Las implicancias económicas de las cuarentenas en la asociación EU-África: ¿una nueva era para la cooperación estratégica para el desarrollo?

Economic implications for Covid-19 lockdowns on EU-Africa partnership: a new era for strategic development cooperation?


Autor

George Boadu

Maestro en Estudios Europeos en la Universidad de Siena (Italia), y licenciado en Traducción e Interpretación por la Universidad Atılım (Turquía).  

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MA in European Studies at University of Siena (Italy). He obtained his BA degree in Translation and Interpretation at Atılım University (Turkey).

Semblanza del colaborador || Collaborator's profile

George Boadu (1975) tiene una maestría en Relaciones Internacionales - Estudios Europeos de la Universidad de Siena (Italia). Actualmente es consultor de políticas del desarrollo por KommMIT Afrika (www.kommmit-afrika.de) sobre cooperación económica entre el Gobierno Federal de Alemania y Ghana, para la creación de empleo transnacional y la gestión sostenible de la "re-migración". Sus investigaciones se centran en la crisis de desarrollo de África, con especial interés en la gestión económica de los recursos naturales y humanos para promover el progreso en el marco del control migratorio de África - UE.

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George Boadu (1975) is MA in International Relations – European Studies from University of Siena. Currently he is development policy consultant from KommMIT Afrika (www.kommmit-afrika.de) on economic cooperation between the Federal Government of Germany and Ghana, for transnational job creation and sustainable “remigration” management. He is studying Africa’s development crisis, with a special interest on the economic management of natural and human resources to promote progress in the framework of Africa - EU migration control.

Texto (Español)

Hacia finales del 2019, una nueva enfermedad, COVID-19, estalló en Hubai, China, causando convulsiones y muertes súbitas. Esta crisis de salud forzó globalmente a los gobiernos a imponer restricciones de movimiento a las personas, incluyendo la clausura de actividades económicas. Las medidas preventivas para contener la enfermedad, sin embargo, acarrearon consecuencias negativas sociales y económicas. Por ejemplo, el cierre de las instalaciones manufactureras que dependen de la importación de materias primas e insumos que provienen de China. De acuerdo con un reporte de las Naciones Unidas, en el 2020, las cuarentenas y el cierre de fronteras por parte de los gobiernos han paralizado las actividades económicas en todos los ámbitos, significando el despido de miles de trabajadores. Esta situación constituye una advertencia respecto de la posibilidad de una recuperación lenta y una depresión económica prolongada con un aumento en la pobreza y en la inequidad. 

Este trabajo revisa las consecuencias que los confinamientos y restricciones por el COVID-19 podrían tener en la cooperación para el desarrollo entre Europa y África, y explora las políticas de respuesta de codesarrollo que podría esperarse mitiguen el costo humano y el desarrollo en el marco de la gestión de las migraciones. El autor analiza el grado en que las consecuencias negativas en las economías africanas pueden amplificar las problemáticas de la ya existente crisis migratoria. ¿Cómo podrían estas externalidades impactar en el empleo y en el control migratorio? ¿Qué oportunidades de cooperación transnacional pueden presentarse para que EU y África labren un futuro común para el progreso socioeconómico?

Evidentemente las crisis mundiales han siempre impactado fuerte y negativamente en el continente africano debido a la falta de preparación de sus líderes y sus inhabilidades de lidiar con las réplicas de dichos impactos. Se espera que las medidas restrictivas “intermitentes”, incluyendo la prohibición de viajar internacionalmente, empeoren las dificultades de los gobiernos africanos para lidiar con los costos humanos y de desarrollo que surgen de la crisis de salud. 

En general, la excesiva dependencia de la necesidad de los mercados internacionales por productos naturales no procesados, en particular desde 1980 en adelante, a la que se debe la reversa en los intentos africanos de industrialización, ha dejado las economías del continente a la merced del comercio exterior y de la ayuda extranjera para el desarrollo. Teniendo este tipo de dependencia en el mercado de las materias primas, las crisis de salud y económicas mundiales, han persistentemente impactado de manera fuerte en las economías africanas, y esta nueva crisis sanitaria, con cierres de emergencia y prohibición de viajes puede presentar una condición económica aún más difícil. Particularmente, conforme la industria del turismo y las exportaciones de vegetales perecibles son predominantemente dependientes de los mercados mundiales, los ingresos fiscales se ven enormemente afectados. Esto puede generar aún más desafíos de desarrollo en el continente, llevando a acrecentar la brecha en materia de igualdad e incrementando la pobreza. 

