La exclusión social y la fragmentación urbana siguen siendo problemas persistentes de la condición urbana especialmente en ciudades del sur global. Recientemente, Leilani Farha, Relatora Especial de la ONU en temas de vivienda, expresó a la Asamblea de la ONU que las condiciones de vida en la mayoría de asentamientos urbanos a escala global son una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos en todo el mundo pero aún así, esto se ignora y se exacerba. Líderes del mundo se han comprometido a garantizar el acceso a la vivienda y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles para todos y al mejoramiento integral de barrios, también a fortalecer las alianzas globales para apoyar y alcanzar los ambiciosos objetivos de la Agenda 2030 (ONU Hábitat, 2016).
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el 11 y 17, así como la Nueva Agenda Urbana (NAU) de ONU Hábitat, resaltan la necesidad de enfoques centrados en las personas y el desarrollo de plataformas de aprendizaje entre pares como condiciones previas para implementar las agendas internacionales a nivel local, especialmente en relación con las iniciativas de mejoramiento integral de barrios. En este contexto, el aprendizaje urbano es vital para construir ciudades inclusivas y equitativas. Sin embargo, las formas en que el aprendizaje se produce, los tipos de conocimiento que se valoran, documentan y circulan han sido poco explorados en clave de transformación urbana.