El estudio contratado por la Comuna 22 (1) demuestra sin ninguna duda el desastre que se está gestando en este sector de Cali. El crecimiento no planificado ya está generando trancones apocalípticos que limitan seriamente la movilidad de sus 16.000 habitantes y los 90.000 de población flotante de todos los centros educativos.
Si lo que ya está ocurriendo es grave, dar una mirada al futuro, a través de las proyecciones del estudio, es espeluznante. La sola densificación de la vivienda, autorizada por el POT 2014 tiene el potencial de crecer la comuna a 187.009 habitantes. A 10 años nuestros problemas se pueden multiplicar por 10. La problemática en agua potable, alcantarillado, escorrentías, energía, impacto ambiental es aún más dramática. Emcali ha definido, con la infraestructura de servicios actual, que una densidad poblacional por hectárea mayor de 90 no es viable. Ya hay aprobados proyectos con densidad de 900. El solo cálculo del número de vehículos que el incremento poblacional representa, indica que aun si se dedicasen todas las vías pavimentadas de la comuna a alojar 16% de los vehículos existentes, pegados uno al otro, estos no cabrian. Tendríamos que inventarnos una fórmula para apilar vehiculos unos encima de otro. Solo para que quepan. No para que circulen. Y todo esto si tener en cuenta el continuo crecimiento de la población flotante. Llegan nuevas universidades y colegios y las actuales siguen expandiéndose a pesar de que ya están sufriendo la disrupción de sus programas, por la simple razón que los participantes no logran llegar.
Es característica de las comunidades que fracasan, tener dirigentes y gestores solo miran hacia adentro. Los dueños de tierra interesados en venderla al mejor precio. Los constructores sacándole el mayor provecho a sus proyectos. Los rectores y dirigentes del sector educativo queriendo crecer, aumentar cupos y programas con un modelo de “Campus” cada vez más grande y anacrónico. Y nadie mira más allá de los límites de sus propiedades: por donde va a llegar tanta gente? Como vamos a hacer para darles agua y luz a todos? Por donde salen las aguas negras y por donde corren las aguas lluvias y a donde van a dar?
“Eso no es problema nuestro” , es la respuesta más común. “Para eso están los planificadores y dirigentes de la ciudad. Y si nos autorizan crecer, es porque todo esta planeado.”
Vale la pena hacer un esfuerzo y tratar de entender lo que han definido quienes tienen la responsabilidad de concebir el desarrollo urbano. El POT 2014 autoriza la densificación de la comuna 22, multiplicando por 10. Para el más rústico de los urbanistas sabe que un crecimiento por los lados del 10% exige una planificación de infraestructura cuidadosa. En la Comuna 22 estamos hablando del 1.000%.
Pero para que se entienda cuan anómala es la situación, el mismo POT condiciona la aprobación de nuevos proyectos a que esté demostrada la infraestructura necesaria.
Y no solo no la hay, sino que no hay planes ni recursos para hacerla. El Alcalde ha sido enfático al explicar que a la Comuna 22 le ha dedicado recursos desproporcionadamente altos y que no hay ninguna posibilidad que el municipio pueda construir las vías que recomendó el estudio de movilidad de la Univalle. (En resumen, la Circunvalar y la Ciudad de Cali, llegando a Jamundi, con varias transversales bien diseñadas). Lo que dice el estudio es que si esas vías estuviesen hechas HOY, el tráfico fluiria. Los planes del Municipio no dan seguridad de hacerlas ni siquiera a 20 años. El estudio muestra como, a 10 años el tráfico tiene el potencial de ser 10 veces peor.
Emcali ha certificado que no hay posibilidad ni recursos para construir los acueductos y alcantarillados que se requerirían para la ilegalmente proyectada densificación de la comuna.
Un buen número de los habitantes de la comuna intuyen el desastre. Una zona que se desarrollo como campestre, con especificaciones rurales, no puede transformarse de la noche a la mañana en ciudad. Pero el estudio confirma con cifras, análisis y proyecciones lo que todos estan viendo en el progresivo deterioro de la calidad de vida: destrucción de las pocas vías por las constructoras, polvo, contaminación y ruido, bloqueo de la libre circulación de fauna terrestre y aviaria, recursos hídricos en el límite, en tiempos de sequía; la imposibilidad de salir o entrar de sus casas, con interminables filas de vehiculos en zonas puramente residenciales; y seria limitación para circular por cualquier medio, aun dentro de las limitadas vías de la comuna. A pie no se puede porque no hay andenes. La bicicleta representa alto riesgo por estrechez de vías. Las escasas ciclovias son mal diseñadas, interrumpidas e invadidas por motos. Los carros y motos luchan por avanzar y superar los cuellos de botella que representan los limitados accesos a la comuna. El “paraiso campestre” que promocionan con tanto entusiasmo los proyectos nuevos, hace rato se acabo.
Aspiramos a que con la acción popular, tan contundentemente presentada por el Dr Jose Maria Borrero, y tan bien respaldada por el concienzudo estudio del Dr. Hugo Salazar y todo su equipo, sea la instancia judicial la que proteja los derechos de los habitantes y frene el precipitado camino hacia la hecatombe urbana.
Tenemos que invitar a TODOS los actores a que se informen. Lean con juicio y sentido de responsabilidad comunitaria el estudio, que está disponible en el enlace bit.ly/comuna22accion para todo el que lo quiera estudiar.
Invitamos a los Constructores a actuar con responsabilidad social empresarial.
Invitamos a curadores, contralores y funcionarios del municipio a hacer cumplir la ley.
A los educadores a pensar en la viabilidad de sus modelos.
A todos los habitantes de la comuna a que apoyen la Acción Popular y defiendan su derecho a disfrutar de una calidad de vida razonable.