Además de una mayor proyección académica y profesional, y, en teoría, unos ingresos más altos, saber inglés es una obligación para lograr moverse en el mercado laboral del siglo XXI.
Mejorar nuestro nivel de inglés y entender a otras personas consigue abrir nuestra mente. Y es que, servirá para entender el mundo y la realidad que nos rodea con una perspectiva diferente. Hablar un idioma como el inglés y formar parte de una determinada cultura implica ver el mundo de una manera concreta. De modo que, al igual que sucede cuando se viaja, aprender un idioma distinto y toda la cultura que lo rodea nos puede ayudar a ser más tolerantes y abiertos al expandir nuestros conocimientos y nuestra capacidad para ver el mundo desde otro punto de vista.