Somos un par de hermanas y una hija-sobrina-hermana, las hijas de Sarita. Decidimos compartir nuestra casa a ofrecer alternativas sostenibles y asequibles de hospedaje en San Carlos. Casa Sarita es un albergue acogedor y cálido en el corazón de la ciudad, que ofrece una experiencia única e inolvidable. Es una vivienda compartida con pagos asequibles, basada en la colaboración y solidaridad de sus habitantes como pilares para la sostenibilidad ambiental, económica y social.
Casa Sarita también ofrece estancias temporales a precios económicos cuando hay disponibilidad. El proyecto se centra en el derecho a la vivienda y ofrece precios solidarios para personas que visitan el hospital San Carlos. Estamos reguladas por la Ley N°9742 “Ley Marco para la Regularización del Hospedaje No Tradicional y su intermediación a través de Plataformas Digitales”
La filosofía de Casa Sarita se basa en la sostenibilidad social, ambiental y económica. Generamos acuerdos de convivencia que reflejan el compromiso de las personas residentes y visitantes para crear un ambiente inclusivo, respetuoso y consciente de los recursos y las necesidades de cada quien. De esta forma garantizamos así que todas las personas compartamos equitativamente los costos y sostengamos el proyecto con aportes asequibles.
En cuanto a la sostenibilidad social, buscamos fomentar un ambiente de no discriminación, respeto y cordialidad entre quienes aquí residimos. Promovemos la confidencialidad en los asuntos personales, el respeto a los espacios privados y la colaboración en tareas comunes. Además, tomamos medidas para mantener un entorno tranquilo, especialmente durante las horas de descanso.
La sostenibilidad ambiental es otro pilar fundamental en Casa Sarita. Nos comprometemos a hacer un uso racional de los recursos como agua, electricidad y gas, así como a manejar adecuadamente los residuos y reciclar. También promovemos la optimización del uso de electrodomésticos y la adopción de prácticas amigables con el medio ambiente, como duchas cortas.
En cuanto a la sostenibilidad económica, establecemos cuotas que permitan cubrir los servicios públicos y el uso de instalaciones comunes. Quienes aquí residimos, contribuimos con con nuestra parte y usamos racionalmente los recursos.
Sarita, nuestro ángel celestial que nos cuida desde hace 3 años, fue una mujer valiente y tenaz. A pesar de los desafíos que enfrentó, su amor por el trabajo y espíritu emprendedor, desde los 9 años, la llevaron a superar una quiebra económica familiar a los 40 años. Su trayectoria, desde secretaria, artesana hasta abuelita tecnológica con su empresa de reciclaje y recarga de cartuchos, refleja su fortaleza y determinación.
Su sonrisa inolvidable y cuidado hacia quienes la rodeaban siempre destacaron en su personalidad. Sarita es un ejemplo de amor al prójimo que nos inspira a seguir adelante. Su recuerdo brilla como una luz cálida que ilumina nuestras vidas y nos llena de amor y esperanza.