MATERIALES DE APOYO
MATERIALES DE APOYO
Te compartimos una variedad de materiales de apoyo al Itinerario Diocesano de Catequesis Infantil, que hemos preparado para ti y que puedes descargar gratuitamente.
Francisco nació en Asís, Italia en 1181 ó 1182. Su padre era comerciante y su madre pertenecía a una familia noble. Tenían una situación económica muy desahogada.
En su juventud no se interesó ni por los negocios de su padre ni por los estudios. Se dedicó a gozar de la vida sanamente, sin malas costumbres ni vicios. Gastaba mucho dinero, pero siempre daba limosnas a los pobres. Le gustaban las románticas tradiciones caballerescas que propagaban los trovadores.
Cuando Francisco tenía como unos veinte años, decidió ir a combatir en el ejército. Se compró una costosa armadura y un manto que regaló a un caballero mal vestido y pobre. Dejó de combatir y volvió a su antigua vida, pero sin tomarla tan a la ligera. Se dedicó a la oración y después de un tiempo tuvo la inspiración de vender todos sus bienes y comprar la perla preciosa de la que habla el Evangelio. Se dio cuenta que la batalla espiritual empieza por la mortificación y la victoria sobre los instintos. Un día se encontró con un leproso que le pedía una limosna y le dio un beso.
Visitaba y servía a los enfermos en los hospitales. Siempre, regalaba a los pobres sus vestidos, o el dinero que llevaba. Un día, una imagen de Jesucristo crucificado le habló y le pidió que reparara su Iglesia que estaba en ruinas. Decidió ir y vender su caballo y unas ropas de la tienda de su padre para tener dinero para arreglar la Iglesia de San Damián. Llegó ahí y le ofreció al padre su dinero y le pidió permiso para quedarse a vivir con él. El sacerdote le dijo que sí se podía quedar ahí, pero que no podía aceptar su dinero. El papá de San Francisco, al enterarse de lo sucedido, fue a la Iglesia de San Damián pero su hijo se escondió. Pasó algunos días en oración y ayuno. Regresó a su pueblo y estaba tan desfigurado y mal vestido que las gentes se burlaban de él como si fuese un loco. Su padre fue a buscarlo ahí y le dijo que volviera a su casa o que renunciara a su herencia y le pagara el precio de los vestidos que había vendido de su tienda. San Francisco no tuvo problema en renunciar a la herencia y del dinero de los vestidos pero dijo que pertenecía a Dios y a los pobres. Su padre le obligó a ir con el obispo de Asís quien le sugirió devolver el dinero y tener confianza en Dios. San Francisco devolvió en ese momento la ropa que traía puesta para dársela a su padre ya que a él le pertenecía. El padre se fue muy lastimado y el obispo regaló a San Francisco un viejo vestido de labrador que tenía al que San Francisco le puso una cruz con un trozo de tiza y se lo puso.
San Francisco partió buscando un lugar para establecerse. En un monasterio obtuvo limosna y trabajo como si fuera un mendigo. Unas personas le regalaron una túnica, un cinturón y unas sandalias que usó durante dos años. San Francisco dio a su orden el nombre de “Frailes Menores” ya que quería que fueran humildes.
Murió el 3 de octubre de 1226 después de escuchar la pasión de Cristo según San Juan. Tenía 44 años de edad. Lo sepultaron en la Iglesia de San Jorge en Asís.
Ana Catalina Emmerick nació el 8 de septiembre de 1774 cerca de la ciudad de Coesfeld. Desde su niñez tenía que ayudar en la casa y en trabajo de campo. Ya a una edad temprana los padres y todos que conocían a Ana Catalina se daban cuenta de que ésta se sentía atraída a la oración y a la vida religiosa en una forma extraordinaria.
Ana Catalina abrigaba el anhelo de entrar en un convento, acudió a varios conventos pidiendo ser recibida pero fue rechazada por no poder traer el dote necesario.
