Singladura 2022 agosto Rias Bajas

Septiembre - Relato de la singladura

Otra muesca más en nuestro acopio de experiencias náuticas altamente satisfactorias! Como escribimos en el mensaje previo, contábamos con bastantes papeletas para que la cosa saliera mal. Sin embargo la climatología, que suponía uno de los mayores riesgos, resultó benigna con nuestra aventura y, excepto un día de niebla intensa, fue llevadera, dentro de los cánones gallegos, por supuesto.

El único elemento negativo procedió de un catarro intenso y persistente que afectó a prácticamente toda la tripulación, manteniéndonos arrastrados y a dieta de paracetamoles. Vivimos tiempos extraños de virus, guerras y cambios climáticos. Vete a saber qué bicho nos afectó esta vez, imagino que reforzado por esos aires galaicos tan frescos y húmedos en el mar dificultan la recuperación pulmonar.

En tales condiciones, los baños resultaron más que escasos y puntuales. Eso sí, toda la tripulación se sumergió en uno u otro momento, constatando en primera persona que las aguas gallegas están notablemente gélidas. Así puede apreciarse en el mapa adjunto, procedente de la NASA y referido a los días que estuvimos navegando. Las Rías Bajas cuentan con un microclima peculiar que les dota de unas aguas similares a las de Irlanda en temperatura.

A pesar de tales circunstancias, nada nos impidió disfrutar de una navegación deliciosa, con unos paisajes sublimes y muy variados. Recorrimos la Ría de Vigo y la de Pontevedra. Queríamos también atacar la de Arosa, pero la niebla frustró nuestros planes el día que habíamos reservado para ello. La guinda la puso el fondeo en las Islas Cíes y el paseo que nos pudimos dar por su isla principal.

Mapa temperaturas del Mar - NASA

No queremos dejar de hacer mención a Sailway, la empresa de Vigo a la que alquilamos el velero. Su servicio resultó extremadamente profesional y acogedor, tanto en el embarque como en el desembarque. El velero se encontraba impecable de estado y mantenimiento. Y atendieron estupendamente a las pocas dudas que surgieron durante la navegación. De lo mejorcito que hemos encontrado a lo largo de estos 20 años de singladuras ! Con el añadido además de que es actualmente la única empresa seria y potente en Galicia, pues las demás son pequeñas, con uno ó dos barcos, y en su mayoría alquilan sólo con patrón. En definitiva, contribuyeron considerablemente a que nuestra experiencia resultara tan grata, y merecen el reconocimiento.

Por lo demás, como habíamos supuesto, entramos en puertos bastante más de lo que acostumbramos en el Mediterráneo. Con mucho menos baño y una climatología complicada, el puerto y el paseo por los maravillosos pueblos gallegos se convierte en la alternativa ideal. El único problema es que casi todos engordamos en esa semana... Galicia está salpicada de restaurantes estupendos, jeje... un "daño colateral" que damos más que por bien acontecido. Respecto a la tripulación, maravillosa! Todas amigas de muuucho tiempo y muuuchas navegadas, facilitadoras de la vida a bordo y de la convivencia. Este factor resultó crucial, pues dado el frío exterior nos vimos obligados a realizar bastantes comidas en el interior del barco, con las apreturas que ello supone.

Dejamos a continuación un relato detallado de bitácora, con la navegación realizada cada día... Galicia siempre cautiva por tierra, ahora lo ha hecho por mar.... volveremos a navegar por sus aguas !!!!

Cuaderno de Bitácora - Rías Bajas

Martes 23 - Zarpamos del puerto de Vigo, a las 19.30 y ya al filo del ocaso, como alma que lleva el diablo. Junto al puerto, a unos 100 metros del atraque de nuestro velero, se encuentra un escenario gigante donde a las 22.00 se va a celebrar un concierto de Tangana. Habíamos dudado si zarpar o no, por la proximidad de la noche y por nuestro desconocimiento de la ría. Pero la atronadora prueba de sonido previa al concierto nos convenció de que teníamos que salir de allí, aunque estrelláramos el velero contra los escollos de la bocana. Cruzamos la ría y fondeamos cerca ya casi de noche en su lado Norte, en Praia Borna. El lugar se encuentra junto a unos astilleros y no resulta especialmente acogedor, pero nos libera de los ripios del Tangana a cientos de decibelios, cuyos ecos lejanos aún llegan hasta aquí.

Miércoles 24 - Abandonamos Praia Borna y al navegar a motor observamos un humo blanco sospechoso que el barco expulsa por el escape. Consultamos con la empresa y, como estamos cerca, nos decidimos a entrar de nuevo a puerto para que lo revisen. Tras la supervisión, todo está en regla. Nosotros, "paletos" navegantes acostumbrados a las cálidas aguas mediterráneas, desconocemos que en ambiente frío y muy húmedo como éste puede ser normal ese humo blanco, debido exclusivamente al vapor de agua ambiental. Lo que en el Mediterráneo supondría una casi segura avería aquí es normal. Ya tranquilos ponemos proa a las Cíes, donde tenemos reservado permiso de fondeo para ese día, aunque sabemos que habrá mala mar en torno a ellas. Efectivamente, según nos acercamos a la salida de la ría nos entra por el través un mar con olas de dos metros que nos obligan a descartar definitivamente las Cíes en ese momento. Ya al principio de la tarde, nos refugiamos en praia Barra, un precioso y fondeo en el extremo noroeste de la ría, para pasar la noche.

