LO QUE SE INHALA: El líquido que está dentro de los dispositivos y el vapor de los cigarrillos electrónicos contienen sustancias químicas nocivas como el propilenglicol (utilizado como anticongelante), la glicerina y agentes carcinógenos como las nitrosaminas que pueden provocar cáncer.
-La glicerina cuando se calienta, produce carbonilos, que son fundamentalmente tres: la acroleína, el formaldehído y acetaldehído. Se sabe que estas tres sustancias son sustancias que producen cáncer, según recoge la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).
-El propilenglicol es un alcohol aceitoso, muy utilizado en una variedad de productos, desde pinturas a medicamentos. Sus vapores causan irritación de las vías respiratorias de algunas personas sensibles y con más frecuencia en los ojos.
-En el caso de que se inhale nicotina en los cigarrillos electrónicos, se trata de una sustancia adictiva y que puede perjudicar el desarrollo del cerebro.
LO QUE SE EXHALA (atención a los fumadores pasivos): NO es un “vapor de agua” inofensivo, puede contener sustancias dañinas y potencialmente dañinas, como las siguientes: Nicotina, compuestos orgánicos volátiles, partículas ultrafinas, metales pesados (Níquel, estaño y plomo) y saborizantes (como el diacetilo) que es una sustancia vinculada a las enfermedades inflamatorias pulmonares (EPOC). La persona que está expuesta a estos vapores, puede sufrir daños. Estos daños son especialmente negativos para los pulmones en crecimiento.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
Pulmón sano y pulmón con EPOC
OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA:
En algunos casos, los cigarrillos electrónicos han explotado y provocado quemaduras o incendios. La causa en la mayoría de los casos se encuentra en un deterioro de la batería al igual que en cualquier otro dispositivo de tipo electrónico.
Todavía se desconocen los efectos a largo plazo para la salud de los usuarios. El primer cigarrillo electrónico surgió en 2003. A partir del 2013, se extendió su uso de manera significativa. Hasta que no se mantengan los estudios durante 20 años, no sabremos qué consecuencias tienen para la salud a largo plazo.
No se recomienda el uso de cigarrillos electrónicos como una estrategia para dejar de fumar. A día de hoy, no hay suficientes pruebas en la población de que los cigarrillos electrónicos sean un método eficaz para abandonar el tabaco . Esto no significa que los cigarrillos electrónicos no hayan ayudado a nadie en su transición para dejar los cigarrillos convencionales, seguramente sí, pero si las personas buscan productos que las ayuden a dejar de fumar, hay medicamentos con receta y de venta libre (con y sin nicotina) que la FDA (Administración de alimentos y medicamentos) aprobó, que son seguros y tienen eficacia comprobada para ayudar a las personas a dejar de fumar, sobre todo cuando se combinan con asesoramiento para el abandono del tabaco.
Para los consumidores es difícil saber qué contienen los productos de los cigarrillos electrónicos. Por ejemplo, se ha descubierto que algunos cigarrillos electrónicos que se comercializan como productos con un 0 % de nicotina sí contienen nicotina.3