Debido al hecho que las naciones aún no están seguras de superar la crisis y sus dificultades socioeconómicas aparejadas, ésta se espera que ponga presión en la cooperación para el desarrollo entre Europa y África. Económicamente, la Unión Africana predice un encogimiento de la economía entre el 0,8 y el 1,1 por ciento como resultado de la pandemia. En vista de la reducción global de producción y demanda de bienes y servicios, la contracción afectará en general la fuerza laboral cuyos trabajos dependen en el continuo crecimiento de las industrias agropecuarias y del turismo. Más aun, conforme los países europeos están enfrentando desafíos en sus ya exigidas economías para lidiar con las consecuencias negativas de la crisis económica y sanitaria del Covid-19, es poco probable que los estados africanos que dependen de las exportaciones a mercados externos y de la ayuda internacional de la EU puedan recibir “asistencia para el desarrollo” para respaldar un estímulo económico. Esta situación requiere una estrategia pragmática para evitar las inminentes consecuencias negativas en la cooperación para el desarrollo. En marzo 2020, la Comisión Europea publicó una nueva estrategia “comprehensiva” con África, proponiendo una renovada alianza política euro-africana basada, entre otros: en el crecimiento sostenible y en el empleo; la migración y la movilidad. ¿Cómo se puede esperar que la nueva estrategia promover el crecimiento sostenible y el empleo para la gestión de la migración?

La pandemia de Covid-19 no solo detuvo las actividades económicas en las industrias del turismo y los servicios, además forzó el cierre de hub manufactureros clave en la provincia china de Hubei lo que repercutió en toda la cadena de suministro internacional. Con escasez en equipos de protección personal (PPE en inglés) y dispositivos médicos, una alarma se levantó respecto de concentrar la manufacturación y las importaciones de los insumos y bienes vitales en uno o pocos países. Los recortes de producción en China afectaron a varias industrias alrededor del mundo, incluyendo la automovilística, farmacéutica, electrónica y de bienes de consumo, llevando a varios países a reconsiderar sus cadenas de suministro. 

Conforme el Covid-19 dejó al descubierto las debilidades de la cadena de valor en el sistema de manufacturas. África presenta una oportunidad para las políticas europeas y los líderes de negocio para desarrollar una estrategia para la cooperación conjunta en el desarrollo industrial tomando éste como la base de un codesarrollo entre ambos continentes. El continente africano además de su rica dotación en recursos minerales industriales también aloja una creciente población que puede integrar la fuerza de trabajo para los hubs de manufacturación de insumos intermedios que alimenten las industrias europeas. Esto tiene el potencial de crear oportunidades de trabajo para la creciente población africana con migración incremental hacia EU. Son notables las implicaciones tanto para el déficit africano de industrialización como para las iniciativas europeo-africanas en el manejo de la migración

La pandemia de Covid-19 ha presentado una oportunidad para los líderes mundiales de reafirmar los valores de la comunidad global, a saber: que la crisis en un país afecta el resto de la población mundial. Conforme las actividades económicas se detuvieron en un intento por contener la expansión del virus, las debilidades de la cadena global de producción quedaron al descubierto. Se levantó así una alarma sobre lo problemático para los líderes mundiales y económicos de decidir la subcontratación concentrada de hubs manufactureros globales, especialmente en la Unión Europea. Considerando esto, África presenta una oportunidad para la EU para la subcontratación de hubs manufactureros para insumos intermedios en el continente. Esto tiene el potencial de transformar las economías africanas, y al mismo tiempo proveer empleo para la creciente población, facilitando la gestión de la migración.  


Para más detalles sobre este estudio véase el texto completo en inglés (no revisado por RED Geride).

Text (English)

In the latter part of 2019, a new disease, COVID-19, broke out in Hubei, China, causing health seizers and sudden deaths. This health crisis forced governments globally to impose restrictions on movement of people, including closure of economic activities. The preventive measures to contain the disease, has however, followed with negative social and economic consequences. For example, the closure of manufacturing facilities which depends on importation of raw materials and intermediate inputs from China. According to a United Nations report in 2020, the Lockdowns and the closing of national borders by governments, have paralysed economic activities across the boards, laying off millions of workers worldwide. This situation presents a warning to the possibility of a slow recovery and prolonged economic slump with rising poverty and inequality.