Por fin en 1802 ella pudo entrar en el convento de Agnetenberg de Dülmen junto con su amiga. El año siguiente hizo el voto monástico. Con ahínco participó en la vida de la comunidad. Siempre estaba dispuesta a aceptar también labores difíciles y no apreciadas. Al principio fue estimada poco por su origen humilde en el convento. Algunas cohermanas se escandalizaron de ella, porque observaba estrictamente la regla, y la tenían por una hipócrita.
Ana Catalina soportó esta aflicción sin quejarse y con espíritu de entrega callada. En los años de 1802 hasta 1811 Ana Catalina se enfermó con más frecuencia y tenía que padecer dolores grandes.
En este tiempo recibió Ana Catalina Emmerick los estigmas. Los dolores de los estigmas los había sufrido ya desde hace mucho tiempo.
Un rasgo característico en la vida de Ana Catalina era su amor hacia los hombres. Dondequiera veía necesidad, intentó ayudar. Hasta postrada en la cama confeccionó todavía vestidos para niños indigentes y se alegró, si pudiese ayudarles con esto. A pesar de que a veces le podían estar pesados los numerosos visitantes, los acogió amablemente a todos.
En el verano de 1823 Ana Catalina se debilitó más y más. Como en años anteriores unió sus sufrimientos con los sufrimientos de Jesús, ofreciéndolos para la salvación de los hombres. Falleció el 9 de febrero de 1824.
No se conocen datos exactos sobre su vida, se dice que podría ser del pueblo de Olgossa en Darfur, y que 1869 podría ser el año de su nacimiento. Creció junto con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.
En su biografía Bakhita cuenta su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos. "Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: 'Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco'. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.
Los mismos secuestradores fueron quienes le pusieron “Bakhita” que en árabe significa "afortunada" al ver su especial carisma.
Fue vendida como esclava y nunca consiguió escapar, a pesar de intentarlo varias veces. Sufrió de humillaciones y torturas hasta que su quinto amo la compró en 1882, y fue así que por primera vez Bakhita era tratada bien.
"Esta vez fui realmente afortunada - escribe Bakhita - porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad".
En 1884 su amo se vio en la obligación de dejar Jartum. Bakhita se negó a dejar a su amo, y consiguió viajar con él y su amigo Augusto Michieli, a Italia. La esposa de Michieli los esperaba en Italia, y sabiendo la llegado de varios esclavos, exigió uno, dándosele a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli.
Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia, tras ser aconsejadas por las hermanas.
Recién en el Instituto, Bakhita conoció al Dios de los cristianos y fue así como supo que "Dios había permanecido en su corazón" y le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, "pero recién en ese momento sabía quién era". Recibió el bautismo, primera comunión y confirmación al mismo tiempo, el 9 de enero de 1890, tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.
"¡Aquí llego a convertirme en una de las hijas de Dios!", fue lo que manifestó en el momento de ser bautizada, pues se dice que no sabía cómo expresar su gozo. Ella misma cuenta en su biografía que mientras estuvo en el Instituto conoció cada día más a Dios, "que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma".
La Señora de Michieli volvió de Sudán a llevarse a Bakhita y a su hija, pero con un gran coraje, Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa. La esclavitud era ilegal en Italia, por lo que la señora de Michieli no pudo forzar a Bakhita, y es así que permaneció en el Instituto y su vocación la llevó a convertirse en una de las Hermanas de la Orden el 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad.
Fue trasladada a Venecia en 1902, para trabajar limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos sobrenaturales, pero obtuvo la reputación de ser santa. Siempre fue modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones diarias.
Ella misma declaró un día que si se volviera a encontrar con las personas que le dañaron besaría sus manos, porque sin eso no hubiera sido cristiana y religiosa. Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio.
José Anacleto González Flores nació en Tepatitlán, Jalisco, el 13 de julio de 1888, en un ambiente de extrema pobreza.
En 1908 ingresó al seminario auxiliar de San Juan de los Lagos; pronto alcanzó grandes adelantos en las ciencias y hasta pudo suplir con creces las ausencias del catedrático, ganándose el apodo de toda su vida: "Maistro Cleto". Cuando comprendió que su vocación no era el sacerdocio ministerial ingresó en la Escuela libre de leyes. Notable pedagogo, orador, catequista y líder social cristiano, se convirtió en paladín laico de los católicos de Guadalajara.
