Esta actuación arqueológica, de carácter Puntual, está asociada a los objetivos científicos del proyecto de investigación europeo IRIS (Inspiring Rural Heritage: Sustainable practices for the protection and preservation of mountain landscapes and memories, Ref. PCI2020-112195), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), con el Nº 699523, en el cual se enmarca. El objetivo del mismo pretende poner en valor los paisajes históricos en áreas de montaña y las zonas rurales adyacentes, a partir del empoderamiento de las comunidades locales para que desempeñen un papel activo y determinante en la conservación y protección de este patrimonio, beneficiando al resto de la sociedad. De este modo, se aspira a avanzar en el conocimiento del patrimonio de las zonas de altura y sus muchos valores y beneficios sociales y ambientales, así como alcanzar una eficaz y diversa participación en la conservación, protección y el desarrollo y uso sostenible de los paisajes de altura.
La intervención arqueológica llevada a cabo en el paraje del valle de Espique conocido popularmente como el “Horno de los moros” o también como “Iglesia de Santa Catalina” ha deparado un conjunto arquitectónico de indudable interés histórico y arqueológico, no solo por la entidad de las dos construcciones excavadas sino por su datación tardoantigua y altomedieval, y por los interesantes interrogantes que se abren con respecto a su funcionalidad. Parece claro, a partir de la fábrica identificada en ambos casos, mampostería irregular enripiada, trabada con mortero de cal, y enlucida, que tanto el Edificio 1 como el Edificio 2 fueron construidos de manera coetánea, y con funciones íntimamente relacionadas. Es decir, estaríamos ante un complejo monumental concebido de manera conjunta.
Respecto al Edificio 1, y si considerábamos que el Edificio 2 era una construcción religiosa, parecía razonable pensar que ambos debieron formar parte de en un conjunto de carácter religioso. Si bien algunas piezas del contexto material, inicialmente mal interpretadas, así como alguna de las estancias de esta construcción, permitían proponer un significado religioso para el mismo, ya señalábamos que, de igual modo, otras salas no parecían no encajar con dicha consideración. Nuevamente, tenemos que modificar nuestra interpretación primera.
Inicialmente, la planta rectangular principal del inmueble, con alineación norte-sur, y con una estancia semicircular aproximadamente en su parte central, orientada al este, nos inclinaba a pensar en su carácter cultual, incluyendo una posible función como mezquita, en el cual la sala semicircular constituiría un mihrab. No obstante, la escasa anchura del edificio (poco más de tres metros), su compartimentación interna en tres ámbitos, así como el hallazgo posterior del subsuelo calefactado de, al menos, dos de ellos, descartaban dicha asignación funcional religiosa. Por otro lado, la forma del edificio, así como la existencia de bancadas adosadas al muro E 007, podría hablarnos de algún edificio con una función conciliar, en el sentido de espacio de reunión.
No obstante, contábamos con otra estancia (CE 3) que se ubica en la esquina suroeste del edificio, en fase con aquel, y que lo configura con una planta en L. Se trata, en primer lugar, de un ámbito que presenta la curiosidad de no tener conexión con el resto del edificio, constituyendo así una sala anexa cuyos muros se traban y están en fase con el resto del edificio. De hecho, su entrada se produciría por el muro norte, que hoy se observa arrasado prácticamente hasta sus cimientos, pero en el cual se identifican los restos de una escalera de tres peldaños, que ocupa todo el ancho de la estancia y permitía descender hasta el interior de la misma. Tanto el suelo como los alzados conservados están recubiertos en su totalidad con un material constructivo impermeable, concretamente cocciopesto, con la característica media caña en las juntas y esquinas internas. La combinación del uso de este material impermeable, que es de origen romano, así como el hecho de que esta estancia esté construida a la misma vez que el resto del edificio, como se observa claramente por la trabazón de sus alzados norte y sur con el muro oeste (E 008) del bloque de planta rectangular, nos permite fechar al Edificio 1 en época preislámica.
