G.N:- Sí, igual no nos van a elegir.
G.B:- ¿Qué decís? Seguro que nos lleva.
G.N:- Bueno… ¡Shhhhh!
G.B:- ¡Ahí viene!
Niño:- ¡Mirá mami! Ese gatito dorado me gusta. ¿Lo podemos llevar?
Mamá:- Buen. (Al vendedor) ¿Cuánto cuesta?
Vendedor: Serían $1500.
G.N:- (Al G.B.) Viste que no nos iban a llevar.
G.B:- Bueno, pero lo intentamos.
G.N:- Era obvio. No te ilusiones.
G.B:- Ya te van a llevar. ¿Tenés alguna historia?
G.N:- Sí, cuando quieras.
G.B:- Dale, contame
G.N:- Ok. Pero jurame que no me interrumpís.
G.B:- ¡Shhh! ¡Callate! Viene alguien.
G.N:- Es verdad. Que me lleve a mi… que me lleve a mi…
Niño:- ¡Mami! Mirá lo que estaba buscando, los gatitos!
Mamá:- Sí. ¿Querés uno o dos? (al vendedor) ¿Cuánto están?
Niño:- Quiero los dos. El blanco y el negro, porrrfaaaa.
Vendedor:- (a la madre) mil quinientos cada uno.
Mamá:- Ok, me los llevo.
Niño:- ¡¡Sí!!
G.B:- Yo te lo dije.
G.N:- Por fin…