Desde entonces se dedicó a ejercer como abogado postulante, aunque básicamente prestó sus servicios a los pobres y en particular para los obreros, litigando la mayoría de las veces de a gratis, e incluso en ocasiones poniendo de su bolsillo. Poseedor de vasta cultura, escribió algunos libros llenos de espíritu cristiano, así como centenares de artículos periodísticos. En octubre de 1922 contrajo matrimonio con María Concepción Guerrero, quien no asimiló el amor al apostolado de su marido; con todo fue esposo modelo y padre responsable de sus dos hijos.
Muy fiel a su prelado, el siervo de Dios Francisco Orozco y Jiménez, propuso a los católicos la resistencia pacífica y civilizada a los ataques del Estado contra la Iglesia; constituyó por ese tiempo la obra cumbre de su vida, la Unión Popular, que llegó a contar con decenas de miles de afiliados.
Al finalizar el año 1926, después de haber agotado todos los recursos legales y cívicos habidos, y ante la inminente organización de la resistencia activa de los católicos, apoyó con su prestigio, su verbo y su vida, los proyectos de la Liga nacional defensora de la libertad religiosa.
Alimentado con la oración y la comunión diaria, fortaleció su espíritu para dar su voto con sangre por la libertad de la Iglesia católica. La madrugada del 1 de abril de 1927 fue aprehendido en el domicilio particular de la familia Vargas González; Ahí escribió su último editorial para el Gladium, en el cual expresó: “hoy debemos darle a Dios fuerte testimonio de que de veras somos católicos. Mañana será tarde, porque mañana se abrirán los labios de los valientes para maldecir a los flojos, cobardes y apáticos”. Se le trasladó al cuartel Colorado, donde se le aplicaron tormentos muy crueles; le exigían, entre otras cosas, revelar el paradero del arzobispo de Guadalajara: "No lo sé, y si lo supiera, no se lo diría", respondió. Los verdugos, bajo las órdenes del general de división Jesús María Ferreira, jefe de operaciones militares de Jalisco, descoyuntaron sus extremidades, le levantaron las plantas de los pies y, a golpes, le desencajaron un brazo.
Antes de morir, dijo a Ferreira: "Perdono a usted de corazón, muy pronto nos veremos ante el tribunal divino, el mismo juez que me va a juzgar, será su juez, entonces tendrá usted, en mi, un intercesor con Dios". El militar ordenó que lo traspasaran con el filo de una bayoneta calada. Su muerte hundió en luto a los tapatíos.
Nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, una ciudad situada en el cruce de la historia de los Balcanes. recibió en el bautismo el nombre de Gonxha Agnes. Desde el día de su Primera Comunión, llevaba en su interior el amor por las almas.
Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la Escuela para chicas St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpetua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para toda la eternidad. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa. Caracterizada por su caridad, altruismo y coraje, por su capacidad para el trabajo duro y por un talento natural de organizadora, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.
El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su inspiración ese día. Jesús le reveló el deseo de su corazón de encontrar víctimas de amor que irradiasen a las almas su amor. “Ven y sé mi luz”, Jesús le suplicó. “No puedo ir solo”. Le reveló su dolor por el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían de Él y el deseo de ser amado por ellos. Le pidió a Madre Teresa que fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres.
Visitó a las familias, lavó las heridas de algunos niños, se ocupó de un anciano enfermo que estaba extendido en la calle y cuidó a una mujer que se estaba muriendo de hambre y de tuberculosis. Comenzaba cada día entrando en comunión con Jesús en la Eucaristía y salía de casa, con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús en los no deseados, los no amados, aquellos de los que nadie se ocupaba”.
Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de comunicación comenzaron a seguir sus actividades con un interés cada vez mayor. Ella recibió, tanto los premios como la creciente atención para gloria de Dios y en nombre de los pobres.
