El vídeo, de tres minutos de duración y que lleva por nombre "todo lo que compartimos", busca suprimir las exclusiones y concienciar a los jóvenes de que más allá de las religiones, la ciudad de origen o la lengua todos tenemos un denominador común: somos personas. "Es fácil encasillar, pero no es una cuestión de ellos o nosotros", asegura. "Tal vez, tenemos más en común de lo creemos"