Ven, Espíritu Santo y envía desde el cielo un rayo de tu luz,
ven padre de los pobres ven dador de las gracias,
ven lumbre de los corazones.
oh oh oh.
Consolador buenísimo,
dulce huésped del alma,
dulce refigerio, descanso en el trabajo,
en el ardor tranquilidad,
consuelo es el llanto.
ven, Espíritu Santo y envía desde el cielo un rayo de tu luz,
ven padre de los pobres ven dador de las gracias,
ven lumbre de los corazones.
oh oh oh.
oh luz santísima, llena los más íntimo de los corazones de tus fieles,
sin tu ayuda, nada hay en el hombre nada que sea inocente.
Lava lo que está manchado, riega lo que es árido,
cura lo que está enfermo,
doblega lo que es rígido, calienta lo que es frío,
dirige lo que esta extraviado.
ven, Espíritu Santo y envía desde el cielo un rayo de tu luz,
ven padre de los pobres ven dador de las gracias,
ven lumbre de los corazones.
oh oh oh.
Concede a tus fieles
que en Ti confían tus siete sagrados dones,
dales el mérito de la virtud.
Dales el precio de la salvación,
dales el eterno gozo, gozo, gozo.
ven, Espíritu Santo y envía desde el cielo un rayo de tu luz,
ven padre de los pobres ven dador de las gracias,
ven lumbre de los corazones.
oh oh oh
ven, Espíritu Santo y envía desde el cielo un rayo de tu luz,
ven padre de los pobres ven dador de las gracias,
ven lumbre de los corazones.
oh oh oh.
Con el sacramento de la Confirmación los renacidos en el Bautismo reciben el don inefable, el mismo Espíritu Santo, por el cual «son enriquecidos con una fuerza especial» y, marcados por el carácter del mismo sacramento, «quedan vinculados más perfectamente a la Iglesia», «mientras son más estrictamente obligados a difundir y defender con la palabra y las obras la propia fe como auténticos testigos de Cristo». Finalmente, la Confirmación está tan vinculada con la Eucaristía que los fieles, marcados ya por el Bautismo y la Confirmación, son injertados de manera plena en el Cuerpo de Cristo mediante la participación de la Eucaristía.
CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA «DIVINAE CONSORTIUM NATURAE»
SOBRE EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN
La catequesis que prepara al sacramento de la confirmación, ha de suscitar el sentido de la pertenencia a la Iglesia de Jesucristo, así como la participación en su Misión permanente.
Actualmente es necesario y oportuno, vivir una real inserción en la vida de la Iglesia ( a manera local, global y virtual) después del sacramento de la confirmación.
La pastoral de adolescentes, la pastoral juvenil y la pastoral social, son buenas oportunidades para esta vivencia comprometida en la fe.
Asimismo, sería muy oportuno seguir con la formación permanente propia de esta etapa de la vida de fe, llamada desde antiguo –catequesis mistagógicas-
Secuencia del Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo
y envía desde el Cielo
un rayo de tu luz.
Ven Padre de los pobres,
ven a darnos tus dones,
ven a darnos tu luz.
Consolador llendo de bondad,
dulce huésped del alma,
suave alivio para el hombre.
Descanso en el trabajo,
templanza en las pasiones,
alegría en nuestro llanto.
Penetra con tu santa luz
en lo más íntimo
del corazón de tus fieles.
Sin tu ayuda divina
no hay nada en el hombre
nada que sea inocente.
Lava nuestras manchas,
riega nuestra aridez,
cura nuestras heridas.
Suaviza nuestra dureza,
enciende nuestra frialdad,
corrige nuestros desvíos.
Concede a tus fieles
que en Ti confían
tus siete sagrados dones.
Premia nuestra virtud,
salva nuestras almas
danos la eterna alegría.