El proyecto de creación de este plantel inició con la convocatoria para los interesados en cursar su preparatoria e impartir clases. El auditorio comunal del Pueblo San Miguel Ajusco se improvisó para impartir las primeras clases y albergar a estudiantes y maestros. A pesar de esto, los habitantes de esta comunidad no quisieron construir el plantel en su territorio, por lo que las personas se trasladaron al plantel Coyoacán, donde no contaban con el espacio suficiente.

Fue en San Miguel Topilejo donde un grupo representativo de la comunidad solicitó que la construcción del plantel se autorizara en su territorio, argumentando, entre otras cosas, que se trataba de un punto central para los demás poblados. Sin embargo, también existió un grupo minoritario que se resistió a su construcción manifestando que los jóvenes aprenderían a beber, fumar y drogarse y que, en lugar de beneficiar, perjudicaría a la población.

Al ser electo subdelegado del Pueblo de Topilejo en el año 2000, Zenón Reza Villarreal retomó lo que su antecesor pretendió: contar con una escuela de nivel medio superior en la comunidad. Sin embargo, a finales de 2001 y principios de 2002, las autoridades anunciaron que la preparatoria ya no sería construida en San Miguel Topilejo, sino en la colonia Belvedere, en la región de Ajusco Medio, en respuesta a la demanda de los habitantes de dicha zona.

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En consecuencia, los subdelegados de Tlalpan (San Pedro Mártir, San Andrés Totoltepec, San Miguel Xicalco, Magdalena Petlacalco, San Miguel Ajusco y Parres el Guarda) se unieron y acudieron con el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, licenciado Andrés Manuel López Obrador, a solicitar nuevamente la construcción de la preparatoria, ofreciendo la posibilidad de ceder un predio comunal de casi dos hectáreas, que en ese tiempo se destinaba a la siembra de maíz, hortalizas y granos y también se ocupaba como espacio para celebraciones del Pueblo en Semana Santa.

Pasado un tiempo de incertidumbre, finalmente en el año 2003 el Pueblo de San Miguel Topilejo vio llegar la maquinaria y el material. La gente que comenzó la construcción sin interrupción del plantel fue de la misma comunidad. La inauguración de la preparatoria fue un día de fiesta al que asistieron habitantes de los diversos pueblos vecinos, en medio de cohetes.

Preparatoria Tlalpan 1, sede alterna [fotografía 2]. (Fuente: Elaboración propia, 2016)

A más de 15 años de su inauguración, el Impacto que tuvo la construcción de la preparatoria en el Pueblo de San Miguel Topilejo es visible. Los habitantes tienen la posibilidad de acceder a un proyecto educativo de calidad que va desde el espacio físico; edificios rodeados de grandes árboles endémicos, la atención y compromiso del personal hasta la labor cotidiana de los DTI.

En cada generación se miran a las familias orgullosas y a los egresados satisfechos convencidos de que su estancia en el IEMS ha valido la pena y lo valdrá aún más cuando logren obtener un título profesional y tengan mayores oportunidades de lograr una mejor calidad de vida. Continúa el paso de generaciones, pues van llegando los familiares de los ex alumnos: hermanos, primos e hijos.

Pero no sólo eso, en la cotidianidad, el beneficio también se observa. Algunos puestos de trabajo son ocupados por gente de la comunidad, el comercio se incrementó en la zona, así como el transporte, negocios, servicios, seguridad y el acceso a la información, al arte y la ciencia. Asimismo, en las relaciones que se establecen: la exogamia, la forma de pensar y expresar ideas, emociones y sentimientos, la toma de decisiones, la búsqueda de información, la manera de ver la realidad y la forma en cómo se busca la transformación, la posibilidad de conocerse y reconocerse con los otros.

Para mantener encendido el sentido de pertenencia es necesario saber el origen, en este caso del plantel “Otilio Montaño”, que abrió sus puertas a los jóvenes de la comunidad de Tlalpan y Xochimilco.

Edificios AA y BB de la Preparatoria “Gral. Francisco J. Múgica”. (Fuente: Elaboración propia, 2016)