En esta situación de aprendizaje me he adentrado en la forma de entender la realidad de filósofos como Heráclito o Parménides. Estos pensadores dualistas distinguían dos inicios del ser para llegar a diferenciar lo falso, sueños o cuerpo, y lo real, despertar o ánima. Esta preocupación sobre lo que era real y lo que no se produjo a partir del racionalismo, donde los pensadores no se fiaban de sus sentidos porque enseñan las apariencias, y solo se podía llegar a la verdad a través de la fórmula de preguntas y el razonamiento a partir de ellas.
Desde esa fórmula de preguntas fue que comenzó la filosofía, donde se quería saber las causas (lógos) y el origen (arkhé) de todo lo que es (phýsis) por el amor al saber, sin importar su utilidad.
¿Nos podemos fiar de nuestros sentidos?
Todo este conocimiento me ha ayudado a enfatizar mi destreza de análisis y pensamiento crítico, ya que al principio estaba de acuerdo con el que las apariencias engañan y, por lo tanto, no hay que fiarse de los sentidos. Incluso en una actividad donde me formulaba preguntas desde una inicial, llegué a preguntarme si de verdad podíamos fiarnos de nuestros sentidos. Pero, a lo largo de este tema, he llegado a la conclusión de que sí podemos fiarnos de nuestros sentidos porque nos muestran la realidad sin ningún filtro. El problema se produce cuando lo que captamos se une a lo que nosotros pensamos. Ahí es cuando no estamos viendo la realidad, sino las apariencias, ya que inconscientemente estamos condicionando la forma en la que percibimos la realidad que nuestros sentidos nos muestran, alterándola y adaptándola a lo que nosotros pensamos que es verdad y no lo que de verdad es.
¿Cómo podemos diferenciar la realidad de las apariencias?
Entonces, si inconscientemente ya nos engañamos a nosotros mismos, cómo podemos llegar a saber la verdad. Entendiendo a Heráclito.
Como ya bien se ha dicho en un principio, este filósofo diferenciaba la realidad y las apariencias a partir del dormir y el despertar. Cuando habla de los hombres dormidos, hace referencia a la ignorancia de los seres humanos, los cuales dan por verdad todo aquello que se les diga, condicionando su forma de pensar y, por tanto, de ver las cosas, pudiendo caer muy fácilmente en las mentiras y apariencias, viviendo en el engaño. Por otra parte, habla del despertar como esa persona que comienza a razonar y poner en duda todo lo que se le dice porque ha decidido abrir su mente para no vivir desde las apariencias y poder llegar a la verdad. El despertar es el comienzo de la filosofía, poner en duda todo lo dado por hecho para no caer en la ignorancia provocada por los prejuicios.
Personalmente, este filósofo me ha parecido el más interesante y el que más vale la pena analizar porque trata un panorama muy vigente. Nuestra sociedad está tan adormecida por las redes sociales y el internet que ya se ha dejado de cuestionar la información que transmite, ya que lo hace de una forma tan rápida que no da tiempo a analizarla y cuestionarla. Por eso, hoy en día es cuando más filosofía se necesita, pero brilla por su ausencia y, en consecuencia, la ignorancia es la que está moviendo el mundo actual.
Se necesita urgentemente un despertar colectivo porque, si no, nosotros mismos vamos a terminar autodestruyéndonos.
Siguiendo con la cuestión de la realidad, en la segunda situación de aprendizaje he estudiado las respuestas de Platón y Aristóteles a la pregunta: ¿Qué es la realidad y cómo se puede acceder a ella?
Platón, al ser partidario de la lógica binaria de Parménides, es un pensador dualista ontológico, ya que hablaba de dos mundos: el de las Ideas, donde se encuentra la esencia, que es lo real, y el sensible, formado por las apariencias. Esta diferencia se hacía basándonos en los cambios porque, cuando algo deja de ser lo que era, significa que no es y, si no es, no existe. Entonces, la materia es una mentira, ya que es variable, y las Ideas son la realidad porque son inmutables.
Mientras tanto, Aristóteles, aprendiz de Platón, veía esa división de mundos innecesaria. Para él, todo existía por alguna razón y la materia (causa material) se encontraba en constante cambio porque buscaba la perfección (causa final). Pero para que esta causa material llegue a su causa final necesita un motor que la mueva, la esencia (causa formal). Este pensador veía la reproducción de esa forma, donde la mujer es la materia pasiva que no sirve para nada sin una esencia activa que la haga útil, el hombre.
Personalmente, no concuerdo del todo con ninguno de los filósofos, pero estudiarlos me ha ayudado a entender, comparar y explicar puntos de vista muy heterogéneos sobre una misma cosa, los cuales no comparto.
Si somos seres racionales ¿Por qué nos es tan difícil llegar a la verdad?