This work reviews the consequences that COVID-19 lockdowns and restrictions might have on European and African development cooperation and explores co-development policy responses that might be expected to mitigate the human and development cost in the framework of migration management. The author analyses the extent to which negative economic consequences on African economies can amplify negative ‘spill-over’ on already existing migration crisis. How might such externalities impact on employment and migration control? What opportunities can transnational development cooperation present to the EU and Africa to carve a common future for socioeconomic progress?

Evidently, crises around the world, have always hit negatively hard on the African continent due to leader’s unpreparedness and inability to cope with the aftershocks. The ‘intermittent’ restrictive measures, including travel ban across international borders is expected to worsen the difficulties for African governments in dealing with the associated human and development costs from the health crisis. 

Generally, the over-dependence on international markets for unprocessed natural resources, particularly from the 1980s, which was due to the reversal of Africa’s industrialization attempts, has left the continents’ economies at the mercy of trade in goods and over sea development aid. Owing to this kind of dependence on the international market for raw materials, world economic and health crises, have persistently hit relatively harder on African economies, and this new health crisis with panic lockdowns and travel bans may present a more difficult economic condition. Particularly, as the continents’ tourism industry and exports of perishable vegetables are predominantly dependent on the world markets, governments revenues will be greatly affected. This may cause further development challenges to the continent, leading to widening of the inequality gap and with increasing poverty.

As nations are still unsure of the certainty of ‘averting’ the crisis and the associated socioeconomic difficulties, it is expected to put a strain on EU and Africa development cooperation. Economically, the African Union predicts a shrink in the economy between 0,8 percent and 1,1 percent as a result of the Pandemic. In view of the reduction in global production and demand of goods and services, the contraction will affect overall workforce whose jobs are dependent on the continuous growth of the agricultural and the tourism industries. Moreover, as European countries are facing challenges in their already suffering economies to deal with the negative consequences of COVID-19 health and economic crisis, it is unlikely that African states who rely on exports from external markets and international aid from the EU, may receive ‘development aid’ for stimulus support. This situation requires pragmatic strategy to avert the pending negative consequences on development cooperation. In March 2020, the European Commission published a new ‘comprehensive’ strategy with Africa, proposing a renewed Euro-African political alliance based on among others: Sustain growth and employment; Migration and mobility. How might the new strategy be expected to promote sustained growth and employment for migration management?

The COVID-19 pandemic did not only halt economic activities in the services and tourism industries, but it also forced the shutdown of key manufacturing hubs in Hubei province in China and sent shock-waves throughout the global supply chain. With Shortages in personal protective equipment’s (PPE), and medical devices, an alarm was raised on the risks of concentering manufacturing and imports of vital intermediate-inputs and goods in one or a few countries. Production shortages in China affected various industries around the world, including automotive, pharmaceuticals, electronics, and consumer goods, leading several countries to re-evaluate their supply chains. 

As the COVID-19 revealed the value chain weaknesses in the manufacturing system. Africa presents an opportunity for European policy and business leaders to develop strategy action for joint cooperation on industrial development on the basis of co-development between the two continents. The African continent in addition to its rich endowment in industrial mineral resources, it also hosts a growing population that can field the workforce for intermediate-inputs manufacturing hubs to feed European industries. This has the potential of creating job opportunities for the growing African population with increasing migration movement to the EU. As notable Implications for Africa’s Industrialization deficit affects EU-Africa initiatives on migration management.

The COVID-19 Pandemic presented an opportunity for world leaders to reaffirm the global village values: that a crisis in one country affects the rest of the world population. As economic activities were halted in an attempt to contain the virus spread, the weaknesses of the world production chain were revealed. An alarm was raised that, concentrating global manufacturing hubs can be problematic outsourcing decision by economic and policy leaders, particularly in the European Union. That, Africa presents an opportunity for the EU and Africa to outsource manufacturing hubs for intermediate inputs on the continent. This has the potential for transforming African economies, whiles providing employment for the increasing population for Migration Management.

For more details on this study see the full text in English (not reviewed by RED Geride).


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