Elegían alimentos para un desayuno, comida o cena.
Calculaban la cantidad de azúcar ingerida.
Otros alumnos les informaban de los problemas asociados al consumo excesivo de azúcar.
Después de calcular el contenido en azúcar de los alimentos que cada alumno eligió para un de las comidas del día, sus compañeros les explicaban las consecuencias del consumo excesivo.