Toda la vida y el trabajo de Madre Teresa fue un testimonio de la alegría de amar, de la grandeza y de la dignidad de cada persona humana, del valor de las cosas pequeñas hechas con fidelidad y amor, y del valor incomparable de la amistad con Dios.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia. El 5 de septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin. Madre Teresa nos dejó el ejemplo de una fe sólida, de una esperanza invencible y de una caridad extraordinaria.
Takayama nació en 1552, tres años después que el misionero jesuita San Francisco Javier introdujera el cristianismo en Japón.
Los Takayama eran daimio, miembros de la clase gobernante de los señores feudales que secundaban a los shogun entre la época medieval hasta el inicio de la etapa moderna en Japón. Como daimio poseían varias propiedades y tenían derecho a formar ejércitos y contratar samuráis.
Takayama tenía 12 años cuando trajo al castillo de Sawa a un sacerdote católico, lo hizo por petición de su padre, el señor Tomoteru, un hombre con inquietudes religiosas, que quería debatir las virtudes del budismo con un sabio cristiano.
Tomoteru analizó en profundidad y con detenimiento la propuesta cristiana y le gustó, por lo que se bautizó él y su casa: su hijo, el joven Takayama (cuyo nombre real era Hikogoro Shigetomo) recibió como nombre de bautismo el de Justo
Los Takayama ayudaban en las actividades misioneras en Japón y eran protectores de los cristianos y de los misioneros jesuitas.
En 1587, cuando el samurái tenía 35 años, el nuevo Canciller de Japón, absolutamente dominado bajo su poder, según algunos relatos, una noble chica cristiana se negó a ser una más de sus concubinas, debido a su fe, y eso le enfadó mucho, inició una persecución contra los cristianos: expulsó a los misioneros e instó a los católicos japoneses a abandonar la fe.
Mientras que muchos daimios optaron por renunciar al catolicismo, Takayama y su padre optaron por abandonar sus tierras y sus honores para mantener la fe. Muchas personas trataron de convencerlo de renegar de su catolicismo. Sin embargo, él se negó y eligió vivir como un cristiano hasta la muerte. El samurái no quería luchar contra otros cristianos. Por lo tanto, prefirió una vida pobre, ya que cuando un samurái no obedece a su jefe pierde todo lo que tiene.
Eligió la pobreza para ser fiel a la vida cristiana y durante años, vivió bajo la protección de amigos aristocráticos, llevando así una vida digna, era un noble, una persona conocida.
En 1597, el Canciller ordenó la ejecución de 26 católicos japoneses y extranjeros que fueron crucificados el 5 de febrero, entre ellos el mexicano San Felipe de Jesús.
Cuando, en 1614, el nuevo shogun Ieyasu Tokugawa prohibió definitivamente el cristianismo Takayama fue al exilio y lideró un grupo de 300 católicos japoneses que partieron al extranjero en tres barcos. Dos iban a la portuguesa Macao. Otro, en el que viajaban Ukon Takayama, su esposa, hija y nietos, y unos 100 laicos japoneses, fue a Manila, Filipinas.
En el puerto de Nagasaki, Takayama le dijo a su pueblo que se exiliaba con él. “Dios dice que quien toma la espada se arruina con ella. Formad familias en Filipinas y regresad a Japón como enviados para la paz”.
Su esperanza es que aquellos cristianos volverían a Japón, más numerosos, como un puente entre culturas. Ya no pensaba en ejércitos, sino en algo más poderoso, que vive de generación en generación: pensaba en familias.
Llegaron a Filipinas en diciembre de ese año y se establecieron en Manila, la capital del país. donde fueron recibidos por una multitud de curiosos y los españoles le trataron con todo respeto. Incluso se habló de preparar una expedición militar española a Japón bajo su mando o consejo, pero él se negó.
Murió el 3 de febrero, 40 días después de su llegada a Filipinas, debilitado por los estragos de la persecución.
