Quito, 21 de septiembre 2017
Sepsis: estamos conscientes de la magnitud del problema?
Guillermo Falconí Morales
Cuando un paciente sufre un trauma, el auxilio prehospitalario se brinda en corto tiempo porque el personal de salud tiene clara la importancia de la “hora de oro”, que marca la diferencia entre la vida y la muerte. Al llegar a un servicio de emergencia, varias especialidades afines acuden rápidamente a solucionar los diferentes problemas, mientras el paciente es reanimado y estabilizado. En el 2015, el trauma ocupó en el mundo el décimo lugar entre las causas de muerte y en ese año fallecieron 1’300.000 personas, lo que representa que cada 24 segundos muere una persona por este problema. El Soporte Vital Avanzado en Trauma ha generado los lineamientos básicos para proporcionar el manejo más adecuado a los pacientes con trauma grave.
En el mismo año, una cifra 12 veces más alta de muertes, aproximadamente 15’000.000, se produjeron como consecuencia de la enfermedad cerebrovascular, lo que constituye un deceso cada 2 segundos. Para mejorar la sobrevida de los pacientes afectados por esta patología se han implementado múltiples estrategias que inician con la prevención, con las recomendaciones pertinentes para adoptar un estilo de vida saludable y, algo muy importante, para capacitar a la comunidad en el reconocimiento del stroke y administrar un manejo precoz que permita una mejor recuperación funcional de los enfermos. Al igual que en el trauma, en esta patología el tiempo es vital para, por ejemplo, permeabilizar una arteria ocluída y reducir el daño.
Con la sepsis, parecería que se minimiza la magnitud del problema a pesar de que cada año la padecen entre 27 a 30 millones de personas, de las cuales mueren de 6 a 9 millones de pacientes, entre los que se incluyen un millón de recién nacidos. Dicho de otra manera, cada segundo una persona desarrolla sepsis y cada tres segundos una de ellas muere. Paradójicamente, siendo la sepsis una de las enfermedades más frecuentes, es la menos reconocida en el mundo, pero lo más triste es que se ignora que la sepsis es la causa más prevenible de muerte en el mundo, por lo que su reconocimiento y manejo tempranos, salvan vidas.
Como el personal de salud parecería no estar muy consciente del tema, en países como Inglaterra, el NHS (National Health Service) ha desarrollado programas de detección precoz dirigidos a la comunidad para que active un sistema de emergencias cuando un niño menor de 5 años, por ejemplo, presenta una piel moteada, azulada o pálida; se encuentra letárgico o es difícil despertarlo; está anormalmente frío al tacto o tiene una respiración rápida o presenta un rash que no desaparece con la presión, o convulsiona. En los niños la sepsis causa síntomas vagos que se desarrollan rápidamente, de ahí la importancia de que reciban una atención inmediata. Es preciso destacar que la mayoría de las enfermedades infecciosas pueden llevar a la sepsis y que, a su vez, esta es la vía común a la muerte de las enfermedades infecciosas.
Es necesario destacar que, aparte de los niños menores de un año, la población de mayor riesgo está constituída por los adultos mayores de 60 años, los diabéticos, los portadores de VIH, los esplenectomizados y los pacientes crónicos con problemas pulmonares, cardíacos o hepáticos. En virtud de lo anterior, la Organización Mundial de la Salud adoptó una resolución para mejorar, prevenir, diagnosticar y manejar la sepsis en todos los países del planeta y, con el propósito de alertar a la comunidad y al personal de salud sobre la gravedad de la sepsis, en el Simposio Internacional de Cuidados Críticos y Medicina de Emergencia desarrollado en Bruselas, la Alianza Global de la Sepsis propuso que cada 13 de septiembre, a partir del 2012, se celebre el Día Mundial de la Sepsis, a fin de disminuír el impacto de esta grave condición, toda vez que al momento menos de uno de cada siete pacientes recibe el tratamiento apropiado en el tiempo correcto, lo que la convierte en una enfermedad tiempo-dependiente.
Para optimizar el manejo de los pacientes sépticos, y como complemento de las Guías Internacionales de Manejo de la Sepsis y el Choque Séptico de la Campaña Sobreviviendo a la Sepsis, varias sociedades científicas, como las españolas, propusieron en los últimos años la creación del “Código Sepsis” el mismo que considera a esta entidad como una emergencia médica, lo que implica la adopción rápida de medidas de diagnóstico y tratamiento que mejoren el pronóstico de los enfermos. El apoyo de las autoridades de salud de los diferentes países es fundamental para alcanzar el objetivo del diagnóstico y atención precoz en estos pacientes.
En los últimos años, la especialidad de cuidados intensivos se ha vuelto atractiva para los jóvenes profesionales de nuestro país y al momento varios cursos de postgrado se hallan en plena ejecución, por lo que bien podemos replicar en nuestro medio lo que ocurre en otros países, no necesariamente desarrollados, en base a nuestros recursos y capacidad operativa, sin descuidar la evidencia científica disponible. Para ello es imprescindible implementar un trabajo conjunto con las autoridades de salud en el que se ponga énfasis en la prevención, para lo que debemos cambiar la mentalidad imperante e invertir en todo aquello que nos permita, por lo menos, disminuír las Infecciones Asociadas a la Atención de Salud que son generadoras de sepsis, lo propio hay que realizar con la prevención de las infecciones comunitarias, especialmente en los grupos de riesgo.
El capítulo de Pichincha de la Sociedad Ecuatoriana de Cuidados Intensivos está iniciando su labor con gran entusiasmo y está dando sus primeros pasos en la actividad académica que nos beneficiará a todos quienes nos encontramos trabajando en esta rama de la medicina. Por ahora, encontrándonos en el mes de la sepsis, reflexionemos sobre la importancia del tema y las actividades que podemos desarrollar en nuestros sitios de trabajo para cumplir con los mejores estándares de calidad, pensando siempre que sí lo podemos hacer. Si el objetivo actual está dirigido a que la comunidad aprenda a detectar los signos de sepsis, los profesionales de la salud debemos estar suficientemente preparados para enfrentarla.