Jueves 25 - Amanecemos en Barra con un viento norte del demonio, de muuuuchos nudos. Así que ponemos rumbo al interior de la ría, hacia el puerto de Cangas de Morrazo. Navegamos a vela empujados por un viento por el través de 25 nudos con picos de 30. Llevamos la vela con dos rizos y aún así volamos. Atracamos en Cangas a mediodía. El marinero que atiende el puerto sólo habla gallego cerrado y es además un vacilón de cuidado. A duras penas conseguimos entendernos con él. Hay una feria junto al puerto que amenaza agriarnos la noche, aunque nos aseguran que a las 12 de la noche cierra... parece que el ruido nos persigue! Tarde de playa, paseo por Cangas y exquisita cena en el restaurante Maridaxe.

Viernes 26 - Ponemos rumbo a la ría de Pontevedra. Nos aproximamos a las Cies para visualizar sus fondeos y ponemos rumbo al norte, navegando por mar abierto con olas de 1'5 metros y viento suave de proa. Recorremos la ría y fondeamos en la playa de Samieira. Un muy agradable fondeo donde nos bañamos (neopreno mediante) que nos regala además la visita de unos juguetones delfines entre las bateas. Bajamos a la playa estrenando el motor eléctrico del dinghy, que nos enamora por lo suave y silencioso que resulta. Paseíto vespertino por un monísimo sendero que recorre la costa.

Sábado 27 - Zarpamos hacia Combarro y atracamos a mediodía en su puerto. Recorremos la bella localidad. El pueblo además está en fiestas y asistimos al final de un concierto en la misma playa. Comemos en "Tinta Negra", un buen restaurante recomendado por mi hermano. Zarpamos al principio de la tarde y entra niebla en la ría, lo que nos incomoda notablemente la navegación. Fondeamos en Sanxenxo, en la playa de Caneliñas. Lugar bastante horrible, en general, lleno de motos de agua y macarreo que casi recuerdan al Mar Menor

Domingo 28 - Día de niebla intensa. Zarpamos con muy poca visibilidad hacia la Ría de Arosa. A la altura de San Vicente do Mar desistimos de entrar en la ría. La visibilidad no alcanza los 100 metros. Nos refugiamos en su puerto, siguiendo el trayecto del plotter casi a ciegas y apretando los dientes, pues los alrededores de la bocana se encuentran plagados de bajos y rocas. Puerto muy plácido y marineros sumamente amables. Por la tarde nos damos un maravilloso paseo, entre brumas, por el sendero que recorre todo el cabo de Punta Canelas y cenamos muy decentemente en el restaurante del camping O Espiño. A mal tiempo... un buen paseo y una buena cena! jeje.

Lunes 29 - La mañana amanece aún con una intensa niebla que, por fin, levanta hacia las 12.00. En cuanto esto ocurre, zarpamos zumbando, pues llevamos casi 24 horas amarrados y el cuerpo nos pide mar! Navegamos hacia el sur, rumbo a las Cíes con un mar plácido, sin olas, y ya con la niebla disipada por completo, disfrutando de la belleza de la costa gallega. Arribamos hacia mediodía a Cíes y fondeamos en la playa de Rodas. Por la tarde bajamos a tierra y realizamos el inevitable paseo que sube hasta el faro. El mirador del faro, desde su altura, nos regala al caer la tarde una vista belliiiiiísima del océano Atlántico, por un lado, y de un amplio tramo de la costa gallega e incluso portuguesa, por el otro.

Martes 30 - Día de recogida, zarpamos por la mañana hacia el puerto de Vigo en el que amarramos a mediodía. Nos damos un último baño de gastronomía gallega en una de las fantásticas tascas cercanas al puerto. El desestibado y devolución del barco discurre sin contratiempos, más allá de los derivados de la compleja circulación que supone moverse en coche por el laberinto vigués, verdadera pesadilla para el tráfico rodado. Pero nada de eso importa. Hemos disfrutado de una deliciosa semana de navegación gallega!


Agosto - Preparación de la singladura

Navegar por Galicia es un proyecto largamente acariciado, desde hace años, al que por fin nos vamos a aventurar en esta temporada. No es necesario recordar la belleza de sus costas, así como lo atractivo de su gastromía y de sus paisajes. Sin embargo, también presenta serias dificultades frente a la navegación mediterránea. Entre ellas, un fondo marino plagado de obstáculos, como rocas a flor de agua, mejilloneras, etc... o unas aguas gélidas que desincentivan el baño, amén de un tiempo fresco y cambiante con el que se corre el riesgo de "disfrutar" de una semana de navegación bajo la lluvia.

A pesar de todos estos peligros nos ha podido la curiosidad, por lo que este año nos hemos liado la manta a la cabeza y... allá que vamos! Ojalá los dioses sean caritativos y nos concedan una singladura mínimamente grata.

Sólo hemos encontrado en toda Galicia una única empresa de charter con aspecto de solvencia. Se trata de Sailway, con base en Vigo, a la que vamos a arrendar un Elan Impression 40 de tres cabinas del 23 al 30 de agosto. Un velero de buen porte con un único inconveniente, la cocina en L, disposición que normalmente evitamos pues dificulta la operación en ella de varias personas. Pero era realmente la única opción posible en esas fechas... han sido lentejas!

El equipo marinero lo formamos esta vez 6 personas de larga veteranía náutica: Carola, Emma, Imma, Juli, Susana y un servidor.

Confiemos que la providencia nos facilite una semana placentera! En cualquier caso, si las cosas se tuercen, esperamos encontrar refugio en los numerosos puertos que salpican las rias y... en el pulpo a feira!!