor Caneja (Díaz Caneja). Sin embargo existen varias mujeres que se encuentran en el mismo campo profesional, pero en las placas de sus calles podemos leer su nombre sin incluir su profesión. Un claro ejemplo de ello, es el de Trinidad Arroyo, a quién no se la reconoce su profesión como tal nominando la calle solo como Trinidad Arroyo y no como Doctora Trinidad Arroyo. En relación a este aspecto, cabe destacar que la mayor condecoración que figura en las placas con nombre de mujer se reduce únicamente a preceder el nombre de la mujer con el tratamiento de "Doña". A la vista de estos datos, sólo podemos afirmar una clara invisibilización y ocultamiento de la mujer y del puesto que ocupa en la sociedad, relegada a un segundo plano, además de un cierto desmerecimiento de su persona.
Además, aunque algunos de los nombres de mujer a las que se rinde homenaje en las diferentes cartelas de la capital son por méritos propios, otras muchas son mencionadas por ser “hija de...”; “esposa de…”; “madre de…”, por lo que, en realidad no se tienen en cuenta sus méritos y cualidades, sino su relación con un personaje masculino. A modo de ejemplo podemos encontrar a Doña Berenguela, que era hija del rey Alfonso VIII y posteriormente fue reina de Castilla por haberse casado con Alfonso IX; o Anastasia Santamaría que fue esposa de Eugenio Díaz, constructor del reloj del Consistorio de la Plaza Mayor.
El análisis empeora si prestamos atención a la tipología de las calles. De las 261 calles con nombres de personas, 220 se corresponde con calles, 8 con avenidas, 22 con plazas y 11 que hemos calificado como otros (Caminos, Paseos,…). Hemos podido constatar, poco a poco en el estudio realizado de las calles, la gran diferencia de género, en las avenidas y plazas, espacios considerados de una mayor importancia simbólica, que una calle. En este sentido el 100% de las avenidas con nombres de personas, lo son del género masculino. Algo parecido ocurre con las plazas, donde un 15% tienen nombre de mujer, frente a un 85% con nombre de varón.
Un último hecho relevante que nos ha llamado especialmente la atención al realizar este estudio, son las placas que rotulan las calles (Ver apartado Cartelas). Todas las placas dedicadas a mujeres son placas “normales”. Las placas “especiales” están dedicadas únicamente al género masculino, siendo de material noble, incluyendo una descripción de sus “méritos” e incluso en algunas aparece la cara del personaje, hecho que indica que la sobrevaloración del hombre sobre la mujer, siendo un elemento más de desigualdad.
Conclusión
Esta desigualdad de género que podemos encontrar en las calles pasa desapercibida para la ciudadanía, lo que indica que, interiormente, tenemos asumida esta desigualdad.
Por ello pensamos que el callejero de Palencia debería ser replanteado, y reivindicar una mayor presencia de nombres femeninos en las calles y reclamar a la corporación municipal que lo tengan en cuenta a la hora de renombrar calles o elegir los nombres en zonas de nueva urbanización.
Por último nos gustaría que este trabajo que se ha realizado sirva para remover conciencias y que todas y todos luchemos por el reconocimiento al esfuerzo, labor y trabajo que tantas mujeres han realizado a lo largo de la historia y que parece que se ha olvidado. Con esto queremos invitar a escribir una nueva historia, la de las mujeres.