Dentro de las experiencias actuales de des-espectacularización de lo teatral y performativo y de incorporación de la intermedialidad en su sentido más interactivo, debe valorarse como especialmente interesante la propuesta que la compañía Rototaza (Ant Hampton y Silvia Mercuriali) viene desarrollando desde 1998 a partir del concepto de autoteatro. Se trataría entonces de acercarse a propuestas como The Quiet Volume o Etiquette desde el cuestionamiento de la idea de cuerpo social y del estudio del papel del no-espectador en este tipo de prácticas, situadas en la esfera de redes globales que se acomodan a espacios íntimos y poco convencionales.