La terapia puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales positivas para construir relaciones saludables, desarrollar estrategias de afrontamiento para manejar sentimientos como la ira, la tristeza y la frustración de una manera mas funcional, mejorar su toma de decisiones y su relacionamiento. La terapia familiar puede ayudar a los padres a establecer límites, aplicar recompensas y consecuencias consistentes y apropiadas y desarrollar estrategias de crianza positivas.