A esto argumentos habría que añadir los que proceden de los hallazgos cerámicos. La cerámica que se ha recuperado en los contextos excavados hasta el momento arranca en el siglo V-VI (una forma 1 de TSHTM, por ejemplo), no habiéndose recuperado ningún fragmento anterior a dicha fecha. Este material no procede del arrastre de ningún lugar cercano ni ha sido aportada artificialmente. Asimismo, no hemos documentado ninguna otra estructura o nivel arqueológico anterior a los dos edificios (que cimentan sobre la roca natural); por lo cual ambos deberían considerarse inicialmente coetáneos a esa primera cerámica. Por otro lado, los edificios responden a modelos arquitectónicos (fábricas, materiales, plantas, tipologías 15 constructivas) de tradición clásica, no islámica. Es decir, que todo indica que, efectivamente, son edificios preislámicos, posiblemente del momento que nos data la cerámica más antigua identificada, posiblemente, los siglos V-VI.
Más difícil, indicábamos, era asignarle una funcionalidad a esta estancia de acceso independiente. Es evidente que este tipo de revocos se utilizaban para impermeabilizar estructuras hidráulicas, por lo que, tal y como indicamos con anterioridad, podría tratarse de una pileta o piscina. El estado de conservación de sus alzados nos impide conocer cómo se produciría su llenado, si bien conocemos que el desagüe se realizaría por gravedad, a través de un tubo cerámico situado en la parte inferior de la esquina suroriental. La aparición de los escalones de bajada al fondo de la estancia, también revestidos con cocciopesto, indican una función más relacionada con una piscina que con una estructura productiva o de almacenaje de líquidos. Pero era precisamente el hecho ya indicado, el de no contar con una conexión directa con el resto del edificio, el que nos indujo a desechar la idea de que se tratase de una piscina relacionada con un balneum privado, ya que, de ser así, obligaría a salir del complejo termal para acceder a esta estancia fría, lo cual, no parece razonable ni conocíamos paralelos a tal efecto. Es por ello que proponíamos la posible función de este CE 03 como espacio de uso bautismal, en la cual el catecúmeno entraría por una puerta que debió existir en el muro norte, y tras descender por las escaleras, sería bautizado por inmersión. Éramos conscientes de lo arriesgado de nuestra propuesta que, por un lado, se alejaba de las tipologías de piscinas bautismales conocidas de los primeros edificios cristianos, y por otro, obligaría a realizar un circuito de entrada y salida por el mismo lado; pero ante la ausencia de otras posibilidades factibles la exponíamos, a modo de hipótesis, para su confrontación con la comunidad científica.
Si bien inicialmente, atendiendo a su planta y arquitectura, lo consideramos una iglesia, creemos que no siempre fue así. Es cierto que su elaborado ábside, compuesto al interior por siete columnas adosadas, entre las cuales se abren seis nichos u hornacinas semicirculares, confirmaría la interpretación como pequeño templo cristiano (Figura 4). Sus reducidas dimensiones lo asemejarían, asimismo, más a una ermita que a una iglesia. Por otro lado, aportamos algún dato más que entendíamos fundamental en dicha consideración. Se trataría, por un lado, del hallazgo de un fragmento de cruz tallado en piedra, que debió formar parte de la decoración interior; por otro, la aparición del posible inhumado en la nave de la iglesia, el cual, además, presenta una posición centrada respecto al eje longitudinal de la misma; por último, la posible existencia de un mosaico que debió engalanar el pavimento de la nave central, a partir de la recuperación en sus rellenos internos de algunas posibles teselas, en colores blanco y gris oscuro. Pero estas dos últimas evidencias, asociadas a las pequeñas dimensiones del edificio y a las plantas más similares que hemos identificado, nos permiten asociar el origen del mismo con un posible mausoleo tardoantiguo, en el que habría, al menos, un inhumado (la continuación de la excavación, en la próxima campaña arqueológica, nos permitirá comprobar, no solo las características de dicha inhumación sino también la existencia de otras sepulturas, fundamental para la caracterización cultural y cronológica de los mismos y, por ende, del origen del edificio).
