Aparece un jóven de 15 años en la puerta del Instituto vestido de forma un poco extraña. Está un muy desconcertado y nervioso. Nos dice que está perdido y no sabe dónde está, nos comentaba en un castellano un poco raro, parece que no conoce bien nuestro idioma. Nos pregunta que donde está, si está en Córdoba. El jóven no reconoce el sitio, todo es nuevo para él.

Raquel, Esther y Montse le preguntan su nombre, Juan responde; las jefas de estudios le pregunta a Juan como había llegado al Instituto, Juan desconcertado le comenta que estaba huyendo ya que habían descubierto su verdadera sangre, es decir, mi descendencia y por lo tanto ya no podía seguir estudiando en el colegio, intenté escapar y entré por una puerta que había en el sótano para esconderme. Muy pocos han entrado por esa puerta y las leyendas dicen que detrás de la puerta todo puede pasar y que puedes encontrar todo tipo de pócimas mágicas.

Sorprendentemente pude abrir la puerta y aparecí de repente en una habitación muy grande llena de libros donde había una mujer con un artilugio que servía para limpiar esa habitación, una rara mujer que se parecía más a una maga que a una dama. Vi una puerta abierta en esa habitación llena de libros y empecé a correr, a subir escaleras hasta que me encontré en la calle y me asusté mucho porque todo era muy distinto, me pararon dos señores de atuendos extraños preguntandome y me llevaron a la presencia de tres guapas damas que tenían mucho poder en ese lugar

Le conté a esas amables mujeres que mi familia no es de sangre cristiana ya que mi abuelo materno era judio y mi madre, que en paz descanse, se casó con un cristiano noble. Todo el mundo había pensado que mi madre era también cristiana, sin embargo, se enteraron hace unos días de la verdad y vinieron a expulsarme del colegio y quedar marcado de por vida de mi descendencia judía y por lo tanto del poco honor por mi sangre judía.

En los colegios hay una limpieza de sangre, es decir, sólo pueden estudiar los hijos de nobles con expediente de sangre que confirma que son puros, ya que son cristianos y descendientes de cristianos.

Hay una leyenda que afirma que hay una pócima mágica que hace que sea cual sea tu desdencencia o tu clase social o religión podrás estudiar, y no te marcarán por ser impuro o sin honor. Vengo en busca de ésta pócima mágica tanto para mi como para todos mis amigos, para que seamos realmente libres de estudiar o hacer lo que queramos.

Juan pide ayuda a las amables señoras para encontrar la pócima mágica, Esther Raquel y … les dice que no se preocupe que le ayudará, sin embargo Juan recuerda a las amables mujeres que ellas no pueden ayudarle, la pócima sólo podrá ser encontrada por jóvenes del colegio que estén estudiando como él, tienen que ser aprendices como él y no maestros los que la pueden encontrar la pócima. La pócima sólo puede ser encontrada por la persona que la busca o por amigos que estén en situación parecida

Por eso sólo vosotros/as podéis ayudar a Juan y para ello vamos a encontrar la pócima entre todos y cuando la encontremos se la daremos.