¿Por qué las terapias de tercera generación logran los mismos resultados que la terapia de Stutz?
Las terapias de tercera generación (como ACT, DBT y Activación Conductual) comparten con el enfoque de Phil Stutz una visión moderna, práctica y profundamente humana de la psicoterapia. Ambas propuestas parten de la idea de que el cambio real no se produce solo escuchando, sino proporcionando herramientas concretas y acompañando activamente al paciente hacia su transformación.
Estas terapias se basan en un enfoque global y contextual: no ven al paciente como alguien “defectuoso”, sino como una persona que responde a su entorno y circunstancias. El objetivo es modificar la conducta y la relación con los propios pensamientos y emociones, trabajando la aceptación, la flexibilidad psicológica y el compromiso con valores personales. Así, igual que en la terapia de Stutz, el paciente aprende a aceptar su malestar como parte de la vida y a actuar a pesar de él, logrando cambios duraderos y significativos.
Además, las terapias de tercera generación ponen especial énfasis en el vínculo terapéutico, la relación activa y la implicación del terapeuta, aspectos centrales también en el método de Stutz. La evidencia científica respalda que este tipo de intervenciones son eficaces en el tratamiento de depresión, ansiedad, trastornos de personalidad, bipolaridad y problemas relacionales, mejorando la calidad de vida y la autonomía de los pacientes.
En resumen, las terapias de tercera generación y la terapia de Stutz comparten principios, herramientas y resultados: ambas buscan cambios profundos, prácticos y sostenibles, centrados en el aquí y ahora, y en una relación terapéutica auténtica y activa.
Las herramientas: el corazón del cambio práctico
Una de las grandes fortalezas del enfoque de Stutz y de las terapias de tercera generación es el uso de herramientas concretas y prácticas que el paciente puede aplicar en su día a día. Estas herramientas no son solo conceptos abstractos, sino ejercicios y estrategias claras que facilitan la gestión de emociones difíciles, la regulación del pensamiento y la acción alineada con valores personales. Por ejemplo, en ACT se trabaja con la “defusión” para distanciarse de pensamientos negativos, en DBT se practican habilidades de mindfulness y regulación emocional, y la Activación Conductual impulsa a retomar actividades que generan bienestar. Estas herramientas empoderan al paciente, le permiten tomar el control de su proceso y avanzar hacia una vida más plena, tal como vemos en la terapia de Stutz, donde cada sesión ofrece recursos tangibles para enfrentar los retos cotidianos con mayor resiliencia y confianza.
Hoy quiero hablaros sobre una pregunta que últimamente me han hecho varios amigos: “¿Dónde puedo encontrar un psicólogo que haga psicoterapia tan efectiva y práctica como el psiquiatra Phil Stutz, el del documental de Netflix?”
Quienes habéis visto Stutz sabéis que su método es directo, visual, lleno de herramientas y, sobre todo, profundamente humano. No se limita a escuchar pasivamente: busca el cambio real, aquí y ahora, y acompaña al paciente activamente en ese proceso. Confieso de todo corazón que me siento muy identificada con su enfoque y, de hecho, llevo años trabajando así, combinando lo mejor de las terapias de tercera generación: ACT (Terapia de Aceptación y Compromiso), DBT (Terapia Dialéctica Conductual) y Activación Conductual, siempre desde una relación cercana y un vínculo terapéutico genuino, que por mi experiencia profesional como psicóloga clínica, han sido clave para dar los mejores frutos en terapia.
¿Qué son las terapias de tercera generación y por qué son tan efectivas?
Las terapias de tercera generación han revolucionado la psicología porque no se centran solo en “eliminar síntomas”, sino en ayudar a las personas a vivir una vida más plena, aceptando sus emociones y comprometiéndose con sus valores. Estas terapias han demostrado ser eficaces en el tratamiento de la depresión, la ansiedad, trastornos de personalidad, bipolaridad, dificultades relacionales y familiares, etc.
Por ejemplo, ACT ayuda a aceptar el malestar y a comprometerse con lo que de verdad importa, desarrollando una flexibilidad psicológica que es clave para el bienestar. DBT, por su parte, aporta herramientas muy potentes para la regulación emocional y la gestión de relaciones, especialmente útil en trastornos de personalidad. La Activación Conductual es fundamental para romper el círculo de la depresión y recuperar la motivación y el sentido del día a día.
El valor de la relación terapéutica activa
Desde que empecé a ejercer, critiqué el abordaje tradicional de muchos psicólogos que pasaban sesiones y sesiones escuchando, sin ofrecer herramientas concretas ni fomentar cambios reales. Como Stutz, nunca he estado de acuerdo con esa frialdad y distancia. Para mí, cada paciente es una persona con la que compartir, aprender y construir juntos. La evidencia científica respalda que la calidad del vínculo terapéutico es uno de los factores más determinantes del éxito en psicoterapia, independientemente de la técnica utilizada.
Terapia sistémica: no somos islas
En el documental, Stutz realiza una sesión con la madre de Jonah Hill, y eso me recuerda por qué soy especialmente fan de las terapias sistémicas. No podemos separar al individuo de su contexto, de su familia, de su equipo. Los mejores resultados los he obtenido trabajando con familias, parejas o equipos completos. La terapia sistémica no sólo es eficaz, sino que mejora la aceptación y la continuidad de los cambios, y reduce el uso de recursos sanitarios a largo plazo.
Mi filosofía como terapeuta (y como profesora)
Siempre he creído que no se puede ni inspirar ni motivar a nadie desde una posición distante de superioridad. Como profesora universitaria, cada alumno es una oportunidad de aprender juntos. Para ayudarles a formarse, necesito que confíen en mí y que sientan mi pasión por el conocimiento. Lo mismo ocurre en terapia: el aprendizaje y el cambio son procesos conjuntos, de inteligencia colectiva, y para mí es un honor poder acompañar y orientar ese camino.
Si buscas un enfoque como el de Stutz… hablemos
Si necesitas terapia para trabajar heridas, traumas, ansiedad, depresión, trastornos o quieres alcanzar tu máximo potencial como deportista, como directivo, mejorar relaciones familiares o llevar a tu equipo al siguiente nivel, agenda una primera sesión conmigo. Mi experiencia y mi vida me han llevado a las mismas conclusiones que las del psiquiatra neoyorquino: el cambio real es posible, pero requiere herramientas, compromiso y una relación auténtica.
Si este mensaje resuena contigo, o crees que puede ayudar a alguien que quieres, comparte mi contacto. Juntos, podemos transformar dificultades en oportunidades y crear un proceso de cambio real y duradero.
Un abrazo,
Dra. Olga Delgado Ortega
19/04/2025
Algunas de las herramientas más conocidas del Dr. Stutz incluyen:
La inversión del deseo: Afrontar el dolor y la incomodidad en lugar de evitarlos.
La fuerza vital: Mejorar la relación con tu cuerpo, los demás y contigo mismo.
La parte X: Identificar y superar la resistencia interna al cambio.
El collar de perlas: Ver cada acción como una oportunidad de mejora, sin buscar la perfección.
El reino de la ilusión: Aceptar que el dolor, la incertidumbre y el trabajo constante son inevitables en la vida