Así, desde el punto de vista planimétrico, el edificio que nos ocupa presenta la planta típica de los mauseolos de los siglos IV-V: planta basilical alargada, de una sola nave, y con cabecera absidada. Son muchos los paralelos que podríamos citar aquí, pero por no ser muy exhaustivos, señalaremos, en Hispania, los de Santa Eulalia (Mérida), el de Carranque (Toledo) o el Martyrium de La Alberca (Murcia), y fuera de esta, los de San Ciriaco o San Sebastiano (Roma), o la llamada basílica de San Calionio, en Cimitile-Nola. Posteriormente, y en un fenómeno ciertamente habitual en este periodo histórico, el antiguo mausoleo pudo convertirse en una pequeña ermita, o lugar de rezo, para los cristianos mozárabes que continuaron habitando este lugar en época islámica, como mínimo, hasta el siglo XI, atendiendo al análisis de materiales arqueológicos recuperados de las UEs 016 (derrumbe del muro septentrional), 054 (posible nivel de uso, sobre la roca, de circulación exterior, cubierto por dicho derrumbe), y 050 (relleno que cubre nave y ábside del edificio), todas ellas, fechadas entre los siglos X y XI dC.
Por otro lado, descartábamos, de modo absoluto, la interpretación del vano como una fenestella confessionis, que permitiese ver los restos, bien de un difunto de especial significación o, incluso, de unas posibles reliquias veneradas depositadas en esta cripta funeraria o “confessio”, ya que este tipo de aberturas suelen poseer unas medidas muy reducidas y estar situadas a una altura intermedia del alzado, dando visión, además, a una cripta de mayores dimensiones que el hueco aquí descrito. Si bien ya indicábamos que éramos conscientes de lo arriesgado de nuestra propuesta, que planteábamos a modo de hipótesis, fundamentalmente porque se trataría de una cripta poco práctica, demasiado baja para la circulación por la misma, e inédita en la bibliografía científica consultada, el análisis más detenido de ese supuesto pilar E 032, nos hacen determinar finalmente que se trata de un fragmento desgajado del muro E 040, de la misma fábrica, mal conservado, y que atraviesa transversalmente el ábside. Su construcción debe relacionarse con alguna reforma posterior del edificio, relacionada, quizás, con la transformación del antiguo mausoleo en pequeña ermita mozárabe, sin poder afirmar nada certero, hasta el momento, sobre la funcionalidad, tanto del espacio bajo pavimento como del vano mencionados, si bien ambos están en fase y debieron construirse conjuntamente.
El desarrollo de la 2ª campaña arqueológica, que fue financiada por la Diputación de Granada, a través de la Convocatoria de subvenciones para la conservación y uso del patrimonio arqueológico, paleontológico y arquitectónico rural 2023, ha permitido obtener valiosa información para continuar con la caracterización de este interesante conjunto monumental. Asimismo, hemos iniciado, de manera muy incipiente aún, la excavación de un sondeo en la zona de El Castillejo, con el objetivo de poner en relación la ocupación de ambas zonas de manera coetánea, y entendiendo de este modo toda la zona arqueológica del Valle de Espique como un yacimiento único.
Entre las novedades más significativas que nos ha ofrecido esta campaña arqueológica, destacan, por un lado, la constatación de dos nuevos edificios, que vienen a sumarse al balneum y el edificio de cabecera absidada, confirmando la existencia de un auténtico conjunto monumental en esta área del valle de Espique; y por otro lado, la identificación de una singular necrópolis, únicamente con individuos perinatales, ubicada al interior de la nave alargada del edificio de cabecera absidada, y que a la espera de los análisis de C14, podemos fechar entre los siglos X y XI.
Atendiendo ahora al edificio de cabecera absidada del sondeo 12.000, la continuación de la excavación de este ámbito ha permitido documentar la reutilización de este lugar, para la instalación de una necrópolis. Las sepulturas se abren en un nivel de abandono del edificio, UE 177, que estaba cubierto por la UE 050, cuyos materiales cerámicos nos fechan entre fines del s. X y el siglo XI. Es decir, las últimas fosas del cementerio deben abrirse antes de esa fecha; y decimos últimas pues hemos podido documentar sepulturas que recortan otras anteriores, así como algunas sepulturas varios centímetros por debajo de las recién excavadas (y que serán objeto de excavación en la siguiente campaña). Es decir, se trata de un cementerio con, al menos, tres fases de enterramiento.
