Esta comunicación aborda la creciente aceptación del marco cultural de las artes en vivo en los museos de arte contemporáneo. Una tendencia que se ha generalizado durante la última década con la aparición de múltiples exposiciones que incorporan la performance y la coreografía a la cartera de exposiciones temporales. En el centro de muchas de estas propuestas la inmaterialidad, la temporalidad y la interacción directa con la audiencia dibujan una nueva estrategia comisarial que cuestiona la lógica objetual de la obra artística, e inscribe el cuerpo y la acción (de intérpretes y espectadores) en el centro del aparato expositivo.

A través de algunos casos de estudio, planteamos una reflexión crítica del paradigma del museo vivo que relaciona las transformaciones del aparato expositivo a través de la incorporación de las artes vivas, con el nuevo régimen experiencial y cognitivo del capitalismo globalizado, y la centralidad que la vivencialidad, la participación y el cuerpo ocupan en el metabolismo cultural, social y económico de la contemporaneidad.