Angelo Giuseppe Roncalli nace el 25 de noviembre de 1881 en Sotto-il Monte, cerca de Bérgamo, e ingresa al seminario menor en 1893, y en 1900 va a terminar sus estudios de teología a Roma, donde es ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1904. Su obispo, monseñor Radini Tedeschi, lo nombra secretario suyo, capellán de los jóvenes, director espiritual y profesor de historia, apologética y patrología en el seminario de Bérgamo. Después de la guerra, durante la cual se prodiga generosamente como sargento enfermero y capellán, funda una casa de estudios y se ocupa de la acción católica y de las obras misioneras.
En 1921, la Congregación de las Misiones lo llama al Vaticano para reorganizar las obras de cooperación misionera, especialmente la Propagación de la fe de la Beata Paulina Jaricot, que establece en Italia. Consagrado obispo el 19 de marzo de 1925, es nombrado Nuncio Apostólico el 22 de diciembre de 1944. Durante los últimos meses de la contienda y los primeros de la paz, ayudó a los prisioneros de guerra y se preocupó por la normalización de la organización eclesiástica de Francia. Llega a ser Cardenal el 12 de enero de 1953 al cabo de ocho años de nunciatura apostólica marcados por numerosos contactos, no solo con los medios de la Iglesia, sino con todos. Literalmente, surca Francia, como da testimonio su diario. Siendo Patriarca de Venecia, es elegido Papa el 28 de octubre de 1958 y coronado en la Basílica de San Pedro, en Roma, el 4 de noviembre. El Concilio que anunció el 25 de enero de 1959 comienza el 11 de octubre de 1962. El Jueves Santo de 1963, 11 de abril, el Papa Juan XXIII publicaba su octava Encíclica titulada “Pacem in Terris”, (Paz en la Tierra) Fue la última Encíclica del Papa Roncalli, que ya entonces estaba gravemente enfermo. La Encíclica, centrada en la no beligerancia y la construcción de la paz, nace en un periodo de tensiones y guerra fría. En un mundo dividido en dos bloques y con guerras en Vietnam, África, América Latina y bajo la amenaza del desarme nuclear. El mensaje es contundente: “La paz, permanece siempre sólo un sonido de palabras, si no está fundada en aquel orden que el presente documento ha trazado con confiada esperanza, fundado en la verdad, construido con justicia, animado e integrado por la caridad y llevado a cabo en la libertad”. Dos días después, el 13 de abril, Sábado Santo, el Papa se dirigía a través de un radiomensaje a los fieles y al mundo entero y a los lideres de las naciones, recordando la importancia de la Paz en la Tierra, recalcando que no se pierde nada con la paz, pero puede perderse todo con la guerra, esto permite, en el momento de la crisis de Cuba, establecer el vínculo entre Kruschev y Kennedy, los gobernantes de Rusia y Estados Unidos.
Muere el 3 de junio de 1963 al cabo de un pontificado de algo menos de cinco años.
María nació el 16 de octubre de 1890, en Corinaldo, Italia. Hija de Luigi Goretti y Assunta Carlini, tercera de siete hijos de una familia pobre de bienes terrenales pero rica en fe y virtudes, cultivadas por medio de la oración en común, rosario todos los días y los domingos Misa y sagrada Comunión. Al día siguiente de su nacimiento fue bautizada y consagrada a la Virgen. A los seis años recibirá el sacramento de la Confirmación.
María muestra claramente una inteligencia y una madurez precoces, donde no existía ninguna pizca de capricho, ni de desobediencia, ni de mentira. Es realmente el ángel de la familia.
Tras un año de trabajo agotador, Luigi contrajo una enfermedad fulminante, el paludismo, que lo llevó a la muerte después de padecer diez días. Como consecuencia de la muerte de Luigi, Assunta tuvo que trabajar dejando la casa a cargo de los hermanos mayores. María lloraba a menudo la muerte de su padre, y aprovecha cualquier ocasión para arrodillarse delante de su tumba, para elevar a Dios sus plegarias para que su padre goce de la gloria divina.
