“La cruz y la resurrección son símbolos de que para nosotros tampoco hay fracaso alguno que no pueda convertirse en un nuevo comienzo. Aun cuando muchas cosas desbaraten nuestros proyectos vitales, al final nada puede impedirnos volver a empezar. La resurrección de Jesús nos permite esperar que no hay en nosotros ninguna rigidez que no pueda convertirse en nueva vitalidad; que no hay ninguna muerte que no desemboque en vida, y ninguna tumba de la que no florezca nueva vida. La cruz representa todo aquello que atraviesa nuestra vida, las desgracias que nos acaecen desde fuera. La cruz atraviesa nuestros proyectos vitales, nuestra concepción de la existencia, los sueños de nuestra vida. Pero no nos rompe, sino que nos abre a la nueva vida, que se manifiesta con un brillo esplendente en la resurrección de Jesús. Todo fracaso esconde en su interior la posibilidad de resurrección.”
(Anselm G., Atrévete a empezar de nuevo, Sal terrae, Maliaño, Cantabria, 2017, pp. 74-75).
Por eso la espiritualidad pascual que nos hace testigos de fortaleza y esperanza. La espiritualidad pascual, de muerte y vida, de humillación y glorificación, de cruz y de esperanza, nos hace realistas y humildes en nuestro servicio, a la vez que nos hace fuertes, pacientes e inconcebiblemente firmes en la esperanza.
Los que trabajamos en la acción caritativa y social animados y movidos por el Espíritu del Resucitado experimentamos y sufrimos, como todos, el dolor de la injusticia, de la fragilidad humana, personal y social, el dolor de los fracasos y de los proyectos y sueños incumplidos, pero estamos llamados a mantener la esperanza y a ser en medio del mundo, en especial para los pobres, testigos y signos de esperanza.
El servicio a los pobres es un lugar privilegiado para la experiencia de Dios en la experiencia de nuestra pobreza y nuestra riqueza, de nuestra fragilidad y nuestra fortaleza, pues nuestra fortaleza y nuestra riqueza no están en nosotros mismos, están en el Dios de la Pascua. Los tiempos presentes llevan dentro de sí una llamada especial del Señor, una acendrada confianza en Él.
Una esperanza que nos hace fuertes ante la dificultad y la adversidad, pues la fortaleza es la otra cara de la esperanza. Vivir esta fortaleza que nace de la esperanza es situarnos en los límites, es mantener la paciencia para la semilla dé fruto.
(Altaba Gargallo, V., La espiritualidad que nos anima en la acción caritativa y social, Cáritas Española, Madrid, pp 70-71).
Puesto que Cristo ha resucitado,
creemos en la vida,
¡para siempre!
Puesto que Cristo ha resucitado,
no creemos en la muerte.
¡En ninguna muerte,
para nadie que quiera vivir!
Puesto que Cristo ha resucitado,
creemos que la persona es un proceso ilimitado
y que nada de cuanto podamos imaginar
es demasiado grande para el ser humano.
Puesto que Cristo ha resucitado,
podemos empezar un vida de resucitados
¡cuanto antes!
Puesto que Cristo ha resucitado,
creemos en Él.
Puesto que Cristo ha resucitado,
la fuerza del presente
es el futuro.
Puesto que Cristo ha resucitado,
el mundo está en marcha
y no lo detendrán las conquistas logradas,
ni los intereses de los vencedores.
Puesto que Cristo ha resucitado,
estamos en la revolución permanente
y es preciso cambiar el mundo desde sus cimientos.
Puesto que Cristo ha resucitado,
hay que construir una ciudad sin clases,
donde el “hombre” no sea el lobo del “hombre”,
sino compañero y hermano.
Puesto que Cristo ha resucitado,
hay un amor
y una casa
¡para todos!
Puesto que Cristo ha resucitado,
creemos en la Tierra Nueva.
Y porque creemos y esperamos
no tenemos nada que conservar.
Y afirmamos que el mejor modo de conseguirlo todo
es perderlo todo
por una sola cosa.
“Ha resucitado de entre los muertos.” ¿Qué implicaciones tiene para tu vida que Cristo haya resucitado?
¿Qué temores nos disipa el resucitado? ¿Qué esperanza suscita? ¿Hacia qué mundo nuevo caminamos cuando salgamos del túnel del coronavirus?
¿Cuáles son los signos de resurrección que vemos hoy en nuestro mundo, y más concretamente en nuestros ambientes?
“Id a decid a mis hermanos…” ¿A quién tenemos que comunicar hoy esta Buena Noticia? ¿De qué manera podemos hoy anunciar esta Buena Noticia?