Como ya he dicho anteriormente, no concuerdo del todo con ninguno de los dos filósofos, pero La alegoría de la caverna de Platón ha sido clave para responderme esta pregunta. Tocando solo la superficie, trata de alguien que toda su vida ha sido engañado y, a la hora de ver la realidad, le duele tanto y le supone tal inmenso esfuerzo, que prefiere vivir engañado a saber la verdad.
Los seres humanos somos tan fáciles de engañar porque sabemos que a veces la realidad no es la que nos gustaría y, por eso, preferimos escuchar lo que queremos a escuchar la verdad. Este tema es atemporal y muy vigente actualmente, donde con un poco de labia y rango social ya se puede dirigir a todo un país. Por eso, Platón repudiaba la democracia, ya que para él muy pocos podían llegar a pensar mientras los demás estaban condenados a vivir en el engaño.
Según mi parecer, se trata de una forma de pensar que no puede estar más equivocada. Esta mentalidad de Platón, donde trata las personas como ganado y muy pocos como privilegiados racionales, es la causa de que hoy en día siga habiendo gobiernos autoritarios. Es cierto que los seres humanos somos fáciles de engañar, pero solo si no sabemos pensar. Esto no significa que seamos incapaces de tener criterio propio, sino que sin conocimiento será imposible evitar el engaño.
El problema no lo tiene el pueblo, sino esos pocos privilegiados no analfabetos, como Platón, que deciden seguir teniendo al pueblo al margen y señalarlos como el problema en vez de ayudarlos a pensar por ellos mismos.
¿Por qué existen los cambios?
Aristóteles trataba los cambios como algo real y necesario, ya que movían la materia hasta su finalidad, buscando la perfección. En este sentido pienso exactamente lo mismo. Creo que los cambios son la cosa más real de este mundo, por el hecho de que sin ellos la vida pararía, no evolucionaríamos ni avanzaríamos. Siempre estamos en continuo movimiento y eso es fundamental para aprender de los errores y poder corregirlos.
El problema viene cuando no cumplimos lo último y el ser humano siempre tropieza con la misma piedra. Un ejemplo es que en el siglo XXI aún existen personas que piensan como estos filósofos del V - IV a.C., donde la mayoría son unos inútiles y las mujeres no valen por sí solas.
Estudiamos estos pensadores porque son los que han creado la base de la filosofía y, en consecuencia, del pensamiento humano. Pero que hoy en día siga habiendo estos tipos de pensamientos después de tantos cambios como guerras, revoluciones, injusticias, dictaduras, agresiones… da mucho que pensar sobre cómo a los seres humanos nos afectan los cambios.
Durante estas dos situaciones de aprendizaje me he visto con la misma dificultad, formularme preguntas.
Soy una de esas personas que te puede responder a cualquier pregunta de forma razonada aun sin tener ni la mínima idea, pero me veo estancada a la hora de ser yo quien formula la pregunta. No porque no me cuestione las cosas, sino porque no me las cuestiono desde el método de formular preguntas.
Como he demostrado, la cantidad de preguntas que me he formulado a lo largo de este trimestre han sido pocas porque mi método de cuestionarme las cosas es entender lo que otros piensas y juzgarlo con la información que está a mi alcance, siempre con la mente abierta.
Todo esto no quiere decir que a lo largo de mi vida no me haya hecho preguntas, pero a la hora de entender y cuestionarme cosas lo tengo tan claro que, en vez de formularme preguntas, me formulo un discurso.
Para que la fórmula de preguntas dejen de ser un obstáculo en mi aprendizaje, debo intentar formularme muchas preguntas a lo largo de las siguientes situaciones de aprendizaje, aunque yo misma las pueda resolver, para llegar a encontrar esas preguntas que de verdad me hagan cuestionarme las cosas.
En la tercera situación de aprendizaje nos encontramos en Atenas en el siglo V a.C. ante una democracia asamblearia, donde se debatían cuestiones políticas en el ágora. Este suceso dio lugar a un cambio en la filosofía, enfocándose en temas humanos y creando nuevos interrogantes.
Frente a estos debates era crucial dominar la palabra para poder defender ciertas ideas y conseguir votos, surgiendo así los sofistas (sabio). Se trata de los primeros filósofos humanistas, que pasan de la physis (naturaleza) al nomos (normas).
Ellos eran relativistas, consideraban que lo justo y la realidad no existían, puesto que cada individuo concibe estos conceptos de forma distinta. Por eso, defendían que el ser humano era la medida de todas las cosas, ya que es el que determina el valor de ellas.
Aparte, dudaban de la existencia de un conocimiento único y verdadero que representara el mundo real porque para ellos nada existe y si algo existe, no se puede llegar a conocer y, si se pudiera conocer, no se podría transmitir.