Junto a la labor de cuidar de sus hermanos menores, María seguía rezando y asistiendo a sus cursos de catecismo. Posteriormente, su madre contará que el rosario le resultaba necesario y, de hecho, lo llevaba siempre enrollado alrededor de la muñeca. Así como la contemplación del crucifijo, que fue para María una fuente donde se nutría de un intenso amor a Dios y de un profundo horror por el pecado.
La comunión constante acrecienta en ella el amor por la pureza y la anima a tomar la resolución de conservar esa angélica virtud a toda costa. Un día, tras haber oído un intercambio de frases deshonestas entre un muchacho y una de sus compañeras, le dice con indignación a su madre: -Mamá, ¡qué mal habla esa niña! -Procura no tomar parte nunca en esas conversaciones. -No quiero ni pensarlo, mamá; antes que hacerlo, preferiría morir.
Al entrar al servicio del conde Mazzoleni, Luigi Goretti se había asociado con Giovanni Serenelli y su hijo Alessandro. Las dos familias viven en apartamentos separados, pero la cocina es común. Luigi se arrepintió enseguida de aquella unión con Giovanni Serenelli, persona muy diferente de los suyos, bebedor y carente de discreción en sus palabras.
Alessandro, joven robusto de diecinueve años, grosero y vicioso, al que le gusta empapelar su habitación con imágenes obscenas y leer libros indecentes, después de tener mayor contacto con la familia Goretti, comenzó a hacer proposiciones deshonestas a la inocente María, que en un principio no comprende. Más tarde, al adivinar las intenciones perversas del muchacho, la joven está sobre aviso y rechaza la adulación y las amenazas.
Suplica a su madre que no la deje sola en casa, pero no se atreve a explicarle claramente las causas de su pánico, pues Alessandro la ha amenazado: -Si le cuentas algo a tu madre, te mato. Su único recurso es la oración.
El 5 de julio, Alessandro le pide a María que lo siga, a lo que ella responde: -Si no me dices lo que quieres, no te sigo".
Ante semejante resistencia, el muchacho la agarra violentamente del brazo y la arrastra hasta la cocina, atrancando la puerta. La niña grita, pero el ruido no llega hasta el exterior. Al no conseguir que la víctima se someta, Alessandro la amordaza y esgrime un puñal. María se pone a temblar pero no sucumbe. Furioso, el joven intenta con violencia arrancarle la ropa, pero María se deshace de la mordaza y grita:
-No hagas eso, que es pecado... Irás al infierno.
Poco cuidadoso del juicio de Dios, el desgraciado levanta el arma:
-Si no te dejas, te mato.
Ante aquella resistencia, la atraviesa a cuchilladas. María recibió catorce heridas graves y quedó inconsciente.
Al llegar al hospital, los médicos se sorprendieron de que la niña todavía no haya sucumbido a sus heridas, María no se lamenta, y no deja de rezar y de ofrecer sus sufrimientos a la santísima Virgen. El sacerdote a su lado, en el momento de darle la Sagrada Comunión, le preguntó: -María, ¿perdonas de todo corazón a tu asesino? Ella le respondió: -Sí, lo perdono por el amor de Jesús, y quiero que él también venga conmigo al paraíso. Quiero que esté a mi lado... Que Dios lo perdone, porque yo ya lo he perdonado.
Después de breves momentos, se le escucha decir: "Papá". Finalmente, María entra en la gloria inmensa de la Comunión con Dios Amor. Es el día 6 de julio de 1902, a las tres de la tarde.
MATERIALES DE APOYO PARA LOS
EJERCICIOS ESPIRITUALES 2025
Te compartimos materiales que complementan los encuentros de los ejercicios espirituales de cuaresma para los niños.
LOGO JUBILEO
CRUZ DEL JUBILEO
HIMNO DEL JUBILEO 2025
TEMA 1: CANTO En Jesús puse toda mi esperanza
TEMA 2: CANTO ¿Quién me separará de ti?
TEMA 2: CANTO La montaña
TEMA 3: CANTO Inúndame
TEMA 4: CANTO A ti, madre de esperanza