𝐑𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐞𝐞𝐫

Hay muchas razones para ofrecer la lectura:

Personas mayores, enfermos en hospitales, mujeres maltratadas, personas en exclusión social, niños autistas, que han sufrido bullying, etc. Aquí os dejamos algunos documentos que os deberían interesar para entender la necesidad de ofrecer la lectura a todas las personas que la necesitan.

SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA EN GENERAL

HAY MUCHAS PERSONAS QUE NECESITAN QUE LES LEAN

PERSONAS MAYORES

NIÑOS Y NIÑAS CON DIFICULTADES

PERSONAS EN EL HOSPITAL

COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS QUE SUFREN BULLYING

PERSONAS QUE SUFREN A CAUSA DE LA HOMOFOBIA O DISCRIMINACIÓN POR GÉNERO

PERSONAS QUE SUFREN VIOLENCIA DE GÉNERO

¿Quiéres más razones? Lee esta entrevista, por ejemplo...

¿Cómo puede ser que vivamos en una sociedad donde sepamos geografía, física, matemáticas, pero nadie, jamás, nos enseñe cómo vincularnos con nosotros y con el otro, si somos seres que no hacemos más que relacionarnos? ¿Cómo puede ser que de todo eso no se hable?


www.lavanguardia.com/cultura/20210412/6645761/javier-giner-yo-adicto-paidos-toxicomania-adiccion-cocaina-sexo-alcoholismo-autoconocimiento.html

Y no queremos eludir ningún tema, incluso los más silenciados, de los que nadie nunca habla, pero que están muy presentes en nuestras vidas y en la sociedad actual.

En una carta a Cortázar, Alejandra Pizarnik escribió como posdata:


Hace dos meses que estoy en el hospital. Excesos y luego intento de suicidio -que fracasó, hélas.


Esta fue la respuesta de Cortázar (lo que habría que leer):


"""París, 9 de septiembre de 1971


Mi querida: Tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo apunto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza -y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte.


Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria.


Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra.

Julio"""


Un año después Alejandra Pizarnik se suicidaría.


Fuente: Las cuatro esquinas, una intersección literaria.