Por último, no creían en las buenas o malas acciones en términos absolutos, sino en función a lo útiles que fuesen para conseguir fines y objetivos particulares.
Con todo lo dicho se llega a la conclusión de que cada uno tiene su verdad y, por lo tanto, la veracidad o falsedad de algo dependerá de cómo se transmita y cuánto pueda convencer.
En ese mismo tiempo surgió un filósofo que marcó una diferencia radical hacia los sofistas: Sócrates.
Este pensador sí creía en una realidad universal y, para llegar a ella, lo que el ser humano necesita es conocerse a sí mismo, ya que así se conseguirá una libertad personal que servirá como escudo hacia esas persuasiones que los sofistas defendían.
Para llegar a este fin, Sócrates implementó un método: mayéutica (parto), el cual consistía en sacar las ideas dentro de la persona a través de un diálogo.
Otra cosa a tener en cuenta de este pensador es que consideraba que todo ser humano es bueno por naturaleza y solo es malo cuando ignora lo bueno.
Aunque en clase hayamos puesto más énfasis en otros filósofos, he decidido centrarme en estos pensadores porque siempre me ha gustado el trabajo que implica entender puntos de vista opuestos y sacar conclusiones a través de sus diferencias. Aparte de que sus razonamientos los encuentro más interesantes que otros que hayamos dado.
¿Existe una única verdad?
Ya sabemos que Sócrates daría como respuesta que sí, mientras que los sofistas dirían que no. Pero, ¿estas dos respuestas sí o sí tienen que ser incompatibles?
Estoy de acuerdo con Sócrates en que hay una verdad universal en la que todo ser humano diferencia lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. Aun así, también estoy de acuerdo con los sofistas en cuanto a que cada uno tiene su verdad y, en consecuencia, su concepción de las cosas.
Todo ser humano que utilice la razón está de acuerdo en que matar es algo que está mal, pero ¿y si alguien mata a un asesino? Esa persona ha asesinado a alguien y, por lo tanto, ha hecho algo malo, pero él sabe que gracias a eso ha salvado otras vidas, transformando esa acción mala como buena.
Por lo tanto, en mi parecer existe una verdad universal, pero esa verdad se puede transformar en múltiples verdades totalmente opuestas según factores que modifiquen esa única verdad.
En esta situación de aprendizaje no solo me he encontrado con las mismas dificultades que las anteriores en cuanto formularme preguntas, sino que también he encontrado dificultades a la hora de empezar.
Hay tantas cosas de las que se puede hablar con estos pensadores que me vi en la problemática de no saber cómo y dónde empezar. Aparte de que al haber tantos temas que tocar, no me he visto capaz de profundizar.
Tengo que seguir practicando el formularme preguntas y a la próxima tratar de elegir los temas más relevantes para poder profundizar en ellos y no encontrarme en la misma situación de haber tocado todos los temas, pero de una forma muy superficial.
La ética teleológica aristotélica trata la ética no como una cuestión de saber qué es el bien, sino un conjunto de buenas acciones, ethos, a lo largo de nuestras vidas que nos llevan a un fin: la felicidad.
Aun así, estas acciones no las ejecutaremos mágicamente, sino que necesitaremos un motor, el cual será la razón, auxiliada en el empuje que hallamos en las emociones. Por ello es que este pensador da énfasis a una correcta educación, sin la cual no tendríamos raciocinio y, en consecuencia, no realizaríamos estas buenas acciones.
¿Qué rasgos necesita una acción para ser considerada buena?
Para Aristóteles, las buenas acciones que nos guiarán a nuestro fin son las prudentes, las que están en un término medio que no nos provoquen un exceso ni un defecto.
No solo esto, sino que también estas acciones tienen que suponer un doble bien: individual y social. De nuevo con el término medio entre lo que yo quiero y lo que quieren las personas que me rodean, praxis, ya que como dice este filósofo: “el hombre es un animal político”. La praxis es la acción ética en su vertiente comunitaria, sin plantearlo entre individuo y comunidad como tú sugieres, sino subrayando el papel del individuoi EN la comunidad, como parte integrante, debiendo haber siempre una posición equilibrada al respecto.
A pesar de todo esto, Aristóteles no era como sus compañeros que filosofaban aislados del resto de la sociedad, sino que salía a la calle, conversaba con los ciudadanos y conectaba con la realidad. Es por ello que concluyó que la felicidad no se consigue solo con buenas acciones, sino que se necesitan medios, dinero, trabajo, comida… para poder vivir dignamente y llegar a ese fin.
¿Los bienes materiales que no son separables de la felicidad son universales?
Como ya se ha dicho, este filósofo consideraba que no se puede llegar a la felicidad sin tener unos medios mínimos, pero ¿estos medios son iguales para todo el mundo?
