El plantel Iztapalapa III se encuentra enclavado en la parte alta de la sierra de Santa Catarina, en el oriente de la alcaldía Iztapalapa. Su origen es fruto de una lucha eminentemente social: no se puede pensar en este plantel sin la organización de los pobladores, mediante la Asamblea Comunitaria Miravalle, y el estímulo mostardo por la Escuela Miravalles Marista.

En una cronología que resguarda la Escuela Miravalles Marista consta que la inquietud por ampliar las oportunidades de escolaridad, más allá de la educación básica, a los jóvenes de la zona de la sierra de Santa Catarina se volvió una prioridad hacia el año 2002. Este proceso inició con un análisis social y educativo para plantear el proyecto. Fue así que se creó el Comité Pro-Preparatoria Miravalle, integrado por diversas comisiones, como la de Investigación de las modalidades educativas y la de Búsqueda de terreno.

Para noviembre de 2003 se contaba con encuestas a escuelas secundarias de la zona y se tenía listo un pre-proyecto, mismo que fue presentado en un inicio tanto a la comunidad como al rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), ingeniero Manuel Pérez Rocha; a la directora general del Instituto de Educación Media Superior (IEMS), matemática María Guadalupe Lucio Gómez Maqueo, y posteriormente al jefe de Gobierno del Distrito Federal, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Aunque en principio no hubo una respuesta favorable, el proyecto ya estaba echado a andar y nadie claudicó en la lucha por tener una preparatoria en la zona. Desde 2004 la Escuela Miravalles Marista había ofrecido sus instalaciones para que iniciaran las clases en el turno vespertino.

Construcción del plantel.


Uno de los argumentos fue que la oferta educativa del plantel Iztapalapa I no alcanzaba a satisfacer la demanda de los jóvenes de la zona. De este modo, en noviembre de 2008 el entonces director general del IEMS, Juventino Rodríguez, consideró realizar el proyecto de un plantel del instituto en la colonia Miravalle. Esto, sin duda, resultó un gran logro para todas aquellas personas que emprendieron este proyecto educativo y que llevaron a cabo los trámites ante diversas dependencias, como la Comisión para la Regulación de la Tenencia de la Tierra (CORETT) y la Secretaría de Educación (SEDU), entre otras.

En enero de 2009 se realizó el levantamiento topográfico de la preparatoria y de un centro de formación integral para jóvenes y adolescentes que llevaría el nombre de Proyecto Calmecac. Sin embargo, los planes sobre la ubicación geográfica del plantel cambiaron, pues el terreno que se había considerado en un principio había sido adquirido por la Secretaria de Educación Pública (SEP) para construir un instituto tecnológico. Con todo, el proceso no claudicó y, aunque tardó, nunca se perdió el objetivo, como lo demuestra toda la información documental de oficios y peticiones que llevaron ante diversas instancias del gobierno los integrantes del Comité Pro-Preparatoria Miravalle.

En agosto de 2010 ingresó la primera generación en las instalaciones de la Escuela Marista, con la presencia del entonces Secretario de Educación del Distrito Federal, maestro Mario Delgado Carrillo; la jefa delegacional en Iztapalapa, licenciada Clara Marina Brugada Molina; el director general del IEMS, doctor José de Jesús Bazán Levy; el diputado local Víctor Gabriel Varela López; el coordinador del plantel, José Francisco Cortés Ruiz Velasco, y el director de la Escuela Miravalles Marista, Francisco Javier Conde González.

La comunidad del plantel colocó simbólicamente la primera piedra en febrero de 2011; los estudiantes realizaron actividades de limpia del terreno con gran entusiasmo, esperando que se edificara ya “su prepa”. Fue hasta el 15 de noviembre del mismo año cuando iniciaron las obras, primero el bardeado del terreno, las obras de mitigación pluvial y el centro de máquinas. La construcción continuó y en marzo del 2013 por fin se entregó el primer edificio, aunque sin mobiliario ni equipo, permaneciendo así por más de un año.

Así pasaron los años y la construcción de la preparatoria continuó a marchas forzadas. Cada ciclo escolar trajo sus propios ajetreos, sus propias demandas; nuevas generaciones ingresaron y el número de egresados fue aumentando poco a poco.

Se gestionó la apertura del turno matutino y se logró tener la primera generación: ellos ocuparían el nuevo edificio y el turno vespertino permanecería en las instalaciones de la Escuela Miravalles.

Asimismo, iniciaron las obras de dos nuevos edificios, uno para salones, laboratorio de ciencias y sistemas; el otro edificio proyectado para el área administrativa, biblioteca y salones.

En su cuarta etapa se contempla la construcción del auditorio, junto con salones de artes y música. La última etapa de la construcción es el estacionamiento y una cancha de baloncesto.