Proyecto Educativo Pastoral

Identidad y sentido del Instituto Pedro Poveda

“Educar en cristiano, seriamente, razonablemente, sólidamente.”

El Instituto Pedro Poveda es una obra educativa perteneciente a la Institución Teresiana, cuya finalidad es la formación integral de niños y jóvenes, así como la preparación de profesionales de áreas vinculadas al campo educativo, desde una perspectiva humanizadora y evangélica.

La Institución Teresiana es una Asociación Internacional de Laicos de la Iglesia Católica, fundada por el sacerdote y pedagogo español San Pedro Poveda (1874-1936). Desde 1961 anima la tarea educadora del Instituto Pedro Poveda.

Pretendemos la formación de personas libres y responsables, con criterios que orienten sus vidas. Que sepan elegir el ser frente al tener, la solidaridad frente al individualismo, el respeto frente a la intolerancia, la colaboración frente a la competitividad, el sentido crítico frente a la pasividad, el esfuerzo y compromiso frente a la indiferencia. Personas que manifiesten respeto a la diversidad y estén preparadas para el diálogo intercultural e interreligioso.

Destacamos la importancia que tiene en los centros educativos de la Institución Teresiana la pedagogía de la proximidad en los procesos educativos, que exige de los educadores asumir diversas funciones: el conocimiento del contexto y la cultura cotidiana que viven los alumnos; la atención personalizada y cálida a cada uno de ellos; el descubrimiento de las necesidades vitales y educativas, de las posibilidades y de las oportunidades de ayuda que ofrece la relación humana cercana y entrañable y la escucha permanente de sus expectativas, miedos y esperanzas.

Estilo y clima educativo

“Yo les pido un sistema nuevo, un nuevo método, unos procedimientos tan nuevos como antiguos inspirados en el amor.”

Nuestro centro, inspirado en los valores y estilo povedanos, se propone desempeñar las tareas y los roles laborales centrados en la honestidad, la responsabilidad individual y cooperativa, en el trato cordial y amable, el respeto mutuo, la calidad y profesionalidad, es decir en el “bien hacer” de cada uno y cada una de las personas que forman parte de la comunidad.

Reconocemos la riqueza de cada uno, de todos, y buscamos generar situaciones y oportunidades, donde se ponen en juego y desarrollan las potencialidades personales, promoviendo procesos de aprendizaje activos, creativos y críticos.

Proponemos un clima educativo semejante a la convivencia familiar, que basa sus relaciones en la comunicación, el diálogo y el respeto; caracterizado por la alegría, la sencillez, donde las personas se sienten bien y construyen vínculos con los demás y con las “cosas”. Donde se estimula el gusto por lo positivo, se celebran los pequeños logros y se genera confianza en sí mismo.

Nuestros ambientes favorecen y crean las condiciones necesarias para el proceso de enseñanza-aprendizaje, despertando el interés por el crecimiento personal, el trabajo bien hecho y la creatividad, asumiendo el conflicto como elemento inherente a las relaciones humanas y lo transforma en oportunidad de aprendizaje.

Relación Familia - Escuela

“Es indispensable solicitar insistentemente el apoyo de los padres”

En la actualidad la familia sola no puede dar respuesta a todos los desafíos de la educación y el centro educativo tampoco. Ambas instancias se complementan, se necesitan, se apoyan y se ayudan. La colaboración de los padres y madres está basada en la comunicación, el diálogo, la confianza y el respeto que se concreta a través de los canales de participación institucional.

Nuestro centro favorece y a la vez demanda de la familia su implicación activa en la educación en valores, la educación afectiva y emocional, la educación sexual, la educación religiosa como oferta de sentido para la vida.

Las iniciativas de las familias se incorporan a través de los canales de participación instituidos a tal fin, en un clima de relaciones cordiales y colaborativas, ya que tenemos la certeza de que la armonización de todos los talentos da vida a este proyecto dinámico que se va actualizando y enriqueciendo permanentemente con todos los agentes de la comunidad educativa.

Comunidad educativa

“Todos hemos de cooperar...cada cual tiene su sitio, su deber, su responsabilidad”

Pedro Poveda concibe la Escuela como una gran comunidad educativa abierta. Esta manera de mirar la realidad escolar abarca de algún modo la sociedad entera en sus múltiples espacios educativos. En el corazón de esta mirada encontramos la fuerza de la participación que reclama de todos los que están llamados a intervenir en el proceso educativo. La participación se concretará a través de los canales institucionales pertinentes según el rol y responsabilidad que le compete en la comunidad.

Los integrantes de la comunidad educativa directivos, docentes, padres, madres y/o tutores, niños, adolescentes, jóvenes y adultos, ex-alumnos, personal administrativo y auxiliar de la docencia, profesionales de los equipos de apoyo garantizan el carácter integral de la educación.

La institución educativa es un espacio a conformarse entre todos como un ámbito de confianza que brinde la seguridad necesaria para la interacción de los miembros de la comunidad, considerando errores, aciertos, respuestas provisorias y potencialidades como parte del proceso de aprendizaje que se concreta en el acto educativo.