En mi parecer la respuesta es un claro y rotundo no. Uno de los bienes que Aristóteles mencionaba y que sigue vigente en el siglo XXI es el dinero. Hoy en día la sociedad es capitalista y sin un cierto poder adquisitivo no se puede vivir de forma digna. Aun así, esto no sucede en todas las sociedades vigentes del globo terráqueo.
Actualmente, siguen existiendo etnias indígenas en el Amazonas, a pesar de las matanzas por parte de las industrias petroleras, las cuales desconocen el concepto ni lo necesitan para llegar a tener una vida digna y, por tanto, la felicidad. Fíjate que el ejemplo que empleas no se ajusta a lo indicado anteriormente respecto a la inexistencia universal de un suficiente reparto equitativo de las riquezas. Es decir, no es consistente el ejemplo con lo indicado en el párrafo anterior.
Si los medios se adaptan al entorno y la sociedad, ¿las acciones buenas también?
Si el dinero pasa de significar un elemento fundamental para llegar a tener una vida digna a un trozo de papel sin ningún valor, entonces ¿en las buenas acciones también pasa lo mismo? ¿Son universales o dependen del entorno? No se entiende del todo lo que quieres decir, al haber una confusión entre la noción de valor en cuanto al dinero al valor moral otorgado a una acción buena. No opera el mismo registro discursivo, como mínimo no es el caso con esta redacción.
Con Aristóteles concuerdo en algunas cosas y en otras, no tanto. La educación y el equilibrio son elementos que considero relevantes en un ser humano para que de verdad sea ser humano, ya que no solo nos ayuda a trabajar nuestra razón, sino también la empatía.
Por otro lado, el tema de las buenas acciones me parece algo que es inestable al ponerlo en práctica en el mundo real porque una acción considerada buena en una parte del mundo puede pasar a ser mala en otra parte a causa de factores externos que tú no puedes controlar. Si esto es así, ¿por qué, de modo universal, se condena el asesinato y el robo? Si finalmente la moral se redujera meramente a costumbres relativas a tiempos y lugares, ¿por qué se hallan puntos en común a nivel transcultural?
Por ejemplo, donar ropa a Cáritas sería considerado una buena acción en Europa, puesto que tú estás quitando ropa de tu armario que ya no utilizas, la cual producía un exceso en tu vida, y la estás donando a personas que no gozan de ese bien material. Pese a eso, muchas de esas prendas en buen estado que se supone que irán a los menos desfavorecidos en otros lugares es tirada en una montaña de basura, denominada en África “ropa de hombre blanco muerto”.
Es por eso que yo considero que las acciones buenas también dependerán de varios factores y nunca serán universales, al igual que los bienes materiales.
¿Depende solo de uno mismo el llegar a ese fin?
Aristóteles dice que para realizar buenas acciones no solo se tiene que pensar en uno mismo, sino también en las personas que te rodean, ya que somos seres sociales. Entonces, no solo dependerá de mis acciones y mis bienes materiales el que pueda llegar a mi fin, sino que también dependerá de los bienes materiales y las acciones de los demás, elementos que hasta cierto punto no puedo controlar porque no están en mis manos.
Un ejemplo podría ser el vivir en una dictadura fascista. Aunque tengas todos los bienes materiales necesarios para tener una vida digna, estás en un entorno donde lo único que se ve y hay es pobreza y muerte. Puedes desde la clandestinidad realizar acciones buenas y salvar vidas ajenas, pero hasta que el poder no sea derrocado, la pobreza, la muerte y las persecuciones seguirán muy vigentes.
Es por eso que, exceptuando que seas un psicópata que disfrute de la agonía de otros seres humanos, cosa que no debería ser así porque somos seres empáticos, ¿cómo se pretende poder llegar a ser feliz en ese entorno? Es una situación que ya no está a tu control, sino que está en el control de toda una sociedad conjunta. Así que tú solo no podrás hacer nada para cambiarlo y, por lo tanto, para alcanzar ese fin. Ahí, empero, das un salto de la ética a la política, el cual necesario e imprescindible, si bien apuntas a la problemática de cómo convivir juntos, la cual apunta a formas de organización social
En la realización de los dos primeros portafolios se me dificultaba mucho la formulación de preguntas, pero en esta última entrega no me he visto con esa dificultad. A la hora de realizar el trabajo e ir avanzando las cuestiones se me planteaban solas sin ningún esfuerzo, ya que la felicidad es un concepto que siempre ha acompañado al ser humano y personalmente es un tema que seguramente nunca me lo podré sacar de mi cabeza.
Aparte, el tema de este SA4 me parece el más curioso, porque toca de forma muy clara el tema de la sociedad, la diversidad de situaciones y se puede llegar a enlazar con críticas sociales muy contundentes. Siento que esto también ha sido un factor que me ha facilitado la fórmula de preguntas.