Pero como mínimo las dos últimas se producen después del abandono del edificio, pues se abren en un nivel arcilloso ya depositado al interior de la nave del mismo. Por tanto, debemos entender que el edificio había finalizado su función original. Por similitud con la fábrica del balneum, deberíamos fechar su origen en época bajoimperial, quizá en el siglo IV, mientras que la monumentalización de su cabecera, a la que se añaden nichos y semicolumnas adosadas, sería posterior, pero nunca más allá del siglo X, cuando fechamos la creación de la necrópolis en un edificio ya abandonado. De ese modo, y atendiendo a la profusión de material cerámico tardoantiguo, de los siglos V al VII (TSA D, TSHTM), así como la inexistencia, por ahora, de cerámicas que puedan fecharse con claridad en los siglos VIII y IX, debemos concluir que podría ser obra tardoantigua. No obstante, seguimos sin tener clara su funcionalidad, ya que no hay ningún elemento, constructivo, decorativo o de cultura material, que nos indique nada concluyente al respecto. A partir de su planta, podría tratarse tanto de un aula basilical, un ámbito de representación usual en las villas tardías, como un mausoleo de pequeñas dimensiones. Sin embargo, nuestro edificio tiene dos características que lo hacen distinto a los consultados hasta el momento: que la cabecera es más ancha que la nave, y que en el centro del ábside se abre un vano con arco de medio punto del que desconocemos su función. La continuación de la excavación del edificio podría permitir resolver algunos de estos enigmas.
En referencia a la necrópolis, hasta el momento proponíamos que la cabecera absidada decorada pudo realizarse en el siglo X, de tal modo que sería una especie de ermita con función cementerial. No obstante, este tipo de arquitectura nos remite más a modelos preislámicos o, incluso, a diseños relacionados con la arquitectura románica, cuestión esta última que, sin descartarla, constituiría una rareza y un auténtico unicum en la mitad sur peninsular. Es por ello que nos decantemos por su realización durante época tardoantigua, con una reutilización posterior, quizá el siglo X, ya como espacio abandonado y con una función cementerial. Acomodo este que constituiría, igualmente, una interesante novedad en el panorama funerario mozárabe peninsular, pues es la primera vez que se documenta una necrópolis de estas fechas en el interior de un edificio y, además, dedicada a un sector muy específico de la sociedad cristiana, concretamente, individuos perinatales, tanto prenatales como recién nacidos, y niños de edad no superior a unos 3 años (el análisis antropológico al que están siendo sometidos en la actualidad nos proporcionará datos más certeros al respecto).
Este hecho sería de gran interés, pues la hipótesis con la que trabajamos en la actualidad es con el origen del conjunto en época bajoimperial, como reveló la datación de la última hornada del balneum, entre el primer cuarto del siglo IV y el primer tercio del siglo V. Más allá de este dato, contamos con algunos fragmentos, no muy numerosos, pero sí representativos, de cerámicas y material de construcción romanos (TSH, ánfora romana, tégulas) que aparecen como elemento residual en los conjuntos cerámicos medievales, o en los alzados murarios del propio balneum, como es el caso de los fragmentos de tegulae reutilizadas como material constructivo. Además, en el entorno de esta área, y sobre todo, en las terrazas más orientales de ésta, es frecuente la aparición de material romano altoimperial, Es decir, todo ello nos está informando de la existencia de un asentamiento romano, probablemente arrasado por la adecuación del terreno a prácticas agrícolas contemporáneas (como demuestra el rebaje del terreno circundante por debajo del nivel de cimientos de algunos edificios, hasta de la propia roca, como en el caso precisamente del balneum), pero del que dicho edificio sería uno de los que lo conformaron, posiblemente, relacionado con una villa romana bajoimperial; y ese podría ser el caso también del nuevo edificio localizado en el sondeo 13.000.
Propuesta de Reconstrucción digital de los edificios 1 y 2
Edificio 1
Edificio 2
Enlaces de interés tridimensional
Propuesta de reconstrución Virtual de los edificios: https://sketchfab.com/3d-models/p-reconstruccion-edif-1-y-2-valle-de-espique-3d6685a07489489d9e64d3e4780ee0d7
Sondeo 11.000: https://sketchfab.com/3d-models/planta-final-del-sondeo-11000-lpz-igl-24-8061839dd12d4f2f8d6e73435d40ab99
Sondeo 12.000: https://sketchfab.com/3d-models/planta-final-del-sondeo-12000-2a54b4a1d83d4b07b149e2ee15678eb9
Sondeo 13.000: https://sketchfab.com/3d-models/planta-final-del-sondeo-13000-a9b3672d3fa94fef8a57b2b470c598d3