Estado y sociedad civil frente a la gestión de enfermedades y epidemias.

Entrevistado

Jorge Martin Bascuñán

Miembro de la Red GERIDE. Profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez y Doctorando en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile.

Semblanza del entrevistado

Jorge Martin Bascuñán es doctorando en Historia en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente se desempeña como Profesor en la Universidad Adolfo Ibáñez. Sus investigaciones profundizan en la historia de la salud, historia de la medicina, historia social e historia de Chile (siglos XIX y XX), centrándose particularmente en enfermedades epidémicas y endémicas, políticas públicas de salud e higiene, institucionalidad sanitaria y de salud pública, discurso y pensamiento médico, desarrollo de las ciencias médicas, medicinas tradicionales, discursos y prácticas sociales ante el fenómeno de la enfermedad, estadísticas sanitarias, entre otros temas afines.

Texto de la entrevista

Equipo Red GERIDE: En el marco de la actual pandemia, y considerando el peligro de futuros eventos similares ¿Qué otras amenazas se pueden detectar en cuanto a las enfermedades infecciosas?

J. Martin Bascuñán: Desde una perspectiva histórica, las enfermedades infeccionas siempre han sido un peligro latente para las comunidades humanas. Antes de los antibióticos, la mortalidad por este motivo era muy alta, sobre todo en la población menor edad. Sin embargo, a partir de la década de 1940, con la producción industrial y masificación del uso médico de la penicilina, junto con otros antibióticos que se descubrieron unos años después de ésta, como la estreptomicina, la incidencia de las enfermedades infecciosas bajó en forma considerable, siendo controladas en la mayoría de los países del primer mundo; aunque en naciones subdesarrolladas, estas afecciones siguieron siendo una causa importante tanto de morbilidad como de mortalidad. En Chile, poco después de terminada la Segunda Guerra, se realizaron las inversiones necesarias para contar con la infraestructura para producir en el país antibióticos y vacunas, que, en el marco de la instalación de un sistema de salud pública, fueron instrumentos indispensables para el control de enfermedades infecciosas y epidémicas, que eran un flagelo permanente para la población. Sin embargo, en décadas recientes, nuevas cepas de bacterias resistentes a los antibióticos más comunes, junto con su uso indiscriminado por parte de la población, ha permitido que estos males se reposicionan como una amenaza a la salud pública. Sobre todo, nuevamente, en los países en vía de desarrollo. El fenómeno de las enfermedades reemergentes, en este sentido, se posiciona como un eventual problema que no provoca los mismos niveles de notoriedad mediática que las amenazas epidémicas.

Equipo Red GERIDE: En cuanto a la acción del Estado y la sociedad civil en el control de las enfermedades, ¿cuál es tu evaluación para el caso chileno durante el siglo XX?

J. Martin Bascuñán: Es difícil establecer un parámetro único para evaluar las acciones emprendidas por ambos actores, en el caso chileno. A lo largo del siglo XX se pueden observar diferentes reacciones y prioridades que, en muchos casos, no coincidían entre la sociedad civil y el Estado. A mediados de esa centuria, cuando el Estado comenzó su proyecto desarrollista, los objetivos principales en la salud pública fueron las enfermedades que incidían negativamente en la productividad de las clases trabajadoras, como la tuberculosis o la sífilis; por lo que la prioridad de sus políticas y programas se enfocó en ese sentido. Sin embargo, esto no correspondió con los criterios de la población que, en muchos casos, fueron reacios o no se empoderaron con las medidas de control de dichas enfermedades. Situación que puede observarse en otros problemas de salud similares en esas décadas. La explicación de estas situaciones es amplia y abarca desde los aspectos culturales, de sociabilidad y socio-económicos, así como el distanciamiento y lo ajeno que significó para alguno sectores de la población el proyecto modernizador del Estado. Con todo, se pueden observar situaciones en las cuales hubo una conexión y cooperación entre estos dos actores, un caso notable fue a comienzos de 1950, con el último brote grave de viruela en el país, y que permitió movilizar con diligencia las recursos materiales y humanos para controlarla, junto con una efectiva campaña de vacunación masiva de gran parte de la población en pocas semanas. En otros casos, el Estado enfrentó en forma tardía amenazas a la salud pública, como fue la epidemia de VIH-SIDA desde 1984 hasta inicios de la década de los 90, y en este caso fue la sociedad civil la que se organizó y puso en práctica las primeras medidas para educar y prevenir en la difusión de la enfermedad, sobre todo en las poblaciones de mayor riesgo de contagio. En resumen, es difícil analizar de forma univoca los papeles de la sociedad civil y del Estado en temas de salud pública; situación que estimo se mantiene también en la actualidad, si observamos las situaciones generadas por la pandemia de COVID-19.

Equipo Red GERIDE: Uno de los aspectos fundamentales para controlar la extensión de las infecciones de transmisión sexual es la educación. Desde una perspectiva histórica ¿cómo se ha enfrentado ese ámbito en la sociedad chilena?

J. Martin Bascuñán: El tema de la educación como medio de prevención en el contagio de las enfermedades de transmisión sexual, siempre ha sido polémico en la sociedad chilena. El objetivo de generar cambios en las conductas higiénicas y de salud de población viene de la mano con la profesionalización y empoderamiento de clase médica en el país. Fue gracias a su iniciativa que los gobiernos, en el siglo XIX, comenzaron a incluir materias como higiene y se publicaron los primeros manuales para uso escolar sobre el tema. Aunque esto no aseguró un cambio de hábitos y conductas en la población, debido, entre otros factores, a la escasa tasa de escolaridad de la población. Con el problema de las enfermedades vinculadas al sexo, recién en el siglo XX comenzó la preocupación por informar y educar a la población sobre sus peligros, los cuales eran reconocidos desde mucho antes. Nuevamente, fue en el marco de un proyecto desarrollista que la elite médica e intelectual tomó nota de la necesidad de evitar que estos males minaran, como se decía en la época, la “vitalidad de la raza”, pues se consideraba que éstas afectaban el vigor físico y moral del pueblo. Las primeras iniciativas para educar y formar conciencia sobre este tema provinieron de organizaciones privadas, tanto de la elite como de organizaciones obreras, por medio de charlas, folletos y material fílmico. Actividades dirigidas, principalmente, hacia los sectores populares; es necesario hacer la salvedad que los contenidos de estos materiales estaban cargados de un discurso moralizante y que buscaba generar, en muchos casos, el temor de la población al contagio, por las consecuencias que podían generar tanto en el individuo como en sus familias. Cuando el Estado asumió, definitivamente, el proyecto desarrollista y modernizador, en la década de 1930 y 40, asumió la responsabilidad de generar las instancias de educación de la población que, básicamente, siguió utilizando los mismos medios, pero con una mayor cobertura y margen de acción. Muchas de estas iniciativas, provocaron reacciones negativas, por estar dirigida hacia la población más joven y por sus contenidos considerados demasiado explícitos para ese sector. Una situación muy similar a los que, en décadas recientes, hemos visto en torno a las campañas sobre el VIH-SIDA, que siempre ha despertado las críticas de diversos grupos o sectores, ante su contenido y mensaje, provocando que sean retiradas de circulación debido a las presiones de sus críticos. Es importante que estas campañas sean algo permanente y no esporádico, y que sus contenidos sean acordados por diversos actores sociales, para evitar los sesgos, pero que, al mismo tiempo, sean mensajes e información clara para la población que es sexualmente activa y promueva el autocuidado más que imponer un discurso moralista. 

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